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Fiesta Pagana por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Holi holi personitas chulas de preciosas :3 dejare de escribir holi, me hace snetir como un hada del bosque o un duendecillo xD

les traigo otro capitulillo de esta historia!! 

muchas gracias a los que mandaron reviews y a los que leen, me hacen feliz como codorniz comiendo lombriz!! qué? 

bueno... 

disfruten del cap!! 

Apenas había conseguido dormir cuando alguien llamo a la puerta, tocaban con desesperación y gritaban una y otra vez el nombre de Tatsuya. Se levantó corriendo y abrió la puerta asustado, enfrente de él un chico pelinegro de ojos azul platino  llevaba a un pelirrojo casi cargándolo, este último tenía una pierna herida, lo que no lo dejaba andar bien, el muslo tenía un corte bastante profundo.

Shun actuó enseguida dejándolos pasar y ayudando al chico pelinegro a poner al pelirrojo en un banco,  arrancó un pedazo de tela de su pijama y  se la entregó al pelinegro.

-Hay que detener el sangrado, ata esto arriba de la herida y luego ayúdame a prender un fuego.

El chico asintió e hizo lo que le mandaba, mientras Shun iba por su botiquín de hierbas. Cuando regresó el chico ya había hecho lo que le había ordenado y también le había ahorrado la vergüenza de pedirle que el pelirrojo se quitara los pantalones.

Tatsuya también estaba despierto, observando al pelirrojo con preocupación.

Shun acercó un balde con agua y empezó a limpiar la herida, el corte no era muy largo pero tenía sus muy buenos centímetros de profundidad, se volteó a ver al chico pelinegro.

-Coloca estas hierbas en uno de las telas blancas que hay ahí, y colócalas dentro de un cuenco con agua, luego ponlo a calentar al fuego.

El chico hizo lo pedido mientras Shun se dedicaba a moler algunas hierbas en el mortero hasta obtener una plasta verde, todo mientras checaba que el pelinegro no hiciera algo mal, comprobando que este era realmente bueno siguiendo órdenes sin margen de error.

-Ya han pasado unos minutos, deja que beba la infusión mientras preparo lo que necesitare para suturarlo.

El pelirrojo bebió toda la infusión sin queja alguna, sintiendo el dolor menguar al poco tiempo. Shun le dio puntadas y luego puso un poco de la plasta para vendarla, la plasta ayudaría a mantener la zona adormecida para que no le doliera enseguida que el efecto de la infusión se pasara.

Con ayuda del otro chico pasaron al pelirrojo a la cama para dejarlo descansar y recuperarse del mareo que provocaba la infusión.

-Muchas gracias, no sabía que Tatsu tuviera a alguien que nos pudiera ayudar tanto.

El pelinegro le dedicó una gran sonrisa con sincero agradecimiento.

-No hay de qué, fue bueno poder ayudarlo.

-Eres nuevo ¿no? ¿Cómo te llamas? Yo soy Kazunari.

Se presentó el de ojos platinos dando una sonrisa, era un doncel un poco más alto que él.

-Un gusto, Me llamo Shun y dime el pelirrojo ¿quién es?

-Oh él es Taiga, mi esposo y hermano de Tatsu.

Shun lo miro sorprendido, le dedico una sonrisa y volteo a ver a Tatsuya que se había quedado al margen de la conversación.

-No sabía que tuvieras un hermano.

-Naturalmente, apenas hace una semana que nos conocemos – replicó el del lunar, para luego dirigirse a Kazunari – ¿Qué ha pasado?

Kazunari bajo la mirada.

-Veníamos de regreso del otro reino, nos dieron alcance antes de llegar al bosque, hemos perdido a cuatro.

Shun ahogo un grito, los caballeros reales del reino de Aleksandru o de cualquier otro reino podían llegar a ser muy crueles. Mataban a aquellos que no obedecían a ningún rey como si no fuesen más que otro animal.

-Shun, gracias por ayudar a Taiga, siempre vas por ahí salvando a todos.

El doncel se sonrojó ante el comentario de Tatsuya.

-No que va, yo solo hago lo que cualquier otro haría, no es justo guardarse la sabiduría solo para uno mismo.

-¿Ya has ayudado a otros?

Pregunto curioso Kazunari, queriendo saber más del nuevo doncel en la comunidad.

-Solo a tres si cuento a tu esposo.

-Y ¿Quiénes han sido los otros dos?

-Amelia y yo – respondió Tatsuya por él – a mí incluso me oculto de los guardias en Piers.

-¿Eres de Piers?

Pregunto Kazunari sorprendido.

-Sí, aunque hace una semana que me han desterrado de ahí.

-¿cómo diste con la comunidad?

-Tatsuya me trajo, me adentre en el bosque con la idea de llegar a una aldea vecina, Tatsuya me encontró.

Kazunari miro con picardía al del lunar sonriéndole. Tatsuya solo negó con la cabeza.

-No es lo que piensas Kazu, yo lo he ayudado porque se lo debía.

Kazunari suspiro con evidente desilusión.

-Pues deberías considerarlo, Shun es realmente bello.

El mencionado se sonrojó mientras esperaba la respuesta del otro.

-Eso no cambia nada, ya saben todos lo que pienso al respecto.

Shun se sonrojó aún más al no escuchar una  negativa de Tatsuya, sin embargo se mantuvo al margen y siguió guardando las hierbas en el botiquín.

-Piénsalo mejor, no siempre puedes estar solo.

-¿Es que acaso se han puesto de acuerdo para molestarme con el tema? – Se quejó Tatsuya irritado por las palabras de Kazunari – primero Samo y ahora tú.

-¿Así que has reñido con Samo? No me sorprende todos estamos preocupados.

-Sois imposibles, me iré a dormir, más vale que olviden el tema.

Tatsuya volvió a su improvisada cama dejándolos solos.

-Tal parece que no cambiara de opinión, ¿por qué no respetan su decisión?

Quiso saber Shun un poco preocupado por su protector

-Porque solo se está lastimando, lo siento Shun pero no puedo contarte, solo debes saber que él no está bien.

-Eso lo sé Kazunari, es imposible no ver la tristeza en sus ojos, pero… no creo que quiera ayuda para salir de esa oscuridad, primero tendrían que hacerlo ver que está hundido en ella.

Kazunari lo contemplo un momento antes de contestarle.

-Supongo que tienes razón – lo abrazo – tal vez se dé cuenta ahora que estás tú.

Lo apretó con más fuerza para luego desaparecer detrás de la cortina para acompañar a su esposo en la cama. Shun quedó un poco confundido, pero decidió no darle muchas vueltas al asunto, una vez que recogió todo, se dispuso a dormir en una silla.

Como ya era su costumbre se despertó antes del alba, aunque la gente de ahí no estaba acostumbrada a levantarse sino hasta más tarde. Algunas costumbres eran algo difíciles de olvidar. Comenzó a hacer la limpieza, no tenía otra forma de pagarle a Tatsuya más que con trabajo y ayudando a los aldeanos que lo necesitaran.

Escucho una risita detrás de la cortina y adivinó que Kazunari y Taiga habían despertado

-Vamos tigre, yo sé que quieres tomarme.

Decía Kazunari, la propuesta indecente hizo a Shun sonrojar.

-Kazu, mi hermano o el otro chico podrían oírnos.

Replicaba el otro siendo sensato.

-Pff que va, han de estar bien dormidotes por quedarse hasta tarde ayer.

Contraatacaba el doncel, y no hubo respuesta alguna después de eso, Shun no sabía si el otro había desistido o si estaban a punto de hacer alguno que él no quería escuchar. Lamentablemente fue la segunda, y en cuanto escuchó los primeros gemidos salió como alma que lleva el diablo de la cabaña para buscar algunas hierbas que ya escaseaban en su maletín.

Tal y como le había dicho Tatsuya el bosque de lo negro era muy rico en todo, y las plantas que escaseaban cerca de Piers ahí crecían con abundancia. Se dispuso a cortar las hierbas que le hacían falta, y alguna que otra baya para hacer tintas, encontró no muy lejos de la comunidad plantas de Tabaco, se preguntó si Tatsuya fumaba o si tal vez alguien del pueblo lo hacía. Recolectó algunas, mientras recordaba lo que su madre le había enseñado para preparar el tabaco.

Inevitablemente pensó en Alexei, recordó a Kazunari y Taiga, y se preguntó si el habría sido así de osado en su matrimonio, se preguntó si Alexei le echaba de menos o si ya se había olvidado de él y ya había encontrado una esposa. Recordó que quería preguntarle la razón por la que lo había elegido, pero ¿qué importaba porque lo había elegido si también fácil lo había alejado? Unas lagrimillas salieron de sus preciosos ojos y es que a pesar de todo le echaba de menos, sus palabras, los detalles que le enviaba para cortejarlo, las escapadas de los bailes para darse uno que otro beso, la seguridad que le brindaba cuando algún otro quería lastimarlo o los celos cuando bailaba con alguno de sus amigos, al lado de Alexei  vivía siempre enamorado, ilusionado, pero como toda burbuja se rompe y la suya había explotado en un malentendido.

Se secó las lagrimillas y volvió a la cabaña con la espera de que Kazunari y Taiga ya hubiesen terminado. Al entrar, Taiga y Tatsuya estaban sentados a la mesa, no había rastro de Kazunari.

-Buenos días –Saludó Shun con una pequeña reverencia – os preparare el desayuno enseguida.

-Gracias Shun, aunque no tienes que hacer todo el quehacer de aquí, no es tu obligación.

Shun le sonrió a Tatsuya.

-Claro que tengo, es una forma de agradecerte por tu amabilidad.

-Yo debería ser quien agradezca, anoche has ayudado a mi hermano – Tatsuya señaló al pelirrojo a su lado – Ahora te lo presento formalmente, él es Taiga, mi hermano menor.

Shun le dio una reverencia.

-Encantado, ¿Has tenido alguna molestia en la pierna? O tú también alegaras como tu hermano que no es más que un rasguño.

Preguntó Shun diciendo lo último a modo de regaño para Tatsuya que no se había dejado revisar nuevamente la herida por más que el doncel insistía, seguro que las puntadas habían tenido problemas la noche que pasó en su casa.

Tatsuya se sonrojó de manera casi imperceptible y desvió la mirada, siendo observado por Taiga con diversión.

-No he tenido molestias – comenzó a decir el pelirrojo – Gracias por ayudarme anoche.

-No hay de qué, ¿Y Kazunari? – Pregunto después de haber  visto que el pelinegro no aparecía – No lo he visto desde anoche.

-Sigue dormido, está muy cansado.

Shun asintió con un sonrojo de solo pensar cual había sido la acción que lo había dejado tan cansado. Hizo el desayuno y les sirvió, antes de sentarse con ellos se aseguró de que no es faltara nada para el desayuno.

-Shun ya siéntate, no nos dejes comiendo solos.

El doncel extrañado porque lo llamasen a sentarse antes de haber limpiado y puesto toda la mesa asintió sentándose. Taiga y Tatsuya comían con un hambre voraz, más el pelirrojo que el del lunar, centrados en un recuento de las cosas conseguidas en los botines realizados hace una semana.

Casi una hora después salió Kazunari de la habitación, Shun hizo ademán de pararse a servirle pero  Tatsuya lo detuvo dejando que Kazunari se sirviera solo.

Antes de sentarse a la mesa el de ojos azules le dio un grande y tronado beso en los labios a Taiga que se sonrojó hasta las orejas. Pero no le dijo nada a sabiendas que el oji azul le armaba una buena si replicaba.

-¡Ha quedado deliciosa esta sopa! ¿Quién ha hecho este manjar?

Exclamó Kazunari a voz en grito, comiendo de lo más feliz su comida.

-La ha hecho Shun – le respondió Tatsuya – tiene buena mano para la cocina.

-Y muy buena, con tales guisos pescará esposo en menos de lo que canta el gallo.

-Tatsuya también ha dicho que sabe leer – convino el pelirrojo – y es muy bueno con las hierbas.

-Mucha razón llevas, mi amor – le siguió Kazunari, sonriendo al ver el ceño fruncido de Tatsuya – me pregunto si sería prudente presentarle a mi primo Frank.

-Ha cierto, Frank andaba que buscaba pareja – coincidió Taiga – no es tan mayor, apenas 17 años ¿Qué te parecería Shun?

El aludido, que no había hecho más que sonrojarse pensó que nunca pensarían en pedirle su opinión. Pero la lengua de Tatsuya fue más rápida.

-Dejen de andar de casamenteras, par de tortolos, Shun no se casará hasta que él quiera hacerlo.

 Tatsuya se veía molesto y a decir verdad lo estaba pero no tenía ni idea de porqué, posiblemente porque Shun le había pedido no buscarle marido y el mejor que nadie comprendía lo que significaba no querer saber de amores.

-Gracias chicos – habló por vez primera Shun – pero Tatsuya tiene razón y no quiero buscar un marido por ahora.

-Vale está bien, pero piénsalo, no se puede estar solo para siempre, y conocer a los hombres de por aquí no te hará mal.

Kazunari le dedicó una sonrisa y en forma de agradecimiento por el delicioso desayuno él y Taiga lavaron los trastos. Shun los observaba el de menor estatura le jugaba bromas al más alto y este le correspondía entre divertido, apenado y un poco molesto;  ocasionalmente se detenían para besarse por ratos.

Shun limpio la cabaña pero no era tan grande y termino bastante rápido, sumando que Tatsuya también lo ayudaba. Antes del mediodía Tatsuya y Taiga se fueron junto con otro grupo de hombres a cazar y cortar leña, mientras Kazunari jalaba a Shun para ir a recolectar frutos y raíces.

En el camino Kazunari no dejaba de parlotear acerca de él y Taiga y la maravillosa vida que tenían de casados desde hace unas semanas.

-Shun ¿Por qué no quieres casarte?

-Pues porque me gustaría disfrutar de la libertad para variar.

-¿Y esa es la verdad?

-No, la verdad es que estaba comprometido antes de llegar aquí, pero las cosas no siempre salen como uno las planea, solo quiero tiempo para olvidarlo, y bueno estar libre es sin duda algo maravilloso nunca lo había experimentado.

Shun le dedicó una sonrisa y siguieron recogiendo los frutos. Llevaban un costal bien cargado de frutos, vegetales y raíces. A parte Shun había recolectado más frutillas para hacer tintas y más plantas medicinales.

Kazunari lo miro fascinado intentando recordar cuales habían sido las que le había hecho hervir para su marido la noche anterior.

Regresaron a la comunidad antes del atardecer, Shun jalado por Kazunari fue de un lado para otro con los demás donceles y las mujeres, quienes apuraban paso para preparar la hoguera de esa noche con los leños de la tala pasada. Entre todos hicieron una enorme olla de estofado para todos y Shun se descubrió feliz de convivir con todos. Kazunari lo jaló cuando ya estuvo el estofado solo a espera de que hirviera y llegarán los demás para empezar a comer, lo llevó junto con otros dos donceles.

El primero pelinegro de ojos azules, más alto que el, con el cabello corto y mirada seria, tenía una redondita panza de embarazado Shun le calculo unos cuatro meses; a su lado un castaño de ojos chocolate, mirada noble y temblorosa, al igual que el pelinegro estaba en estado pero su pancita ya era más grande, Shun podía jurar que estaba a pocos días de dar a luz.

-¡Chicos! ¿Ya conocen a Shun?

Kazunari llegó siendo recibido por un coscorrón que le propinó el pelinegro.

-No grites Kazunari

Le reprendió, a su lado el castaño lo miraba con ojos cristalinos.

-Lo siento, lo siento, siento no haber evitado que lo golpeara, lo siento, lo siento por no conocer a Shun.

Shun se preocupó un poco por la reacción del castaño, sabiendo que no podría ser bueno que se alterará en su estado.

-Tranquilo, está bien – le intento tranquilizar Shun mientras le acariciaba un brazo – era imposible que me conocieran, llevo aquí solo una semana.

-Ah no le hagas mucho caso – le dijo el pelinegro – Ryo siempre es así. Me llamo Yukio, un gusto.

-Es un placer, soy Shun.

-Siento no haberme presentado antes, mi nombre es Ryo.

El castaño hizo una pequeña reverencia y casi seguidamente se tocó la enorme panza haciendo una mueca extraña.

Kazunari y Shun se acercaron a él de inmediato, preocupados.

-¿Estas bien Ryo?

Le preguntó Kazunari preocupado.

-Chicos – comenzó a decir Yukio – creo que se le ha roto la fuente.

Ambos donceles voltearon a ver las piernas del castaño comprobando que las palabras de Yukio eran ciertas, no tardaron en escuchar el grito del castaño por el dolor de las contracciones.

Shun y Kazunari lo llevaron enseguida a su cabaña siendo guiados por Yukio, afortunadamente no estaba muy lejos y enseguida Shun, que muchas veces había asistido a su madre en los partos de las mujeres de Piers, se puso a darle órdenes a Kazunari para traer al bebito sano y salvo a este mundo.

Shun y Kazunari trabajaban arduamente para ayudar en el parto. Shun sintió sus manos temblar al ver asomarse la cabecita del bebe, sus piernas flaqueaban de los nervios, era el primer niño que traía al mundo. Kazunari daba palabras de aliento para que Ryo no dejara de pujar, mientras le apartaba el sudor de la frente y le prestaba una mano para que le apretara, sintiendo miedo de ese don que era dar vida.

El llanto inundó la habitación.

-¡Es una preciosa niña!

Anunció Shun entregándole a la niña a Kazunari para que se la entregara a Ryo. Shun terminó de limpiar y curar a Ryo, le pidió a Kazunari que se llevará a la pequeña para limpiarla y el pelinegro así lo hizo, aun conmocionado por haber ayudado en algo tan magnifico.

-Has hecho un gran trabajo Ryo – Le felicitó Shun – es una bebita muy linda y saludable.

-Gracias Shun, no lo habría logrado sin usted y sin Kazunari.

-No hay de que, ahora trata de descansar, iré a ayudar a Kazunari a limpiar a la pequeña, y a avisarle a Yukio que ya terminamos.

El castaño asintió y Shun se fue a ayudar a Kazunari, sin embargo el pelinegro no tenía problemas con la bebe, por el contrario sonreía y la bañaba con total delicadeza.

-Tienes buena mano con los bebes.

Elogió Shun al pelinegro.

-Me encantan los niños.

Respondió dedicándole una sonrisa a la beba. Shun sonrió ante la imagen pensando que Kazunari le daría muchos hijos a Taiga. Lo dejó con la bebe y salió con Yukio.

-¿Cómo ha ido?

Pregunto el de ojos azules, que era abrazado por un rubio de ojos dorados. A su lado un Moreno alto de cabellos azules lo miraba impaciente, detrás de este estaban Tatsuya y Taiga igual de expectantes.

-Todo ha ido bien, ha dado a luz a una preciosa y sana niña.

-¡Una niña! – Grito el moreno - ¿Escucharon eso? Soy padre de una preciosa niña.

El moreno brincaba y gritaba de la felicidad mientras abrazaba a Taiga, Tatsuya y al rubio. 

-¿Puedo entrar a ver a Ryo y a mi hija?

Cuestionó emocionado mirando con ojos brillantes a Shun.

-Por supuesto.

Pero no solo quería entrar el moreno, todos se amontonaron para conocer a la niña. Shun intentó decirles que solo pasará el padre para dejar descansar a la nueva mamá, pero no tuvo caso, al final todos entraron, al llegar a la habitación vieron a Ryo recostado con la bebe en brazos, Kazunari lo acompañaba.

El moreno se acercó emocionado, descubriendo bajo la mantita su preciosa hija, de piel clara como su esposo y unos mechoncitos azules asomando en su cabecita, besó los labios del castaño y le agradeció en un susurro.

-Debes agradecer también a él, Daiki – Dijo Ryo señalando con un ademan a Shun – sin él y sin Kazunari no podríamos tener a nuestra nena con nosotros.

Daiki los miro he hizo una pequeña reverencia para los dos pelinegros.

-Os agradezco de corazón el haber ayudado a mi Ryo, prometo devolverles el favor algún día.

Shun le sonrió antes de contestarle.

-No tienes que agradecerme, hice lo que tenía que hacer.

-Tiene razón Shun.

Le secundo Kazunari que era abrazado por Taiga.

-Aun así – intervino Tatsuya – nadie más habría hecho lo que ustedes hicieron.

-Eso es cierto –convino el rubio – ahora que la vieja bruja ha muerto no hay partera que traiga a nuestros hijos al mundo ¡yo pido a Shun-cchi para cuando se alivie mi Yukio-cchi!

-¿Shun-cchi?

El doncel miro confundido al rubio

-Ryouta le agrega el cchi a las personas que respeta – explicó Yukio – la verdad también te agradecería que me ayudaras cuando llegaré ese momento.

-Oh así que su nombre es Ryouta, un placer.

Shun le saludó haciendo sonrojar al rubio al darse cuenta de que hasta ese momento ni siquiera se había molestado en presentarse.

-Siento no haberme presentado antes.

Se disculpó haciendo reír a los presentes, por su lado Yukio le dio un fuerte zape en la cabeza.

-Debes ser menos maleducado idiota.

Le regaño el pelinegro haciendo que nuevamente  los presentes rieran.

-Disculpa yo tampoco me he presentado adecuadamente soy Daiki.

El moreno se presentó después de haberse dado cuenta que al igual que el rubio no se había presentado.

Después de que todos felicitaron a los nuevos padres, se fueron para reunirse con los demás en la noche. 

Notas finales:

Por fin aparecieron otras parejas!! 

Espero les haya gustado :3 

Nos leemos!!


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