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Eclipse por Izumi Beloved

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Notas del fanfic:

AU

Fantasía/Drama

OoC

 

Los personajes de Kishimoto no me pertenecen.

Sumamente agradecidad con mis Betas que me ayudan a progresar en mis escritos.

Eclipse

Por: Izumi Beloved.

AU/Fantasía/Drama

Los personajes de Naruto no son míos.

Capítulo 1: Destino

Una conspiración interna se estaba ejecutando con sigilo dentro del castillo, la misión: matar al Jinchūriki que poseía al demonio de nueve colas. El grupo de la Raíz formado por Shimura Danzo decidió atacar un diez de octubre,  cortarían la cabeza del niño huérfano y acabarían con un arma mortal que solo traería destrucción al bello país de Konohagakure.

Los hombres de la raíz se dirigieron a Shūmatsu no Tani (1),  donde las fuerzas especiales del  ANBU resguardaban a un pequeño niño rubio en el interior de un templo. La noche transcurría lenta, desde las puertas se podía observar al pequeño contenedor pasando el tiempo con algunos juguetes;  los ninjas que estaban en las esquinas del templo no hacían más que vigilar sus movimientos y mantener al demonio encarcelado.

Cuando el hiperactivo Jinchūriki se cansaba de jugar tomaba pequeñas siestas en cualquier sitio de su hogar, comía muy poco y rara vez hablaba. Pero ese día el ambiente estaba tenso, la fuerza ANBU lo presentía al ver al contenedor aumentar su chakra, de un momento a otro el pequeño intento salir del templo.

Corrió a la puerta y un sello no tardo en activarse aventando al rubio al piso de madera. Observó que sus manos se quemaron en el intento y llagas superficiales se formaron en sus palmas, pero  las heridas no tardaron en sanar. Dos ninjas se acercaron a la puerta mientras lo apuntaban con sus afiladas espadas.

—Namikaze-dono, usted no puede salir de este lugar—

Hablo uno de los hombres que portaba la máscara de un conejo blanco. Los añiles ojos del niño se posaron en sus manos retrocediendo mientras dejaba emerger más chakra azul de su cuerpo,  poco a poco cubrió a cada uno de los hombres que le protegían. La fuerza ANBU estaba preparado para atacar al Jinchūriki. 

La señal quedo en el aire, cuando una la luz de bengala iluminó la noche; los ninjas se movieron con maestría hasta el templo matando sin piedad a los guardianes de la puerta principal del templo,  la información llegó al líder que tranquilamente mandó a sus mejores hombres a  inspeccionar cualquier entrada del templo.

Tomó a Naruto de la  mano  dirigiéndose a la salida del lado este del templo, tenían que encontrarse con Zabuza, el hombre  le debía la vida y por ende tendría que pagarle el favor  llevando al Jinchūriki al viejo pueblo natal de Uzumaki Kushina. No caminaron lo suficiente,algunos de sus colegas ahora intentaban atacar a su antiguo líder que con maestría aniquilaba a cada uno de ellos; el pequeño rubio sintiendo miedo se alejó del líder  corriendo hacia el lado oeste del  templo. Malherido el ANBU corrió hasta proteger  al rey de Konoha.

—¡EMBOSCADA! —gritó el líder ANBU colocándose frente a Naruto intentando protegerlo.  El niño no tuvo tiempo de procesar la información del líder y evitar que una kunai atravesará al hombre con máscara de conejo.

El onceavo cumpleaños del niño solitario se empezó a manchar de sangre,  no conocía de técnicas de curación y el líder ANBU ahora se encontraba luchando entre la vida y la muerte.

—¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! —gritaba otro  ninja enmascarado que corría a prisa a donde el niño estaba. Naruto  bajó la mirada triste al sentir el chakra del ANBU de la raíz lleno de odio que ansiaba atacarle.

—“Nos odian y nos tienen miedo” — replicaba el zorro dentro del niño

—Pero ellos no son malos— intentaba apaciguar el niño la furia del demonio; el pequeño que manipulaba a la perfección la técnica del aire; lanzó una pequeña ráfaga haciendo que el hombre cayera al suelo desarmado.

Intentó acercarse a otro de los  hombres que lo protegía, pero una daga envenenada no tardó en atravesar su estómago haciéndolo caer al piso por el dolor.

“Los humanos no son más que escoria” reía Kurama divertido al saber que pronto su contenedor tendría que usar su poder para mantenerse vivo. El chakra azul del niño ya era rojo  dando la oportunidad a Kurama de romper su celda y poseer el cuerpo del muchacho con facilidad,  de pronto todo se volvió negro. Cuando Naruto despertó solo vio cadáveres a su alrededor y sintió miedo,  no tardó en llorar al encontrar al líder que cuidaba y veía por su bien, su nombre: Uchiha Itachi. Corrió torpemente entre los escombros quedando de cuclillas frente al pelinegro enmascarado.

—Namikaze-dono—repitió el azabache retirando la máscara de su rostro— hemos cumplido con nuestra misión—respiraba con dificultad tocando su pecho que no paraba de sangrar— He sellado a Kurama nuevamente, mi hermano Sasuke cuidará de usted cuando usted llegué a Rey , no dude en pedirle su ayuda —intentaba sonreír  escuchando los alaridos del niño. —Es un poco arisco…—intentaba continuar— pero, sabrá entenderlo—Naruto negaba con la cabeza e Itachi intentaba darle fuerza apretando su pequeña mano derecha —Lamento no haber hecho más por usted Namikaze-dono—

El corazón de Itachi había dejado de latir y Naruto se aferró al inerte cuerpo en un abrazo.  Lloraba desconsoladamente  observando a Kurama encerrado dentro de una celda en su mente.

—“Déjame salir maldito mocoso”—

Naruto negó con la cabeza decidido y aunque sentía sus piernas flaquear ante la presencia del Kyubi  no pensaba cambiar de opinión.

—Mataste a nii-chan y a su equipo ANBU, nuestro pacto ha finalizado—sentenció el niño y una ráfaga de viento creada con el chasquido de sus dedos  apagó las luces de la celda del demonio.

—“Si esa es tu elección la respetaré U-zu-ma-ki-do-no (2)” — deletreó con burla Kurama.

A medida que pasaban los meses  y viendo un complot interno en el país de la Hoja, Naruto Namikaze decidió refugiarse solo en el  “Valle del Fin”, un viejo hombre  amigo de la Quinta Hokage  se tomó la libertad de enseñarle al menor a controlar su chakra para mantener al demonio preso en su jaula. Naruto  le confío al hombre de larga cabellera blanca su más valioso secreto  y entrenó arduamente antes de que su maestro desapareciera nuevamente  a tierras lejanas para seguir escribiendo novelas eróticas. Según le había contado el viejo existían más Jinchūrikis que debía ayudar  antes de que un tal grupo Hebi los encontrara.

—Intenta no olvidar tu secreto Naruto, el futuro de las grandes naciones depende de ti— agregó Jiraiya antes de irse  a lo que el adolescente rubio asintió sabiendo que su hogar estaba con los aldeanos de Konoha.

Creció hasta los veinte años y prontamente se le había asignado un escolta personal por parte del Sexto Hokage, su nombre: Sasuke Uchiha.

Para ese entonces, Naruto prefería perderse entre los prados y las montañas a las afueras de Konoha. Ayudaba a forasteros  humildes e impedía que otros países atacaran en secreto al amado país de sus padres. Un escolta no cambiaba mucho su rutina, pero sabía que si Kurama despertaba mataría al ANBU al reconocerlo con sangre Uchiha. Por esa razón prefería mantener su distancia con el único sobreviviente del clan UCchiha.

Intentó ignorarle cuatro meses completos, realizaba clones de sombras y los mandaba a supervisar las afueras de Konoha mientras el calentaba agua en la cocina del templo y preparaba ramen. Pero un día sus sombras desaparecieron antes  de que salieran del Valle del Fin.

Salió de la cabaña y reconoció al ANBU como un hombre osado y fuerte, pero no presto más atención volviendo a realizar el jutsu clones de sombras, el ninja atacó  los clones con un Katon no Jutsu y rápidamente quedó frente al Jinchūriki colocando su mano izquierda sobre el hombro derecho del joven y desenfundo la ninjato.

—Tú debes ser Uchiha Sasuke— sonrío Naruto haciendo que el ANBU detuviera su movimiento—Itachi-nii-chan  hablaba mucho de ti—el pelinegro enterró la ninjato en el estómago del rubio que se había convertido en un pedazo de madera.

— ¿Hasta cuándo piensa dejar de jugar? —susurró para sí mismo guardando su arma y desapareciendo del bosque—Pequeño y amado rey, usted deber saber que no soy un hombre muy paciente— susurró a la nada colocando nuevamente su ninjato en la espalda.

 

Todos sus clones habían sido derrotados pensó Naruto acostado en un campo lleno de flores silvestres y árboles de tallos grandes, el rubio intentaba apaciguar a Kurama entre dulces melodías que solo lograban irritar más el demonio. Sus garras salían de la jaula que Itachi cerró años atrás, la prisión no funcionaba a la hora de lastimar a su Jinchūriki que intentaba ser clemente.

—“Eres un maldito niñato que no entiende la situación, eres un arma y te usarán como tal. A nadie le interesas” —gritaba el demonio al joven que cansado se había tumbado en el húmedo suelo de su inconsciente— “Te mantienen vivo por mí, porque fuiste el único idiota al que pudieron sobornar tus asquerosos padres”—

El cuerpo de Naruto se llenaba de heridas que no tardaban en sanar y Kurama intentaba flaquear la convicción del muchacho para que rompiera el sello y destruir a Konoha. Pero el rubio había aprendido a usar su chakra  y nuevas técnicas sin ayuda del zorro. Su mente permanecía la mayoría del tiempo en blanco si ningún sentimiento de amor u odio hacia el Kyubi. Pero también esa condición le había hecho comenzar a olvidar cosas importantes de su pasado.

—“Eres una puta marioneta” —atacó nuevamente enterrando sus garras en el estómago del joven. El rubio despertó vomitando sangre en  la pradera llena de flores e intento apaciguar el dolor ofreciendo un poco de calor al sello de su vientre.

—Te protegeré Kurama—susurró el rubio. Sabía que entre todas las palabras llenas de odio del Kyubi  había tristeza, pero esta vez  no se dejaría corromper a causa de su soledad como diez años atrás; ahora era fuerte y sabría gobernar. 

Sonrió alegremente intentando incorporarse en el camino de vuelta al templo.

Los días de septiembre se habían convertido en pesadillas para el joven blondo que intentaba controlar a Kurama con esfuerzos. Después de tanto tiempo Kurama le había ganado al Jinchūriki cuando lo escuchó llorar mientras tomaba un baño en el ancho río. Naruto sumergió su cuerpo intentando apaciguar el dolor, ese día no había ningún Jutsu para su propia protección, intuía que podía ser atacado de un momento a otro, pero ahora todas sus energías se concentraban en mantener al  demonio de nueve colas  dentro de la jaula y para ello necesitaba de todo su chakra  para conservar el sello de Itachi intacto.

—“Tú los mataste… a Iruka e Itachi”— río Kurama dentro de la jaula— “Las únicas personas importantes en tu vida y acabaste con ellos, por eso Jiraiya se alejó de ti, admítelo eres un jodido demonio al igual que yo”—

—Un canario canta… una canción de cuna…— repetía en susurros una vieja canción que escucho de los labios de su madre  antes de morir, no pudo terminar la canción puesto que la había olvidado, intento mantenerse fuerte  pero tenía muy poco chakra para continuar, se dejó hundir  en el agua suavemente cuando sintió los fuertes brazos de alguien sacarlo del río mientras le transmitía un chakra más oscuro dentro de su ser. Cerró los ojos y frente a la celda se encontraba aquel pelinegro que evadía desde meses atrás.

—Uzumaki-dono, es momento de que vuelva—

Naruto negaba con la cabeza  mientras su cuerpo débilmente caía en el agua de la celda. Todo su chakra estaba puesto en el sello que Itachi Uchiha había colocado en la celda de Kurama, se prometió que la muerte de aquel ANBU no sería en vano y prefería morir con el demonio a temprana edad antes de verlo atacar con furia a Konohagakure.

—Kakashi-san está haciendo un buen trabajo, la gente del reino no necesita a un fenómeno como yo—

—“Ya lo escuchaste Uchiha, un marica como él no sabrá ser rey, pero si rompes tu este sello… te brindaré todo mi poder para que vengues a tu sangre”—

Sasuke volteó a mirar la celda, Kurama dejó escapar un chakra rojo que cubría al muchacho mostrándole su inigualable poder.  El pelinegro sonrío irónicamente acercándose a la celda para romper el sello.

La celda se abrió y Kurama abrió grande su hocico con la intención de acabar con el último Uchiha vivo,  la ninjato atravesó a la bestia realizando un nuevo jutsu acorralando al demonio en una celda llena de sellos prohibidos y unas fuertes cadenas de chakra negro reteniéndolo en el piso.

—“Nada  mal Uchiha”—susurró el demonio  observando la aflicción y clemencia en los ojos añiles de su contenedor  —“…nada mal…”—

Sasuke  realizó un pequeño corte en la palma de su mano izquierda y al instante  enterró su ninjato en el estómago del rubio,  susurró algunas palabras que Naruto no comprendió y sintió su estómago quemarse.

—Un sello de Ignominia  Uzumaki-dono—hablo Sasuke con voz autoritaria— Mi amado rey—relamió sus labios secos antes de continuar— usted ahora me pertenece— volteó la mirada al demonio que intentaba romper la celda y acabar con aquel Uchiha engreído.

—“… Madara Uchiha hubiera aceptado todo este magnífico poder…”—intentaba el demonio romper la celda llevando sus afilados colmillos a cada uno de los barrotes— “Úsalo y venga a Uchiha Itachi” —

Sasuke Uchiha cruzó sus brazos riendo ante las palabras del demonio.

—Solo observa Kurama — metió la mano dentro de la jaula aprisionando del pelaje al demonio —Mangekyō Sharingan— susurró a lo bajo y pronto Kurama se encontraba hipnotizado repitiendo alguna escena dolorosa cuando fue separado del Gran Sabio.

El azabache cargó el cuerpo del rubio saliendo de su inconsciente, pronto ambos jóvenes seguían dentro del río en medio de la sangre esparcida por el Jinchūriki a consecuencia del sello que el Uchiha había colocado.

La suave brisa del atardecer mecía las cortinas blancas de una enorme habitación de paredes azules, una melodiosa canción de cuna emergía de una caja musical.

Cuando Naruto abrió los ojos sólo pudo observar al alto y fornido pelinegro parado a su lado en una enorme cama de sábanas blancas de algodón, el olor a lavanda se había impregnado en sus fosas  nasales y el inminente dolor en su estómago seguía sin desaparecer.

“Solo fue un sueño” pensó el joven sin escuchar la voz de Kurama reprimirle.

Sasuke tomó asiento  en la cama, sus irises negros chocaron con los añiles ojos de Naruto que no tuvo  tiempo de esquivar la boca del hombre que ahora le besaba su muñeca con delicadeza.

—Namikaze-dono,  usted  ahora me pertenece—  jalo las sábanas  y abrió el juban (3) del trigueño dejando su torso descubierto.

Sonrojado, Naruto observó en su vientre un sello en espiral  rojo que mantenía a Kurama adormecido. Tocó del sello y vio como aquel ANBU retiraba de su chaleco y polera negra para dejar ver cerca de su cuello un sello diferente.

—Mi amado rey, yo gobernaré Konoha desde las sombras—susurró en su oído sin dejar de acariciar suavemente su cabello—…Tomaré su poder y le enseñare un nuevo mundo…— juntó sus labios con los del muchacho en un casto beso.

El rubio reconoció la canción de cuna en la caja de música y las palabras de su madre acerca de quién sería su protector  se hicieron ciertas al verlo de frente.

—Supongo que yo seré el sacrificio de tu nuevo mundo—habló Naruto cabizbajo aceptando su destino.

—Cuando todo salga de acuerdo a lo planeado— rectificó el azabache besando con suavidad de la mano del rey.

Notas finales:

Shūmatsu no Tani (1): Valle del Fin

juban (3): Kimono interior de color blanco.

U-zu-ma-ki-do-no (2): Kurama se burla de  la existencia de Naruto usando el apellido de Kushina Uzumaki.

Estoy intentando actualizar otros fics, llegando a la edad adulta te das cuenta que tus horarios no son tuyos y tu vida... no es tan tuya.  En fin, creo que es una pequeña crsis de los 26... Oh Dios Mío!!! Soy una mujer vieja... pero muy guapa :p

jajaja!!

Por favor espero acepten esta historia y les agrade.


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