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SEND ME AN ANGEL por Miley_lio

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Notas del capitulo:

Este capítulo  tratara de la vida que llevo Aioria antes de conocer a Aioros, así que espero les agrade y que se animen a leer el cap. 5.

¡Gracias por su interés en este fic. Y disculpen la demora!

Caminaba angustiada,  la lluvia comenzaba a asomarse así que decidió apurar el paso. De repente, un sonido llamo su atención, se detuvo y fijo su vista en dirección hacia el lugar de donde provenía el ruido, le llamo   mucho la atención  ya que el ruido se asemejaba al llanto de un bebe.

Extrañada, se acercó sigilosamente, el lugar estaba vacío, al aproximarse la lluvia y al ser ese un callejón sin salida supuso que era lo más natural. Mientras más se acercaba, los llantos se hacían más audibles.

Entonces vio un pequeño cunero, azul, muy bonito, postrado en una esquina. Sigilosa, se acercó, quito la manta cubría que  el cunero,  encontrándose con un bebe recién nacido, el cual lloraba debido al frio que hacía. Rápidamente lo cogió entre sus manos  y lo cubrió con su manta. Miro a los alrededores; no vio a nadie cerca, parecía ser que solo estaban ella y ese bebe’.

Al verlo nuevamente él bebe había dejado de llorar, sonrió, y sin pensar en nada, se lo llevo consigo.Desde entonces lo abrigo, le dio de comer, cuido de él, le hiso un lugar en su hogar, y sobretodo, lo lleno de amor, el amor de una madre, aquel que ella guardaba hace mucho.

Antes, su única compañía era su marido, un hombre manipulador, golpeador, borracho que andaba metido en asuntos ilícitos. A ese hombre le desagradaban los niños.Si hacía que abortara a golpes cada que ella estaba embarazada. Pero esta vez sería diferente, ella no dejaría que ese hombre le hiciera daño a su pequeño, no, lo amaba y lo protegería de ese hombre violento e insensible  sin importarle nada.

Después de 6 años de maltrato y de llevar un matrimonio infernal logro separarse de él. Se hiso más fuerte, desato sus cadenas, lo hiso, porque ahora tenía un motivo para vivir, para salir adelante y llenarse de vida y fortaleza nuevamente, ése pequeño bebe indefenso que un día por asares del destino se encontró, ese bebe  que  un inhumano ser abandono,  ella lo amaba con su vida.

Así que decidió denunciar a su marido, por el maltrato y también delatar sus delitos, los cuales comenzaban desde el contrabando de drogas hasta asaltos a numerosas personas. Logrando así que  lo encerraran por mucho tiempo. Fue así que ese hombre dejo de representar un peligro y tormento en su vida y la de su pequeño…

 

 

-¡ya llegue Aioria! – grito la mujer ocultando algo detrás de su espalda.

-¡MAMÁ!- el niño salió a recibirla alegre. – hoy llegas temprano, dime,¿te fue bien en la venta de flores?

-sí, mucho. – respondió sonriente. – pero hay otra razón por la que estoy aquí, se arrodillo para ponerse a su altura. –sabes, hoy es un día muy especial. Pues un día como hoy, hace diez años,llego a mi vida el ser más bello y adorable del mundo. – le dijo con una sonrisa en el rostro.

¾     ¿en serio? – inquirió el niño risueño.

Ella asintió ampliando su sonrisa aún más, mientras sacaba  de su detrás  una cajita, adornada con un simpático moño rojo.– ¡feliz cumpleaños cariño! – le dijo, tendiéndole el regalo y estirando sus brazos para estrecharlo fuertemente. Aioria  le correspondió de la misma manera.

¾     ¡gracias mama’! –dijo  alegre y emocionado mientras abría la pequeña cajita, dejando ver un hermoso broche en forma de corazón.

¾     sabes qué. –  dijo poniéndose en pie ante la atenta mirada de Aioria. – te voy a preparar un delicioso pastel, uno de puro chocolate, como te gusta. – el niño amplio su sonrisa. --Pero antes, ve y cámbiate, te quiero limpio y bellísimo pues un día tan especial tenemos que celebrarlo a lo grande. –

¾     -¡siii! – Aioria le dio un beso en la mejilla para luego correr rumbo a su cuarto.

La mujer se puso en pie y se dirigió hacia la cocina feliz al igual que el niño.  Saco todos los ingredientes necesarios para elaborar el pastel y comenzó a prepararlo todo con un esmero único.

Estaba tan ensimismada en su labor que no noto la presencia de alguien más a sus espaldas.

Cuando estaba por dejar el pastel, ya listo, en la mesa para degustarlo con su hijo, abrió los ojos desmesuradamenteal ver esa persona parada, justo detrás de ella. El impacto fue tan grande que sin darse cuenta dejo caer la bandeja, con el pastel y un temblor se hiso presente.

¾     no…no puede ser…tu.. tu deberías de estar en la cárcel…- hablo titubeante y aterrada, retrocediendo un  par de pasos.

¾     digamos que tengo unos amiguitos que me debían favores- le sonrió con cinismo, mientras ella solo negaba con la cabeza.- siempre se puede hacer algo para salir antes. –

¾     ¿qué haces aquí Radamanthys?-pregunto, Intento sonar seria, pero el miedo la rondaba.

¾     vamos, Pandora, no me digas que no me extrañaste,yo si te extrañe mucho. – ensombreció su mirada. – cada minuto que pasaba en esa celda, no hacía más que pensar en ti; en cómo me denunciaste y dejaste que me llevaran preso. –dijo duro, acercándosele peligrosamente. pandorasostuvo rápidamente un cuchillo entre sus manos  mostrándolo de manera intimidante ante Radamanthys.

¾     ¡no te acerques más o te juro que te clavo el cuchillo! – grito desafiante mientras retrocedía un par de pasos hasta chocar con una pared.

¾     Vamos mi amor, solo quiero agradecerte el favor. – continuo Radamanthys sin intimidarse un poco por el cuchillo que sostenía Pandora, desafiante.- no tienes idea de cuánto he aprendido el tiempo que estuve preso y todo te lo debo a ti y…por supuesto, al bastardo niño que trajiste contigo. – escupió esas palabras con el más hondo odio y desagrado.

¾     ¡vete, lárgate, no tienes nada que hacer aquí!- grito desesperada.

 

¾     Creíste que podrías librarte de mí tan fácilmente. – su voz se endurecía con cada palabra.Pandora abrió los ojos de par el par aterrada.- me las vas a pagar, todas…- le amenazo. ya a unos escasos centímetros de distancia.

Pandora solo atino a estrujar el cuchillo entre sus manos y a mantenerlo firme. Nosabíaqué hacer, la verdad el miedo y el pánico no le daban tiempo de razonar y pensar en una escapatoria.

¾     Mamá…- la voz temblorosa de Aioria la trajo a la realidad, esta vez el miedo y el temblor crecieron. Al ver a su pequeño parado justo detrás de Radamanthys, en el portón de la puerta, la expresión de Aioria reflejaba  miedo y terror al suponer lo que pasaba.

¾     ¡Aioria vete!- pandora miraba desesperada a Aioria quien solo abrió los ojos anonadado. Su cuerpo no le respondía.

¾     vaya, vaya, miren que tenemos aquí. el bastardo infeliz que te trajiste de la calle.- dijo mientras se acercaba esta vez hacia Aioria intimidantemente.

¾     ¡Aléjatede el!- grito pandora intuyendo lo que Radamanthys pretendía.

Radamanthys, grande y violento como era, cogió a Aioria de un brazo, - no sé qué fue lo que  le viste a esta cosa, si no sirve para nada. – dijo rabioso y sosteniéndolo con mayor fuerza a Aioria, haciendo que este  gimiera del dolor. Mientras pandora miraba esto iracunda.

¾     ¡Suéltalo!- grito acercándose amenazante, empuñando el cuchillo, ante esto Radamanthys no hiso más que carcajearse en su cara.

¾     Oblígame. – le reto, mientras apretaba más su agarre, Aioria hecho un chillido de dolor, uno que no pudo reprimir, provocando con esto la furia de Pandora.

¾     ¡Desgraciado! –grito para luego lanzársele encima e intentar clavarle el objeto punzante  para herirlo.

Radamanthys se des hiso de Aioria tirándolo  lejos, haciendo que cayera de espaldas, chocando contra la mesa. Para luego detener a la fiera que se presentaba ante el; amenazante y furiosa como nunca la había visto.

Sin mucho esfuerzo, Radamanthys tomo controlar la situación, ejerciendo desmedida fuerza masculina logro doblegar a pandora, haciendo que soltara el cuchillo  para luego adueñarse de este, mientras pandora permanecía aun  en el suelo presa de un dolor en su vientre debido un golpe que recibió por parte de Radamanthys.

¾     ¡Mamá!- grito Aioria, poniéndose en pie rápidamente para luego ir a su lado.

¾     Pero que conmovedora escena. – se burló Radamanthys sin apartar la mirada de ambos mientras delineaba  con su dedo índice el borde filoso del cuchillo.

Aioria ayudo a su madre a ponerse en pie, mientras esta intentaba reponerse del golpe. Con la respiración agitada.

¾     Aioria…vete…yo yo lo detendré.- le susurró al oído, este solo negó con la cabeza.

¾     No quiero, no voy a dejarte. – le respondió tembloroso sabiendo el peligro al que su madre se exponía con ese loco desalmado. Entonces pandora endureció su mirada violeta.

¾     Hazlo…-dijo con el mismo tono serio y autoritario.

 Aioria se debatía entre obedecer o no a su madre. Hasta que la voz de Radamanthys resonó nuevamente. De manera inesperada este separo a Pandora de Aioria, sosteniéndola del cuello rosando el cuchillo contra su rostro, dejando ver una línea de sangre.

¾     Perra desgraciada, me las vas a pagar todas. – le susurró al oído con voz gruesa, provocando que pandora comenzara a temblar y a respirar agitadamente mientras se debatía para hacer que la soltara. Entonces la tiro al suelo y comenzó a propinarle golpes sin compasión alguna.

¾     ¡déjala! - Aioria tardó en reaccionar y cuando lo hiso no pudo hacer mucho pues la fuerza de Radamanthys no se comparaba con la suya, este fácilmente lo desecho lejos de un puñete haciendo que cayera pesadamente al suelo, claro al ser el  solo un niño de 10 años no tenía par  contra la fuerza de  un hombre fornido y corpulento como lo era Radamanthys.

¾     ¡por favor detente! – gritaba pandora mientras inútilmente intentaba frenar los golpes y puñaladas que recibía con saña y rabia.

Aioria miraba esto como la peor de las escenas.Estaba aterrado solo permanecía en el suelo, asustado, inmóvil e  impotente ante  cualquier cosa mientras  las lágrimas no dejaban de brotar, nublando su vista.

Nadie, nadie vino en su ayuda, y el, el solo sentía que el mundo se le venía encima, mientras veía el lugar llenarse de sangre, nunca antes había presenciado algo así, esta vez estaba seguro de que ese hombre mataría a su madre si no hacía algo. Pero como hacerlo si se encontraba en estado de shock.

Entonces todo se detuvo, el silencio se hiso presente, ese hombre seso sus golpes y volteo su mirada en su dirección.  Se acercó aél, manchado de sangre y con una sonrisa sínica en el rostro.

Aioria solo tenía fija su mirada en el cuerpo agonizante de su madre, entonces sintió como lo sujetaban del cuello haciendo que de sus pies flotaran  en el aire.

¾     No eres más que un bastardo inútil, en cuanto regrese, me encargare de ti. – lo tiro al suelo violentamente para luego dirigirse a la salida.

Entonces Aioria se arrastró hasta el cuerpo herido de su madre.

¾     ¡mamá! – lloraba sin cesar, con intenciones de tocarla pero temiendo lastimarla al hacerlo. –perdóname, yo no pude…no pude hacer nada…-

¾     Hijo...-la voz de pandora era tan débil, que se notaba el desmedido esfuerzo que hacía para hablar. – vete…antes de que regrese…vete lejos…-

¾     No, no pienso dejarte, voy…. voy  por ayuda….- Aioria estaba por correr, pero la mano temblorosa de pandora lo detuvo.

¾     siento como…como mi vida se apaga… - la tos la invadió y la sangre que salía por su boca la ahogaba.-Hijo…escúchame…tienes que irte…-

¾     No…por favor resiste, yo traeré a…-Aioria estaba muy asustado.

¾     te quiero…mucho… le agradezco al cielo que te haya puesto en mi vida… mi pequeño Aioria…- acaricio su rostro con una delicadeza y ternura infinita, queriéndose llevar la imagen de su niño con ella antes de partir de ese mundo.

Aioria solo vio como los ojos de su madre se cerraban lentamente y su mano abandonaba su mejilla para caer al suelo, luego de eso ya no hubo movimiento ni volvió a escuchar la voz suave de su madre, solo el silencio.

¾     ¡NO,Mamápor favor no me dejes!- su grito desgarrador sonó en todas las habitaciones. entonces la abraso con todas sus fuerzas,  con un temblor incontenible mientras las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos.

¾     Te necesito, eres…eres todo lo que tengo…por favor… -

No quería dejar el cuerpo de su madre ahí, no quería apartarse  de ella. Estaba fría y desprotegida.Él le brindaría su calor y la cuidaría, velaría su eterno sueño con la esperanza vacuna de que despertara.

Ni siquiera el sonido estremecedor de la puerta abriéndose estrepitosamente, lo hiso apartarse de ella.Solo un fuerte jalón logro apartarlo del cuerpo de su madre, a pesar de que se quejó, revoloteo he hizo todo para que lo soltaran, no pudo, esas manos lo sostenían fuertemente.

¾     ¡suéltame! – grito furioso intentando soltarse del agarre. Mientras Radamanthys se acercaba a el cuerpo sin vida de pandora.

¾     ¿Qué paso? Acaso ella esta…- Minos ni siquiera pudo terminar de hablar, al solo ver el asentimiento de Radamanthys quedo helado.

¾     ¡tú la mataste, maldito, la mataste! – Aioria solo se revoloteaba, mientras Radamanthys observaba el cuerpo de pandora.

¾     Acabas de salir de la cárcel y ahora…!qué demonios tienes en la cabeza! – grito histérico Minos mientras intentaba  controlar a Aioria.

¾     ¡qué quieres que haga,se me paso la mano! – Radamanthys estaba nervioso. – me invadió la ira, esa maldita me la debía.  –

¾     ¡Sabes que va a pasar cuando se entere de esto Hades!- Radamanthys lo miro con rabia.

¾     él no tiene por quéenterarse de nada,  además, ese infeliz está en la cárcel no puede hacer nada. –

¾     ¿A no?- Minos lo miro incrédulo. – ese hombre es muy peligroso y lo sabes tiene muchos conocidos dentro y fuera de la cárcel, además,  te odio desde el principio, nunca le agrado la idea de que su querida hermana se casara con un demente como tú, y ahora, ¡ahora va a matarte! – Minos se estaba cansando de sostener a Aioria así que lo soltó.

¾     ¡Maldito, eres un maldito!– Aioria se abalanzo sobre Radamanthys, sin pensarlo, comenzó a golpearlo con la poca fuerza que tenía.-¡te odio, te odio maldito!

Obviamente, Radamanthys lo detuvo, sosteniéndolo de ambas manos con fuerza. – ¡escúchame mocoso, ahora no tengo tiempo para ti, así que deja de joderme! -  Aioria solo lo miraba con odio y rabia contenida mientras intentaba soltarse, pero solo conseguía que Radamanthys lo sostuviera con mayor fuerza, lastimándolo. Hasta que lo voto al suelo, Aioria solo se quedó ahí, llorando al lado del cuerpo de pandora inconsolablemente.

¾     ¡Qué piensas hacer ahora!– Minos se acercó a Radamanthys, y lo miro a los ojos. – dime…

¾     Solo…solo ayúdame a deshacerme del cuerpo, y ya, nadie tiene por que saberlo. –

¾     Lo dices como si fuera sencillo, pero  no lo es, Hades tiene hombres fuera.  Y si  se entera de esto va a…

¾     ¡Estás conmigo o en mi contra! – Radamanthys se veía alterado. –vamos a deshacernos del cuerpo, yo me encargare del resto. – asevero serio. Minos solo negó con la cabeza; hecho un hondo suspiro. – no sé porque seguimos siendo amigos. –

¾     ¿vas a ayudarme si o no? – le pregunto mirándolo de reojo.

¾     Más te vale que no me jodas la vida a mí también. - Dijo Minos algo molesto. – ya bastante hice con sacarte de prisión. –

¾     Bueno, bueno ya calmémonos, sí. – Radamanthys hecho un suspiro antes de acercarse al cuerpo inerte de pandora, pero ni bien se acercóAioria lo detuvo e intento alejarlo.

¾     ¡Aléjate de ella, déjala! – Aioria estaba hecho una fiera, no dejaría que la tocaran.

Pero él era solo un niño. No podía hacer nada contra Radamanthys.

¾     ¡Cállate! – Radamanthys, lo sostuvo fuertemente de un brazo y lo arrastro hasta un cuarto, para encerrarlo ahí. – ¡te quedaras ahí!. -

¾     ¡Déjame salir!- grito desesperadamente, golpeando la puerta incesantemente.   Pero sus gritos no sirvieron de nada pues Radamanthys junto con Minos se llevaron el cuerpo de pandora, a quien sabe dónde.

Mientras el miraba por la cerradora, desesperado por salir llorando de impotencia y rabia.

No supo cuántas  horas se la paso gritando y golpeado la puerta, solo se detuvo hasta que escucho la voz de Radamanthys nuevamente, y el sonido de la puerta abriéndose.

Ver nuevamente a ese hombre delante suyo, con rastros de sangre y tierra, y con una sonrisa cínica en su rostro lo hiso estremecerse y sentir un hondo miedo al igual que un odio infinito.

-¡donde esta! – lo empujo confrontándolo, a pesar del temblor y miedo que lo invadían. – dime. – otro empujón. – que hiciste con mi madre!Donde esta! – comenzó a golpearlo en el pecho con las pocas fuerzas que tenía, pero Radamanthys se veía cansado y agobiado.

-¡basta! – cansado, lo sostuvo de ambas manos con fuerza, hasta ponerse a su altura y mirarlo a los ojos. – para empezar, la mujer a la que acabo de enterar, no era tu madre. – le sonrió con malicia. –y ya no hay nada que puedas hacer, está muerta,  en terrada y haciendo de este lugar algo más agradable, no lo crees. – Aioria intento soltarse pero no pudo. Hasta que Radamanthys lo soltó violentamente tirándolo al suelo. Aioria solo lloraba sin poder creer lo que paso.

-este mocoso solo es un maldito estorbo. – le dijo a Minos, quien no apartaba su mirada del niño que lloraba en el suelo.

-mejor nos deshacemos de el también. – se acercó a Aioria. – Con lo detestable que me resulta, será un placer terminar con él, además…- lo sostuvo de los cabellos para alzarlo del suelo.

- a nadie le importa, aparte de la imbécil de pandora, a nadie más en el mundo le importaría este mocoso inútil.Nadie preguntaría por él, sería como ahorrarnos  oxígeno.  – dijo de la manera mal cruel posible.

-no te parece que ya has tenido un día muy “activo” – dijo Minos algo cansado y molesto por la actitud de su amigo. – mejor vámonos a descansar y a quitarnos este pestilente olor a sangre y tierra que me siento asqueado. – dijo con desagrado, Radamanthys, los pensó un poco, pero termino por sonreír y asentir, mientras volvía a tirar a Aioria al suelo.

- tú te quedaras aquí. – le dijo. – por lo menos hasta que decida qué demonios hacer contigo. – le sonrió. – buenas noches,  y… feliz cumpleaños. – cerro la puerta del sótano donde lo tenía encerrado.

Apenas se puso en pie y volvió hacia la puerta.– ¡maldito! – Grito -¡Te odio!-volvió a golpear la puerta. Hasta que el al final, cansancio lo venció y termino quedándose dormido, en ese suelo frio y sin ningún tipo de cobija, aunque eso no le importaba, el dolor de perder al ser que más amaba hacia que todo a su alrededor se volviera irrelevante.

 

……

Aun con los ojos llenos de lágrimas despertó, tras escuchar el sonido de la puerta abrirse de esa manera tan estrepitosa dejando ver a Radamanthys.

 

-como la pasaste. – dijo burlón. – ¿ya se te paso la depresión?–pregunto con cinismo, Aioria solo podía maldecirlo y llorar, se sentía tan inútil y desgraciado.

Los sostuvo del mentón para mirar sus ojos esmeraldas. – ahora tú me perteneces, no vas a hacer nada ni mucho menos vas a decir nada que yo no te autorice, a no ser que quieras terminar como la imbécil de pandora, ¿entendido?- Aioria intento alejarlo, pero Radamanthys afianzo su agarre. – Dije, entendido.- Aioria no respondió solo cerro los ojos, Radamanthys molesto los sostuvo de los cabellos  para luego poner una navaja en su cuello.

-si no quieres morir al igual que la estúpida de pandora, entonces vas a hacer todo lo que yo te diga ¡estamos!– Aioria asustado y aterrado, por ese objeto filoso en su cuello, asintió levemente.

-bueno chico, mira que hasta podríamos llevarnos bien, solo no me estorbes y mucho menos te atrevas a mencionar el nombre de esa mujer de nuevo. - le sonrió. – para ti, como para los demás, pandora, se fue de viaje, muy lejos,  para nunca más regresar, y nadie... – lo miro duro y amenazante. – nadie tiene que saber que está muerta, entendiste? –lo soltó violentamente.

Cerro la puerta tras de sí encerrándolo nuevamente, Aioria Se abrazó asimismo llorando lleno de tristeza, dolor, miedo y amargura. En parte pensaba que todo eso había sido culpa suya por no haber defendido a  su madre, por solo observar toda esa  carnicería,pasiblemente.

 

……….

 

 

-¡qué demonios crees que es esto! – el grito furioso de Radamanthys. – me crees un imbécil. -  un fuerte golpes en su rostro lo hiso despertar y retroceder cuanto pudo, asustado y temblando.

-no…yo…- otro golpe más fuerte que el anterior lo acallo. Esta vez cayó al suelo.

-¡creí que me servirías de algo, pero no me sirves de nada, eres un inútil! –

-fue todo lo que conseguí, usted sabe que yo…-

-¡cállate¡- grito furico. Acercándosele, Aioria solo retrocedió asustado.

- no me sirves, te he dado muchas oportunidades, pero no aprendes. – saco un cuchillo. – y ya me canse. –

-pero…yo le juro que la competencia es mucha, ya no puedo vender esos dulces en las esquinas, hay muchos adictos que se paran ahí y me amedrentan, están acosándome, me roban lo que consigo y me amenazan…yo no puedo competir contra ellos…esto…-

-ya me tienes harto con tus estúpidas escusas, esta es la cuarta vez que me vienes con chingadas y yo ya no  caigo, ahora mismo voy a hacer lo que debía de haber hecho hace mucho tiempo…-se acercó a Aioria amenazantemente.

-¡basta! – la voz de Minos detuvo a Radamanthys. – él tiene razón, lo estuve vigilando, los malditos drogadictos le quitan la poca heroína que le das, además los clientes no se sienten tan “cómodos” con un niño ofreciendo esa porquería. –

-por favor, Minos.  – Radamanthys se acercó a él y lo miro. –en este barrio de porquería lo que menos interesa son las estúpidas apariencias, además ya no tengo dinero, todo lo perdí con este imbécil regalando mi mercancía. –

-en parte es tu culpa. – se le acerco. – porque yo, si se hacer negocios. – le mostro una cantidad considerable de dinero, Radamanthys se quedó pasmado.

-yy…de donde conseguiste tanto dinero. –

-hice tratos. – miro de reojo a Aioria. – con gente que no confía en ti, pero que a mi si me tiene en buen estima. – dijo sonriente, Radamanthys solo rodo los ojos fastidiado.

-que, ahora que la banda de hades tiene el poder, todo el maldito vecindario tiene que rendirles tributo y obedecerlos como si fueran la ley. –

-algo así, además, están bien protegidos y no me extrañaría que en cualquier momento su jefecito salga de la cárcel para arreglar cuentas contigo. –dijo serio. – yo creo que en cualquier momento se te aparece en frente. -

-no digas estupideces, ese bastardo estará ahí de por vida. –se defendió Radamanthys algo nervioso.

-puede ser…pero aun así su poder dentro y fuera de esa prisión de máxima seguridad, es innegable, -asevero serio. – es más, ese hombre tiene más poder del que tenía cuando era libre y créeme que el que le falla termina tres metros bajo tierra.-Minos no bromeaba y Radamanthys lo sabía muy bien.

-mejor deja de decir estupideces y vete. – hablo furioso y  harto de la conversación. -si no vas a ayudarme,  entonces déjame en paz que yo resuelvo mis malditos problemas solo. –

-y paraqué están los amigo. Si no para ayudar a resolver problemas. –le dijo Minos acercándosele a Radamanthys.

-de que hablas. –pregunto mirándolo de reojo.

-les hable de ti, yyy…les dije que estabas interesado, que bien podrías ofrecer tu casa como un punto de reunión para sus negocios.Además de las fiestas que puedes organizar aquí al ser tu casa tan grande y  alejada. –

-no me jodas, yo no me rebajo al nivel de la basura. Tengo mi orgullo. – dijo exaltado y molesto.

-morirías por cualquier cosa, menos por tu orgullo, así que mejor déjate de estupideces. – Minos se estaba hartando de la actitud de su amigo.

-además, puedes gozar du mucho privilegios, dinero, protección, y tener todo loque quieras…-

-estas idiota, esos son los hombres de Hades y ese pendejo me odia a morir, de no ser por pandora me habría matado hace mucho.– hablo recordando como pandora había callado el maltrato incluso lo había defendido de su propio hermano, antes, cuando el amor hacia el la había cegado por completo.

- dime, Como podría hacer negocios con esos imbéciles lame botas. Sin que corra peligro de morir. -

-calmado. – Minos se le acerco por detrás. – los hombres de Hades le dicen lo que quieren oír, además, todos se creyeron el cuento de que pandora se fue lejos para nunca regresar.Nadie sospecha nada ni le toma importancia. –

-no lo sé, corro mucho riesgo…- Radamanthys seguía indeciso.

-ya déjate de rogar, dime, aceptas o prefieres seguir con esta vida de carencias y podredumbre. – Minos lo miro a los ojos, Radamanthys se puso pensativo, definitivamente necesitaba dinero.

-está bien, pero dime que podría ofrecerles a esos malditos hombres, si al parecer lo tienen todo…-

-ya te lo dije, solo pon este lugar para organizar las reuniones, las fiestas y para hacer algunos tratos, ya luego verán si te dan más confianza como para meterte en sus negocios a profundidad. –Radamanthys solo lo miro desconfiado.

-más te vale que no me estésmontando una trampa, porque por mas amigo mío que seas, puedo acabar contigo también. –

-así desconfías de la persona que arriesgo su pellejo para sacarte de la cárcel.- le sonrió mientras volteaba a mirar a Aioria quien aún permanecía en el suelo.

-bueno…- Radamanthys también fijo su mirada en Aioria. – entonces será mejor que me deshaga de una vez por todas de este estorbo, no vaya a ser que vaya a abrir la boca y diga algo que nos meta en problemas. – saco una navaja mientras se acercaba a Aioria peligrosamente, este solo retrocedió aterrado y asustado.- no quiero arriesgarme. -

-espera. –interfiero Minos interponiéndose entre Radamanthys y Aioria.

-¡Que!- Radamanthys grito furioso, siempre Minos interfiriendo por el Aioria. – no vez que sabe algo que bien puede costarnos la vida! – dijo histérico.

-puede ser de utilidad. – Radamanthys lo miro incrédulo y confundido.

-pero si tú mismo viste que es un mocoso inútil, no le veo la utilidad. – refuto molesto.

-ya lo veras. –Minos solo le sonrió. Mientras se ponía a su altura. – además yo me mantendré alerta, lo vigilare como le he estado haciendo hasta ahora, para que no vaya hacer nada indebido. –

Radamanthys solo se cruzó de brazos molesto. – te la estás jugandoMinos, no sabemos de lo que este mocoso es capaz. Lo mejor es deshacernos de él ahora. – Minos solo se incorporómientras se llevaba a Radamanthys hacia otro lado de la recamara.

-este niño puede traerte mucho dinero, acaso no lo vez. – Lesusurro.- los hombres con los que quiero que hagamos el negocio no solo se dedican al narcomenudeo, sino que también a otras cosas que te pueden interesar. – Radamanthys seguía sin comprender.

-ven, vamos a la sala, ahí te explico mejor. – le dijo mientras se llevaba a Radamanthys hacia la salida, antes de cerrar la puerta de ese sótano, Minos le sonrióa Aioria, este solo temblaba del miedo, no entendía nada.

Se sentía tan miserable, lo único que hacía era llorar ahí encerrado en ese oscuro cuarto, privado de su libertad y a merced de los gritos y los golpes despiadados que Radamanthys le propinaba  diariamente.

………….

 

Varios hombres ingresaron a esa casa, todos unos drogadictos y borrachos, la mayoría de ellos se veía intimidante y actuaban violentamente. Se podía escuchar desde cualquier parte de la casa,  el ruido estrepitoso, los gritos,  las peleas, cosas rompiéndose y la música a todo volumen.

Aioria permanecía sentado en el suelo abrasado asimismo temblando, con la angustia y la incertidumbre de no  saber qué sería de su vida.

De repente, la puerta se abrió en grande dejando ver a un Radamanthys con una gran sonrisa. Sinmediar palabra alguna, lo sujeto del brazo y lo jalo a la salida.

-ven mocoso, ahora si es tu momentos de brillar. – Aioria solo temblaba, incapaz de refutar y de forcejear, pues hace mucho que las fuerzas lo abandonaron.

-ten. – le tendió una ropa muy extraña. Aioria solo permanecía  quieto mirando la ropa sin saber qué hacer.

-vamos, que no tenemos toda la maldita noche, ponte esto y comienza a servir los tragos ya atender a todos estos hombres. – lo empujo para que se moviera, Aioria algo asustado obedeció.

Paso toda la noche soportando los empujones, los insultos y los amedrentamientos de todos esos hombres intimidantes.Sentía miedo pues la manera en la que lo miraban no le agradaba nada.

Lo único que quería era salir de ese lugar, lejos del alcance de Radamanthys y sus amenazas…

La escapatoria seria su única salvación, pero cómo? sí  cada que trataba de escapar Radamanthys o Minos, lo atrapaban  y le propinarían una paliza seguida de innumerables amenazas. Pensaba en todo eso hasta que escucho la voz gruesa de Radamanthysllamándolo.

Aioria se acercó a este lentamente. Radamanthys, pasó  su mano por sus hombros y lo atrajo hacia él.

-bueno mis amigos, se han divertido mucho. – preguntó en voz alta, recibiendo una afirmación inmediata.

-eso me agrada, ya que,estáahora también es su casa. – estaba tan ebrio que por poco se va al suelo, pero se sostuvo de Aioria, quien solo deseaba que ese hombre lo dejara en paz.

-ven a este adorable muchacho. – alzo la mano de Aioria en alto, ante la mirada atenta de los demás, sobre todo de Minos.

-él es la mercancía máscara y placentera de todas. – dijo  sonriente, Aioria no entendió a qué se refirió Radamanthys, pero comenzó a intuir que algo malo pasaría, así que intento soltarse de Radamanthys, pero este  violento y brusco como era, lo sujeto del cuello fuertemente impidiendo que se moviera.

-tranquilo, si aún falta la subasta. – le dijo burlón y malicioso, Aioria solo temblaba, comenzaba a intuir lo que Radamanthys pretendía. Negó con la cabeza. – déjame. – le pidióintentandosoltarse, mas parecía imposible ya que Radamanthys cada vez lo sostenía con mayor fuerza, los hombres a su alrededor solo reían y se burlaban de él, el solo los miraba aterrado.

-comola fiera ya se impacienta, vamos a comenzar de una vez, digan, ¿quiénestá interesado? Alcen la mano y hablen, que esta mercancía es nueva. – los hombres miraron a Aioria de pies a cabeza, encontraron muy atrayente la oferta.

Aioria veía anonadado y aterrado como los hombres alzaban la mano y comenzaban a poner un precio, un precio por él. Sin importar cuanto se revoloteara y suplicara para que lo dejara ir, que lo ayudaran, nadie le prestaba atención, seguían con la subasta, hasta que un hombre alto de cabellera  gris, alzo la mano.Ofreciendo una gran cantidad de dinero, Radamanthys lo miraba perplejo, pero al mismo tiempo sonreía satisfecho.

-creo que ya tenemos al ganador de la noche. –hablo Radamanthys sonriéndole radiante al hombre en frete suyo. Este,no mostro ninguna emoción, solo miraba a Aioria fijamente, mientras  este lloraba y suplicando porque parasen y lo dejaran ir. – creo que los demás solo se quedaran con las ganas. – Radamanthys entonces soltó a Aioria tirándolo  a los pies de su comprador, Thanatos, como si fuera un objeto.

 Aioria solo alzo la mirada asustado, mirando aterrado al hombre en frente suyo. – No…- entonces el hombre agarroAioria de un brazo y lo alzo del suelo bruscamente. Para mirarlo a los ojos fijamente.

-puedes hacer con él lo que te plazca. – le dijo Radamanthys mientras miraba Aioria sonriente. -Tienes toda la noche. –

El hombre no dijo nada, solo se limitó a mirar a Aioria, este solo lloraba del miedo hasta que sintió un fuerte jalón del brazo.Prácticamente lo arrastro hacia la recamara predispuesta para ese horrible acto.

Aioria lloraba de miedo al saber lo que sucedería. Intento escapar,  pero Thanatos se encargó de inmovilizarlo de un golpe para luego tirarlo hacia la cama bruscamente. Por más que le rogo y le suplico, que  lo dejara ir,  ese hombre no lo hiso. Lo tomo sin ningún tipo de consideración, con saña y con violencia. Para Aioria no podía haber otra escena más traumatizante, el dolor que experimentaba, lo hacía retorcerse debajo de ese hombre. Esas caricias quemaban y las marcas que dejaba en su cuerpo eran dolorosas, Thanatos se estaba encargando de dejar su marca en esa piel marcada ya por algunos vestigios de golpes anteriores. Pero lo peor llego al sentir como lo desgarraban,como le quitaban su pureza, como lo ultrajaban con tanta sana, morbosidad e ímpetu. Emitiógritos de dolor, gritos que  se escuchaban en toda la casa.Si,  Esos gritos lo harían recordar siempre el ultraje al que era sometido. Desvalido, asustado e indefenso, no hizo más que llorar e implorar a que alguien lo ayudara, lo salvara, pero eso no pasaba. Ya que, por más que rogara, implorara,  gritara por ayuda, nadie acudiría a en su ayuda.

 El quemante e intenso dolor que sentía era insoportable  tanto así, que lo hiso llorar y revolotearse, hasta que llegó un momento en el que  todo se volvió gris, ya nada a su alrededor parecía tener forma alguna y sus oídos dejaron de percibir y escuchar esos gemidos emitidos por su captor, por su depredador, pues en esos momentos solo se sentía una presa, que se encargaba de satisfacer y saciar el libido de aquel despreciable y abominable ser….

…Esa fue la primera, pero no la última, que hacían algo así con él, que lo vendían y usaban como si de un objeto sin valor alguno se tratase. Todas las noches vivía en miedo, dolor y sometimiento. Niño como era,jamás tuvo las fuerzas suficientes para defenderse, para hacer algo, para escapar. Así que simplemente quedo ahí, solo, indefenso y abandonado  a esa su suerte.

Pasaba las noches llorando, sintiéndose el peor ser en la faz de la tierra, creyendo que no servía para nada, pues  el maltrato físico por el que pasaba todos los días, no se comparaba con el maltrato psicológico al que era sometido, tanto por Radamanthys como por sus “ compradores”. 

Con el pasar del tiempo, llego a ganar algo de corpulencia y fuerza, en algunas ocasiones incluso tubo la posibilidad de defenderse y agredir a esas bestias que lo aterraban y lastimaban. Pero, debido a esa resistencia,fue castigado y sometido con mayor rigor, a tal grado, que cada vez que se negaba a  hacer algo que sus captores le ordenaban, lo maniataban,  siempre  de las manos,  para castigarlo por su “osadía”, lo golpeaban  sin piedad hasta que la voz ya no le saliera de la garganta, hasta que caía inconsciente preso del dolor y del cansancio, incluso,  lo dejaban sin comida  hasta por una semana entera.

El odio, el dolor, el miedo y la soledad formaron parte de su vida por esos largos 5 años.

Llegando a ser su único anhelo ver nuevamente a su madre, pedirle perdón por todo, aunquetambién tenía miedo, mucho miedo, pues pensaba que tal vez ella se avergonzaría y bajaría la mirada al saber en la clase de persona en la que se había convertido, o más bien, en el objeto al que lo habían convertido. El mismo sentía asco hacia sí mismo, si, se odiaba y detestaba tanto o másque a esos hombres que lo tenías prisionero y a aquellos hombres que lo obligaban a hacer lo que ellos querían, golpeándolo brutalmente, marcándolo en innumerables veces. Su piel para ellos era un lienzo en donde gozaban y disfrutabas grabar y dejar sus marcas, ayudados en muchos casos con navajas, cigarrillos, metal caliente, todo servía a la hora de saciar su perversión y sadismo.

Sentía que su vida entera no teníasentido, llegó a pensar incluso enquitarsela vida, pensando que así dejaría de sentir tanto dolor, que quizá esa sería su única salvación…

…….

Una vez más su cumpleaños había llegado, como odiaba esa fecha, pues en una fecha como esa llego a perderlo lo todo…

-un año más…- su voz sonaba apagada, las lágrimas ya no  salían.Lo único que podía hacer en ese lugar lúgubre, oscuro y solitario era   limitarse a curar sus heridas, tratando al mismo tiempo de olvidar como se las habían hecho, cosa que le resultaba imposible.

La puerta se abría lentamente, no giro su vista, ya sabía de quien se trababa, sin embargo no se inmuto ante su presencia, solo cerro los ojos y  poso su manos en sus rodillas.

-feliz cumpleaños…- dijo la voz a sus espaldas, sintió como unos brazos rodeaban su espalda en busca de un abrazo.

- ya pediste tu deseo. – le hablo al oído. Aioria esbozo una leve sonrisa, su único deseo desde hace mucho era reunirse con su madre. Pero seguía viviendo en ese infierno.

- Radamanthys se fue…no está. – hablo suavementemientras acariciaba su pecho por debajo de su ropa.

-si tu quisieras, podríamos irnos…nos iríamos lejos…solo…solo quiero que seas mío…quiero tenerte a mi merced, deseo tenerte bajo mi dominio solo para mí. – comenzó a besa su cuello. Aioria no respondió, solo permanecía quieto y callado. Sabía que Minos solo deseaba tenerlo como su juguete personal, que si se iba con él, solo seria para vivir el mismo infierno, con la diferencia de que  solo lo haría con él,  con su consentimiento, y eso nunca, jamásse rebajaría a tal nivel y menos con el hombre cómplice de la muerte de su madre, no, pues lo odiaba y despreciaba como a nadie.

-me desespera verte con esos imbéciles…-lo estrujo entre sus brazos. – deseo tenerte solo para mí. – lo acariciaba cada vez con más saña, queriendo dejar su huella en la piel tan marcada de Aioria.

-te daría lo que me pidieras…solo quiero que estés con migo, solo con migo. –

-nunca, ni contigo ni con nadie…- Minos enfureció al escuchar nuevamente su negativa. Lo tomo del cabello jalando su cabeza para atrás.

-prefieres vivir en esta inmundicia por el resto de tu maldita vida a servirme a mí, a entregarte voluntariamente. – dijo furioso, apretando su agarre.

-definitivamente, tu eres un maldito, un  desgraciado por el cual solo siento desprecio, asco y sobretodo odio. -  logro decir a pesar del dolor que sentía.

-¡acaso no lo entiendes! – grito poniéndose encima de él y sosteniéndole de las muñecas con fuerza. –siento una deseo tan grande hacia ti, quiero tenerte todas las noches. – decía entre excitado y furioso. -  me he perdido en tus ojos, desde de que eras un maldito mocoso, tú has sido mi único anhelo. –comenzó a besarlo desesperado, comenzando a desvestirlo, posándose entre sus piernas.  Aioria sabía que no podría quitárselo de encima, pues las cadenas que rodeaban sus muñecas y sus tobillos se lo impedían.

…Una vez más el sometimiento, el dolor, la rabia, la impotencia…

….

La noche se asomaba, y con ella, una fiesta se hacía presente.  Él tenía la mala suerte de seguir siendo el plato principal.

-esta noche es algo especial. – hablo Radamanthys,   tomándolo del cuello. – hoy nuestro querido muchacho, cumple 15 años. – los presente solo reían y lo mirabanentretenidos.

-y nadie me va a negar que este muchacho, con el pasar del tiempo, no ha hecho más que ponerse más llamativo, ¿o no? – todos reían  y le silbaban burlándose de él. Aioria apretó los puños, odiaba tanto a esos hombres y deseaba tanto acabar con ellos, hacerles pagar por el todo lo que le hacían.

-así que como es una fecha tan especial, voy a dejar que tú también te diviertas. –le  hablo Radamanthys, cogiendo una botella de alcohol poniéndosela en frente suyo.

-vamos, bebe un poco. –intento meterle la botella a la boca, pero Aioria rehuyó, si odiaba y detestaba ese olor y ese sabor más que a nada en el mundo, pues le recordaba a los hombre que tenía en frente. Ya que, todos apestaban a alcohol y a cigarrillos además de estar bien drogados.

-bebe. – intento meterle la botella nuevamente, pero Aioria reaccione violentamente, visiblemente asqueado,  aparto la botella de su vista. Los demás solo miraban la escena divertidos, en cambio Radamanthys enfurecíamás con cada negativa.

-alzo!Abre la maldita boca! – esta vez fue másinsistente, jalo del cabello a Aioria obligándolo a abrir la boca y a meterle la botella. Aioria cansado y furioso, como nunca antes,  logro que lo soltara y lo empujo violentamente haciendo que tanto la botella de alcohol como Radamanthys cayeran al suelo.

-¡no! No quiero esa porquería, me da mucho asco, así como me lo dan todos y cada uno de ustedes. – grito Aioriafuera de sí y mirándolos a todos lleno de odio y rabia. –¡me oíste, te odio maldito bastardo, te desprecio! – gritaba descontrolado ante la mirada de los demás. - ¡estoy harto de esto harto de toda esta porquería! – se desahogó después de tanto tiempo, soltó todo lo que llevaba dentro. Por un momento todo se quedó en silencio, las miradas no se apartaban de Aioria.

Radamanthys al recuperarse del shock noto las miradas encima de él, luego volvió la mirada hacia la botella en el suelo.

Se paró rápidamente y cogió a Aioria del cabello obligándolo a hincarsey hasta que su cabeza chocara contra el  suelo.

-así que estas harto, he,!hijo de perra!- hiso que su rostro chocaba contra el suelo, y sintiera la bebida que estaba desparramada. – pues te friegas, esta es la vida que te toco vivir.-  le propino una fuerte patada en el estómago, haciendo que Aioria se hincara de dolor y escupiera sangre.

-ahora mismo vas a saber quién soy. – Aioria lo miro con odio, pero al mismo tiempo le sonrió de lado.

-vas a matarme….- se reincorporo lentamente. – Hazlo…- le dijo cara a cara. – vamos…libérame de este infierno…! Mátame como lo hiciste con mi madre! – le grito lleno de ira y sin importarle nada.

Radamanthys reacciono rápidamente, golpeándolo en el rostro haciendo que Aioria cayera al suelo. – ¡eso quieres imbécil! – volvió a patearlo. – está bien. – lo pateo hasta que se  Minos lo detuvo.

-ya basta, lo vas a matar. – dijo intentando controlarlo.

-este imbécil me las va a pagar. – Radamanthys se soltó de Minos y rápidamente fue hacia Aioria, este  se defendió como pudo pero Radamanthys aun poseía más fuerza y era más grande que él además estaba bajo los efectos de alcohol y la droga y parecía que nadie podría controlarlo.

Sin piedad le disloco el brazo a Aioria, se escuchó su grito desgarrador.  Ante esto Radamanthys sonrió complacido, rápidamente lo cogióde las manos y las ato fuertemente a un mueble,  para luego desgarrar su ropa.

-esta vez sí me las pienso cobrar, bastardo. – le propino un fuerte golpe, los demás miraban talescenario entretenidos y excitados al mismo tiempo. Alentando esa carnicería.

Radamanthys se le subió encima y con ayuda de una navaja comenzó a desgarrar su pecho,  dejando una gran herida por donde la sangre comenzó a emanar sin parar. Sus muslos corrieron la misma suerte. La voz no le fue suficiente para expresar el dolor que sentía en esos momentos.

-a ver…- se puso en pie sin dejar de mirarlo. -  quien desea cogérselo antes de que lo mate, vamos esta vez no pienso cobrarles.  – dijo Radamanthys malicioso. Los demás  ansiosos no lo pensaron dos veces y se lanzaron sobre Aioria, primero uno, luego otro, quien sabe cuántos más. Aioria sentía como lentamente la vida se le escapaba de las manos… Ya no tenía más fuerzas para luchar.

Por un momento todo frente a él se puso blanco, dejó de sentir, la respiración se le dificultaba y el retumbar de sus latidos retumbabafrenético en sus oídos. Hecho la cabeza hacia atrás, una salida, veía la salida estaba tan cerca a la vez tan lejos.

Miro a  su alrededor, todos parecían distraídos, ninguno parecía prestarle atención pues estaban tan drogados y borrachos muchos hasta dormían en el suelo, como era el caso de Radamanthys.

Como pudo se reincorporo, ahogo el grito de dolor que lo invadió tan pronto intento mover su brazo derecho e hiso un desmedido esfuerzo para poder liberarse dela atadura que mantenía inmovilizas sus manos.

Luego de unos minutos logro aflojar las ataduras, dejando en libertad su mano izquierda, con cuidado y despacio, logro sacar su mano herida.

Al estar libre miro a su alrededor, hombres pelaban y discutían.Para su suerte Radamanthystodavía permanecía en un sillón, durmiendo, y Minos, no podía divisar a Minos cerca, así que como pudo se puso en pie cogió su ropa y salió de ese lugar.

Por un momento se olvidódel dolor que sentía y no hiso más que correr paraalejarse de esa casa, correr sin mirar hacia atrás. La angustia y  el miedo de ser atrapado lo embargaba.  No sabía si alguien había notado su ausencia pero no le importaba, tenía que estacar o no saldría con vida.

Como era ya casi media noche, todo estaba vacío y oscuro, camino y camino hasta que logro divisar una carretera, no supo ni como había llegado hasta ahí pero no le importaba su instinto de supervivencia le dictaba escapar lo más lejos posible, halla donde sus captores no lo encontraran ni dieran con él.

Por un momento las luces de los autos que pasaban le nublaron la vista, esos autos pasando a gran velocidad hacían  que su corazón latiera con mayor frenesí, se acercó al camino, no supo ni porque ni como pero se paró en medio de la carretera…vio un auto acercarse a gran velocidad y…

 

….

 

Aioria dejo de hablar, con los puños apretados, solo agacho la mirada.No supo ni en qué momento las lágrimas habían caído por sus mejillas, aun así, las sentía drenar de sus ojos como una vertiente cristalina sin fin.

Aioros solo permanecía inerte, sin hacer o decir algo, había escuchado todo el relato de Aioria como un ente ausente aunque en realidad era todo lo contrario.

También caían lágrimas por sus ojos aunque su mirada permanecía fija en un punto perdido.  La voz no le salía y mirar a Aioria no le era posible…lo sentía tan distante en esos momentos. Una parte de él quería gritar, llorar, culparse por todo, matar a esos desgraciados, pedirle perdón a Aioria.

-Mi madre….- nuevamente de escucho la voz apagada de Aioria. - ella era mi mundo… era la única persona a la que le importaba… que me amaba incondicionalmente,incluso a pesar de no ser sangre de su sangre…ella, me amaba a pesar de todo…-sus puños estrujaban  las sabanas  fuertemente conteniendo su rabia e ira.- no pude, yo no pude  protegerla, después de todo lo que ella hiso por mi… ¡yo no pude hacer nada por ella! – ladeo su rostro apartando su mirada cristalina de la  azulada de Aioros.

-ella cuido de mí. – Continuo, con un nudo en la garganta.-  me dio  lo que mis verdaderos padres me negaron, un hogar....protección…cariño…amor…- cerro los ojos, el recordar le hacía mucho daño, lo destrozaba y martirizaba.

Aioria Volvió a llenar sus pulmones de aire, intentando con eso coger valor para seguir con su relato.-pero….mi ángel guardián…voló lejos, alejándose   de mí...-

- Aioria…-al fin la voz le salió, pero no sabía exactamente que palabras usar para reconfortarlo,  pues era evidente el malestar en Aioria. Así que  prefirió dejarlo desahogarse, Aioria necesitaba ser escuchado, y el, el deseaba tanto escuchar lo que  teníaque decir.

-quiero que ese maldito paguepor la muerte de mi madre. – su voz denotaba odio, un odio profundo. – quiero que ambospaguen…por todo el daño que me hicieron. – entonces miro a Aioros y esta vez sus esmeraldas mostraban dureza y un  odio infinito.

-dijiste que harías lo que sea por ayudarme...- no parto su mirada. – Ayúdame a que ese par de bastardos paguen…por todo lo que hicieron…por todo…- estrujo las sabanas entre sus manos hasta el punto de lastimarse.

Aioros como toda respuesta tan solo lo abraso, con fuerza, no queriendo dejarlo ir nunca.Haciéndole saber por medio de se abrazó que contaba con él; que ya no estaba solo.

Aioria solo podía llorar y aferrarse a ese hombre que le ofrecía consuelo.El tener a Aioros a su lado, a pesar de haber escuchar todo, lo llenaba de un alivio y una felicidad que no podía describir.Y confiaría, si, confiaría en Aioros, lo haría pues solo a su lado sentía la paz y tranquilidad que había perdido hace mucho.

En tanto Aioros solo podía maldecir mentalmente a esos dos hombres, pensaba que haría loque fuera con tal de verlos sufrir por lo que le hicieron a Aioria.Cumpliría a como dé lugar con las expectativas de Aioria, haría pagar a esos mal nacidos poniendo todo el peso de la ley sobre ellos, y buscaría los medios necesarios para que eso pasare, sí, lo haría.

Y después, después solo se encargaría de sanar las heridas de Aioria, de brindarle todo el amor y el cariño que tanto necesitaba…

 

….continuara….

Notas finales:

 

En los siguientes capítulos daré a conocer más detalles de la trama, así que por favor, ténganme paciencia.

¡Intentare no tardar tanto!

Saludos y hasta el siguiente cap.


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