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Fiesta Pagana por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Holu.... 

bueno antes que nada perdon por el atrasó, de verdad lo siento, estaba medio perdida con este cap y sumado a eso otras cosas que me impedían escribir como quería :/ 

en fin muchisimas gracias por sus lindos rw y espero que les guste el cap :3 

De ante mano me disculpo por cualquier falta de ortografía >///< 

Shun veía anochecer de nuevo por segunda vez y  no podía más que preocuparse, había subestimado el viaje y había pensado que sería más corto mucho más corto. Cada vez se preocupaba más por Tatsuya ¿Habría encontrado el camino? ¿Debía revelarse y escapar? Sí lo hacía ¿Podría regresar?

El carruaje se detuvo antes de que el aventará la siguiente piedra, no había dejado de hacerlo, con la esperanza de darles una guía, por pequeña que fuera.

Abrieron el carruaje y le ataron del tobillo, era el mismo muchacho de antes, aun no conocía su nombre pero él era el único con el cual interactuaba. Conforme habían avanzado se les había sumado gente, unos diez hombres más y ninguno le dirigía siquiera la mirada.

Shun bajo del carruaje, y camino hacía donde estaban los demás, los hombres iban y venían con leños y cosas. Preparaban la comida. Pero no lo dejaban ayudar, tampoco le hablaban y si lo bajaban era solo para que pudiese estirar las piernas.

Se acercó  a uno de los muchachos, era nuevo seguro se habían unido esa mañana y no solo era nuevo también se veía mucho más joven, se le notaba era más delgado y tenía una cara que reflejaba inocencia, cabellos castaños y ojos color miel; por ello esperaba tener suerte y poder sacarle al menos el nombre del Reino donde estaban, pues lo único que veía era tierra roja, algunos matorrales y piedras.

-Hola – Shun le dedicó una sonrisa y él ni siquiera lo miro – soy Shun, ¿tú eres?

El muchacho no respondió y siguió con su trabajo que era darles agua a los caballos. Shun hizo una mueca pero no desistió, lo siguió no podía dejar de insistir.

-Veo que no quieres decirme tu nombre, ¿Puedes decirme en dónde estamos?

El chico no respondió. Pero al menos había logrado que lo mirara un par de segundos.

-No muerdo ¿sabes? Sólo quiero saber dónde estamos, es la primera vez que veo una tierra así.

El chico volvió a mirarlo y se movió hacía los últimos caballos, Shun lo siguió

-No debemos hablar contigo, está prohibido, por favor no insistas más – le dijo el castaño en un susurro y sin siquiera mirarlo.

Shun comprendió que si le decía más se metería de seguro en grandes problemas. No insistió más y se fue, se fue con la única persona que si le hablaba, busco entre los hombres a aquel barbudo azabache  que siempre lo subía y bajaba del carruaje.

Lo encontró al otro lado de “campamento” hablando con otros hombres. Se acercó sin titubear.

-Buenas señores – Shun los saludo y en seguida quienes acompañaban al tipo se fueron – Vaya que poco amigables, todo aquel a quien me acerco me rehúye, ¿Sabrá usted por qué?

-Esos hombres tienen órdenes de mandos superiores de no dirigirse a usted.

-¿Ordenes de quién? ¿Usted no tiene las mismas órdenes?

-Ordenes de su abuelo y no yo estoy autorizado para hablarle.

Shun lo miro, ese hombre era serio hasta el último cabello, en su mirada no se veía más que disciplina, era un soldado perfecto. Shun intentó sonreírle y por supuesto el gesto no fue devuelto.

-¿Y a qué se debe tal posición especial?

-Tú serás mi esposo – el hombre lo miro decidido como si aquello fuera una verdad absoluta

-¿Disculpa? – Shun lo miro incrédulo, a donde sea que fuera siempre querían controlar su vida, pero no se dejaría, ya no, no cuando Tatsuya ya le había mostrado el dulce y refrescante sabor de la libertad, era una de las razones por la que lo quería tanto, porque era el único que le dio aquella oportunidad de decidir - ¿Qué te hace pensar que voy a casarme con un hombre del que no conozco ni el nombre?

El barbudo le sonrió o hizo una mueca parecida a eso.

-No se trata de que elijas, se trata de ganarte.

Shun lo miro incrédulo, ¿De verdad su abuelo pensaba que más de un hombre competiría por él? ¿Qué rayos pensaba? ¿Qué tenía por nieto al príncipe de Aleksandru?

-Es broma ¿Cierto? – Shun le sonrió – No creo que alguien te vaya a dar competencia si de eso se trata.

-No es broma, en mi tierra hay más de uno que quiere casarse contigo, por supuesto yo soy el que mayor oportunidad tiene.

-¿Por qué querrían casarse conmigo? – Shun comenzaba a sentir pánico, necesitaba a Tatsuya, lo necesitaba ahí porque no quería casarse con ese hombre o con cualquier otro.

-Por beneficio, para asegurar su futuro, por ganarse el favor de tu abuelo.

-Supongo que buscas lo mismo.

-Sí, y porque eres realmente bello.

Shun frunció el ceño, los cumplidos de ese hombre le sonaban falsos, los creía falsos aunque el barbudo no mentía.

-Tu abuelo también quiere que gane, por eso me envió a por ti, para tener ventaja por sobre los otros.

-Bueno queda claro que aparte de arrogante eres tramposo.

Shun estaba enojado y no iba a ocultarlo, se sentía ofendido, quererlo solo por poder, era de lo peor, ni siquiera Alexei lo había buscado por algo como eso, y Tatsuya lo quería por ser quien era. Miro desafiante al hombre quien le respondió con la misma mirada.

Ninguno iba a ceder.

-¿Podría llevarme de nuevo al carruaje señor…? ¿Disculpe cómo debo llamarlo? – Shun lo miro orgulloso, pues no tenía razones de mostrarse amable con aquel hombre arrogante que se autodenominaba su futuro esposo.

-Mi nombre es Tobio, pero puedes llamarme cielo – ante la actitud de Shun el barbón solo le mostro otro intento de sonrisa – digo para que practiques.

Shun rodó los ojos y regreso al carruaje jalando la soga que ataba su tobillo para enrollarla. Ya en el carruaje, se negó completamente a que lo ayudará a subir y resoplo cuando el hombre le acarició la piel de la pantorrilla para desatarlo del fuerte nudo, cuando su pie estuvo libre le dio una patada para cerrar el mismo la puerta del carruaje y volvió a la tarea de grabar las piedras, no podía rendirse, también inspeccionó las bolsas buscando algo que le fuese útil por si al final decidía huir.

Después de lo que fue aproximadamente una hora, Tobio abrió nuevamente el carruaje sosteniendo un plato de estofado.

Shun no lo aceptó, no quería nada que viniera de ese hombre; pero el barbudo no se inmuto y lo dejo dentro esperando que lo comiera después. Antes de que volvieran a partir, Tobio volvió para recoger el trasto, Shun no había siquiera tocado el plato.

-Tienes que comer, no puedes simplemente hacerte el orgulloso.

-Puedo y lo hare señor Tobio, comeré para cuando llegue con mi abuelo.

-No seas caprichoso, mira que de buena manera te lo doy, come.

La mirada del barbudo se intensificó mostrando su enojo, Shun solo sonrió en su mente, seguro de que lograría sacarlo de quicio.

-Y de buena manera declino su plato, también me agradaría que se retirara. No quiero hablar con usted.

-Shun no hagas esto, morirás de hambre si no lo comes, no has probado bocado desde la tarde de ayer.

Shun sabía que tenía razón, en parte, porque había comido algunos de los frutos que siempre recogía, tenía un buen número de ellos oculto en el carruaje, pero Tobio no sabía aquello.

-Entonces tendrás que presentarle mi cadáver a mi abuelo – Shun lo miro altivo – Por favor retírese.

El barbudo cerró el carruaje con más fuerza de la necesaria demostrando su frustración. El carruaje comenzó a moverse.

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Tatsuya, Trent, Frank y Alexei  iban a todo galope guiados por el mapa y por las piedras, porque sí, Tatsuya había descubierto las piedras en el camino, y estaba seguro que no podía ser nadie más que su Shun quien los estaba guiando, los estaba dirigiendo, y quería pensar que ya estaban más cerca de él.

Conforme habían avanzado habían descubierto las pequeñas fogatas que también marcaban el paso de aquellos hombres. Llevaban dos noches en su busca y no sabían cuanto más iban a tardar, mientras tanto habían sobrevivido con los pocos vivieres que traían y durmiendo un par de horas al anochecer, no podían desperdiciar demasiado tiempo y únicamente paraban de ser necesario, a ninguno le importaba si en algún momento dejaban de sentir sus piernas entumecidas de la cabalgata. Por supuesto también tenían que alimentar a los animales, eso también les quitaba tiempo, aunque solían alimentarlos cuando ellos mismos comían.

-¡Tatsuya! – Trent freno a su caballo para luego desmontarlo – Aquí hay otra piedra.

-Déjame ver – El del lunar tomo la piedra y vio la letra marcada, una S – Bien hay que seguir por este camino.

Las piedras habían representado una gran ayuda pues dentro del mapa que tenían no se marcaban caminos a seguir, era lo que las piedras les daban, una dirección cuando se encontraban con dos senderos.

Tatsuya galopó tan rápido como pudo, siendo seguido de no muy lejos por sus acompañantes, mentiría si dijera que no estaba desesperado, lo estaba, quería encontrar a Shun, tenerlo entre sus brazos, ver sus preciosos ocelos y su hermosa sonrisa, besarlo y decirle cuanto lo necesitaba en su vida, porque lo necesitaba, al momento de no tenerlo ahí supo que sin el volvería al abismo de soledad en el que tanto tiempo había estado y del que solo Shun lo había podido sacar.

Cuando vieron otra vez el amanecer ya estaban demasiado lejos y apenas encontraban el ultimo fogón que aquellos raptores habían hecho.

Inspeccionaron el lugar, las cenizas blancas de la leña aún estaban tibias, había excremento de caballo en los alrededores, de muchos caballos, el número había aumentado desde la última fogata.

-¡Tatsuya! – esta vez Alexei lo llamo, de alguna extraña forma el del lunar se había convertido en el líder – Mira esto.

Tatsuya fue hasta donde el rubio e inspecciono la roca que le mostraba, tenía un papel amarrado a esta con un hilo. Tatsuya lo abrió y leyó su contenido, si lo pensaba había sido una gran ventaja que Shun supiera que él sabía leer, pues a base de eso le había podido dejar una gran pista.

El pedazo de pergamino era pequeño pero bastante especifico.

-¿Qué dice Tatsuya? – Frank formuló la pregunta que todos querían respondiera.

-Por lo que entiendo, su abuelo quiere hacer una competencia para desposarlo con el vencedor – Tatsuya les dedico una sonrisa – Tal parece que tendremos más competencia.

Trent le arrebató el pedazo de papel a Tatsuya, no entendía nada pero al menos podía reconocer la bonita caligrafía de su hermano. No había error, lo había escrito Shun.

 “Abuelo. Competencia. Desposarme con Ganador. Ayuda”

Esas eran las únicas palabras que Shun había puesto, seguro que Tatsuya lo comprendería y así había sido.

Los cuatro muchachos montaron los caballos para salir nuevamente a recuperar a Shun, tres de ellos ya mentalizándose acerca de que si llegaban a tiempo podrían competir por Shun y ninguno estaba dispuesto a perder.

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Cuando llegó el ocaso llegaron a su destino, Shun fue entregado a una grande casona, donde le alimentaron, le bañaron y le vistieron con precioso ropajes de seda blanca adornado con pequeñas y preciosas flores rosas bordadas a mano. Las mujeres que lo habían vestido contra su voluntad tampoco parecían poder hablarle.

Shun permaneció encerrado en una habitación alejado de lo que era el pueblo, o lo que el pensaba era el pueblo ya que no había podido ver nada con mucho detenimiento pues ni bien había bajado del carruaje lo habían llevado a ese extraño confinamiento.

Al poco llegó su abuelo, un hombre ya sin cabello sobre su cabeza y barbas blancas largas hasta su barriga, delgado y vistiendo una “túnica” similar a la de Shun, pero en color rojo con detalles dorados y mucho más majestuosa.

-¡Shun! ¡Querido mío! – Su abuelo se acercó estrechándolo entre sus brazos -¡Eres tan hermoso como tu madre!

-Abuelo, por favor dime que eso de la competencia por mi mano es una vil broma.

Shun lo miro suplicante y su abuelo solo sonrió.

-Tranquilo pequeño, son solo formalidades, ya sabemos quién será el vencedor.

-Tobio…

-Veo que ya lo sabes.

-No lo quiero abuelo, a parte arreglar una competencia no es justo.

Su abuelo volvió a sonreírle con dulzura.

-No esta arreglada Shun, es seguro que no hay hombre que sea capaz de vencer a Tobio. Pero si te consuela saberlo solo el ganador podrá reclamarte, y eso puede llegar a cambiar.

-No, no me consuela ni un poco ¿Quién te dijo que yo deseaba esto? ¿Yo estaba perfectamente bien dónde estaba?

-Con una bola de rufianes ¿en serio? Shun yo solo veo lo que es mejor para ti.

-No – Shun respiro hondo, tratando de conservar la calma delante de su abuelo – Lo mejor para mí era quedarme al lado de Tatsuya, no casarme con Tobio.

-Ahh así que te enamoraste – a pesar del tosco tono de voz de Shun, su abuelo seguía sereno y le hablaba con ternura – Pero velo de esta forma si ese hombre de verdad te ama vendrá aquí  a presentar batalla, la competencia la retrasare, para que veas mi buena disposición de cumplir tus deseos, y se celebrara el día después de mañana, si para ese entonces tu amado no ha llegado deberás asumir que entonces no te ama tanto como para pelear por ti.

-Llegará, lo sé – Shun se sentía un poco más esperanzado.

-Y espero que gane, porque si no lo hace no servirá de nada su viaje – Su abuelo le acaricio sus cabellos y volvió a abrazarlo – Realmente eres idéntico a tu madre.

El anciano dijo lo último con un poco de nostalgia recordando como su hija había defendido a capa y espada a su yerno y como este la había ganado en aquella competencia muchos años atrás. 

Notas finales:

bueno hasta aquí queda el cap, espeor les haya gustado 

Nos leemos!! 


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