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Secret One-Shot por YuukiKoi

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Notas del fanfic:

Hola! Es el primer fic que me he animado a subir por fin!

Anteriormente tenia cuenta acá pero olvide la contraseña x´D

En fin, esto ha salido de un momento random a la hora del almuerzo XDD

Espero les guste~ 

Eran unos días completamente cansados, los conciertos en los que por ahora estábamos concentrados, las visitas a las tiendas y los ensayos me estaban consumiendo totalmente. Quería dormir, dormir un año si era posible.

Hoy, sería un poco distinto, estaría arreglando y escogiendo mi vestuario definitivo para el PV de Gypsy. Y luego del ensayo que sería sucesor a eso, podría irme a mi casa, ver a mis gatos, tomar una ducha no muy larga pues quería tirarme a mi cama, dormir y reponer energías para lo siguiente que vendría. Maquillaje listo, micrófono listo y dio inicio el ensayo.

Podía notar que todo teníamos la misma atmosfera, cansados después de todo, tomamos un respiro.

Deje caerme en peso muerto sobre el sofá más cercano y entonces, mi móvil que había permanecido sobre la mesilla de enfrente, comenzó a sonar.

 

–Anda Yuuki, contesta, joder. – Ichiro después de todo estaba irritable, mejor responder rápido.

 

Era un mensaje. Uno que me sacaría una sonrisa boba y desearía acabar con el ensayo lo antes posible.

 

Menuda forma de hacerme la noche, Yo-ka…

 

– ¿Y bien? ¿Seguimos con esto o se quedaran ahí tirados?

 

 

– ¿Y por qué tan de pronto con tanta energía si eras el más jodido de todos? – Esta vez fue Hiyuu, bueno, debía admitirlo, algunas cosas pasan que de pronto me hacen sentir un bipolar.

 

 

–El poder de los mensajes de texto.- La conclusión de Zero quien iniciaría con las notas de Rouge, no tardaríamos en seguirlo, claro estaba.

 

Yo-ka, además de ser uno de mis amigos cercanos, hacía poco más de medio año se había convertido en algo así como “amigo con beneficios”, quizá podría describirlo de esa manera pero “amante” le iba mejor. Después de todo, ambos necesitábamos desahogar el estrés de alguna forma, él no soportaba el alcohol como para salir conmigo y a la larga yo terminaba fastidiado del olor a tabaco, más aparte no podríamos involucrarnos en ningún tipo de escándalo al ir a por sexo con alguna mujer, eso aplicaba más a mí, sería mucho dinero desperdiciado que simplemente nuestro presupuesto no dejaba.

 

De cualquier forma, encontramos la solución a eso, una exquisita solución. Pero también, era nuestro más grande secreto.

 

Las noches de viernes era por ley que nos reuniríamos, el resto de la semana y si alguno estuviera muy necesitado, seria luego del trabajo y esta era una situación similar. Yo-ka estaba deseoso por lo que describía en el texto y en 20 minutos acabarían sus ensayos. Me daba a mi algo de tiempo de preparar todo.

No faltaba decir que fui el primero en salir del lugar, aunque era tentadora la idea de Hiyuu al ofrecerse llevarme, sabía que tardaría minutos más en salir, minutos en los que si apresuraba el paso justo como ahora, llegaría a casa. Suerte que yo no tengo que cargar con guitarras.

Solo pase de rápido a dejar el alimento de mis pequeños, después de todo, no llegaría a dormir. Tomé un cambio de ropas, lo que yo sabía que estaría perfecto para esa noche, bien guardado en uno de mis bolsos y cogí un taxi. En el transcurso ya estaba dando la dirección del hotel de paso vía texto a Yo-ka, donde nos reuniríamos, pocas veces repetíamos el mismo, no importaba que tuviésemos que salir de la ciudad, era la “cautela” que tomábamos.

 

Esta vez le tocaría pagar a Yo-ka, después de todo, él era el ansioso pero, joder, apenas entraba al lugar y me ponía cachondo. Pedí la habitación y dije que “mi pareja” vendría en una hora a más tardar y pagaría el porcentaje que faltaría, debía dejar yo un poco de dinero después de todo.

Apenas entre en la habitación y no me di el tiempo de fijar en los detalles, tumbe el bolso sobre la cama y fui a tomar una ducha rápida. Y entonces cuando salí, solo cubriéndome con una toalla por la cintura, cuando rebusque en el bolso, bien sabia como complacer a mi amigo después de todo.

Seque hasta la última gota de agua de mi cuerpo y me dispuse a vestir cada prenda que resaltaría los atributos de mi cuerpo. El corset negro con pequeñas cintas en detalle de color rosa que harían contraste con mi cabello, una tanga de encaje del mismo color oculta por un diminuto pantaloncito de vinilo negro que dejaba una porción de mis glúteos al descubierto, las medias que se sostenían por ligas al conjunto de la tanga, llegando poco más arriba de mis rodillas y claro, no podían faltar las botas largas de cuero.

 

Hora de arreglar el maquillaje y mi cabello. Me sobrarían por lo menos 10 minutos antes que Yo-ka entrara por esa puerta, después de todo, el maquillaje debía ser ligero o terminaría siendo un desastre y un desperdicio por lo poco que el sudor haría que durara. Mis labios rojos resaltaban y mi cabello a capas alaciado, el perfume que sabía le volvería loco y aún tenía cinco minutos para arreglar la habitación.

Ya contaba con unas cuantas velas que la administración tenia por defecto así que las encendí, apagando toda luz artificial y dejando solo una pequeña porción de las ventanas al descubierto de esas cortinas de color vino, daba justo a la cama; a un lado de esta estaría esa botella de vino que sabía se iba a desperdiciar por parte de Yo-ka… bueno, un trago a mí no me venía en mal.

Y la última cosa, dildos, consoladores, vibradores, esposas, mordazas, cuerdas y mi látigo sobre esa misma mesilla donde ya solo habría una copa, ya tenía la otra en manos, bebiendo con suma tranquilidad mientras esperaba al borde de la cama.

 

5 minutos….

 

10 minutos…

 

15 minu…Un momento, ¿Yo-ka venia retrasado!!?

 

Ninguna noche, en ninguna me había pasado tal cosa, Yo-ka era súper puntual con esto, ¿Dónde mierda estaba? Vale…

Decidí salir apenas de la habitación, asomando la cabeza al pasillo y nada, vacío… ah! Pero claro, los gemidos de cuanta puta estaría teniendo ahora yo de vecinas, no paraban de gritar, “Más rápido” “Más duro” ¡Mierda que ese podría ser yo!

 

Yo-ka… Si me pides una mamada, te aseguro que te lo voy a arrancar.

 

Apenas cerraría la puerta y alguien me detendría, genial, lo que menos necesito ahora es que alguno de la limpieza venga o algún enviado de Yo-ka diciendo que no vendrá.

 

Que equivocado estaba. Y me alegra que fuera así.

 

Unos brazos posesivos me rodearon por la cintura, siendo incapaz de girar mi cuerpo para ver de quien se trataba pero el aroma que desprendía me lo dijo todo.

 

– Llegas tarde, mierda.- A ese grado llegaba nuestra confianza, sí

 

– Lo siento, no ha sido mi culpa… oye, qué mono~

 

Y en cosa de nada ya le tendría comiéndose mi cuello a besos. Sabia ser mimoso cuando se lo proponía.

 

– Ah… - Inconscientemente había dejado escapar un jadeo diminuto en cuando comenzara a besar el nacimiento de mi cuello. Mierda, y yo que quería hacerle notar mi enojo.

 

 

– ¿Hm? ¿Te gusta?~ -La pregunta era tan tonta.

 

– Cierra la puerta.- Mi mandato no tardó en ser obedecido.

 

Entre pasos torpes logre girarme, rodeando a Yo-ka por los hombros no demore en hacerle notar mi desesperación, besando sus labios sin pudor, sin cuidado alguno hasta el grado de ir mordiendo y seguramente dejaría un par de marcas en ellos. Y él sin chistar respondería cada una de esas caricias entre labios, bajando sus manos por mi cintura y hasta mi trasero el cual sería apretujado con tal fuerza que me haría levantar un poco del suelo.

Otro jadeo de mi parte, Yo-ka terminó empalmado con eso, podía sentirlo, estaba lo suficientemente cerca para que el movimiento de mis caderas, aunque con dificultad, rozaran mi entre pierna con la suya.

 

– Abajo, ahora.- Su voz demandante hacia vibrador todo mi cuerpo, no tendría objeción en obedecer.

 

Me apoye sobre mis rodillas en una postura sumisa, esperando paciente por mi siguiente orden y entonces Yo-ka comenzó a alejarse, paseándose por la habitación. No tenía una “orden” para poder mirar pero tampoco tenía una que me lo impidiera, así que, con temor a que me pillara, le observe por el rabillo del hombro.
No hacia gran cosa pero logro dar con mi bolso y tal cual hurgó en el. No me molesto pero tampoco me gustaba el desorden en mis cosas. Pero vaya cosa que sacaría.

 

– Te falto esto.- Al volver y colocarse detrás de mí, coloco un collar negro, era el complemento del corset, llevaba una correa atada, sabía que le gustaban esas cosas pero por prisas, lo había olvidado por completo. – Abajo, te dije.

 

Un golpe seco con la correa sobre uno de mis muslos descubiertos y obedecí, quejándome apenas.

 

– ¿Qué manera de recibir a tu Master es esa? Dándome órdenes. Creí que tenía a mi puta bien educada.- Ya me estaba poniendo a mí. Apoye una de mis mejillas sobre el suelo mientras la mitad de mi cuerpo era inclinada hacia delante, de esa forma podía observarle mejor. Comencé a mover mi trasero de un lado a otro mientras él se sentaba sobre el borde de la cama para admirarme. – Ese tipo de disculpas ya no bastan, Yuuki…

Entendí el mensaje, separo sus piernas lo suficiente para que yo encajara entre ellas, me levante y así, a cuatro patas me fui acercando, escalándole como todo un felino. Ni los botones ni el cierre del pantalón me impidieron el paso de la boca, sacando ese duro pene de entre las ropas que pronto comenzaría a albergar mi boca. Tan caliente… tan sabroso.

 

Succionaba con fuerza en mi vaivén, levantando la vista para observar como apenas y Yo-ka emitía suspiros o muecas, era su manera de decirme que “no estaba haciendo un buen trabajo”. Mis dientes jugaron, aunque bien la idea de arrancársela de un mordisco salió de mi mente, intercalaba la fuerza sobre cada sección de su falo, para ese punto, yo estaba igual de excitado que él.

Baje hasta sus testículos los que bien se llevaron un trato similar al succionarlos, morderlos y jugar con mi lengua por cada uno, volví hasta su glande, succionándola, haciendo notar como me encantaba degustarle. Tomó mis cabellos y de una sola me hizo albergarle hasta la garganta. Mis ojos se cerraron con fuerza, no lo esperaba, me estaba causando molestias y él al notarlo solo reía, le gustaba verme así, provocándome arcadas y esas lagrimas que salían de mis ojos al mantenerlos cerrados con tanta presión. Trate de alejarlo, iba a terminar asfixiándome luego de todo.

 

Me soltó por fin, varias líneas de saliva y el líquido pre-seminal de Yo-ka escapaban de mis labios que se mantenían abiertos tratando de jalar algo del aire que ya se habría escapado de mis pulmones, y cuando menos me lo espere, volvió a repetir sus acciones llevando él el ritmo del vaivén; su glande chocaba varias veces contra mi garganta, al paso que iba, tan asfixiante, sintiendo como mi garganta ardía y solo podía llevar la lengua a lamer cada que me era posible, mis manos se sostenían de sus muslos en lo que casi clavaba mis uñas.

Un movimiento más seco, más brusco que el resto y terminó llenándome la boca de semen. Sus gemidos eran graves, tan sexys que toda su esencia, hasta la última gota termine tragando, ¿Cómo podía resistirme? Yo-ka en la cama era tan… indescriptible. Con la misma rudeza me apartó, tirándome al suelo con una respiración ya bastante agitada, apenas alcance a notar que mi labial había terminado en su gran mayoría, por no decir que todo, adornando el falo de mi amante, adoraba esa imagen, más todavía cuando se sacaba una a una de sus ropas estando de pie frente a mí. 

 

– Arriba, puta.- Tan mono te ves llamándome así. Tiró de la correa, a lo cual esta vez sí me queje. Subí a la cama y de nuevo me coloque a cuatro patas. Sabía que venía. Sus manos recorriendo mi espalda, tiroteando de la prenda de vinilo hasta quitarla, casi pude jurar que note la expresión con la cual se relamía los labios al ver la tanga. Tiró del resorte, dejando que golpeara mi piel y con ello me hiciera sobresaltar, repitiendo eso un par de veces, si lograbas parecer todo un crio, Yo-ka.

 

Solo la retiraría lo suficiente para que no obstruyera el camino de su lengua, esa maldita legua que hacia maravillas, joder. Me enloquecía, hacía sentir que derretiría en ese jodido instante; mis gemidos inundaban la habitación y luego, dos dedos se abrían paso por mi entrada, uno a uno entraban y salían con una lentitud tan desesperante, sin mencionar que no me gustaba del todo que hiciera eso.

 

 

Mi mano derecha se lo recordó al apartarlo.

 

 

– ¿Tan ansioso estas? Pero si recién empezamos.- Su miembro, pude sentirlo entre mis nalgas, refregándose con un total descaro hasta que, en una estocada firme entro en mí.

 

– ¡Master!- Mis gritos de desesperación, de dolor y placer tan combinados que no se sabría bien qué distinguir de ellos. El sonido que hacían nuestros cuerpos al juntarse era escandaloso y así como entro, salió apenas pasados unos minutos, lo odiaba…

Siquiera tendría tiempo de replicar cuando mis manos eran atadas al cabecero de la cama, la mordaza en mi boca impidiéndome el habla coherente y un bonito vibrados en trasero vacilando a entrar.

 

– Me encanta verte así de desesperado, mierda… me pone.- Disfrútalo, la próxima vez me las voy a cobrar pero, todo pensamiento se fue cuando el pequeño vibrador en forma de huevo fue introducido seguido del pene de Yo-ka, ahora si sabía que no iba a salir.
Me sostuve con fuerza de la cama, tratado de sobrellevar el ritmo que Yo-ka marcaba, tan firme desde el principio.

 

– Mhg… Mh…- Era lo único que alcanzaba a emitir y que fuera audible.

 

 

Bendita noche.

 

 

No sé cuántas veces termine dándole frente, montándolo o él a mí. El sudor de mi cuerpo y el del Master se mezclaba en cada caricia que nos dedicábamos. La mordaza, las esposas terminaron botadas en algún lugar, palabras obscenas volaban de parte de ambos, sus azotes en mis glúteos fueron tan fuertes y continuos que una de mis nalgas comenzaba a tener tonos amoratados y la otra se mantenía rojiza, ardía, mi piel ardía y la de él igual pues no saldría ileso. Marque perfectamente su espalda cuantas veces me fue posible hasta el grado que los surcos brotaran sangre; marcas por el cuello, abdomen, hombros y clavículas, nada nos importaba salvo llevar al máximo el éxtasis que ambos podíamos generarnos.

 

– Así… ah! Más profundo, Master… ¡Master!- Acabe como las putas de mis vecinas, gritando porque me destrozara porque ese pene encontrara el punto donde enloquecería aún más de ser posible y… – ¡A-ahí!- No tardó en hacerlo.

De nuevo tenía el cuerpo de Yo-ka sobre el mío, chocando sin control, la única prenda que portaba era mi collar del cual no se cansaba de tirar al grado que ya me hacía falta el aire, mis ojos se desorbitaron, los gruñidos de Yo-ka directo en mis oídos y una de sus manos aferrándose de mi cadera que hasta marcas iría a dejar y…

 

– Ah… ¡AAHH!

 

Acabe corriéndome entre las sabanas y claro, mi amante marco una embestida tan dura que en verdad pude sentir que me partía en dos y todo su semen llenado mi interior, tan cálido, tan rico.

Mis brazos ya no sostenían mi propio peso y sumándole la falta de aire, me sorprende no haber terminado desmayado cuando me deje caer sobre el colchón. Mi expresión lasciva apenas se comparaba con la que Yo-ka tenía, estaba satisfecho, tan lleno y gustoso.

 

– Mierda…- Y ahora un peso extra que apenas tenía la energía suficiente para llenarme de besos los hombros y el cuello tal como lo hacía. – Eres tan fantástico.-

Quería responder pero apenas y lograba recuperar el aire en cuanto me quitara la correa de encima. Salió de mi interior, dejando que gotitas del semen escaparan por la comisura de mi entrada y me hizo dar media vuelta, recostándose a un lado de mi mientras nos cubría a ambos con las sabanas; no dejaba de besar mis labios, de acariciar mis mejillas o de peinar mis cabello y yo, apenas podía mantener los ojos abiertos.

 

– ¿Es que no ha sido suficiente?-

 

– Claro. Estoy muerto pero… Perdona por llegar tarde.-  Y a eso le debemos tanto mimo, bueno, mejor que solo los disfrutara, pocas veces luego del sexo Yo-ka se ponía así de meloso y me gustaba, me gustaba pensar que más allá que solo sexo casual para dejar ir el estrés del trabajo, podía llegara tener un poco del cariño que ya mucho me hacía falta. –Te quiero, Yuuki.

 

Justo así…

 

 

– Y yo, te adoro, lo sabes…

 

Últimas palabras antes que me fueran a cero rotundo. Caí dormido, desmayado, inconsciente, qué sé yo, no me importo nada más. Era ese secreto, esa falta entre ambos que me encantaría guardar y repetir cuantas veces pudiera. Llenaba de adrenalina mi cuerpo no solo en el acto carnal sino también al pensar solo lo qué podría llegar a pasar fuera de esas cuatro paredes si se llegaba a saber lo “nuestro”. Había algo que no quería tomar en cuenta nunca, me gustaba ser egoísta, ahora sí pues al principio, joder como me costó hacerme a la idea… Aunque una parte de mí quisiera a Yo-ka todas las noches en mi cama, debía resistir.

 

Era mi amante… después de todo, Yo-ka estaba de novio con Kei.

Notas finales:

Y así de gay termina hahah

Si les gusto no olviden dejar sus reviews y si no también! c:

Acepto críticas constructivas, de todo, todo haha

 

Nos vemos!  


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