Era la tarde de un perfecto dia de invierno, donde el cielo amenazaba con negras nubes la ciudad y una brisa tibia advertía de la posible tormenta que podría desatarse en un par de horas. Las clases en la mayoría de los institutos había finalizado por lo que sus estudiantes emprendían camino a sus hogares o hacia el centro de la ciudad para disfrutar al máximo aquel relajo de un viernes por la noche después de toda una semana abrumados de estudios, todo gracias al final de semestres lo que significaba un completo martirio para todos los estudiantes, resumido en tres simples palabras; Semana de exámenes.
Pero no todos podían escapar de aquel agobio, era asi el caso del AS del equipo de Basquetball de Tohou, se encontraba luchando contra el sueño que le invadía. Sentia sus parpados pesados escuchando a lo lejos la voz de aquel anciano hombre hablar sobre las teorías sobre la evolución humana junto con un tal Robert Darwin. Mordio sus labios para no dejar salir un nuevo bostezo ¿¡Cuánto mas tendrían que estar allí?! Tomo una larga bocarada de aire perdiéndose entre sus pensamientos, aquella tarde seria eterna.
Habian finalizado el campamento de entrenamiento junto al instituto de Kaijou hacia ya dos semanas atrás, no solo habían tenido una buena evaluación como instituto sino también que muchos de los managers que habían asistido habían puesto sus ojos en los miembros superiores del equipo; Imayoshi había recibido una oferta para asistir a la universidad de Kyoto y por lo que había escuchado de Momoi, el pelinegro habría aceptado la beca ofrecida al saber también que su compañero y actual pareja Susa también había sido reclutado por lo que ambos habían decidido establecerse en Kyoto arrendando un departamento. Wakamatsu por su lado había tenido varias ofertas del extranjero, especialmente equipos de liga de Estados Unidos pero el rubio parecía no tener intención de aceptarlas, enterándose luego de que estaría postulando a la universidad de Osaka por lo que esperaría al próximo año para poder tomar una decisión, claro Momoi también había comentado vagamente su opción de asistir a la misma universidad.
El campamento de entrenamiento había traído consigo muy buenas experiencias, pero al regresar a su ritmo de vida normal les tocaba enfrentar no solo la etapa de exámenes finales, sino también las clases de recuperación y claro, también las pruebas de puntos acumulativos para cada asignatura. Por esa razón estaban allí, cumpliendo con las 4 horas extras que tendría para compensar los días de ausencia debido al campamento de entrenamiento, era a falta de una mejor palabra; Una tortura lenta.
- Para la próxima clase deben traer un informe de …. - Las palabras del profesor se perdían en el aire, convirtiéndose en un susurro lejano, toda la atención de Aomine se volcaba en ese momento en las manecillas del reloj, y aquel conteo lento para el final de la clase.
Definitivamente odiaba el tener que asistir a esas tediosas jornadas extras, pero solo quedaban 10 minutos de tortura y luego seria libre completamente. Habian terminado los exámenes finales, los proyectos retrasados, solo quedaba la culminación de aquella asignatura y podría disfrutar de un fin de semana en tranquilidad, talvez reunir a la “Generacion de los milagros” para un partido después de todo no habían podido reunirse durante aquellas semanas luego del campamento de entrenamiento, cada uno ocupado en estudiar para los exámenes.
Cuando el profesor cerro su libro mirando el reloj en su muñeca, todos los alumnos presentes en el salón contuvieron la respiración esperando.
- Bien, eso es todo…-Declaro el canoso hombre tomando su chaqueta del perchero camino a paso lento hasta la salida de la habitación-…Buen fin de semana- Se despidió con una leve sonrisa, observando con algo de placer las miradas ansiosas de los jóvenes
Al cerrarse la puerta no se hicieron esperar los suspiros contenidos y los gritos de euforia; Eran oficialmente libres de las clases de recuperación.
Aomine guardo todo en su bolso para luego salir del salón, realmente no es como si hubiera tomado algún apunte o estado atento a la clase pero deja disimular en algo su aburrimiento si no quería ser enviado a la dirección, otra vez. Se levanto siendo el primero en abandonar el salón, escuchando en como varios grupos de alumnos hacían planes para el fin de semana o alguna salida casual esa misma noche después de todo no habría entrenamiento mañana por lo que podían desvelarse hasta el dia siguiente.
Sus pasos le guiaron hasta el salón vecino deteniéndose antes de entrar al ver como una joven profesora aun dictaba su clase, chasqueo la lengua mirando por la ventana del pasillo al chico castaño que se encontraba en una de los últimos asientos junto a Momoi. Una pequeña sonrisa se colo a sus labios sintiendo como su estomago se revolvía suavemente y su corazón latia a un ritmo ligeramente mas acelerado, aquellas sensaciones que le seguían invadiendo al centrar su atención en aquel chico, en tenerle cerca le hacían enloquece. Tenian casi un mes de haberse convertido en novios oficialmente, en todo aquel tiempo Aomine no podía recordar un solo momento en el que se haya sentido asi de completo al estar con otra persona ni siquiera comparándolo con su mejor amiga, o con kuroko que fue “sombra” durante sus años en Teiko
Se recargo contra la pared cercana a la puerta del salón, esperando la culminación de aquella clase alzo su mirada hacia las ventanas que daban a los jardines del instituto observando el cielo oscuro y la brisa intensa se comenzaba a levantar. Sonrio, sintiendo como su corazón latia a un compas, en sincronía con el sonido del viento al agitar los arboles.
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Soltó un largo bostezo observando el cielo oscuro y las calles iluminadas solamente por la luz de las farolas. Se dejo caer en una de las bancas cercanas a la entrada del instituto, mirando de reojo como su mejor amiga tecleaba de los mas emocionada su teléfono, aparentemente intercambiando chismes con la entrenadora de Seirin.
Desvió su mirada hacia el edificio principal esperando ver la silueta de Sakurai aparecer pronto, después de todo ya habían pasado casi 20 minutos desde que había sido llamado por uno de los directivos del instituto debido a la entrevista solicitada por el managers de una Universidad extranjera. Las ofertas de becas no dejaban de llegar, ciertamente eran buenas noticias ya que reconocían el potencial del castaño pero este ya había tomado una decisión o tal vez seria correcto decir que ambos lo habían hecho; Ir a la Universidad de Nayoga, ser parte del equipo que estaba formando Alex para aspirar a ser los mejores de todo japon.
Una sonrisa amplia se enmarco en los labios de Aomine, soltando una pequeña risilla que se perdió en el aire.
Volver a jugar con los miembros de la “Generacion de los milagros” le producía una gran tempestad de emociones encontradas ¿Podrian ser capaces de formar un buen equipo? Su relación con todos era buena, si tenia que ser sincero, sentía mucha mas cercanía y confianza con sus ex compañeros en ese momento que cuando estuvo en Teiko ¿A que se debía ese cambio? Ni el mismo Aomine lo entendía muy bien pero no tenia intenciones de calentarse la cabeza en esos momentos con aquellos cuestionamientos; Su amistad con Kuroko y Kise era realmente buena, saliendo entre semanas a comer algo o simplemente a jugar un momento en las canchas publicas. Con Midorima se comunicaba principalmente por teléfono, reuniéndose algún fin se semana para ir a comprar algún articulo deportivo. Con Akashi y Murasakibara su comunicación era casi netamente por mensajes de textos o en redes sociales debido a la distancia que los separaba, aun asi todos se reunían al menos una vez al mes para pasar un dia entero juntos.
- ¡Dai-chan! – Grito Momoi de repente sobresaltando al aludido quien la miro con algo de molestia ante tan sorpresivo llamado
- Demonios Satsuki –Gruño frunciendo ligeramente el ceño mostrando su molestia, algo que la chica paso por alto - ¿Qué diablos pasa para q…?
- ¡Kagamin le pidió una cita a Tetsu-kun! – Exclamo eufórica la chica - ¡Dai-chan seguro Kagamin se nos confiesa!- Declaro mirando al cielo con una sonrisa enorme en sus labios y sus mejillas ligeramente sonrojadas
Aomine alzo una ceja confundido por aquellas reacciones tan efusivas de Momoi cuando se trataba de la vida amorosa de alguno de los miembros de la “Generacion de los milagros”, la chica parecía tan o mas feliz que los propios implicados. Momoi era una experta en recolección de información, nadie que la conociera dudaría de sus habilidades pero habían muchas ocasiones que hasta el mismo Aomine se sorprendida de sus bases, dando un ejemplo sencillo, porque ¿Quién podría saber que Midorima y Takao habían formalizado su relación estando al otro lado del país? Claro que no había sido solo aquella confirmación sino muchísimas otras que no solo implicaban la nueva relación amorosa del escolta de Shutoku, sino también del interés que había despertado en Akashi cierto castaño de Seirin, o que Murasakibara había dejado de comer dulces una semana entera porque había discutido con Himuro. Y claro, Aomine no podía olvidar la sonrisa de su mejor amiga la mañana en que lo encontró durmiendo junto a Sakurai luego de su mutua declaración y entrega, había tenido que soportar las preguntas nada discretas de su amiga aunque todo había tenido un precio justo, a su parecer, porque las fotos que habían tomado tanto Momoi como Kise de aquella mañana eran simplemente increíbles, eran su tesoro secreto.
- ¿De que hablas? ¡¿Cómo diablos te enteraste?! – Cuestiono observando como su amiga volvia a teclear en su teléfono – Las mujeres dan miedo – Suspiro escuchando la risa de Momoi como respuesta
- Vamos Dai-chan~-Llamo la chica guardando el teléfono para centrar su atención en el otro- Dime ¿No estas feliz por ellos? Hasta tu mismo te diste cuenta la forma en la que se miran – La sonrisa que Aomine vio en los labios de la chica le causo un escalofrió – La primer cita es algo que definitivamente marca el ritmo de una relación-
Aomine entrecerró los ojos ante aquellas ultimas palabras, girándose para observar de mejor manera a su amiga.
- ¿Qué quieres decir, Satsuki? – Cuestiono alzando una ceja - ¡Y deja de espiar a los demás! ¿Acaso no recuerdas lo que sucedió con Kise y Kasamatsu? – Regaño con una mirada divertida ante el mohín que hacia la chica – Te costo días el que Kise te perdonara ¿no?
- Oh bueno…Hasta los mejores cometemos errores – Comento Momoi con una sonrisa nerviosa y un ligero sonrojo en sus mejillas – Pero, ese dia comprendí el porque nuestro Ki-chan tienen sus ojos puestos en Kasa-chan – Rio bajo
- Pervertida – Murmuro Aomine ganándose un golpe en el brazo por parte de la chica – Pero en serio, no vuelvas a hacerlo sabes que Kasamatsu no dijo nada porque estaba mas rojo que un tomate – Advirtio sabiendo el poco peso que tendrían sus palabras.
El recuerdo de lo sucedido llego a su mente sacándole una sonrisa divertida.
Habia sido la noche de el viernes hacia una semana atrás, volvía junto a Sakurai, Momoi y wakamatsu tras estar observando los partidos de Basquetball callejeros que se habían realizado en las canchas publicas cerca del instituto Tohou. Se habían detenido en un karaoke a petición de Momoi, la chica estaba realmente emocionada con aquella salida grupal y claro el que tanto Aomine como Wakamatsu no hubieran discutido demasiado durante ese dia, pero todo cambio cuando entraron al local ubicándose en la sala de karaoke que habían arrendado ¿Qué sucedió? En algún instante cuando caminaban había la sala asignada los ojos de Momoi habían identificado una cabellera rubia entrar a una de las salas vecinas por lo que minuto después de haber hecho el pedido de bebidas y comida no había perdido tiempo en ir a saludar, encontrándose con una escena que le saco un grito agudo junto a un sonrojo furioso; En la sala de karaoke vecina se encontraba Kise y Kasamatsu en una posición que dejaba poco y nada a la imaginación. Kasamatsu con la camisa desabotonada, la respiración agitada y un sonrojo en sus mejillas, mientras que Kise se encontraba casi sobre el cuerpo del otro con sus rostros a solo centímetros. Aomine había tenido que sacar a rastras a Momoi del lugar, escuchando los balbuceos sin sentidos de Kasamatsu. Al final, luego de una explicación de lo sucedido Kise explico que habían jugado a las apuestas donde Kasamatsu había perdido y como penitencia debía quitarse algo de ropa, una situación que le hubiera dado una excelente oportunidad para confesarse de no ser por la interrupción de Momoi. Y por supuesto, el rubio prodigio no había estado nada feliz de que su declaración se viera nuevamente interrumpida, y que alguien hubiera visto en tal condición a Kasamatsu.
Solo dos días después la propia Momoi confesaría que se habían enterado gracias a sus contactos que Kise y Kasamatsu estarían allí por lo que había decidido ir a espiarlos, aunque nada había salido como lo planeo.
- Esos dos se están tardando demasiado – Comento Aomine al aire, recibiendo un asentimiento por parte de su amiga – Oh…¿Y que era eso de las citas?- Interrogo sin querer demostrar demasiado interés en aquel tema pero sintiéndose al mismo tiempo, inquieto
- Veras…-Hablo Momoi jugando con un mechón de su cabello, mirando el cielo nocturno - …Pueden haber varias citas antes de formalizar una relación pero, la cita después de ser oficialmente una pareja es muy importante – Declaro en un tono serio- En la cita oficial se puede ver que tan compatible son como pareja, o que tanto pueden llegar a realizar estando juntos…por ejemplo, si no pueden ponerse de acuerdo en una película, o si pides algo de comer por tu pareja pero a esta no le gusta son malas señales-
Aomine sintió su corazón latir a un ritmo lento casi peligroso ¿Por qué se sentía asi? ¡¿Por qué demonios estaba tan inquieto?! Tenian casi un mes de relación con Sakurai, ambos se habían dedicado a conocerse un poco mas y salían con frecuencia juntos.
- ¿Dai-chan? – Llamo Momoi al escuchar un par de maldiciones salir de los labios del aludido, encontrándose con la expresión molesta de este.
El cerebro de Aomine pareció encender una alarma ante sus pensamiento. Era verdad, durante esas semanas habían salido muchas veces pero ¿Habian salido alguna vez ellos solos? La respuesta llego como un golpe directo al estomago, no.
- ¡¿Nunca has invitado a Sakurai a una cita?! – La pregunta de Momoi interrumpió los pensamiento de Aomine regresándolo al instante a la realidad – Dai-chan…~ - Exclamo la chica poniéndose de pie para quedar frente al aludido - …eres una bestia- Declaro apuntando al moreno de forma acusatoria
- ¡C-Callate Satsuki! – Reclamo rápidamente mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie les observaba, agradecía que para aquellas horas solo hubieran solo un par de alumnos.
- Dai-chan pero…en serio ¿Cómo no lo has invitado a una cita?! – Momoi se llevo una mano hacia la frente intentando mantener la calma.
- No es de tu incumbencia – Exclamo el moreno en su defensa.
- Eren un caso perdido – Suspiro derrotada – Tienen casi un mes de novios, han hecho el amor pero no han tenido una cita…esto es tan poco romántico – Declaro haciendo un puchero, logrando un débil sonrojo en las mejillas de Aomine ante su ultimo comentario
- ¡Hemos salido mucho en estas semanas!- Comento Aomine, defendiendo su orgullo sintiendo que realmente sus argumentos no tenían validez
- ¿Solos? – Cuestiono de regreso la chica alzando una ceja, el ceño fruncido del moreno le dio la respuesta.
El silencio se instalo entre ambos, cada uno absorto en sus propios pensamientos.
Aomine no quería reconocerlo pero su mejor amiga tenia razón, en todas aquellas semanas saliendo juntos nunca habían estado solos, siempre había alguien con ellos ya sea algún miembro de Tohou o de la “Generacion de los milagros” incluso en una ocasión había coincidido con Haizaki, aunque claro aquel encuentro casi termino con ambos en el hospital. Sintio como algo pesado se dejaba caer en sus hombros, el peso de aquel sentimiento que también se asentando en su pecho; Culpa.
¿Acaso Momoi tendria razón al decir que era una bestia?
- Bien ¡Dai-chan! –Llamo Momoi rompiendo el silencio que se había instalado entre ambos – Debes invitar a salir a Sakurai ¡Mañana es sábado será perfecto! – Exclamo confiada comenzando a planear algunos lugares a los que ambos chicos podrían ir.
- Mañana es el lanzamiento de las nuevas zapatillas de Adidas iríamos con Midorima y Takao a …..-
- ¡Ni lo pienses! – Regaño Momoi con una mirada seria – Te hare una pregunta Daiki – El aludido se tenso, sabiendo que su amiga solo le llamaba asi cuando estaba a punto de molestarse de verdad - ¿Prefieres ir a comprarte esas mugrosas zapatillas o tener una cita REAL con tu novio?
El corazón de Aomine latio con fuerza dictándole la respuesta. Llevo una mano hasta su rostro, dejando salir una sonrisa sincera ante el calor que le envolvía al escuchar aquel adjetivo que hacia referencia a Sakurai; Novio.
- ¡Eligiria a Ryo por supuesto! – Declaro casi automáticamente, Momoi sonrio complacida ante aquella respuesta
- Bien, cancelaras con Midorin y Kazu-chan – Las palabras de Momoi es escuchaban como una sentencia absoluta- Te ayudare a planearlo, te enviare al llegar a casa una lista de sitios a los que pueden ir pero tu tendrás que escogerlos…-Comento con tranquilidad pero de manera firme-…Debe ser un lugar en que estén cómodos pero puedan divertirse – Aconsejo con una sonrisa cariñosa, Aomine asintió confiado – Oh lo principal Dai-chan….-Exclamo casi olvidando uno de los puntos mas importantes-
- ¿Qué es? – Cuestiono el moreno alzando una ceja.
- Deben invitarlo a la cita…debe ser si o si hoy – Aomine sonrio con arrogancia ante aquellas palabras- Lo ideal es que tengan su primera cita antes de cumplir un mes de novios- Apunto ya un poco mas tranquila.
- Satsuki eso es fácil – Hablo confiado encogiéndose de hombros – No es como si se lo fuera a pedir por primera vez, hemos salido antes-
- Es diferente Dai-chan…es muy diferente – Murmuro Momoi sin ser escuchada por el otro. Desviando su mirada hacia el edificio principal del Instituto observando la figura del castaño aparecer – Suerte ~ -Susurro de manera cantarina
Aomine sonrio de lado, sin desviar su mirada de la figura de Sakurai acercarse a ellos de manera agitada susurrando a su paso varias disculpas por el retraso. Desordeno los cabellos contrarios, encontrándose con aquella mirada chocolate que tanto le gustaba sintiendo como su pecho comenzaba a latir a cada momento mas rápido ¿Estaba nervioso? Pff imposible, después de todo era solo una simple invitación
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Estaba en problemas, en serios problemas.
Habían llegado a su casa hacia aproximadamente 10 minutos para poder terminar el ultimo informe que les habían dado como tarea en las clases de recuperación, aunque sus jornadas eran separadas eso no impedía que pudieran hacerlo juntos. Sakurai se encontraba en la cocina preparando un par de bocadillos antes de comenzar con el trabajo mientras Aomine se encargaba de traer los libros que necesitarían pero ahora el moreno se encontraba estático, sentado en un pequeño sillón que adornaba su habitación en la espera del castaño. No era la promera vez que Sakurai se quedaba con el en su casa, entonces ¿Por qué estaba tan nervioso?
Le había sido imposible el poder hablar de la invitación durante su trayecto hacia su casa incluso después de que Momoi se despidiera de ellos, se había sentido un tanto intranquilo pero ¿El mismo lo había dicho no? ¡Era solo una invitación! No es como si no lo hubiera hecho antes, pero entonces ¿Por qué se sentía diferente? Llevo una mano hasta sus cabellos desordenándolos un poco, intentando que sus neuronas se reordenaran.
- Solo dilo, es una simple salida – Se dijo a si mismo dejando salir un suspiro, dejando caer su cabeza hacia atrás.
Cerro los ojos un momento escuchando unos pasos subir por las escaleras, irguió su cabeza observando la figura del castaño hacerse presente en el marco de la puerta, trayendo consigo una bandeja con emparedados y dos vasos de jugo.
- Perdón la tardanza, Daiki-san – Se disculpo Sakurai entrando a la habitación, cerrando detrás de el la puerta de esta – Hice un poco de Te, estará listo en unos minutos m….- Las palabras de castaño quedaron en el aire, observando con curiosidad la expresión del moreno - ¿Pasa algo? – Cuestiono dejando la bandeja de bocadillos aun lado
Aomine alzo su mirada, observando aquellos ojos chocolate sintiéndose atrapado por ellos.
Sonrio de lado tomando la mano del castaño lo jalo hacia abajo atrayéndolo hacia su cuerpo, atrapándolo entre sus brazos sintiendo el calor del cuerpo contrario envolverle. Sakurai tenia un singular efecto sobre el, conseguia dejarle desarmado sin algún otro pensamiento que no fuese el castaño en su mente.
Sus deseos de poder sentir el calor de aquella piel entre sus dedos era algo que le quemaba. Habian tenido varias noches de pasión juntos y claro, también mañanas enteras solamente entregándose el uno al otro porque cuando Aomine tocaba aquella piel y sentía los jadeos irregulares de su pareja le era imposible dejarle ir, no al menos hasta saciarse completamente de el.
- Daiki-san –Saliendo de aquellos pensamientos al escuchar su nombre en aquellos labios.
La mirada azul se enfoco en el chico entre sus brazos, en aquellos pozos de chocolate que le miraban con cierta timidas acompañados de un suave sonrojo. No importaba cuando tiempo pasara, seguía fascinado con aquellas reacciones que parecía producir en el otro chico. Sonrio ampliamente dejándose llevar por sus propios deseos, inclinándose hacia el castaño observando como en un efecto inmediato como el color de las mejillas ajenas se hacia mas fuerte ¿Acaso estaba tentándolo? Desvió su rostro hacia el cuello deseoso de sentir aquel sabor embriagante que tenia la piel del otro
- “…La primera cita es algo importante, y seguramente Sakurai espera sea especial ¡Por favor no lo eches a perder Dai-chan!”- Aquella frase que la chica le había susurrado como advertencia antes de despedirse de ellos esa misma tarde, le invadio recordándole su objetivo.
Alzo una mano acariciando las mejillas calientes del castaño, usando todo su autocontrol para no lanzarse contra aquellos labios ¡No¡ Debia concentrarse era una tarea sencilla, solo tenia que abrir la boca y ….
- Tengamos una cita mañana, Ryo – Solto de repente tomando totalmente desprevenido al aludido. Talvez no había sido la mejor idea soltar la invitación asi como asi pero ¿De que otra forma hacerlo? Simplemente los nervios le había jugado una mala pasada - ¿Ryo?
- Y-Yo….-Las mejillas de Sakurai se sonrojaron aun mas, siendo imitado con un sonrojo tímido en Aomine.
- Se que es algo tarde pero ¿Qué dices? ¿Quieres salir conmigo en una cita oficial? – Cuestiono el moreno, complacido al observar el brillo en las ordes contrarias, aquel sentimiento que se posaba también en su pecho; Alegria -¿ Y bien?
- ¡S-Si! ¡Quiero salir con usted….contigo, Daiki-san! – Contesto emocionado abrazándose al cuello del aludido quedando ambos recostados sobre el pequeño sillón en el que se encontraba el moreno.
El corazón de ambos latio rápido, furioso.
Aomine dejo de lado su autocontrol, permitiéndose devorar aquellos labios que desde el primer momento en que se rozaron le pertenecían completamente. Se abrazo a la cintura del castaño, sintiendo el cuerpo contrario estremecerse y un pequeño jadeo ahogarse en sus bocas; Esos labios eran naturalmente adictivos, haciéndole perder el control y la cordura en grandes cantidades.
El sonido de un silbato sobresalto a ambos, interrumpiendo el beso y las caricias que comenzaban a hacerse presentes.
- El Té esta listo – Rio bajo Sakurai escuchando con cierta gracias las maldiciones que soltaba Aomine al ser interrumpidos – Terminemos el informe, asi mañana no tendremos que preocuparnos por nada ¿Si?
- Tu ganas, solo esta vez – Respondió sonriendo de manera arrogante, se acerco al cuello contrario dejando que sus dientes marcaran aquella piel blanca arrancando un gemido bajo al castaño – Creo que tengo ganas de comer otro tipo de bocadillos – Susurro ronco, causando un escalofrió en Sakurai
- D-Daiki –Exclamo el castaño abochornado, escuchando la risa del moreno ante sus alegatos
- Es broma, es broma – Comento tranquilo desvaneciendo el abrazo con el que mantenía cautivo al otro – Es divertido ver como te sonrojas – Declaro con una sonrisa coqueta, observando un puchero en los labios del castaño en señal de reprocho – Aunque…si no te das prisa talvez si te coma realmente ~ - Susurro relamiendo sus labios
- ¡Ire por el Té! –
Sakurai desapareció de la habitación en solo unos segundos escuchándose solamente los pasos presurosos bajar por la escalera. Aomine se quedo allí, con una sonrisa divertida en sus labios.
Si el castaño no se hubiera marchado en ese momento, seguramente no hubiera podido detenerse hasta devorarlo por completo pero tenia ahora en su mente una nueva tarea. Saco su teléfono mandándole un mensaje a Momoi dándole la noticia y pidiéndole de manera discreta algunos concejos para no arruinar la salida porque las palabras que le había comentado su amiga aquella tarde se mantenían en su cabeza haciéndole sentir inquieto; “En la cita oficial se puede ver que tan compatible son como pareja, o que tanto pueden llegar a realizar estando juntos…”
¡No! El era Aomine Daiki, un prodigio innegable que se había enfrentado a un gran numero de situaciones difíciles y había podido salir de cada una de ellas ¿Cómo podía fallar en una simple cita?
...CONTINUARA