¿Crees en las reencarnaciones o en el destino?
Cuenta…cuenta una leyenda, que una vez existió, una pareja de amantes con un amor tan fuerte entre los dos. El bienestar de uno, era la vida del otro. Aunque en un principio eran distintos, uno siendo la luz, la claridad y la alegría. El otro era lo opuesto, representando a las sombras, la oscuridad y la tristeza. Sin embargo, ambos se buscaban. Buscaban estar juntos, buscaban no separarse.
Una vez, cuando la luna estaba en lo alto, los sentimientos de ambos surgieron y esa noche se unieron sin retorno ni culpa, en un solo ser.
Eran una pareja inseparable, la luz del amor iluminaba la oscuridad que al menor agobiaba, haciendo que las sobras abandonaran su faz. A su vez el menor, no hacía más que aumentar la luz del mayor.
Pero como siempre, todo tiene un final. Ya sea uno feliz o uno triste, todo debe terminar. Una guerra se desato y a los dos jóvenes consigo arrastro. Causando que una luz se extinga y una sombra regrese.
La sombra en su dolor se hizo más grande y todo consumió, dejando a su paso solo ira y destrucción. Con el paso del tiempo la sombra por si sola se consumió, llevándose consigo la tristeza del amor.
Se dice que ahora lo sombra solo se trasformo y está velando una tumba con devoción. Un lobo negro como una noche sin luna, espera con ansias que su luz aparezca.
Pero esto no es el fin, esto no termina así. Como siempre el amor debe triunfar, aunque de una manera distinta se logren reencontrar.
Un morador, comenta que vio….Un águila volar y posarse sobre la cal. Junto al lobo permaneció acompañándolo en su soledad.
El destino es incierto, pero si algo verdadero. Un sentimiento sincero solo es el destino en que creemos.