Listo para irse temprano al trabajo como es de costumbre toma el subterráneo para evitar llegar a tener un retardo en su trabajo, trabajo del cual ha sido hace sido ascendido apenas hace dos meses atrás. Casualmente todas las mañanas siempre ve al anciano que lee el periódico en la esquina del vagón, siempre tan puntual. Cuando está a punto de llegar a la estación donde debe bajar, deja de mirar al pequeño de tres años que en todo el camino le ha estado mandando pucheros y él sólo ha sonreído al pequeño, toma su maletín y se dispone a bajar del vagón. Otro día como cualquiera pensaría la gente, pero para Baekhyun cada día es distinto, hoy no ha desayunado y su estómago duele a falta de alimento, compra una simple barrita de frutas y un jugo de naranja al señor que vende fuera del subterráneo. A lo lejos puede ubicar el edificio donde trabaja, su barrita de frutas está terminada ya, y apenas le ha dado un pequeño sorbo a su jugo de naranja.
Las oficinas lucen como siempre, los empleados concentrados en su trabajo mientras que otros se preguntan entre sí qué tal les fue el día anterior. Baekhyun suspira y entra al ascensor marcando el número del piso donde su cubículo se encuentra, alguien detiene el cierre de las puertas cuando éstas ya están a punto de cerrarse.
—Hola, Baek —saluda el chico que todos los días está de buen humor. A veces Baekhyun tiene envidia, a veces.
—Hola, Luhan.
Aunque el chico de cabellos cobrizos quiere seguir la plática no puede, puesto que el ascensor ha abierto sus puertas en el piso de su oficina. Baekhyun le mira en forma de despedida junto con una sonrisa y Luhan, al contrario de éste, le mira un poco triste.
—Podrías hablar conmigo si quieres —propone con una sonrisa amigable—. Sabes que por eso somos compañeros de trabajo, ¿no?
—Por supuesto, Luhan, lo sé —da su mejor sonrisa cuando el chico da un paso fuera y se despide con la mano.
—Nos vemos luego, Baek.
Al volverse a cerrar las puertas, Baekhyun suspira pesado, pero se recompone cuando el ascensor es detenido en su piso y las puertas han sido abiertas de nuevo. Sus pies automáticamente caminan al que ha sido su cubículo los tres años pasados, su mirada se posa en el cubículo vacío que está al frente del que era suyo, una sonrisa melancólica que se ve obligada a borrar al instante aparece. Sin poder evitarlo camina y acaricia un poco el escritorio aprovechando que el lugar está casi vacío. Decide que es ya mucho el tiempo que se ha quedado ahí parado y camina a su nuevo cubículo, el del secretario del jefe.
—Te amo, Baekhyun.
Con cuidado coloca su maletín y se dispone a prender la computadora para empezar lo más rápido posible su trabajo cuando la puerta de la oficina del jefe se ha abierto y el mismo le ha dicho que pase a su oficina en ese mismo instante. Obedeciendo las órdenes de su jefe se adentra en la oficina ajena, al entrar, le ofrece asiento y una bebida.
—No gracias —responde educadamente con una pequeña sonrisa—. Estoy bien.
Pero antes de que su jefe le responda da un fuerte suspiro y mira el café que tiene en manos.
—Creo que no estás bien, Baekhyun. No todavía.
—Estoy bien —volvió a repetir, sin embargo, sonó más como para convencerse a sí mismo que a la persona con la que está hablando—. No sé a qué te refieres, Kris —volvió a sonreír.
—Sabes a qué me refiero, Baek. Todas las mañanas te veo llegar e ir al cubículo de la zona este para después contemplarlo.
—Estoy en eso —respondió cortamente—. Sé que lo que hago no es normal, es sólo....es sólo que me hace sentir lo que ya no tengo.
—Tienes que superarlo —habló calmadamente—. Más que tu jefe soy tu amigo, Baekhyun, y no puedo seguir viéndote todas las mañanas haciendo eso. Te quiero mucho, pero duele verte así.
—Tengo que empezar mi trabajo, si es todo lo que tienes que decir, me retiro —hizo el ademán de pararse de su asiento e irse, mas Kris no se lo permitió obstruyendo con su cuerpo la entrada.
—Baek.
—Hazte a un lado, Kris —el alto miro a su pequeño amigo que tenia la mirada gacha.
—Él está muerto, ya no hay nada más qué hacer —toma a Baekhyun por los hombros y le levanta la barbilla con una mano, al contacto, éste desvía la mirada de inmediato.
—Ya lo sé.
—¿Entonces?
—No lo entiendes, Kris, no entiendes nada. Nadie entiende nada —su voz se quebró—. ¿Por qué, Kris? ¿Por qué él y no yo? Lo extraño tanto que no puedo, siento que estoy solo.
—No estás solo, estoy yo y Tao. Te apoyaremos siempre —abrazó a su amigo que había empezado a sollozar de manera casi inmediata—. Nos tienes a todos nosotros.
—No lo entiendes —repitió—. Chanyeol ya no está...si tan sólo no le hubiera pedido que fuéramos a celebrar él seguiría aquí, a mi lado, conmigo. Lo amo tanto.
Sus sollozos se hicieron cada vez más fuertes y apretó el agarre en el saco del costoso saco que Kris portaba, arrugándolo en el proceso. Kris tan sólo consolaba a su amigo y le acariciaba la espalda en forma de apoyo. Es cierto, Kris nunca le entendería, nadie le entendería, porque estaba seguro que amaba de una forma particular a Chanyeol, nadie ha amado como él amó a Chanyeol.
* * *
—Disculpa, soy nuevo y no entiendo muy bien cómo funciona el sistema, ¿podrías enseñarme?
—Por su puesto, es fácil. Ven enseñaré.
* * *
Cuando se hubo calmado y Kris le pidió reposar un rato, casi exigiéndole, comenzó con su trabajo como secretario. Había pasado más de medio día y se sentía tan irresponsable por haber dejado a un lado su trabajo, las llamadas y mensajes se le habían juntado, además de que tenía que hacer el reporte para fin de mes. Kris se fue y Baekhyun seguía en su pequeño escritorio terminando el reporte de todo el edificio, sus manos solían cuando por fin acabó, se sentía acalambrado y su espalda solía horrores, jamás pensó que trabajar como el secretario de Kris fuera tan difícil. Apagando la computadora, tomó su maletín y se despidió del buen hombre de servicio que siempre lo esperaba para cerrar el edificio.
Su día había sido tan pesado que creyó buena idea irse caminando hasta su departamento, no estaba lejos, según Baekhyun.
—Baek —su mano había sido tomada con avidez, así como sus dedos habían sido entrelazados. El llamado sonrió brillante ante la acción, pero sus nervios estaban de punta.
—¿Sí, Chanyeol?
—Me gustas mucho.
Sonrió como tonto ante tales recuerdos, ¿cómo podía ser capaz de olvidarlo? No podría, jamás podría.
Al ser tarde por la noche cenó en un puesto ambulante, necesitaba relajarse, todos le decían eso así que lo tomó como una opción. Al terminar pagó a la ahjumma del lugar para poder ir a dormir plácidamente a su casa, aunque bien sabía que tal vez eso no podía ser.
Lo primero que hizo cuando llegó a su departamento fue darle de comer a Fifi, su cachorro labrador quien le movió la cola e hizo fiestas cuando le llamó con cariño, jugó un rato con su cachorro para después tomar una ducha refrescante. Kris le había dado libre el día siguiente así que disfrutó de una buena película a solas con Fifi, lloró al final de la película y el cachorro le dio besitos a modo de consolación, Baekhyun lo tomó en brazos y le abrazó fuerte, era como su hijo.
—¿Estás seguro de hacer esto? —Minseok preguntó—. Es decir, era de Chanyeol, ¿no quieres conservar nada?
Aunque su mente gritaba no Baekhyun asíntió a lo que su mejor amigo preguntaba. Empezaron desde los objetos de trabajo que le pertenecían antes a Chanyeol hasta llegar a su ropa y objetos personales.
—Baek, ¿quieres donar esto? —preguntó con cautela haciendo mirar al castaño. Sus ojos se aguaron y sintió que su garganta se cerraba, era el rilakkuma que le había hecho a Chanyeol en su primer aniversario, el cual tenía en el reverso bordado un “B + C = ♥” con una foto de ambos al frente, se había tardado semanas en hacerlo para que quedara lo más parecido posible a uno original, aunque fuera algo muy infantil sabía que su ex-novio era un fanático de dicho personaje. Se perdió en el recuerdo cuando Minseok le chasqueó los dedos en la cara—. ¡Tierra llamando a Baekhyun!
—Lo donaremos al albergue de niños.
—¿Hablas en serio? —el castaño asintió seguro—. Bien, como quieras. ¿Te quedas con la foto? —señaló la foto que el peluche sostenía.
—Sí, esa foto es mía.
—Recuerda que te amo, Baekhyunnie.
—Yo no —inconscientemente hizo un puchero en los labios que de inmediato el alto besó—. ¡Oye! Dije que yo no te amo —chilló infantilmente.
—Pero yo sí, así que puedo besar a mi novio cuanto quiera.
—Espero que te arrepientas, Chanyeol. Si muero después de esto va a ser tu culpa y voy a hacer que te demanden.
—Que exagerado, mi divo exagerado —besó delicadamente su mejilla haciendo que Baekhyun pusiera los ojos en blanco. La empleada del lugar los separó y los posicionó en cada lado opuesto—. ¿Listo?
—No —y ambos fueron tirados al mismo tiempo del bungee. Baekhyun gritando como si estuviera muriendo interna y externamente.
—Baekhyun, ¿seguro que estás seguro? ¿Donar todo lo de Chanyeol? Es como si te estuvieras despidiéndote de él para siempre.
—Son sólo cosas materiales, Min. No es como si Chanyeol quisiera que yo acumule todo, sabes como era, tan ordenado. Además hay gente que lo necesita mucho más que yo.
—Tienes razón, aunque si yo estuviera en tu lugar esto sería muy difícil para mi. Eres una persona fuerte, Baek.
—Sigue siendo difícil, Minnie.
Baekhyun se despidió de su mejor amigo un par de horas después cuando ambos separaron lo que se iba a donar y lo que se iba a tirar, miró su departamento que ahora estaba notablemente más vacío, los muebles que pertenecían al pequeño estudio que era de Chanyeol los había sacado semanas atrás y los había donado. Suspiró pero sonrió. Se dio una ducha rápida y se vistió, abrió el cajón de su buró y sacó una cajita de terciopelo de color azul marino, sus ojos empezaron a picar cuando la sostuvo entre sus dedos y cuando la abría, sacó uno de los dos anillos de compromiso que estaban dentro de ella, el anillo que tenía grabada la letra “C”, sabía que ese era su anillo, sin dudarlo se lo puso en el dedo correcto y estiró su brazo para poder admirarlo, una lágrima traviesa se escapó, peri su sonrisa no desapareció.
La caja la había encontrado semanas atrás muy dentro, y escondida, entre uno de los cajones del escritorio de Chanyeol. Cuando encontró los anillos de compromiso sintió su corazón parar sus movimientos y lloró toda la noche. Ahora sabía que siempre le iba a pertenecer a Chanyeol, aunque éste no esté físicamente. Porque Chanyeol le iba a pedir matrimonio.
* * *
—¡Eres un maldito idiota, Chanyeol! ¡¿Cómo rayos te atreves a golpear a mi amigo?! —con pasos apresurados salía del bar siguiendo a su alto novio que se dirigía hasta el auto. Chanyeol frustrado se volteó y lo encaró.
—¿Por qué? —rió irónicamente—. ¿No crees que es muy tonto preguntar? ¡Estabas coqueteandole, en mi cara! ¿Y el bastardo que hizo? ¡Te estaba acariciando, frente a mi! Baekhyun, ¿que carajos...? ¡Eres mi novio!
—Yo no estaba coqueteando con nadie —se defendió, su ceño fruncido.
—¿No?, ¿entonces por qué estabas todo sonrisas con él? Por favor, Baekhyun —abrió la puerta del conductor y se adentró.
—¡No lo veo desde el instituto! —siguiendo los pasos de su novio entró en el asiento del copiloto.
—Bájate de mi auto —trataba de controlar su tono de voz—. Ni creas que te voy a llevar de vuelta.
—¿Me estás jodiendo? ¡Te enojas por todo! Yo no coqueteo con nadie, ¡yo no quiero a nadie más que tú, maldita sea!
—Deja de mentir, Baekhyun —el auto ya se había puesto en marcha—. Lo único que sabes hacer es llamar la atención de los demás hombres, ¿me crees estúpido? Veo tu comportamiento, Baekhyun. Fui un imbécil al enamorarme de alguien como tú —la última oración la dijo en susurro.
—¿Estas diciendo la verdad?, ¿enamorado de mi? ¡Já! —se mofó, a este punto ninguno de los dos medía sus palabras—. Tres años de relación, Chanyeol. ¡Tres malditos años y no recibo el maldito anillo! —Gritó estético—. A diferencia de ti, ¡yo sí te amé!
—¿Qué estás diciendo? —sus ojos se entre cerraron mientras aumentaba considerablemente la velocidad—. ¿Me amaste, ya no lo haces? Eres un puto, Baekhyun. ¡No sabes nada!
Sus manos apretaron el volante y el auto iba a toda velocidad por las calles vacías de la madrugada en Seúl, Baekhyun se empezó a asustar, se sostuvo bien del auto y con la otra mano tomó con cuidado la de Chanyeol que estaba en el volante.
—Channie, baja la velocidad —suplicó—. Perdóname, pero baja la velocidad.
—No tengo por qué escuchar a un prostituto como tú —dijo entre dientes—. Quién sabe con cuantos más te has acostado.
—Chanyeol, por favor —empezó a sollozar—. Tengo miedo, baja la velocidad, te lo suplico.
Pero Chanyeol ya no escuchaba lo que su novio le decía y dejó que su ira y frustración manejaran su cuerpo y mente.
—¡Chanyeol, cuidado!
Lo último que ambos escucharon fue el impacto del tráiler que los impactó. Cuando Baekhyun recuperó un poco de su conciencia se encontró tirado a varios metros lejos del auto, su cuerpo solía y veía mucha sangre, trató de incorporarse pero su cuerpo no cooperaba. Un sollozo lamentable salió de sus labios, sintió las lagrimas calientes sobre su rostro con cortadas, a lo lejos pudo ver el cuerpo de su novio tirado lejos del pavimento, permanecía inconsciente. Las sirenas de las ambulancias comenzaron a sonar, todo daba vueltas.
—Channie —sollozó —. Perdóname, sí te amo.