-¡Vamos, vamos! – decia entusiasmado.
-Ya voy… – respondía el pelinegro que aun estaba adormilado – ¿Por qué tenemos que ir tan temprano? –
-Tú dijiste que hoy iríamos a explorar la isla, así que no te quejes y vamos –
-Lo sé, ¿pero porque tan temprano? –
-Para poder explorar más sitios antes que el día se acabe –
-¿Dónde está Erza? – pregunto ya que no veía a Erza por el área y eso que eran las 6:00am.
-Dijo que aun no terminaba el lugar para el próximo entrenamiento –
-Ya veo… bueno vamos – comenzó a caminar mientras Natsu lo seguía con una sonrisa de oreja a oreja.
Gray al principio estaba algo aburrido pero, Natsu supo como alegrarlo, mostrándoles los bellos paisajes y haciendo que sonriera con cualquier tontería que decía, Gray se dio cuenta de uno de los dones naturales que tenia Natsu, la sonrisa del pelirosa era tan pura y alegre, radiante y contagiable, haciendo que otras personas rieran solo porque él lo hacía.
Llegaron a un prado de arboles de manzanas, ambos chicos se alegraron ya que no habían desayunado y no habían comido nada decente desde que pisaron la isla, ambos se dirigieron al árbol mas grande el cual se ubicaba en la cima de una colina.
Dejaron sus mochilas en el suelo y comenzaron a subir al enorme árbol, sin ningún esfuerzo llegaron a la cima, Gray agarro una manzana y le dio un mordisco, al momento de hacerlo sus ojos se abrieron, era la primera vez que probaba una manzana tan rica o solo era porque lo último que había comido por una semana era intestino de bestia desconocida.
Natsu extendió sus manos y agarro todas las manzanas que estaban en el alcance de sus manos y brazos, abrió grandemente su boca y se metió mas de 10 manzanas de un solo golpe, tanto fue su impresión que casi le da diabetes por sentir tanta exquisitez y dulzura de un solo golpe, tanto fue su gusto que comenzó a saltar por todo el árbol agarrando manzanas y comiéndoselas al instante, Gray al sentir las manzanas en extinción, comenzó a saltar igual que Natsu, agarrando las manzanas a su alcance, y de un momento a otro se convirtió en una competencia en el que agarrara mas manzanas ganaba, el juego se acabo cuando no quedo ni una sola manzana en el árbol.
-¡Gane! – dijo Natsu cuando ya estaba en el suelo.
-Al menos yo, ya estoy satisfecho – se recostó en el tronco del árbol reposando las 68 manzanas que se comió, Natsu también lo imito y ambos cerraron sus ojos sintiendo la calma del lugar y recibiendo la caricia de la brisa serena en sus caras.
-Pero yo gane, acéptalo –
-No me importa –
-Miedoso –
-¿Miedoso porque? – pregunto Gray abriendo los ojos.
-Por no aceptarlo –
-No puedo aceptar nada que no paso – dijo y se coloco de pie.
-¡Hey! Yo gane –
-No, no ganaste –
Natsu se puso de pie y se paro en frente de Gray mientras le hacía mala cara.
-¿Qué? –pregunto Gray algo temeroso ya que Natsu lo estaba mirando fijamente.
-Acepta que te gane, comí mas manzanas que tu –
-Está bien, ganaste tú –
-Así está mejor – Mostro una sonrisa triunfante pero luego se puso a alagarse a sí mismo.
-Después de todo no me importa que una lagartija me gane – dijo quitándole la emoción a Natsu.
-¿Lagartija? – Pregunto ofendido - ¿Quieres pelea? - dijo poniéndose en posición de boxeo.
-No me interesa ganarle a una lagarti… - no termino.
Natsu se había abalanzado hacia él, cayendo los dos al piso y Natsu encima de Gray. Ambos chicos comenzaron a forcejear para quedar encima del otro y así anunciar el ganador, de un momento a otro Gray era el que estaba encima, pero Natsu se las arreglaba para colocarse arriba de Gray, entre forcejeos se rosaban inconscientemente partes intimas de sus cuerpos entre sí, pero no les hacían caso ya que el juego que estaban haciendo era más divertido y no lo interrumpirían por cosas como esas.
No se dieron cuenta que entre tantas vueltas que daban, se estaban acercando a la rampa de la colina en donde estaban y así fue como cayeron rodando la colina hasta llegar al suelo de abajo, quedando Natsu en cima de Gray, agarrándole ambos brazos que estaban apoyados a los lado de su cabeza y ejerciendo presión en las piernas de Gray con las suyas, Gray trataba de moverse y zafarse del agarre de Natsu, pero este ya lo tenía totalmente inmóvil.
-Bien, Bien… tu ganas – se rindió, estaba muy cansado.
-Jajaja, fue divertido – respondió pero aun así no se aparto de Gray.
-Tienes césped en la cara – movió su mano y con delicadeza la paso por la mejilla derecha de Natsu, haciendo que este se sonrojara un poco.
-N-No vuelvas hacer eso… tonto – dijo y se quito de encima de Gray poniéndose a su lado, acostándose en la grama al igual que el pelinegro.
-Pe-Perdón… -respondió diseccionado, volviendo su rostro hacia el lado opuesto de Natsu.
El pelirosa no respondió, solo se limito a voltear su rostro hacia un lado en donde Gray no pudiera ver su sonrojo, Natsu aun no lo aceptaba y no lo iba aceptar, el seguía aferrado a la idea de que lo que paso entre el pelinegro y él estaba mal, cuando por otro lado comenzaba a sentir una especie de inquietud cada vez que estaba con Gray, pero no le daba ni la mayor importancia.
Después de pasar varios minutos en el suelo en un silencio incomodo, Natsu decide levantarse y tomar sus cosas y diciéndole a Gray que se levantara para seguir con el recorrido de la isla, pasaron cerca de la playa y no pudieron evitar entrar a nadar y jugar entre ellos echándose agua entre si, al cabo de 1 hora se fueron del lugar.
Llegaron a un río que más bien parecía un tobogán y sin decir ni una sola palabra y en cuestión de segundos, Gray ya estaba sin ropa en el tobogán dejando que el agua lo deslizara, Natsu estaba sorprendido, eso fue muy rápido, ni siquiera vio cuando Gray se quito la mochila y la ropa, pero sin darle mucha importancia se quito sus prendas de vestir y se lanzo al tobogán, cayeron en un lago en donde el agua estaba calmada y tibia.
Los chicos salieron del lago y regresaron a buscar sus cosas para seguir caminando, de pronto la vista de ambos fue atrapada por un humo blanco que salía de otro lado del rio, les tomo 13 minutos cruzarlo entero, solo para encontrarse con aguas termales, y otra vez se deshicieron de sus ropas y entraron como niños al agua, solo que estaba vez se relajaron a tal grado que Natsu se quedo dormido.
Pasaron en las aguas termales 2 horas y decidieron continuar su recorrido, pudieron divisar un volcán inactivo que sobresalía de altura por todas las montañas de su alrededor, tuvieron curiosidad de ir a ver, pero quedaba demasiado lejos y les tomaría más de 1 día subirlo hasta la cima, siguieron caminando, encontrándose con criaturas desconocidas y paisajes hermosos, en eso pasaron por una cascada gigante que era realmente hermosa ya que el arcoíris pasaba justamente por el medio de esta, todo seria perfecto si no hubieran pensado en la tortura que les hizo Erza subiendo más de 100 veces esa cascada que ella misma hizo, los chicos no volverían a ver las cascadas como solían verlas, ahora con tan solo ver una, les dejaba un sabor amargo en sus bocas o en sus cuerpos.
Llegaron a una cueva en donde se encontraron con pequeños y lindos ositos bebes, ambos se enternecieron y los comenzaron a acariciar y jugar con ellos, estuvieron en esas alrededor de 2 horas, hubieran durado más, de no ser por su mama oso, que apenas llego y vio a los extraños en su cueva comenzó a perseguirlos por todo el bosque durante 1 hora entera.
Seguían corriendo, aunque no podían ver a el oso detrás de ellos aun seguían aturdidos y pensaban que todavía los estaba siguiendo, cuando la verdad era que el oso los dejo de perseguir hace media hora, llegaron a la playa y se metieron al agua, volteando hacia atrás y poniéndose en posición de batalla por si veían al oso, pero no paso nada. Ambos se miraron y comenzaron a reír por todo lo ocurrido, salieron del agua y sin nada más que hacer se quitaron la ropa y decidieron aprovechar los últimos rayos del sol de ese día.
Cuando el sol se oculto los chicos se levantaron de la arena, entraron al agua para quitarse la arena del cuerpo que ahora los tenían estaban bronceados y se vistieron, decidieron volver al campamento ya que estaba medio oscuro y sus estómagos gruñían, no es que quisieran comer la comida de Erza, pero de vez en cuando, ambos estando en la tienda de acampar, comían papas o nachos que Natsu había traído, al menos para algo sirvió el que no halla traído tienda de acampar.
Caminaban hacia el campamento en silencio, no un silencio incomodo, solo era normal, ambos la habían pasado muy bien ese día y tenían una sonrisa en sus rostros de la satisfacción, de pronto un gran estruendo se escucha, haciendo a las aves volar y automáticamente los chicos se pusieron en marcha hacia donde se ocasiono el ruido, pensaron que era Erza ya que estaba haciendo el nuevo escenario para el entrenamiento, pero mejor se aseguraban con sus propios ojos, llegaron en unos 15 minutos y se encontraron con un área totalmente destruida del bosque, los arboles estaban cortados en su totalidad y tirados en el suelo, había un remolino en el suelo que formaba un leve avuguero.
-¿Pero qué paso aquí? – se pregunto viendo el desastre.
-Parece como si hubieran tenido una pelea en esta área – respondió el pelirosa acercándose y agachándose al hoyo que había en el suelo.
-Así que fueron ustedes los que armaron todo este escándalo – apareció Erza algo acelerada, al parecer también venia corriendo a toda velocidad cuando escucho el estruendo.
-No fuimos nosotros – dijo Gray.
-Cierto, acabamos de llegar – explico poniéndose de pie – escuchamos un gran ruido y vinimos lo más rápido posible a ver qué pasaba –
-Ya veo… es como si hubieran tenido una batalla en este campo – declaro viendo alrededor del lugar.
-Eso parece, posiblemente fue un animal salvaje –
-No conozco a ningún animal salvaje que sea tan tonto como para atacar algo por nada, a cambio que seas tú claro – respondió Gray con burla.
-Ya cállense – ordeno haciendo que los chicos guardaran silencio – esto no fue hecho por un animal o una bestia –
-¿Entonces que pudo haber hecho esto? – pregunto con curiosidad Natsu.
-¿Estás diciendo que no somos los únicos magos en la isla? – pregunto Gray recibiendo un asentimiento de Erza – Vamos Erza, hay un sinfín de bestias desconocidas que aun no conocemos, pudo haber sido una de ellas – Erza no respondió, solo se limito a pensar por un momento.
-Tienes razón, pero estas marcas en el piso no fueron hechas a la fuerza, por la forma que está cortado y levemente hundido me atrevo a decir que el que hizo esto sabe utilizar magia de viento o algún truco de un animal pudo haber hecho esto, de todas formas tienes razón Gray, es mejor que volvamos, mañana comenzara su segundo entrenamiento así que espero que hagan descansado mucho – dijo dándose la vuelta y dirigiéndose hacia el campamento, ambos chicos la siguieron, estos últimos estaban con la cabeza gacha, escuchar que mañana comenzarían el segundo entrenamiento le quitaba lo bonito del día.