Tatsuya podía asegurar que no había mejor vista que la de Shun dormido entre sus brazos por la mañana y podría asegurar que no se cansaría de esa vista por lo menos lo que le resta de vida.
Con un poco de pesar se levantó para poder alistar las cosas que necesitaría para ese día, solo unas cuantas mantas dentro de un morral que escondió donde Shun no pudiese verlo, después de todo le tenía una sorpresa para la noche.
Con cuidado de no hacer mucho ruido para no despertar, ni a Shun ni a Tobio que aun roncaba, volvió a la cama, cubriéndose con las mantas y observando al ángel que ahí dormía. Shun se removió un poco acomodándose mejor, buscando el calor del cuerpo ajeno y sin hacerse del rogar Tatsuya se acercó a él abrazándolo.
El del lunar se consideraba una mala persona, o al menos un hombre muy lejos de ser bueno, pero con Shun entre sus brazos solo podía pensar que algo había hecho bien en ese tiempo para que fuera bendecido con ese amor.
Sin poder contenerse beso los labios ajenos, despertando de paso al doncel que gustoso correspondió al nexo. El menor pasó sus brazos por el cuello de Tatsuya para acercarlo más a él, y el del lunar le respondió tomándolo de la cintura, acariciando de paso su vientre por debajo de las ropas.
-Buenos días – le dijo Shun cuando separaron sus labios.
-Muy buenos – Tatsuya volvió a besarlo tras decir esto.
Deseaba tanto al menor, tanto que a veces era tan difícil frenarse, pero si Shun no lo paraba él no tenía que hacerlo. Es una lástima que cuando de eso se trataba parecía que a todos les daba por importunar.
-¡Shun! ¡Felicidades! – el para nada oportuno de Trent se había aparecido muy contento, ignorando por completo lo que acaba de interrumpir.
Shun solo lo miraba molesto ¿No podían tener un poco de espacio para ellos solos? Al parecer no, seguidos de su hermano entraron Tobio y Frank y por último los niños que solían acompañar a Tobio.
Bien, ver a los niños ahí era algo lindo, hacía muy feliz a Shun verlos tan cariñosos con él, pero sin duda alguna los adultos sobraban.
Después de eso tuvieron que levantarse de su cómodo lecho, aunque Tatsuya obligo a Shun a sentarse y dejarlo hacer todo, siendo solo un poco ayudado por Frank, ya que ni Tobio ni Trent tenían idea alguna acerca de cocina.
-Tal vez no haga los manjares que tú, pero cuando estaba solo me las arreglaba para sobrevivir – Dijo Tatsuya mientras le servía el desayuno.
Shun le dedico una sonrisa y comió todo, hacía tanto que nadie lo mimaba como lo hacía Tatsuya y cada uno de esos detalles solo hacía que lo quisiera más.
-Estuvo deliciosa la comida – Shun levantó sus platos para dejarlos junto a los demás trastos sucios de ese día – Voy a dejar que cocines más seguido.
Tras decir esto le dio un beso en la mejilla al del lunar para después ir a hacer lo poco de trabajo que tenía que hacer en el día. Lavo con ayuda de su hermano los trastos, y limpio junto a los niños. Era grandioso tener un poco de ayuda de vez en cuando.
-Shun – le llamo Tatsuya antes de que abandonara la cabaña para irse a hacer sus rondas a la comunidad – regresa para antes del atardecer, por favor.
-Claro – el menor le dedico una sonrisa y se marchó.
En la comunidad todo iba normal, lo que era bueno, muchos hombres ayudaban a hacer la cabaña que sería de los niños recién llegados y de las tres muchachas que hasta ahora se habían estado quedando en diferentes cabañas.
Para terminar con sus rondas del día, fue con Seijuuro. Como siempre el pelirrojo no le habló nada más para agradecer por la comida. Seijuuro tenía el cabello más largo, sus ojos estaban rojos e hinchados, había llorado, y no era una incógnita que el causante de eso era Atsushi, había visto al peli morado alejarse de ahí hacía no mucho.
-No tienes por qué sufrir así Seijuuro – comenzó a hablarle Shun – Tienes a un hombre que te ama con todo su corazón esperando por ti, si te duele tanto como demuestran tus hinchados ojos deberías simplemente salir a buscarlo.
-Lo sé – dijo Seijuuro contestando por primera vez a un comentario referente a Atsushi – Gracias por la comida.
-De nada – el pelinegro le dedico una sonrisa, sintiendo como si hubiese hecho un gran avance – y por favor considera hablar pronto con Atsushi, sufre tanto como tú.
No recibió respuesta alguna a eso, pero le basto con el movimiento de cabeza similar a un asentimiento, por ahora bastaba, después de tanto molestar con el tema, Shun tenía la esperanza de hacerlo ceder, aunque fuera por fastidio.
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Tal y como había pactado con Tatsuya, regresó antes del atardecer a la cabaña, pero al ver a su amor todo se volvió negro. El del lunar le había vendado los ojos y cargándolo a modo de costal lo “secuestro”
-Bájame Tatsuya – Pidió Shun intentando sonar enojado, aunque por dentro la ansiedad lo mataba - ¿A dónde me llevas?
-Es una sorpresa, no tendría sentido bajarte ahora – habló Tatsuya divertido.
¿Cuánto tiempo llevaban caminando? ¿Cuánto habían recorrido en el bosque? Con cada pasó Shun se preguntaba lo mismo, y aunque tenía las manos sueltas y bien se podía quitar la venda de los ojos, algo le decía que no lo hiciera, que esperara por su sorpresa.
Y espero, Tatsuya lo bajo nuevamente después de lo que Shun consideró una eternidad. Intento agudizar sus sentidos, olía a tierra mojada y se escuchaba agua. El del lunar la retiro la venda de los ojos, ya había anochecido sin embargo la luz de la luna era suficiente para iluminar el paisaje, había bellísimas flores blancas que desprendían un delicioso aroma llamando a algunos insectos, como luciérnagas y mariposas, y por último un pequeño manantial que desembocaba a un pequeño estanque de agua cristalina que reflejaba la luna llena.
Un paisaje hermoso y una sonrisa se dibujó en el rostro de Shun.
-Encontré este lugar hace dos años, eres la primera persona a la que traigo – Aclaró Tatsuya cuando Shun lo miro – Ven, hay que bañarnos.
El mayor se despojó de sus ropas, sin pudor alguno, haciendo sonrojar al doncel que con vergüenza se quitó las prendas. Para cuando Shun termino de desvestirse Tatsuya ya tenía medio cuerpo dentro del estanque, y varias gotas adornaban su torso pues anteriormente se había mojado por completo.
Shun se metió al estanque, el agua no estaba fría, al contrario se sentía muy bien considerando la época del año en que estaban. Tatsuya le tendió una mano y el menor no dudo en tomarla para ser jalado y aprisionado entre los fuertes brazos de su pareja. Correspondió al beso que el del lunar le otorgaba.
-Toma aire – le dijo Tatsuya sobre sus labios.
Lo besó nuevamente y esta vez lo sumergió por completo, enredando sus piernas con las de Shun en el proceso. Salieron nuevamente a la superficie para terminar el ósculo. Shun aparto el cabello del rostro ajeno acción que puso un poco incómodo a Tatsuya.
-Te amo Tatsuya – Dijo al tiempo que daba un corto beso en sus labios – todo de ti – y continuó besando todo el rostro ajeno.
Tatsuya sabía que después de todo algo había hecho bien en su vida para haber llegado a ese momento junto con ese chico. ¿Por qué seguirse conteniendo?
Tatsuya comenzó a besar a Shun con pasión, besos húmedos donde sus labios y lenguas danzaban al compás marcado por el mayor quien llevaba el ritmo del beso. El del lunar fue bajando poco a poco sus labios hacia el cuello de Shun, a sus pezones, donde con su lengua estimulaba uno de los rosados botones mientras el otro era torturado por una de sus manos, la diestra libre acariciaba el blanco glúteo. Shun soltó un gemido, el sonido más hermoso que hubiese escuchado, y ambas virilidades comenzaron a levantarse producto de la excitación.
Todo era nuevo para Shun, nuevo y magnifico. Tatsuya siguió bajando por su abdomen y luego regresó a los labios del menor para darle un húmedo beso, dirigió ambas manos a las piernas blancas de Shun para obligarlo a enredarlas en su cintura, para poder sacarlo del agua y ponerlo sobre las mantas que ya antes había puesto.
Recostados, mojados y acompañados de los dulces sonidos de la naturaleza, siguieron demostrando su amor, su pasión, entre caricias, besos y roces que los hacían enloquecer. Shun soltó un grito entre el placer y el dolor al sentir los dedos de Tatsuya hundirse en virgen entrada y por lo apretado que estaban sus dedos el del lunar ya deliraba.
Tatsuya calmo con besos y dulces palabras a su amor, mientras se dedicaba a dilatarlo correctamente para evitar dañarlo, era obvia la experiencia del mayor.
-Ahhh – gimió lleno de placer Shun cuando Tatsuya toco un punto en su interior que lo hizo delirar.
El del lunar se dedicó a rozar ese punto para inundar sus oídos de los bellos y eróticos gemidos de Shun. Cuando sintió la entrada lo suficientemente dilatada sacó sus dedos, se posiciono en medio de las piernas de su amante y dirigió su virilidad a la entrada para comenzar a penetrarlo.
Varias lagrimas salieron de los preciosos ojos de Shun y Tatsuya beso cada una de ellas, mientras le dedicaba palabras hermosas esperando que pronto se acostumbrara a la intromisión, hasta que pudo introducirse por completo.
-¿Estas bien Shun?
-Estoy perfecto.
Shun tomó el rostro ajeno para fundirse en un beso con aquel hombre dueño de su corazón. Movió sus caderas cuando considero adecuado haciendo señal a Tatsuya para que comenzara con las embestidas, de forma lenta y cuidadosa hasta que el mismo doncel le pidió que aumentara la velocidad y la fuerza.
Ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, jadeantes y cansados, amándose más que nunca, felices de haberse podido unir de tal manera. Tatsuya salió del interior de Shun y jalo las mantas para cubrirse, luego acorruco a Shun entre sus brazos.
-Felicidades Shun – le dijo Tatsuya en un susurro para después darle un beso en la frente y apresarlo contra su pecho.
-Gracias – fue lo último que dijo el menor para caer rendido al sueño.
Tatsuya se le quedo viendo un poco más, apreciándolo como el tesoro que era y luego al igual que su amante e entrego a brazos de Morfeo.