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Fiesta Pagana por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Hola personitas chulas de preciosas!!! 

les traigo otro cap!! poquito a poquito ese par va avanzando ;) 

disfrutenlo!! 

Con rapidez paso un mes, Shun empezó a darle clases a Kazunari, primero le había enseñado a leer y aunque avanzaba a buen ritmo, a veces el de ojos platinos no lograba enfocarse pues amanecía con más energía de lo normal. De apoco Shun aprendió que esto sucedía especialmente después  de las noches que el tigre tomaba al pelinegro.

Para estas veces prefería enfocarse en enseñarle la práctica, aprovechando su exceso de energía. Como hacer infusiones, pastas, suturas, como acomodar los huesos, como identificar las plantas venenosas de las medicinales.

En ese mes Shun también fue ganando la confianza de la gente de la comunidad, que bueno ya de por si eran gente muy amable y buena, ahora se vio aceptado como uno más de ellos.

Al mismo tiempo que enseñaba a Kazunari, el seguía aprendiendo, leyendo todos y cada uno de los libros de su madre, buscando las hierbas que describía y haciendo sus propias anotaciones cuando tenía oportunidad de probarlas.

Pero así como fue ganando la confianza de la gente de la comunidad Shun sentía que poco a poco se alejaba de Tatsuya y no sabía por qué. El del lunar solía elogiarlo y de vez en vez hablarle un poco para encargarle algún favor, pero fuera de eso nada, sentía como si Tatsuya se estuviese alejando por cuenta propia, como si el hecho de vivir juntos ya no importara, y cada vez que lo miraba veía en sus ojos un alma perdida en un abismo de soledad que solía reflejar cada noche al llegar ebrio a casa.

Y Shun no estaba dispuesto a simplemente verlo caer, tenía que hacer algo. Ese día Kazunari la había pedido que lo dejara descansar pues Taiga había planeado hacer una huida romántica para ellos dos. Aprovechando eso Shun partió a buscar a Tatsuya, quien siempre iba por las mañanas de cacería o a cortar leña. No tardó mucho en encontrarlo, venía cargando un montón de leña sobre el hombro, se le veía calmado, fuerte. Shun no podía parar de recordar su rostro descubierto después de que jugaron en el rio.

-Tatsuya, te estaba buscando.

El del lunar se tensó un poco tratando de regalarle una sonrisa sin sentir su pecho doler.

-¿Qué pasa Shun?

-Solo me preguntaba si utilizabas esa pipa que tienes en tu cabaña…

-Ahh, ya no – Tatsuya lo miro aliviado de ver el casual tema de conversación – deje de usarla cuando me termine el tabaco ¿Por qué?

-Bueno… encontré hojas de Tabaco a las afueras y me preguntaba si la usabas para dártelas.

-Sí, las he visto, pero esas hojas tiene un método de preparación o algo así, no se pueden fumar solo arrancándolas.

Tatsuya sonrió recordando que lo había intentado no teniendo para nada buenos resultados.

-Jaja, lo sé el caso es que se hacerles el tratamiento, mira – el doncel saco de uno de los bolsillos de ese amplio mandil que había comenzado a usar una bolsita de hierbas cafés secas y trituradas – es un regalo para ti.

Tatsuya tomo la bolsita sonriendo, era la primera vez que alguien le regalaba tabaco, la idea se le antojaba sumamente graciosa.

-Gracias Shun, pero ¿Por qué regalarme Tabaco?

-No sé qué otras cosas te gustan, aparte de la comida claro, pero eso siempre tienes en tu mesa.

-Me gustan muchas cosas.

-¿Cómo qué?

Pregunto el doncel con curiosidad el tiempo que junto con Tatsuya se sentaba en el suelo.

“Tú, por ejemplo”

Tatsuya se sacudió ante la repentina aparición de esa voz que llamaba conciencia. Tratando de hacer de lado aquel mal pensamiento, ese tipo de pensamiento que desde hacía un mes venia atormentándolo.

-Las prendas caras de Aleksandru.

Shun comenzó a reírse a carcajadas con su respuesta.

-Está bien lo entiendo, seguiré regalándote Tabaco.

Tatsuya comenzó a reír después del comentario, ciertamente era bastante imposible conseguir esas prendas para Shun, de hecho actualmente solo había una persona que sin importar que iba hasta Aleksandru una vez por semana.

-Ya está bien, se me fue la mano…. Me gustan los objetos raros, como esa pipa, está completamente tallada en madera, con una gran técnica por cierto.

Shun se quedó pensando, luego saco una curiosa piedra plana de su bolsillo, tenía la forma de un ave, y en esta habían pintado la figura del animal.

-¿Cómo esto?

Tatsuya miro fascinado el objeto, era muy bello, pequeño y pintado con suma delicadeza.

-Exacto ¿Acaso traes  preparado en esos bolsillos todo lo que me gusta?

-No, definitivamente no traigo prendas caras aquí.

Tatsuya volvió a reír tomando entre sus manos la piedra.

-Es muy hermosa ¿De dónde la has sacado?

-Es un secreto.

El del lunar le dedico una sonrisa, sonreír tanto con alguien le empezaba a molestar, pero estando con Shun no podía evitarlo.

-Oh vamos dime Shun.

-No, si te lo digo ya no sería secreto.

Shun sonrió dando por terminado el asunto, aunque la verdad del origen de aquella piedra no tenía nada de misterioso, él la había encontrado y junto con Kazunari la habían pintado cuando el de ojos platinos se había dado cuenta de la forma de dicha piedra.

-Tatsuya – el doncel rompió nuevamente el silencio, pues Tatsuya había quedado mirando la piedrecilla - ¿Estas molesto conmigo?

La pregunta había descolocado al del lunar, que no tardó mucho en comprender que posiblemente el otro tenía esa sensación porque lo había estado esquivando. Sin embargo no era que se sintiese molesto con Shun, sino más bien consigo mismo, por no poder ser lo suficientemente fuerte para mantener su palabra.

-Por supuesto que no.

-¿De verdad?

Shun lo vio con ojos esperanzadores, buscando la confirmación de su respuesta.

“Tan adorable” pensó Tatsuya mientras movía su cabeza de manera afirmativa.

-Tengo que irme Shun, Samo espera que le lleve su leña.

-Te acompaño.

-¿No tienes clase con Kazunari?

-No, se fue con Taiga.

-Ahh

Shun noto la incomodidad en ese ahh, pensando que tal vez necesitaba hablar con Samo de algo privado.

-Aunque ahora que lo recuerdo debo de hacer mis rondas por la comunidad a ver si algo se ofrece.

-Oh entonces estas ocupado después de todo.

-Sí, algo así.

Regresaron a la comunidad en silencio, Shun sentía su corazón latir con fuerza esperando que Tatsuya no notara su rostro sonrojado, feliz de que el varón le había confirmado que no estaba enojado con él.

Tatsuya vio a Shun partir hacia las cabañas de la comunidad y cuando dejo de ver la figura del doncel entro corriendo a la casas de Samo, hundiendo su cabeza en el tambo con agua que el viejo tenía ahí.

Al sacar la cabeza del agua solo sintió como alguien le tapaba con un trapo para que se secara.

-Gracias Samo.

-Hijo tienes que dejar de hacer eso cada vez que te sientes confundido. Ensucias mi agua.

-Disculpa.

-Tatsuya ¿por qué no simplemente te rindes y aceptas que lo quieres?

El pelinegro lo miro feo mientras se secaba la cabeza y se sentaba.

-No digas tonterías Samo, sebes que mi corazón ya tiene dueña.

-Te estás haciendo daño, déjala ir.

El del lunar se levantó enojado tirando la silla.

-¡¿Cómo puedes pedirme que la olvide?! ¡Creí que tu mejor que nadie sabía que algo como eso es imposible!

Samo lo tomo por los hombros intentando retenerlo.

-¡No te digo que la olvides! ¡Tatsuya deja de atarte a ella! ¿Crees que sería feliz de verte sufrir?

-¡Le hice una promesa! ¡La amaría siempre!

-¡Tatsuya abre los ojos! ¡Cada vez que entras por esa puerta a sumergir tu cabeza en mi tambo es porque no puedes con esa promesa!

-¡Claro que puedo con ello!

-Hijo de verdad, yo sé que ella no sería feliz de verte sufriendo por su culpa.

-Tú que puedes saber…

-Yo soy su padre, la conocía mejor que tú y se lo que ella habría querido, vamos arriésgate. ¿A dónde se fue el Tatsuya que iba con todo cuando se lo proponía?

-¡Ya cállate!

Tatsuya salió dando un porrazo, sintiendo la cabeza arder y su estómago revolverse, porque tal vez Samo tenía razón, pero no lo aceptaría, él se mantendría firme a su palabra. Pues aquella promesa era todo lo que le quedaba de ella.

A lo lejos platicando con unas chicas se encontraba Shun, quien al sentir la mirada de él del lunar volteo, fueron solo milésimas de segundos en que sus miradas chocaron antes de que Tatsuya continuara con su andar hacia el centro de la comunidad reuniéndose con la bolita de borrachos de cada noche.

Como siempre después de la cena comenzó la música, Shun vio como las parejitas de siempre iniciaban el baile, a su lado Ryo le pidió que cuidara de su nena mientras él y Daiki bailaban. El doncel se divertía jugando con las manitas de la bebe, con apenas un mes era una bebita muy activa.

La primera canción termino y Ryo regreso por su bebita. Shun miraba encantado como el castaño y el moreno cargaba a su niña incluyéndola en el baile. No muy lejos de ahí, Ryouta y Yukio estaban abrazados, el rubio se balanceaba siguiendo el ritmo de la canción mientras el pelinegro le sonreía un poco sonrojado por las acciones de su pareja. Los músicos volvieron a tocar y enseguida Taiga y Kazunari salieron al centro para bailar. Shun sintió una mano sobre su hombro y al voltearse se encontró con Samo sonriéndole.

-¿Bailas con esta viejo?

Shun sonrió asintiendo, levantándose para acompañar a Samo.

-¿Cómo te la estás pasando en la comunidad? – pregunto Samo mientras comenzaban a bailar.

-Bien, son gente fantástica.

-Sí, lo son.

Samo sonrió pensando en aquella comunidad que llamaba familia, siendo él, el prácticamente dirigente de todos no había alguien que el fuera indiferente y que no le preocupara.

-Samo ¿Puedo preguntarte algo?

-Por supuesto hijo.

-¿Le sucede algo a Tatsuya? Ha estado muy raro, muy mal, no deja de embriagarse y… sé qie debería preguntarle yo mismo, pero siento que me rehúye.

Samo vio en los ojos del doncel reflejada esa genuina y pura preocupación, enterneciéndolo.

-¿Lo quieres Shun? ¿Quieres a Tatsuya?

El pelinegro se sonrojo hasta las orejas, pues el mismo se lo había estado preguntando todo ese tiempo.

-….Sí…

Y Samo sabía que no mentía, pues el chico era tan transparente con sus emociones cual lago cristalino.

-Jajaja Me recuerdas tanto a mi hija…

-¿Tienes una hija? No lo sabía…

Samo le dio una vuelta para terminar con el baile, se fueron a sentar, el viejo miro las estrellas.

-Sí la tengo…

Shun le sonrió, pues no supo que más decir o si era prudente preguntar algo más.

Samo le revolvió los cabellos, ciertamente le recordaba a ella, aunque físicamente y en prácticamente todo eran distintos, tenían de igual esa mirada que destilaba amor y preocupación por cierto chico con un lunar bajo el ojo.

Shun vio a Tatsuya irse hacia la cabaña, medio trastabillando medio caminando bien, con una inclinación de cabeza se despidió de Samo para seguirlo.

El viejo lo miro sonriendo, mirando hacia el cielo.

-Has de estar feliz ¿no? – le dijo al aire – De que por fin encontrara a alguien que lo ame tanto.

Tomó un tarro de cerveza bebiéndolo de un solo trago para gritar y volverse a unir al baile.

Notas finales:

Espero les haya gustado!! 

Nos leemos!! 


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