Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando despierte por Marissa

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Si vas a leer esto, tendrás que saber que trataré de dar avances seguido. Que agradezco tu tiempo, tu esfuerzo, tu paciencia, pues mi estilo no es el más atractivo. Que si dejas una review, será respondida rápido. Es todo lo que puedo prometer por el momento.

 

 

Notas del capitulo:

Un recordatorio que no debe quedarse entre mis papeles.

Después de muchos, muchos meses sin haber podido hacerlo, hoy, por fin, te escribo. A ti, sí, a ti, no a ella. ¿Lo habrías imaginado? Tú, devolviéndome un poco de lo que perdí en aquel entonces.

Ella te odiaría un poco si lo supiera, creo. Tal vez, o solo fingiría que no le importa.

Me encantaría empezar diciendo esas cosas tan cursis que antes eran fácil de sacarme, y no creas que no tengo ganas de hacerlo; esta vez es distinto, tú eres tú, ella es ella. A que soy una gran pensadora. Quiero decir… No sé qué estoy haciendo. No tengo idea, doy vueltas en mi propio eje y desvirtúo las cosas. Una eterna sicosis, desesperación que me hace llorar antes de dormir, soñar que todo se derrumba. Rechinar los dientes hasta destrozarme los huesos, y aun así, querer dormir hasta que mi cuerpo se entumezca.

No puedo dedicarte viejas serenatas porque aún estoy en el limbo, un odioso limbo. Lo sabes perfecto, fuimos bien sinceras con este tema. Lo repetiré para mí ahora: traté, en un principio, de alejarme. Igual mis pies se movieron en tu dirección, ignorando a los labios que protestaban, que sabían que eras adictiva.

Son tan diferentes e iguales, me apena admitir. Cuando me di cuenta, no podía ser más paradójico. Un yin y un yang, luz y oscuridad que equilibran bastante a mi propia galaxia. Por eso es que mis  circunstancias con ustedes me tienen totalmente encarcelada; duele, pues, a su rara manera, son una terrible caricia para mi alma. Agua fresca para el sediento.

Hoy en particular, ha allanado tu dulzura aquí. Me revive, me mata. Derrite la nieve que ella dejó caer sobre mi cuerpo, pero deja huellas en mi piel. Es testigo de mi evolución, es parte de la misma. Mi alma cree que un abrazo tuyo bastará para sanarme.

Por eso te escribo más a ti y no a ella.

No ha pasado mucho tiempo, pero, quién dice que alguien no pueda amar a otra persona en menos de un año. Falacias. El amor desconoce lugar, fecha, cronómetro. Hay gente que solo lo siente rápido, y otros, como yo, necesitan más paciencia. Perdón por eso, a ambas. Me cuesta mucho.

En lo que a mí respecta, lo merezco. Por otro lado, me han llenado de bendiciones y desastres; el amor hace tanta falta en algunas partes… Sin embargo, aunque hayan levantado un campamento aquí, sé muy bien que ustedes no pertenecen a este lugar; deberían repetírselo también. Aunque dejen huellas permanentes con sus edificaciones, mis niñas, vienen de paso.

Cierto. A lo que iba.

Hola, bonita mía. Sí, mía, por el tiempo que dure. Destaco tus cosas, tus maneras, tu voz suave. Tus fotos, tus emoticones, los lugares que has visitado y los que quieres descubrir. Una larga lista de lo que me tiene ahí, queriendo que me atreva. Puede sonar infantil, pero me produce cosquillas en toda la cara cuando dices que harás la tarea hoy para tener libre mañana, solo porque yo únicamente puedo hablarte… mañana. Así, mil cosas más, todas parecidas a esa, han comenzado a derretirme.

Eres fuego, chispeante fuego que reconforta y otorga al alma la sensación de haber encontrado un hogar. Abrazo que rompe tus muros y te meteoriza; soy polvo que se va en el aire; tú, brazos… palabras que arrullan cuando deja la lluvia de caer. Puedo ver entre las brasas ese rostro y una sonrisa limpia, la carne que parece imponente. Segura, fuerte y dulce al mismo tiempo, me tomas entre tus manos y me elevas al cielo. Me dignificas arrodillándote, cuando soy yo la que debería hacerlo. Reina entre las reinas, eres muy noble para aceptar que brillas más que la gente en general.

Pareces de revista juvenil, de tips para saber que has encontrado a tu alma gemela. Eres guapa y te gusta ir sola al cine, como a mí. Quedarte hasta tarde disfrutando del ocio, salir de fiesta con amigos y beber, y reír. Lees mangas, y pareciera que solo nosotras dos amamos los mismos tomos. Nuestro sistema es muy exacto. Partes indispensables de un pequeñísimo conjunto que nos pertenece, que pretende envolvernos con límites difusos. Para qué complicarlo más: sé perfectamente que… eres todo lo que mi corazón siempre necesitó. No puede haber otra mujer con esa mezcla perfecta de pasión, ternura, dulzura, humor, paciencia, gustos. No somos miscibles, pero hacemos una aleación perfecta; nos distinguimos y aguantamos. Deberían vendernos para las edificaciones, aunque siempre quieras tener la última palabra…

Eres valor, un verano agradable. La manta que impide que se congele mi carne, latidos que, quiero, compongan toda mi lista de reproducción.

Al otro lado del salón, de este extraño ring, está la tundra que en un principio no existía y era la incandescencia de una primavera preciosa, prometedora, como el inicio de un proyecto febril: difícil pero vivaz, tal cual me gustan a mí. Infantil, ingeniosa, un edén para la terrible tristeza que no me dejaba existir. Primavera que no se convirtió en verano, sino en invierno. Escarcha, no tenía guantes para recoger la nieve que se acumulaba entre mis pies. Te hiciste una con el frío de a poco: mis arterias tapadas por granizo. Así quemaste cada resquicio de mi corazón con una elegancia imperceptible para el ojo poco entrenado. Hielo suave y recio que edifica, sí, ahora mismo, templos de espinas, que se niega a soltarme por más que se lo proponga; quedo muda bajo esa mirada penetrante que parece saberlo todo de mí. Me siento pequeña y frágil, mas no eres protectora. Ya no. Sin embargo, solo me miras a mí desde lo alto, desde tu nube. Ocupas en ella un pedestal, resaltas entre el cristal efímero cuando dejas que el gélido nos cubra. No sonríes, pero eres sincera. Tu distancia lo es, aunque sabes que nos lastima. Cómo describirte… si ni tú puedes hacerlo. Cómo hacerte creer que repetiría aquella primavera millones de veces, hasta que se ralle la cinta. Que mataría por hacer las cosas bien, por no haberte mentido. Que me equivocaría igual solo para oír tu perdón y renacer entre tus llamas negras.

Eres testigo de mis cenizas más primitivas, de las primeras, y eres importante en mi vida; imborrable. Entre ellas, sabes que surgió un pequeño brote que busca aún tu sol: no se rinde, n lo admite, se niega a morir. Sin embargo, yo despierto, me acerco, logro moverme entre las cadenas que me entumecen, y cuando te das cuenta, levantas ese muro. Tienes miedo. ¿Es esta tu libertad? Yo también lo siento y lo lloro, lo lloro muchísimo, todo el tiempo, todos los días. A veces, creo que no podré perdonarte ni perdonarme; luego… mueves tus manos, así, los movimientos perfectos, delicados; me hipnotizas. Estoy de vuelta...

Ustedes no saben que me detesto por estar aquí, en medio de una lucha invisible ente contrincantes que desconocen su batalla, pero la viven. Mucha gente me odiaría, aunque ya casi me da igual lo que opinen. Este es el testimonio de lo terrible que es no poder dejar atrás las cosas o tomar la decisión que sea, pronto. Tener que dañar para despertar. Tener que concluir entre dudas que el frío se combate con abrigos, pero que el calor de una lejana cabaña te invita, te grita que vayas. Te lo ruega.

Ambos senderos significan un final. Veamos cuál termina muriendo primero en mis brazos…

Te escribo aquí porque sé que no vendrás. A ti, sí, créelo. Créeme, que si termina a tu favor, haré lo imposible por hacerte feliz... el tiempo que dure nuestro encuentro.

Notas finales:

Gracias por leer, en serio. Es un halago muy grande haberlos tenido aquí :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).