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El secreto de la luna oscura por LizzieVidal

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Notas del capitulo:

Esta es la segunda parte del Two-shot que escribí y bueno, espero que el final sea algo lindo y así y que sea de su agrado /u haganme feliz dejandome sus opiniones en los reviews :$ sin más que decir disfruten del final de este fanfic. :3

 

Ps: Cuando escriba algo entre asteriscos (*) me refiero a los pensamientos de los personajes.

 

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi.

 

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Después de terminar la batalla final Yugi se encontraba colapsado postrado de rodillas mientras miraba el suelo y lágrimas amargas caían de sus preciosos orbes amatistas, sentía morirse, él había ganado, había ganado la única batalla que nunca en su vida hubiera querido ganar. En ese momento Yami se acercó a su hikari, le partía el alma verlo así, él tampoco se quería ir, él quería estar siempre junto a su aibou, cuidarlo y amarlo como nunca más lo iban a volver a amar en su vida, pero el destino era cruel y ya Ra ya había marcado que ese fuera su final.

Yami: He sido vencido aibou -Dijo con una sonrisa, agachándose y poniendo una mano en el hombro del tricolor menor -Levántate, ganaste así que no debes llorar, si yo fuera tú no mostraría mis lágrimas.

Yugi: Pero yo soy muy débil… Tú siempre has sido la meta que eh querido alcanzar -El oji-amatista se sonrojo ante las palabras que había mencionado, lo dijo sin pensarlo, pero ya nada más importaba, la noche anterior en el barco ya le había confesado a Yami lo que sentía por él y el pequeño tricolor también era consciente de los sentimientos de su yami -Siempre quise ser tan fuerte como tú -Le dijo con más lágrimas saliendo de sus ojos y sin levantar su mirada y su sonrojada cara.

Yami: No eres débil hikari -Le decía para reconfortarlo, no podía ver a su luz llorar y menos saber que él era el responsable de tan amargas lágrimas- Tienes una fuerza invencible en tu interior, la fuerza de la bondad, tú me enseñaste eso- El oji-rubí le sonreía cálidamente a su aibou aunque este no lo estuviera mirando, su mirada reflejaba dulzura, solo quería guardar las últimas imágenes de su chibi, guardar cada momento para así poder pasar la eternidad acompañado de los recuerdos de sus últimos momentos con su hikari -Aibou… -Le habló y el tricolor menor levanto la mirada y sus bellos ojos amatistas se encontraron inevitablemente con los ojos rubí de su oscuridad, el pequeño se sonrojó, Yami estaba muy cerca de su rostro y el pequeño solo quería hacer una cosa, besarlo, besarlo y pedirle que no se atreviera a dejarlo solo, no una vez más, ya había sufrido por estar lejos de él antes y le iba a doler más ahora que sería para siempre, el oji-rubí también quería besarlo sin importarle que todos sus amigos estuvieran presentes, solo se resistía porque sabía que si lo hacía iba a hacer más difícil la despedida entre ambos –Tu valor para enfrentar esta batalla ceremonial me enseñó el camino que debo seguir, por favor hikari regálame una última sonrisa -El mayor limpió las lágrimas del oji-amatista, lo levanto del suelo y poso sus manos sobre los hombros de su luz, sabía que esa iba a ser la última vez que pudiera poner sus manos sobre su chibi, así que guardó en su memoria la calidez del menor para que así en su días de soledad pudiera recordar a su dulce pequeño e imaginar que nuevamente podía sentirlo.

Yugi: “Mou hitori no boku” -Dijo el pequeño tricolor sonriendo, su sonrisa era tierna y sincera, su alma estaba sonriéndole al único dueño de su corazón.

Yami: Yo ya no soy tu “Mou hitori no boku” aibou -Decía calmadamente mientras el oji-amatista lo miraba triste y sorprendido, esas palabras eran las más horribles que pudieron haber salido de la boca del tricolor mayor, sintió un pequeño hueco en su corazón -Tú tampoco eres nadie más… Tú eres Yugi Mutou alguien único en este mundo -El tricolor mayor miraba al menor como lo que era su persona especial, lo más preciado que tenía en esta vida y en la anterior, Yugi asintió y se sintió mejor al comprender las anteriores palabras, el vacío en su corazón comenzaba a desaparecer solo con ver la mirada de su yami.

En ese momento el ojo de Wdjat comenzó a brillar, el pasado reclamaba  el alma del Faraón.

Ishizu: El ojo que cuida la puerta al inframundo ha visto la verdad del alma del faraón en esta batalla. Es hora de que la puerta se abra y regrese el alma del Faraón que ha estado en este mundo por más de 3000 años –Dijo a todos los presentes.

En ese momento el oji-rubí quitó sus manos de los hombros de su tan amado aibou  y caminó hasta quedar frente a la gran puerta, Yugi estaba atónito, lo único que deseaba era que ese día no hubiera llegado tan pronto, quería tener a su oscuridad un poco más de tiempo, quería poder volver a Japón con él una vez más, quería que no se fuera, aunque eso fuera un poco egoísta, Yugi lo amaba y no podía imaginar un futuro en el que Yami no estuviera, no después de saber que sus sentimientos eran correspondidos.

Ishizu: Alma del Faraón diga su nombre al ojo de Wdjat.

Yami: Mi nombre es Atem -Yami menciono esas palabras condenándose a pasar la eternidad sin su amado aibou, pero no había más que hacer, por Ra, ese era el destino de ambos, conocerse y cuando el faraón estaba más apegado a su pequeño hikari, cuando por fin había podido decirle a su niño que lo quería,  tener que irse dejándolo solo.

En ese momento la puerta delante de Yami se abrió dejando ver una luz blanca y cegadora, también sopló un viento fuerte, pero al momento cesó.

—Yugi -Gritaron sus amigos Jonouchi y Honda al unísono.

Honda: Espera Yugi -Gritó mientras corría junto con Jonouchi hacia Yami.

 Yugi también corrió para estar más cerca de “Mou hitori no boku” que se marchaba, no sabía que hacer, quería detenerlo, pero sabía que eso no era lo correcto, debía dejarlo volver y gobernar a su pueblo que tanto lo amaba.

Honda: ¿Realmente te irás? Vamos no tienes que hacer esto… -Las pupilas de los chicos se encontraban muy dilatadas y lágrimas traicioneras amenazaban con brotar -¡No te vayas! -Honda Rompió en llanto, las lágrimas de Jonouchi comenzaron a caer y las de Yugi volvieron a brotar.

Yugi cubrió sus ojos mientras limpiaba las tan traicioneras lágrimas con su chaqueta.

Jonouchi: Hay cosas que nunca logramos entender, pero si no entiendes algo eso te ayuda a no olvidarlo, así nunca olvidaremos tu historia -Los  ojos del rubio cesaron sus lágrimas, pero sus pupilas se encontraban muy dilatados de nuevo -Ni que fuimos amigos- las lágrimas comenzaron a brotar una vez más -Por eso debemos dejar que vuelvas a tu mundo, A tu futuro.

Yami: *Chicos…* Pensó el oji-rubí con sus ojos cerrados mientras los escuchaba, el oji-miel le hablaba de un futuro, pero él no quería saber nada de ningún futuro si su hikari no estaba a su lado amándolo y siendo parte de el.

Jonouchi: Yugi, no importa si eres el faraón o Atem, tú eres Yugi -Dijo con mucho entusiasmo mientras Yami abría sus ojos y Yugi descubría su cara -Aunque pasen mil años siempre seguiremos siendo amigos.

Yami: Si -Dijo Yami con más ánimo y sonriéndole mientras por dentro moría al saber que estaría lejos de sus amigos y de su único amor.

Yugi: Jamás te olvidaré -Gritó Yugi impulsándose hacia enfrente quedando a centímetros de su yami sintiendo una contrariedad de sentimientos dentro  de su corazón, por una parte era feliz por su querido Yami porque cumpliría su destino, pero por otra la sola idea de seguir sin su presencia le rompía el corazón -Sé que ya no es el momento... sé que esto ya no viene al caso, pero por favor… por favor, no olvides todo lo que pasamos juntos, yo… yo… te amo Yami, sé que lo sabes y espero que nunca lo olvides… que nunca me olvides… -El pequeño bajo su mirada sonrojada y lágrimas corrían de nuevo por la suave piel de sus mejillas mientras Yami lo miraba atónito, su hikari le había dicho que lo amaba y eso lo hacía muy feliz y a la vez se sentía de lo peor por la situación que estaba aconteciendo.

Yami: Aibou… -Susurro el mayor en el oído de su pequeño, con su mano tomó el mentón del oji-amatista y levantó su rostro, lo miró unos segundos y sin pensarlo más juntó sus labios con los suaves labios de su luz en dulce e inexperto beso, lo estaba besando enfrente de todos los espectadores que se encontraban impactados por tal escena, nunca se imaginaron que el par de tricolores compartieran a parte de un mismo cuerpo y una misma mente, un mismo corazón, Yugi tenía los ojos abiertos como platos, no podía creer que Yami lo estuviera besando, torpemente Yugi le correspondió sintiendo una gran emoción, ese era su primer beso y que su único amor se lo estuviera dando era lo más glorioso del mundo, el pequeño atrapó con sus brazos el cuello de Yami para profundizarlo, se separaron en el momento que el aire comenzaba a hacerles falta -Yo también te amo mi hikari -Yami abrazó a Yugi con mucha fuerza como si el pequeño fuera a desaparecer de sus brazos y Yugi correspondió el abrazo, los dos comenzaron a llorar con las lágrimas más sinceras que su alma pudiera expresar, eran una mezcla de tristeza y felicidad, no sabían por qué la vida era tan injusta, ahora que se amaban se tenían que separar.

En ese momento todos los presentes sintieron como su corazón se les hacía pequeño al saber lo que ambos tricolores iban a sufrir al separarse, sabían que se complementaban, entendían que se necesitaban por voluntad propia y no por dependencia, la oscuridad no podía permanecer sin su luz y la luz sin su obscuridad, se complementaban tan perfectamente que no entendían por qué Ra había planeado todo de esa manera. En ese momento la luz de la puerta brilló aún con más fuerza cegando a todos los presentes, el tricolor menor cerró fuertemente sus ojos y escondió su cabeza en el pecho de su oscuridad y éste cerró sus ojos escondiendo su rostro en los cabellos de su luz, temiendo lo peor, sintiendo su corazón romperse poco a poco y esperando el trágico final.

Jonouchi: ¿Qué está pasando Ishizu? -Dijo un poco asustado.

Ishizu: Al parecer el bondadoso Ra ha visto el amor que se profesan tan ferviente y sinceramente estos dos jóvenes y ha decidido crear un nuevo final.

La luz no dejaba a nadie ver algo, de un momento a otro empezó a disiparse, la puerta se comenzó a cerrar y todo comenzaba a regresar a la normalidad, enfrente de la puerta que ya estaba cerrada pudieron observar al par de tricolores que seguían abrazados como si la vida se les fuese en ello, pero algo había cambiado.

— ¡Chicos! -Gritaron todos los presentes al unísono con un tono de felicidad.

Yugi: ¿Ya… Yami? -Dijo el oji-amatista abriendo lentamente sus ojos mirando hacia abajo notando que Yami estaba vestido con una túnica blanca y unas zapatillas del mismo color, además su piel ya no era blanca como la de él, ahora era morena, levantó su mirada encontrándose con la mirada oji-rubí de su oscuridad, miró que también tenía puesta su capa violeta y sus accesorios de oro como cuando había ido al pasado para ayudarlo a derrotar las fuerzas oscuras que lo atormentaban, Yami había recuperado su cuerpo de cuando fue el gran faraón Atem.

Yami: Aibou… -Puso sus manos a los lados de la cara del pequeño y lo volvió a besar con mucha ternura, de los ojos de ambos empezaron a brotar lágrimas ya no de tristeza, solo de felicidad, ahora podían estar juntos, sus labios se separaron y sonrieron juntando sus frentes.

Ishizu: El buen Ra ha visto la pureza de sus almas, hace muchos años el escribió la historia con un final diferente, nunca previó que la oscuridad y su luz terminarían amándose, ahora que la historia cambió él decidió concederle al faraón esta vida para vivirla junto a su verdadero amor. Ahora que todo ha terminado solo les queda vivir cada día en compañía del otro que para eso Ra se las dio para que ya no tengan que separarse nunca más.

Yami: ¡Escuchaste eso hikari! -Dijo sonriéndole al menor muy emocionado.

Yugi: Lo sé Yami, ya nunca más te van a volver a alejar de mi lado -Dijo con sus bellos ojos amatistas brillando de emoción mientras su oscuridad volvía apresarlo entre sus fuertes brazos -*Gracias Ra, gracias por no separarme de mi Yami* -pensó el menor.

Yami: *Gracias padre Ra por concederme la oportunidad de amar a mi hikari y no volver a separarnos nunca de nuevo* -pensó Yami con su rostro entre el cabello del menor y sus brazos alrededor de la cintura de su aibou.

Los presentes se alegraron y corrieron a abrazar a los dos tricolores, dando gracias a Ra de que todo hubiera salido muy bien, excepto Seto Kaiba que mostraba indiferencia en su rostro.

Seto: Bueno ya, mucho drama por hoy, es hora de irnos Mokuba -Dijo en un tono de  indiferencia.

Yami: No cambias en nada sacerdote -Yami miró a Kaiba sonriendo.

Seto: No me llames así, yo no tengo nada que ver con tu vida pasada -Decía con desprecio -la función se acabó así que nos vamos ¡Mokuba! -Dijo y el pequeño pre-adolescente se acercó corriendo al lado de él.

Yugi: Tranquilo Kaiba que pronto podremos volver a nuestras casas -Dijo volteando su mirada para encontrarla con la de Yami y tomando felizmente su mano, su oscuridad solo le sonreía con ternura, él también quería regresar a la casa del pequeño, a su hogar que era al lado de su querido aibou.

Jonouchi: ¡Oye Seto! Deberías ser un poco más comprensivo, aunque eso es pedirle peras al almo porque todos sabemos que el Gran neko CEO de Kaiba Corp no tiene sentimientos y por eso nadie te quiere.

Seto: ¡Quieres empezar una pelea perro! Sabes de lo que soy capaz, así que es mejor que no me provoques, tú no sabes que es lo que siento y lo que no -Dijo gritándole a Jonouchi y con una gran molestia.

Jonouchi sabía cómo sacar lo peor de Seto, entonces posicionó su rostro a centímetros del rostro del CEO.

Jonouchi: ¿Y qué vas a hacer si te sigo provocando? -Susurro en tono provocativo y sensual el rubio.

Seto: Esto -Rodeo la cadera del rubio con sus brazos y lo acercó más a él para plantarle un increíble y dulce beso que descolocó al oji-miel.

Todos en el templo se sorprendieron, no podían creer lo que sus ojos estaban mirando.

Yami: ¡Por el amor de Ra! Que bien escondías tus sentimientos por Jonouchi, Kaiba- Decía en tono sarcástico y burlón mientras Kaiba se separaba del beso con Jonouchi y lo volteaba a ver.

Seto: Cierra la boca faraón de quinta -Decía con un tono de superioridad aun teniendo al rubio entre sus brazos que estaba muy sonrojado por lo que había pasado -Es verdad cachorro te quiero, Moki me había animado a decírtelo, pero yo tenía miedo de que no me quisieras y me odiaras- El CEO escondía su rostro entre el cabello de Jonouchi.

Jonouchi: Seto… Yo… También te quiero, y quería decírtelo también pero no sabía cómo ibas a reaccionar y tenía miedo de que me rechazaras, además siempre vivíamos peleando y hasta pensaba que me detestabas -Le decía mientras abrazaba con fuerza al oji-azul.

Mokuba: Ya vez hermano, yo te dije que Jonouchi sentía algo por ti, pero como siempre, tú no me querías hacer caso porque Seto Kaiba nunca escucha -Decía el chibi cruzado de brazos y con una mirada de “Yo tenía razón”.

Todos comenzaron a reírse y felicitaron a  Seto y a Jonouchi por su valentía al haberse declarado, entonces recordaron que tenían que salir del templo y todos empezaron a caminar hacia la salida sintiéndose muy felices por todo lo que había pasado, hasta atrás venía un par de tricolores tomados de la mano muy felices y un castaño y un rubio igual tomados de la mano sonriendo.

Al salir de aquel lugar todos miraron el hermoso azul del cielo egipcio.

Honda: Entonces es el fin -Decía Honda desanimado -Qué raro.

Seto: ¡Qué esperaban ustedes tontos!

Jonouchi: Fuegos artificiales, música, o al menos algo, por qué no das uno de esos discursos Yugi -Dijo Jonouchi esperando algo de parte del tricolor menor.

Yugi: Bueno a veces el fin de una aventura es el inicio de otra…

Jonouchi: ¿Qué carajos significa eso? -Decía desconcertado.

Kaiba: Hay cachorro…*No tiene remedio* pensó.

Yami: Lo que mi hikari quiere decir es que está aventura se termina pero aún nos falta mucho por vivir juntos –Dijo tomando la mano del pequeño oji-amatista haciendo que este se sonrojara, todos los demás asintieron ante las palabras de Yami y sonrieron.

Y así es como llega el final de esta aventura, pero comienza una nueva en donde la paz reinara la tierra y todos podrán vivir en armonía, a nuestros tricolores les espera toda una vida que Ra les regaló para amarse y ser muy felices y a los demás una gran amistad para compartir el resto de sus vidas.

 

Fin.

Notas finales:

¡Konnichiwa minna! soy Lizzie Vidal y este fue el primer fanfic que escribí, espero que realmente haya sido de su agrado :$ si no dejenme sus críticas que todas las tomaré en cuenta :3 prometo ir creciendo más en este ambito y hacer mejores trabajos, sin más que decir me despido, Ja ne. ^~^


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