Abrió sus ojos lentamente, sentía algo pesado sobre su cuerpo, sus brazos adormecidos y sin poder moverse, como pudo se refregó uno de sus ojos, sintió unos cabellos en su cuello que le daban cosquillas, movió su cuerpo a ver si así el peso sobre su cuerpo se dignaba a liberarlo.
—Oye… Pesas—Susurró tratando de liberarse en vano. Un quejido salió de la otra persona luego se acurrucó más sobre el rubio, — Debo irme ya…
—Cinco minutos más—Susurró el otro sin intenciones de moverse.
— Satoshi—Le regaño— yo tengo un trabajo, puedes quedarte pero no me molestes.
El azabache despertó finalmente, solo para encarar al chico, la mirada seria que puso hiso que al otro le dieran ligeros escalofríos. Se sentó sobre el rubio manteniendo esa mirada y sonriendo ligeramente.
— ¿El señor perfección tiene alguna queja? —Dijo Ash con un tono de superioridad inmovilizando al chico.
—Sabes que no me gustan esos juegos—se quejó el tratando de sacarlo de su cama — Quitate
El azabache se acercó al rostro del otro aprisionando sus brazos, había notado que estaba adormecido aún y que tenía mucha más fuerza que él.
—Citrón— susurró ejerciendo fuerza sobre el cuerpo ajeno, el otro cerró fuertemente sus ojos, segundos después Satoshi estalló en risa.
— ¡Basta de tus tonterías! —Le regaño, Satoshi se salió de encima de su amigo para tirarse a un lado tomando su estómago mientras seguía riendo a carcajadas.
—T-Tu cara… ¡La hubieras visto! —continuó riendo, Citron le fulmino con la mirada, tomó uno de los brazos del chico para torcerlo sobre su espalda quedando él ahora sobre Satoshi.
— Vamos ríe ahora—Amenazó riéndose ahora del chico.
Satoshi estiró su brazo para golpear tres veces el colchón de la cama en rendición, Citron le soltó el brazo quedando sentado sobre su cama el otro movió en círculos su adolorido hombro sentándose frente al chico.
— Que malo eres—Se quejó simulando un puchero.
— Llegaré tarde al trabajo por tu culpa— le recriminó con cierta superioridad, luego recordó el porque estaba el chico aquí.
La noche anterior, mientras salía de su trabajo a muy altas horas de la noche, caminaba tranquilo por la calle donde se instalaban los bares de la ciudad, en uno de ellos –como siempre- había una pelea entre borrachos, trató de salir rápidamente de esa calle pues nunca pasaba nada bueno en esas peleas. De pronto la puerta se abrió y al suelo cayeron don hombres bastante mareados y golpeados.
— ¡No te escaparas maldito!—Grito furioso Satoshi que estaba golpeado y obviamente borracho, lanzó una patada sobre uno de los hombres que apenas podía mantenerse en pie. —Vamos ¡levanta!
— ¿Satoshi? —Preguntó asombrado Citron al ver a su antiguo amigo en ese estado, el nombrado giro a verle con cara de que quería gritarle, pero en cuanto notó al otro se le cayó la botella a medio tomar que traía en la otra mano, repentinamente su cuerpo se relajó.
— C-Citron— respondió parpadeando repetidas veces sin creer que miraba nuevamente a ese chico.
— ¡Cuidado! —Grito el rubio al ver como un hombre se asomaba por detrás para golpearlo con una botella rota.
Satoshi se giró, lanzó otra patada directo al estómago sacándole el aire al hombre que cayó de rodillas, el equilibrio del azabache se fue repentinamente provocando que cayera al suelo sentado.
— ¿Atacando por detrás? —Rio el chico parándose nuevamente para golpearlo.
— ¡Basta! —Grito Citron tomándolo del hombro para que volteara a verlo.
— ¡No te metas! — se molestó pero cayó al suelo del mareo.
Citron le miro con reproche, tomó su brazo y comenzó a arrastrarlo lejos de ese bar a pesar de las quejas de su “amigo”, al llegar a su casa lo metió a la bañera obligándole a asearse un poco antes de entrar directamente a dormir.
—No quiero vagos en mi casa, así que mínimo aseate—Le regaño lanzándole una toalla y un pijama, cerró la puerta dejando al chico dentro.
Al rato Satoshi salió gruñendo por lo bajo con el pijama –a su parecer- más ridículo de su vida. Fue directo a la habitación del rubio que estaba sobre su escritorio leyendo alguna cosa muy importante, más de lo que había hecho Satoshi en los últimos años.
—Preparé una cama en la otra habitación, mañana hablaremos—Dijo sin despegar su vista del documento pero escuchó los pasos entrando a su cuarto, el movimiento de las tapas detrás suyo y finalmente los resortes de su colchón siendo aplastados por Satoshi, giro su rostro para verlo ahí acostado dándole la espalda y sin intensiones de moverse. —Satoshi…
— Mañana hablaremos—Contesto por lo bajo metiéndose más en la cama dando por terminada aquella conversación.
—Es hora—Dijo sonriendo levemente, el otro giro su rostro tratando de evitar el tema— ¿Qué has hecho en estos últimos tres años?
—Tonterías…—Contesto suspirando, elevo la vista nuevamente esperando que con eso fuera suficiente, pero claramente no lo era.
El rubio le miro esperando algo más que esa palabra, pero notó que había aun tensión entre ellos, claro tres años era mucho tiempo para ellos.
— Estas muy cambiado—Comentó rascándose la cabeza, —Antes sonreías a cara momento y eras muy positivo, pero ahora, parece como si…
—Fuera un idiota—termino de decir pero fue contradicho por su amigo.
—Siempre fuiste un idiota, pero uno agradable—rio con eso provocando una risa desanimada en el otro.
—Supongo que sí…
—Vamos, Satoshi puedes decirme…
—Es tu culpa—Contestó finalmente, el otro le miro sorprendido y no pudo comprender el hilo de su presencia contra el problema de su amigo.
— ¿Disculpa?
— ¡Es tu culpa! —Le grito encarando al rubio
— ¿Cómo puede ser mi culpa?, tú eres el que se fue repentinamente de su casa, aparecía con novia nueva y se metía en bares a pelear contra más borrachos, ¡Dónde estoy yo metido en todo eso! —le regaño sin comprender la relación de todo eso con sí mismo.
— ¡Por supuesto que lo es!, ¡Todo eso es porque yo…!—Pero paro de hablar al mirarle a los ojos, sus ojos azules le miraban completamente confundido y no sabía si podría decirle por qué era el problema.
— No deberías echarle la culpa a los demás—Comentó frunciendo el ceño.
Satoshi bajo la mirada, miró sus manos buscando algo de valor que antes tenía, cerró sus ojos con fuerza y sin pensarlo más tomo el rostro de Citron entre sus manos, empujándolo sobre la cama, para juntar sus labios en un beso algo forzoso.
Duro poco, pero lo suficiente como para dejar sin palabras al rubio que parecía tener respuesta a todo.
—Es tu culpa…—Comenzó a hablar— ¿Recuerdas a Misty, May, Dawn, Iris y Serena? Todas ellas eran para olvidarte, no sé cómo, ni por qué pero desde hace tiempo tú te metiste en mi cabeza, hice de todo para que salieras pero no pude…
— ¿Eres idiota? —Le regaño el rubio colocando su mano en su mejilla en un intento de palmazo— ¿Tan malo era que yo… te gustara?
Trató en vano de que la voz no se le quebrara, pero fue imposible, lo que él le había dicho le dolió.
—No… no es eso.
— ¡Entonces qué!, ¿Qué es? —Le gritó— ¡Estabas arruinando tu vida por esa tontería!
— ¡Citron! —Repentinamente Satoshi le abrazó— no llores, por mi culpa no…
Él ni si quiera había notado que había comenzado a llorar, se tocó el rostro, estaba húmedo.
— ¿Por qué no me dijiste? —susurró molesto.
— Creí que me odiarías—contestó separándose de él.
—Idiota—le dijo Citron tomando el rostro de su amigo entre sus manos— si me lo hubieras dicho yo te habría correspondido.
— ¿E-Enserio? —Se sorprendió Satoshi abriendo sus ojos.
Citron sonrió levemente.
—Sip, pero por idiota ahora te digo que te salgas de mi cama—Le regaño.
— ¡Citron! —Satoshi hiso un puchero, pero de inmediato le rodeo la cintura con sus brazos aprisionándolo contra su cuerpo— ¡Ahora no me iré de aquí!
— ¿Qué? No, muévete, tengo que ir al trabajo—El rubio trato inútilmente de zafarse de nuevo de ese peso sobre su cuerpo. —Satoshi
—Citron, me gustas—Dijo el azabache abrazándolo con fuerza, el nombrado dejo de moverse rindiéndose.
—Llegare tarde al trabajo, por tu culpa—Le regaño colocando su puño en su cabeza.
— Haré que valga la pena— contesto Satoshi volviendo a besarle con más cuidado, y sin intensiones de dejar escapar a su “amigo”, esta vez haría las cosas bien, aunque despidieran al rubio por este día que no iría a trabajar.