Y pasó una tortuosa semana de evidente tensión entre Tatsuya y Shun, ambos habían querido volver a retomar aquel beso pendiente, sin embargo no se había presentado la oportunidad perfecta, durante toda la semana ambos habían tenido mucho trabajo, Shun había estado tratando niños ya sea con resfriados, problemas en el estómago, incluso algunas jovencitas que iban a pedirle infusiones de balaustia para evitar quedar en estado, sumado a eso uno que otro hombre con torceduras, cortadas o huesos rotos; Tatsuya por supuesto no se quedaba atrás, era temporada de caza, así como también buenos tiempos para ir recolectando leña para el invierno. Sin duda una semana agotadora.
Shun tomo su canasto con hierbas y camino de regreso a la cabaña, pensando en que sería bueno preparar en el desayuno, pero antes de llegar pudo ver la silueta de Frank parada enfrente de la puerta. No había visto al varón desde el día del picnic.
-Frank ¿Qué se te ofrece?
Shun le pregunto amable, el otro solo se puso tenso y nervioso.
-Quiero hablar contigo ¿Puedo pasar? –
-Lo siento Frank – Shun lo miro apenado – no creo que a Tatsuya le agrade verte en su casa.
-Ah lo entiendo, solo quiero pedirte disculpas por mi comportamiento, me gustas mucho Shun y no podía soportar la idea de que lo quieras a él, fui un bruto.
-Sí, lo fuiste.
-Discúlpame por eso Shun, no se repetirá, y ahora sé que tengo la batalla perdida así que al menos espero podamos ser amigos.
El doncel le dedico una sonrisa autentica.
-Por supuesto, pero solo amigos.
-Claro, por cierto… - el castaño se rasco la cabeza – Tatsuya lo que te dije de él, no es cierto, creía que él no te miraba con esos ojos pero eso día me di cuenta de que él te quiere.
La cara de Shun se coloreo de un sutil rosa, apenado hasta las orejas por aquella afirmación, recordando el casi beso.
-Ojala que seas feliz con él.
-Gracias Frank.
-Nos vemos Shun.
El castaño se retiró dejándolo solo, Shun entro a la casa y se dispuso a hacer el desayuno, antes de que Tatsuya despertara él ya había terminado y el del lunar se levantó con el delicioso aroma de la comida recién hecha.
A Shun le encantaba la visión de un Tatsuya recién levantado, con su cabello suelto cayéndole en los hombros y su flequillo despeinado que dejaba entre ver un poco la parte de su rostro que siempre tapaba.
-Buenos días Tatsuya.
-Buenos días Shun – El del lunar paso al lado del doncel y por un instante tuvo el impulso de besar sus labios como pidiendo el beso de buenos días, pero había recapacitado antes, quería hacer su movimiento en un ambiente más adecuado – Se ve delicioso
Ambos se sentaron a desayunar hablando sobre lo que harían durante el día, Tatsuya le hizo prometer que lo acompañaría a checar unas plantas que había visto en el bosque que se parecían a unas que vio en los libros de la madre de Shun.
Dicho y hecho pasado el mediodía Shun y Tatsuya partieron al bosque en busca de las dichosas plantas, caminaron por bastante tiempo, y durante el trayecto de vez en vez platicaban o mencionaban algo, casi todo el camino había ido en silencio.
Llegaron a cierta parte del bosque donde encontraron un pequeño manantial, a sus orillas Tatsuya le indico estaba dicha planta.
Shun se sentó a la orilla arrancando las plantas que en efecto eran las que estaban ilustradas en el libro de su madre, Tatsuya se sentó junto a él.
-¿Sabes Shun? – El doncel lo miro – En esta vida me ha tocado perder mucho, perdía mis padres, mi hogar en Aleksandru, Samo me recogió ahí, y cuando creí que la vida me trataba bien de nuevo me arrebato a mi prometida, sufrí mucho por ella.
-Lo siento tanto Tatsu…
-Tenía mucho miedo de volver a sufrir lo mismo, tenía miedo de encontrar razones para abrirme contigo y entregarte mi corazón – Tatsuya sonrió al ver el sonrojo de Shun – pero ahora sé que no puedo seguir ocultando todo esto que vengo sintiendo desde hace un tiempo, dios Shun hasta celos del agua tengo cuando se trata de ti.
Shun no podía creer todo lo que estaba escuchando, su corazón cada vez más acelerado, las mariposas en su estómago, el sudor en sus manos, se sentía como si en cualquier momento pudiese volar.
-Por mucho tiempo estuve dejándome morir en vida, pero ya no quiero eso Shun, y tú eres el único que me hace volver a estar feliz, así que por favor déjame conquistarte.
-Como si pudiera decirte que no a algo – Shun lo miro a los ojos sonrojado, Tatsuya de verdad disfrutaba verlo sonrojado – Es obvio que te quiero.
Tatsuya sonrió de lado, realmente amaba la sinceridad del otro, se acercó lentamente a Shun y tomo su rostro entre sus manos, acercando sus labios a los contrarios hasta por fin unirlos. Shun correspondió enseguida al beso, estaba temblando ligeramente y se agarró al cuello de Tatsuya para tener soporte, por su parte Tatsuya lo besaba cada vez con más intensidad, era obvia su experiencia y Shun solo se dejaba hacer por Tatsuya, dejándose llevar por todo lo que el otro le hacía sentir, eso que nunca antes había sentido.
El doncel sintió un escalofrió recorrerle la espalda cuando Tatsuya coló su lengua dentro de su boca, cuanto calor. Por fin se separaron por falta de aire únicamente unidos por un hilo de saliva. Con la respiración agitada y un sonrojo descomunal Shun miro a Tatsuya sonriéndole tímidamente.
Regresaron a la comunidad con las manos entrelazadas y el corazón desbocado y por sobre todo muy, muy felices. Tanto que no se percataron de la presencia que los había estado siguiendo desde que se había salido de la comunidad.