~Noa~
-Este consta de cuatro habitaciones pequeñas , un comedor amplio, balcón, dos baños sin problemas con las tuberías, el piso es de cerámica y tiene un lindo color como la madera – la chica señalo el piso para hacer énfasis- lo pusieron hace poco, ahora si me siguen verán las habitaciones en la segunda planta - he de admitir que tenía toque para alquilar un piso, no se si serán sus gafas con ese estilo alargado como las secretarias de los años 70’, o su traje formal de falda y blusa con chaleco.
Llegamos a ver las habitaciones y he de admitir que nos enamoramos por completo, Sofía ya estaba decidiendo como iría ordenado el ropero básicamente y planeando donde poner su cama, mientras que los chicos estaban calculando el espacio para sus muebles donde irían sus consolas de videojuegos, pc, demás cosas y si quedaba espacio, sus camas.
-¿Tienen alguna pregunta? – su mirada verde se tornó un tanto tierna y profesional, lo suficiente para alborotar ciertas hormonas, creo que el hecho de ser alta, con buen cuerpo, de tez blanca y con labios pintados con un carmesí, también ayuda.
Sebastián: Si, yo – dio un paso al frente - ¿Cuál es su número de celular? Y ¿tiene novio?, claro son motivos profesionales – disimulo con seriedad.
-Buen intento, los dejare solos para que hablen – camino hacia la salida, y claro cierta mirada marrón la siguió viendo por debajo de su cintura.
Diego: Ya calma esas hormonas, hasta aquí se escucha el alboroto – se cruzó de brazos y se pegó a la pared que estaba cerca de la ventana.
Sebastián: Yo no digo nada cuando el cartero llega y tu sales semidesnudo – se sentó en el suelo
Diego: No salgo semidesnudo, ¿verdad chicas?
Sofía: Sales en toalla…
-Y apenas cubres a tu soldado
Diego: Sargento, ¡es sargento!
Sofía: Pero tu dijiste soldado.
Diego: Si, pero luego de la despedida de soltero de Ricardo, le tuve que dar sus medallas – una sonrisa pícara nos dio una idea de esa fiesta.
Sebastián: ¿te han dicho que eres bien puta?
Diego: No.
Todos al mismo tiempo: ¡LO ERES!
Diego: Santurrones – dijo colocando su mano en el pecho como signo de ofensa.
-El punto es…
Sofía: El punto es Noa, que este es el piso perfecto. Esta cerca de muchos lugares, el supermercado, el parque, gimnasio y no esta muy alejado de nuestros trabajos.
Diego: Si, pero igual hay que ver otros lugares, no nos podemos dejar llevar por el primero.
-Buen punto.
Sebastián: Sera mejor que veamos otros.
Sofía: Se van a arrepentir – dijo entre dientes
-No exageres – me cruce de brazos.
Diego: Si nena, cálmate – se acercó y le paso un brazo por el hombro
Sebastián: Si “So”, cálmate – la miro – luego se te salta esa vena asquerosa que está al lado derecho de tu fren…oh mira ahí esta
Diegos: ¡No jodas!. Es enorme.
-Deberíamos ponerle nombre.
Sebastián: Venancio.
Sofía: ya déjenme – se alejó y salió por la puerta gritando - ¡INMADUROS!
Salimos de apartamento comprometidos con visitar más pisos y ver si encontrábamos uno mejor…
Primer intento:
-Pues este fue habitado por unos inquilinos muy adheridos a sus creencias
Sebastián: Huele raro
Diego: ¿Y ese pentagrama?
-Oh, ahí hacían sus sacrificios – nuestra cara de susto apresuro al hombre de mediana estatura y de poco cabello a remediar lo que dijo – pero tranquilos, no era nada grande…gatos..palomas…uno que otro perro.
Noa: No ._.
Segundo intento:
-….Tiene chimenea, baño con tina y tres habitaciones – nos informaba el chico joven con traje, aparentemente primerizo.
Noa: Esta genial.
Sebastian: Me gusta.
Diego: perfe….
-ruidos de al lado –
“haaaaa, si…haaaaa, mmmm”
Noa: ._. ¿Qué es eso?
-Los vecinos son un poco ruidosos pero…
“querida mmm busca el dildo, aunque soy hombre, te enseñare como disfrutar de el”
Sofía: Nosotros le avisaremos – dijo con una sonrisa.
Tercer intento:
-…muchas comodidades, sin vecinos molestos – celebramos en silencio por eso – y no muy lejos de sus trabajos ¿Qué me dicen? – otro chico más experimentado nos informaba a cerca de la casa
Sebastián: Yo creo que….- una tubería que estaba en el techo se desprendió mojando a Sebas desde la cabeza hasta los pies, escupió un poco de agua que se había metido en su boca – le llamaremos.
-Media hora después-
~Cafetería~
Noa: Me costara admitir esto pero, Sofía tenía razón – hice un puchero ya que es difícil admitir que alguien como ella pensó con dos dedos más de frente que nosotros.
Diego: Deberíamos llamar a la chica para decirle que alquilaremos el piso – bebió un sorbo de su café.
Noa: Le llamare yo – saco el celular que esta en la bolsa de mi sudadera y empiezo a marcar, escucho el sonido de que la llamada esta saliendo y lo coloco en mi oído.
“¿Hola?” – Se escucha al otro lado de la línea.
Noa: Buenas tardes, habla Noa, hoy en la mañana estuve con mis amigos en un piso que usted nos mostró, dijimos que lo pensaríamos pero ya lo pensamos y lo queremos.
“Ohh- se escuchó en su tono de voz que no tenía una buena noticia – el piso ya fue alquilado”
Noa: - Mis ojos se abrieron más por la sorpresa, reaccionando di un suspiro – entiendo, muchas gracias.
Colgué el celular, no quise preguntar por otro piso, no después de todo lo que habíamos pasado, me quede en silencio un momento, observe a los chicos y solté la noticia del piso.
Diego: No puede ser – se dejó ir en la silla.
Sebastián: Diablos, ese lugar era perfecto.
Sofía: Los matare mientras duermen, sabia que debíamos quedarnos con ese piso.
Noa: Ya no hay nada que hacer, es mejor, que sigamos buscando.
Ya resignados e intentando tener una mente positiva, seguimos buscando, pero la verdad es que ya casi no habían buenos lugares, y los que estaban decentes pues estaban alejados, muy alejados de nuestros trabajos o eran muy caros.
Sebastián: Podríamos…
Noa: No.
Sebastián: Bueno, también esta este lugar que…
Sofía: Jamás.
Sebastián: Pff, ok, pero ese apartamento que vimos donde la pa…
Diego: Solo si quieres vivir ahí tu solo.
Sebastián: Bueno pero…¡Algo tenemos que elegir!
Sofía: Saben – dijo deteniéndose en un cruce – mejor tomemos un metro, regresemos a nuestras casas y mañana seguimos.
Noa: Tienes razón, ya caminamos mucho.
Bajamos a la estación para tomar un metro, no tardo más de 15 minutos, cuando ya estábamos de camino a casa. El tren estaba lleno, quedamos justo en medio de toda la gente. Todos estábamos con la típica cara deprimida, esa que ponemos al decir “La vida es una mierda”. Iba pensando en otra solución para encontrar un lugar que nos conviniera (pero la única posibilidad era vivir por separado, los apartamentos pequeños son más cómodos que los grandes que quedaban y seguramente encontraríamos uno para cada quien) cuando de repente mi celular empezó a vibrar.
Noa: ¿sí? –dije al contestar.
-Hola Noa, soy Paola, la que les mostro el apartamento, buenas noticias, el piso está disponible otra vez.
Noa: ¡QUE?! – Dije gritando y atrayendo la atención de mis amigos y otra personas cerca de nosotros.
Sofía: ¿Qué sucede? – dijo preocupada.
Noa: - cubrí el micrófono del celular – el piso está disponible otra vez – la cara de mis amigos cambio de aburrida a una emocionada.
Diego: Di que si.
Sofía: ¿Qué esperas? ¡Di que si!
Sebastián: ¡Lo queremos! – Grito al quitar mi mano del micrófono– alguien tenía que hacerlo.
Noa: Lo…lo queremos.
-Bien, en ese caso pueden venir mañana a firmar el contrato, serán $ 1200 luego serán $900 al mes.
Noa: Un momento – dije y volví a tapar el micrófono – son…son $1200 y luego $900 por mes.
Diego: No tenemos $1200.
Sebastián: Pero podemos reunirlos.
Noa: Si pero…
Sofía: ¡Al diablo! – me arrebato el celular y de forma histérica grito - ¡No los tenemos pero los reuniremos, mañana a las 7:00 am nos vemos en el lugar, no lo alquile o por aquí cortare cabezas! – corto la llamada y me entrego el celular.
Noa: O.O
Diego: oh por… O.O
Sebastián: ¿Por qué ..O.O
Sofía: Alguien tenía que hacerlo – dijo acomodándose el cuello de su blusa.
El trato se llevó acabo, por fortuna logramos reunir el dinero, y ya nos estábamos instalando en el piso, yo tome la habitación del fondo a la izquierda, Sofía el que está enfrente, Diego el que está a mi lado y Sebastián el que estaba enfrente de ese.
La noche había caído, los chicos veían una película de ciencia ficción, algo que todos teníamos en común era nuestro amor por ese género, pero la verdad a mí me llamaba más la atención la hermosa noche que hacía.
Noa: Saldré a caminar – tome mi sudadera color negro y camine hacia la puerta.
Sofia: ¡Noa! – dijo rápidamente.
Noa: ¿sí?
Sofía: Si pasas por el supermercado me traes unas papas.
Sebastián: Y cerveza…por favor :3
Noa: Claro.
Camine a los alrededores del pequeño vecindario, en el parque cercano había una fuente, me detuve a observarla, vi alrededor y las personas parecían disfrutar de los chicos que daban un pequeño show de baile. Me acerque y deje algunas monedas en el típico sombrero a manera de agradecimiento por el show.
Paso una hora cuando decidí regresarme a casa, pero antes, claro, pase a comprar lo que me habían pedido Sebastián y Sofía, también lleve algunas cosas para preparar la cena.
Iba caminando ya un poco alejada del parque cuando un pequeño gato color negro se apareció de entre unos arbustos. Tenía collar pero no había nadie más cerca, y la verdad es que pude dejarlo ahí, pero el frio crecía y no tenía al corazón tan malo como para no intentar ayudarlo un poco.
Noa: Hola pequeño – dije agachándome para acariciarlo – que bien, eres amigable – tome su collar y note un pequeño medallon con forma de huella que llevaba su nombre – Minerva, ooh eres hembra, perdona – vi al reverso del collar y la dirección era mi misma dirección solo que obviamente con un numero diferente de piso, y al parecer era de los pisos de enfrente – bueno, supongo que nos podemos ir juntas.
Al llegar comencé a buscar el número de piso (el 4).
Noa: Mira Minerva, prácticamente vecinas – dije ya enfrente de la puerta.
Estaba a punto de tocar cuando esta se abrió.
Levante la vista y mis pupilas se dilataron, unos ojos color miel me miraban fijamente, dueña de estos era una chica de tez blanca, delgada, de cabello castaño recogido en una coleta dejando caer un pequeño flequillo en su frente con las orillas un poco más largas que en el medio y lindo rostro, su vestimenta constaba de un top blanco un poco más arriba del ombligo y una falda larga con estampado, algo ¿hippie?, creo.
El silencio fue breve pero puedo jurar que no se me olvidaran nunca sus ojos, parpadee un poco y ella ladeo la cabeza embozando una sonrisa.
-¿Si? – dijo una voz realmente cautivadora.
Noa: Yo…yo…- si no fuera porque Minerva se empezó a mover, no hubiera recordado él porque estaba ahí – perdón – me aclare la garganta – encontré a esta gatita cerca del parque y tenía esta dirección.
-Minerva – dijo tomándola con cuidado – muchas gracias, estaba a punto de ir a buscarla, acabo de llegar y deje la ventana abierta, a ella le gusta salir, de verdad no sé cómo agradecerte.
Noa: No es nada, vivo cerca asique no fue difícil encontrar el lugar.
-¿Cerca? – dijo con interés -…hay lo siento, que modales los míos, mi nombre es Sitara – extendió la mano.
Noa: Yo ….yo soy Noa – tome su mano y di un apretón.
Sitara: Paz..
Noa: ¿perdon? – soltamos nuestras manos.
Sitara: Tu nombre, en hebreo significa paz.
Noa: Oh, si – sonreí y vi sus ojos – no podía pensar muy claro la verdad.
Sitara: Asique vives cerca.
Noa: He.. si en este edificio solo que ahí – señale mi piso el cual estaba a la par del que estaba enfrente donde ella.
Sitara: Muy cerca – me miro de una forma extraña pero atrayente – eso quiere decir que nos podremos ver luego, ¿Qué te parece mañana? Te invito a beber te, en agradecimiento.
Noa: No es necesario – dije ruborizada y apenada.
Sitara: Por favor.
No pude rechazar la invitación, acepte y luego de una sonrisa mas y una despedida regrese a mi piso.
Continuara……