― ¡Me muero Happy! Umgh
― Aguanta Natsu ― daba palmaditas en la espalda del mayor, tratando de ahogar una risa.
― Ya no aguanto, quiero bajarmeee, me quiero bajar de aqu… Umghh ― balbuceo en agonía ― No es Justo, yo necesito a Wendy más que Bisca ― en eso el barco se movió bruscamente haciendo que el joven se mareara mas y vomitara de nuevo.
― Natsu cálmate, zarpamos hace 3 minutos ― comento la pelirroja sentada tranquilamente.
―¿¡¡¡ 3 MINUTOS!!!? P-pero Umgh ― Todo su desayuno y parte de la cena del día anterior ahora estaba siendo totalmente expulsada.
Erza entorno sus ojos quitándole importancia a Natsu para centrarse en Gray, quien yacía recostado tranquilamente en el suelo del barco descamisado, centrando su atención en el cielo, quizás era buen momento para poner en marcha aquella promesa que le hizo a Juvia el día anterior.
― Magnifico día ¿verdad? ― Se acercó cautelosa, sentándose a su lado con la intención de entablar una conversación.
― Supongo, pero hace calor. ― Dice sin más, los ojos curiosos de la chica pasando a la muñeca de trapo sobresaliente de la moche del contrario.
― Bonito muñeco. ― El ceño del menor se frunce levemente en vergüenza.
― ¿Gracias? ― Incomodo de que Erza siguiera explorando cada parte de sus facciones, decide tomar la muñeca de trato y meterla aún más en su morral.
― No te apenes, no le veo nada de malo el que te guste jugar con muñecas ― sonrió comprensiva.
― ¡Yo no juego con muñecas! ― Expreso alterado… lo que le faltaba.
― ¿A no? ― Recibió una negación ― ¿y qué haces con una en tu bolso? ― Lo miro juguetona.
―No es tú problema ― respondió borde.
― ¿Perdón? ― Su voz amenazante, retumbando como eco en los oídos del pelinegro, no debió de hablarle así.
― Fue un regalo de Juvia ― respondió de inmediato, sintiéndose incomodo se levanto del suelo y se acerco a la punta del barco siendo seguido por Erza.
― Ho… ― dejo escapar ― es un bonito detalle… ¿verdad? ― El contrario se limito a encogerse de hombros ― ¿Acaso no te gusta?
― No, no me gusta.
― ¿Y porque lo trajiste?
―No la traje adrede, cuando me di cuenta el muñeco estaba ahí ― el mago de hielo tenía la ligera impresión que era obra una cierta peli azul ninja infiltrada en su casa.
― Ya veo ― paso un rato en silencio ― Gray, ― llamo meditabunda, este gesticulando un sonido seco ― sabes que tú le gustas, ¿verdad? ― Sin filtro, directo al grano y sin despegarle la mirada de encima, quería observar la reacción del pelinegro pero para su sorpresa este seguía inmutable, como si ya lo supusiera o como si le diera igual.
― ¿A quién? ― Sabía perfectamente de quien hablaba, aun así tenía la esperanza de que Erza abandonara el tema si él le daba largas al asunto.
― A Juvia, por supuesto.
―… ―guardo silencio, él sabía lo que la chica peli azul sentía por él, le daba un poco de pena por ella, él no estaba interesado en ella lamentablemente.
― ¿Gray? ― llamo.
―Lo sé ― soltó con calma, aun así sintiéndose mal consigo mismo.
― ¿Lo sabes? ― El viento era lo único que se escuchaba en el momento, golpeando con fuerza sus rostros y agitando sus cabellos hasta que el pelinegro le dedico una mirada llena de culpa a Erza ― Si lo sabes entonces por qué…
― Erza ― La voz de Lucy interrumpiendo ― el capitán del barco ya contacto con el propietario de la misión.
―iré enseguida ― luego de ver como Lucy se marchaba fijo su vista en la madera del barco ― hablamos después ― cerro sus ojos y comenzó a caminar, recordando aquella mirada que le planto incertidumbre a su corazón
¿Desde cuándo ocultas esa mirada, Gray?
Gray soltó un pesado suspiro, no podía sentirse más aliviado que ahora, Lucy lo había salvado de una grande, aun no estaba listo como para hablar ni de Juvia, ni de nada en realidad, no lo estaba y nunca lo estaría, tenía que buscar una forma de que Erza se olvidara de aquel tema.
― ¿Natsu?, Natsu resiste ― Natsu no dio para más, se encontraba desmallado totalmente pálido y un rastro de saliva que salía de su boca le daba un aspecto demasiado gracioso a ojos de Gray, porque era sumamente divertido ver a Natsu tan vulnerable.
― ¡Escuchen! ― Gray presto atención a la figura que salió del interior de la cabina demandando atención ― llegaremos en 2 días a una isla, ahí tendremos que tomar otro barco que dura exactamente 13 horas para llegar a la isla donde se encuentra el pueblo del propietario de la misión, cuando lleguemos ahí tendremos que caminar buscando el pueblo con el mapa que me dio el maestro Makarov, ¿entendieron? ― Gray asintió, por el contrario de Natsu…
― ¡¡¡ERZAAAA!!! ― Volaba rápidamente hacia ella ―Natsu se murió, ayúdame a meterlo dentro, te daré un pescado si me ayudas.
― No hace falta el pescado, Happy ― extendió la palma de su mano, apartando al gato del camino ― lo ayudare porque es mi amigo ― coloco sus manos en la cintura y levanto su frente viendo al horizonte con total seriedad y dramatismo.
Camino a paso firme hacia el chico pelirosa y lo arrastro por el tobillo, lo llevo hasta unas de las habitaciones del barco, dejo al chico en una cama y salió hacia el exterior de nuevo para seguir su charla con Gray, el cual la esquivaba a toda costa con maniobras evasivas.
Y aunque Erza siempre terminaba arrinconándolo, Gray era experto en cambiar del tema de conversación, distrayéndola de lo importante, así pasaron los 2 días que restaban, Erza persiguiendo a Gray, Gray evadiendo los comentarios y corriendo de ella, algo fastidiado por la insistencia de la pelirroja, Lucy en traje de baño sentada en el exterior del barco tomando sol y algo de aire, Happy sentado en una punta del barco con su caña de pescar y pues Natsu en la cama totalmente mareado, desmallado y fatigado, quería bajarse de ese barco lo más rápido posible.
Eran las 8:50 pm cuando llegaron en la isla, esa en la que tenían los barcos que zarpaban al final de su recorrido.
―Bien, tenemos que buscar el puerto Bushi ― dijo Erza, comenzando a caminar junto a Lucy, Happy y de último, un malhumorado Gray por estar cargando en su espalda a un inconsciente pelirosa que no aguantaba volver a subirse en otro barco por 13 horas más, si lo hacía no saldría con vida de ahí, por otro lado el mal genio de Gray crecía cada vez más, de no ser porque Erza le había amenazado con cortarle las “ya tu sabes que” estaría arrastrando a Natsu por los pelo, aun así no quería arriesgarse a descubrir a lo que Erza se refería con el “ya sabes qué”.
Al llegar al muelle, Erza y Lucy habían ido a preguntar sobre los próximos barcos prontos a zarpar, dejando a Gray al cuidado del equipaje. Natsu se movió entre sueños poniendo su boca peligrosamente cerca, muy cerca de su nuca, haciendo estremecer el pelinegro de tan solo sentir el caliente aliento del mayor en esa área sensible.
Un leve sonrojo se apodero de sus mejillas por sentir nuevamente una respiración cálida y agradable golpear aquella delicada zona, trato de acomodar al pelirosa de otra manera pero sus movimientos eran limitados mientras lo siguiera cargando.
― hay que esperar hasta mañana ― escucho la voz de Erza que para su sorpresa, tanto ella como Lucy, estaban paradas frente a él ¿en qué momento llegaron?
― ¿Mañana?, ¿Por qué? ― Él quería llegar al lugar lo más rápido posible y terminar la misión a paso veloz, convivir con Natsu no era una de sus cosas favoritas.
― El puerto abre y cierra de 6:00 am a 6:00 pm ― levanto su mano enseñando el reloj de muñeca ― ya van a ser las 9:00 pm ― explico la rubia mientras bostezaba.
―Así que hay que esperar hasta mañana, ― dice esta vez la pelirroja ― el señor del muelle dijo que a unas 2 cuadras de aquí había una posada, podemos pasar la noche hay y mañana por la mañana marcharnos.
Al llegar a la posada rentaron 4 habitaciones por una noche, Lucy y Erza se fueron a sus habitaciones mientras que Gray refunfuñaba molesto por cargar ahora también con Happy, cuando llego acostó al gato en un lado haciéndole espacio a Natsu para acomodarlo en su lugar. Una vez que ya lo había acostado estaba a punto de marcharse, sin embargo, se quedo ahí, mirando el rostro del chico por unos cuantos minutos, y recordó cuando en sus tiempos de infancia, su mirada se detenía largos minutos en el rostro durmiente del pelirosa, al igual que ahora.
Hacía tiempo que eso no pasaba.
Sintió un escalofrió, su ceño frunciéndose y recordando también por qué dejo de hacerlo, esos escalofríos que siempre le erizaba la piel, no entendía el porqué, lo que si sabía es que Natsu era el culpable, y lo único con lo que lo podía asociar, eran con las ganas de lanzarle un balde de agua fría. O al menos, así era en su infancia, después de todo, sin siquiera haberlo dicho o propuesto, ellos crecieron considerándose rivales.
Sonrió para sí mismo, recordando esos tiempos cuando jugaban y sonreían, sin peleas, sin rivalidad, solo ellos dos en medio del bosque, acostados juntos. Y el pensamiento de aquellos días invadió su mente.
“Natsu es lindo”
Un sentimiento amargo en su garganta, ese pensamiento había sido sin intención, inocente de un niño, sin segundas intenciones y lleno de pureza, con el tiempo, al entender lo que realmente significaba, su drástico comportamiento por alejarse de ese chico lindo hizo que las cosas cambiaran y fueran como ahora… A veces no podía evitar preguntarse, que si él hubiera sido normal, en estos momentos tendría una buena amistad con Natsu.
Y pensar que todo comenzó por considerar lindo a ese idiota. Sonrió llenando sus pulmones, detallándolo nos segundos más, no había cambiado mucho de cuando era un niño, la única diferencia ahora, era la altura, la voz y los músculos, pero el comportamiento, la pureza y el carisma seguía intacto… incluso, Natsu aún seguía siendo… lindo.
Su rostro se desfiguro en reproche, negando levemente con la cabeza, él no podía tener esos pensamientos, tenía que reprimirse, tenía que controlarse y no dejar que su corrupción saliera o todo se acabaría, estaba reprimiéndose desde hace ya 10 años, no podía ahora venir y romper con eso, ¿En que estaba pensando?
Lo peor de todo, es que estaba mirando a Natsu con ojos diferentes, con ojos que solo podía mostrar en el pasado cuando ambos eran unos niños inocentes con ignorancia de todo su alrededor, se supone que ahora es un adulto, ¿Entonces por qué seguía pensando en lo mismo si sabía la diferencia? Pensó que eso ya estaba superado, pensó que la etapa de infancia con Natsu había sido cauterizada, y tachada como algo de niños.
Suspiro con fuerza, caminando a su habitación para quitarse la ropa y entrar en la regadera, quizás el estrés estaba jugando con sus memorias, porque afrontar a Erza tres días, la culpabilidad de tener a Juvia encima y el constante control que tenia de su cuerpo para no sucumbir a lo que no era normal, era de por si demasiado para él.
Restregó su rostro con fuerza e instintivamente su mano termino en aquel lugar en que hace minutos atrás había sentido el cálido aliento de Natsu que estremeció su cuerpo de manera satisfactoria aun cuando se rehusara a aceptarlo. La verdad era, que el sentir su cuerpo de esa manera le agrado, pues con 21 años de edad, su experiencia sexual estaba totalmente en cero.
¿Pero qué estaba pensando? ¿Acaso quería volver a sentirlo? No, solo estaba cansado, él definitivamente no quería volver a sentir a Natsu en su cuello, ya era suficiente con considerar a Natsu lindo, eso ya lo tenía asustado… veía a Natsu como a un cabeza hueca descerebrado e impulsivo que no pensaba lo que hacía o lo que decía, lo consideraba un animal por como actuaba o por como comía, y hasta ambos llegaban a golpearse y pelearse mutuamente para que de la nada así como por arte de magia venga y lo considere “lindo”
Salió de la ducha secándose y colocándose su ropa interior, se dirigió a su cama, acostándose para dormir, pues al día siguiente tendría que levantarse temprano, queriendo olvidar lo que paso y lo que pensaba, poco a poco se fue quedando dormido mientras el recuerdo de Natsu respirando en su cuello permanecía hasta que la consciencia descanso y el pensamiento quedo en blanco ante el sueño.