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Juguete por LindAngel

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Notas del capitulo:

Hola, que tal les va? xD Aquí está el primer capítulo, creo que está un poco triste, pero espero les guste UwU

-…Mi hijo… – susurro al ver al pequeño bebe frente a sus oscuros ojos, ya había pasado el parto y la enfermera se lo había traído para que lo viera por primera vez  –…Él no es mi hijo!!... Yo no lo quiero, llévenselo… – decía gritando la mujer, la enfermera asustada por aquella reacción se apartó de inmediato con él bebe en brazos, y su madre, una mujer de 75 años, que  se encontraba en esa habitación, no pudo evitar que lagrimas cayeran de sus ojos por la reacción de su hija hacia su pequeño nieto.

 

 

 

-¿Qué estás diciendo? Ese pequeño es tu hijo… - decía con lágrimas en sus ojos la mujer mayor.

 

 

 

-No… no lo es… por su culpa… es su culpa… él fue un error!!… - la mujer no paraba de negar con la cabeza mientras que con sus dos manos tapaba su rostro lloroso – No lo quiero… llévatelo… llévatelo, por favor, madre… te lo regalo… - dijo fríamente apartando las manos de su rostro.

 

 

 

-¿Qué estás diciendo…? Él no tiene la culpa de nada… eres… eres un monstruo… – le dijo a su hija, para después acercarse a la enfermera y tomar al bebe en sus brazos, la enfermera se lo entrego y se retiró, el pequeño al sentir que era cargado por unas cálidas manos abrió sus ojitos dejando ver un hermoso color cielo, ella sonrió al ver los hermosos ojos de su nieto – míralo, tiene los mismos ojos que tú padre… mi amado Tetsuya… – dijo a su hija entre lágrimas.

 

 

 

-No lo quiero… llévatelo… - dijo fríamente sin lágrimas en sus ojos.

 

 

 

 -Eres realmente cruel… pero está bien, yo me lo llevare, me lo llevare y lo cuidare como a un hijo, será la madre que nunca llego a tener… pero quiero que tengas siempre en mente esto, él no tiene la culpa de nada, la culpa… la culpa la tienes tú… tú y ese hombre… - dijo la mujer mayor y se retiró, se retiró con el pequeño en brazos, a partir de hoy lo criaría como si fuera su “hijo” y ella será su “madre” ambos serian felices, comenzando una nueva vida, le regalaría muchos recuerdos felices al pequeño niño.  

 

 

 

-…Mi hijo… No es mi hijo…No es mi hijo… - la mujer se quedó completamente sola en aquella fría habitación, repitiendo aquello una y otra vez, una y otra vez, tratando de convencerse a ella misma, esa fue la primera vez que lo vio, fue la primera y la última “nunca más lo volveré a ver” pensó…

 

 

 

“Si claro… el destino es más irónico de lo que crees o puedes llegar a creer…”

 

 

 

------------------------------ 5 años después -----------------------------------------------------

 

 

 

-Abuelita, abuelita, creo que a Teddy también le gustan los caramelos – venia corriendo hacia su abuelita un pequeño niño de 5 años con sus dos manitas ocupadas, pues en una traía una bolsa de dulces y en la otra llevaba un gran oso de peluche, que apenas y lo podía cargar por su pequeña estatura.

 

 

 

-Sí, creo que así es, mi pequeño Tetsu-chan – dijo la mujer de 80 años, de cabellos celestes algo canosos y ojos oscuros como la noche, con sus desgastadas manos se encontraba escribiendo una carta en la pequeña mesa del comedor, los dos Vivian en una pequeña casita, con un pequeño patio, donde ella y su pequeño nieto plantaban flores y plantas medicinales juntos, al pequeño le encantaba regar las plantas y jugar en el pequeño patio con su nuevo osito de peluche, pues su abuelita se lo había regalado apenas hace dos días, ella era muy sobreprotectora, pues su pequeño Tetsu-chan era lo único que tenía, lo único que le quedaba, por eso nunca lo dejo salir afuera, tenía miedo de perderlo, siempre le leía cuentos de hadas, al pequeño le encantaba oír la dulce y cálida voz de su abuelita hablar sobre cosas mágicas, de cosas lindas y dulces… sobre el amor y los diferentes tipos de este, sobre los siempre finales felices.

 

 

 

-¿Qué haces, abuelita? – pregunto el pequeño inocentemente al ver a su abuelita escribir algo tan concentrada, la mujer le regalo una sonrisa cálida y sincera.

 

 

 

-Es una carta… pronto sabrás para que… mi pequeño… -  dijo y lágrimas comenzaron a salir de sus oscuros ojos.

 

 

 

-Abuelita, ¿Por qué lloras? ¿Hice algo malo? – el pequeño estaba preocupado, era la primera vez que veía llorando a su siempre alegre abuelita.

 

 

 

-No, Tetsu-chan, tú no has hecho nada, es por otra cosa – ella trato de calmarse mientras revolvía los cabellos celestes del pequeño niño, él al sentir aquella cálida mano revolver sus cabellos se tranquilizó, le encantaba sentir la calidez de aquella mano – veo que te gustaron los dulces – dijo sonriéndole, el niño solo asintió abrazando fuertemente su osito – y lo mismo digo de Teddy, veo que te gusto mucho, pues lo hice especialmente para ti, te quiero mucho mi pequeño – dijo acariciando la pequeña carita del niño, pero su sonrisa era nostálgica y su mirada algo perdida – …Tetsu-chan, te gustaría… ¿ir al parque? – era la primera vez que le preguntaba aquello a su niño.

 

 

 

-¿Al parque? – Dijo asombrado, él nunca antes había salido, ella asintió - ¡Sí! Si quiero, ¡Vamos! – dijo formando una gran sonrisa en su rostro, estaba realmente muy emocionado.

 

 

 

-Bien, vamos – y así lo hicieron, fueron al parque tomados de la mano, era la primera vez que él jugaba en aquellos juegos, la primera vez que veía muchos niños, la primera vez que salía con su abuelita, esos eran el tipo de recuerdos que él amaba y que tenia de su niñez, su alegre y cálida niñez, su abuelita era lo único que más amaba, lo que más quería, lo único que tenía, y ese tipo de recuerdos junto a ella eran muy felices, llenos de sonrisas, ella era la única que lo amaba y ella era lo único que él mas amaba, ellos eran realmente felices, sí que lo eran… ”Como en un cuento de hadas…”

 

 

 

“…Dulce…Dulce…Dulce felicidad efímera…Ilusión de cristal… piedra llamada realidad… despertar me duele… soñar me duele…Dulce cuento de hadas…”

 

 

 

------------------------------ 2 días después ------------------------------------------------------

 

 

 

 “No importa cuántos dulces coma, abuelita, la vida siempre será amarga… amarga y cruel.”

 

 

 

-¡Abuelita! ¡Abuelita! ¡Abuelita despierta! Despierta por favor… abuelita…no te duermas… ¡No te duermas! Por favor no te duermas… no me dejes solo… no quiero estar solo… odio estar solo… por favor no te duermas… no me dejes…no me dejes… como lo hizo mama… - el pequeño niño se encontraba en una pequeña habitación de un hospital, abrazando fuertemente su osito de peluche con sus dos brazos y una de sus manitas apretaba fuertemente la cálida mano de su abuelita, la cálida mano de la única persona que lo amaba, a la única a quien tenía, mientras que en su mente permanecía latente el reciente recuerdo, el ultimo recuerdo junto a ella…

 

 

 

“Mi pequeño Tetsu-chan… ¿Sabes porque te regale a Teddy? – pregunto ella entre lágrimas, pero aun así no quitaba esa gran sonrisa de su rostro, el niño, con su cara triste, solo negó - … Te lo di porque… yo ya no podré estar a tu lado, yo ya no podré verte crecer, verte reír, verte llorar, verte amar a los demás, ver a tu persona especial… por eso Teddy será mis ojos, él te protegerá en mi lugar… mi pequeño, nunca olvides esto… yo siempre te protegeré desde el cielo, siempre te amare…Mi pequeño Tetsu-chan… - lentamente la mujer fue cerrando sus ojos, aun sin quitar aquella cálida sonrisa de su desgastado rostro, su cálida mano apretaba fuertemente la pequeña manita del pequeño, y su respiración ya no estaba presente, ya nunca lo estaría…Su querida abuelita… había muerto…”

 

 

 

-Abuelita… te quiero mucho… yo siempre te querré… siempre, siempre…siempre… - poco a poco el pequeño se quedó dormido, aun sujetando la agradable mano de su abuelita, se quedó dormido en sus piernas, como cuando era más pequeño y ella le contaba un cuento, de esos con finales felices, aún estaba abrazando a Teddy, el único recuerdo de su amada abuelita, lo único que le quedaba de ella…

 

 

 

“…Como en un cuento de hadas… Dulce cuento de hadas… Lastimosamente este final no es feliz… Amarga realidad.”

 

 

 

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-¿Dónde está el niño? – pregunto un hombre de unos 35 años y mirada fría al igual que su voz, su sola presencia hacía temblar a cualquiera, incluso al doctor a quien le hacía aquella pregunta.

 

 

 

-E-él se encuentra en la habitación 104 con su abuelita – dijo nervioso el hombre de bata blanca.

 

 

 

-Bien, lléveme allí de inmediato – dijo con autoridad.

 

 

 

-Si, como usted diga – dijo y así lo hizo, lo llevo allí - …es aquí, esta es la habitación de la señora Kuroko, ellos dos han estado aquí desde ayer cuando la trajeron de emergencia, el niño ni siquiera ha comido… - dijo el doctor abriendo la puerta de la habitación, encontrándose así con una escena muy triste, el pequeño niño estaba gritando y llorando, su abuelita… acababa de morir, y el pequeño no paraba de decir cosas tristes como “no te duermas… no me dejes solo”, el doctor realmente quería llorar ante aquella escena, e iba a hacer algo, a decirle al pequeño que no se preocupe, que todo estaría bien, pero no fue así, ni bien puso el pie para entrar fue detenido por un brazo, giro su rostro y vio a aquel hombre de voz autoritaria, aquel hombre ni se había inmutado, su mirada seguía siendo fría y su rostro neutro.

 

 

 

-Gracias, pero déjeme el resto a mi… – dijo serio el hombre con voz fría, el doctor iba a decir algo, pero mejor callo y se retiró, no quería seguir viendo aquello - … Yo me encargare de él, después de todo él es… - dijo para sí mismo viendo como el niño lentamente se quedaba dormido en las piernas de su abuelita – él es… - suspiro nostálgico y continuo - … Mi hijo.

 

 

 

Continuará… 

Notas finales:

Bueno eso es todo, espero les haya gustado, si ven algún tipo de error o falta ortográfica por favor díganmelo ;u; y si les gusto me gustaría leer sus opiniones x3 , gracias por leer hasta la próxima (*u*)7


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