En una enorme mansión, comían las personas más importantes de Corea del Sur. Y, sin embargo, allí no estaba el presidente; en realidad, nadie que pudiera ser directamente y públicamente relacionado con el Estado, estaba allí. Todos eran grandes empresarios, que movían divisas por todo el continente de Asia. Ese día en especial, ellos solo se habían juntado para intercambiar acciones, hablar sobre el futuro de sus empresas y, básicamente, cómo iban a sacarle hasta el último centavo a cualquier ciudadano normal que se metiera en problemas con Eunsaeggwa Geumsaeg. Esta era una cadena conformada por todas las empresas importantes del país. Había empresas de moda, de joyas, con equipos en algún deporte, o lo que fuese. Lo que un coreano estándar no sabía y no podría imaginarse, era que esas famosas empresas estaban ligadas a negocios clandestinos de todo tipo imaginable.
-Señores, les quiero agradecer por asistir a esta nueva reunión de nuestra asociación: N.W. Tengo entendido que su empresa, señor Park, ha prosperado inesperadamente. Y me veo en la obligación de preguntarle, ¿Por qué?-habló con calma un hombre viejo, de cabello negro.-
-Mire, señor Kim-comenzó el mencionado Sr. Park- la realidad, es que su idea de bajar los precios, fue completamente acertada: ya que mis productos son de excelente calidad, todos los clientes compraron mis electrónicos. La competencia, para intentar competir, bajó de igual manera sus precios… Yo, con mis reservas de dinero, finalmente, pude comprar todo al mayoreo, cuando mi competencia quebró, debido a la poca paga por parte de sus clientes- explicó tranquilamente y con soberbia. Al escuchar la explicación, el Sr. Kim sonrió con suficiencia.-
-les tengo una espléndida noticia- habló, finalmente, el Sr. Oh- pude comprar el último terreno restante. Mañana, ese barrio va a ser desalojado por completo, vamos a construir casas mejores.-
-pero muchas familias van a perder sus casas-interrumpió otro de los hombres en esa reunión.-
-puede ser duro, Sr. Jeon, pero es para hacer de Corea del Sur un lugar mejor. Las personas que no puedan pagar van a verse presionadas a mudarse de ciudad, por el momento. Seúl va a mejorar sin personas pobres.-
-me parece n poco duro…-
-usted no tiene de qué preocuparse- habló fríamente Jung- su casa y sus propiedades van a permanecer igual e, incluso, mejorarán.-
-no está… viendo lo importante- señaló Jeon- muchas personas van a quedar en la calle, con niños, con personas mayores y mujeres.-
-debieron pensarlo antes de nacer pobres- comentó el Sr. Kim, haciendo reír a todos en ese lugar.-
-¡No todos podemos nacer en cunas de oro!-contraatacó, golpeando la mesa con su puño cerrado.-
-exactamente por eso. Los que tuvimos esa suerte, ¿No merecemos una compensación? Nuestras familias se esforzaron mucho para conseguir salir de la pobreza. Que nosotros seamos los que ganaron sus riquezas sin necesidad de pasar por la parte dura, ¿Es nuestra culpa?-
-Y las personas que quieren salir de la pobreza, ¿No merecen intentarlo?-
-eso no nos sería conveniente…-
-¿Y qué pasó con lo de hacer de Seúl, un mejor lugar?-
-para las personas ricas…-
-esta reunión se acabó- dijo enojado Jeon, para abandonar el lugar.-
-piénselo…-gritó el Sr. Kim. El ambiente se tensó, y Kim volteó a ver a sus compañeros- necesitamos la firma del Sr. Jeon para complementar el proyecto… ¿Alguien es lo suficiente cercano para convencerlo?-todos intercambiaron miradas.-
-es un… lobo solitario-dijo Park.-
-ya veo…-pensó- tiene un hijo, ¿Verdad? Jeon… ¿Jongkook?-
-Jungkook…-corrigió Jung.-
-como sea… Vamos a tener que ir por ese lado… ¿Dónde lo podemos encontrar?- preguntó a un hombre con traje y realmente musculoso.-
-ahora, debe estar saliendo de la escuela…-
-búsquenlo.-
***
Esa era la escuela secundaria más cara en toda Corea del Sur. Solo iban niños nacidos en cunas de oro y diamantes. El timbre de salida acababa de sonar, y un chico de cabello negro salía acompañado de sus amigos. Todos llevaban uniformes extremadamente caros. Tanto así, que habían salido más que una cuota en una escuela secundaria privada estándar.
-hoy vamos al club, ¿Venís Kook?- preguntó un pelinegro.-
-no sé, L. Creo que mejor voy directo a casa…-negó el pequeño.-
-pero van a ir todos- puchereó un chico de cabello blanco.-
-pero yo no…- los tres amigos intercambiaron miradas.-
-como sea, Sehun, no lo podemos obligar-racionó L- nos vemos baby…-
-chau chicos…-
Jungkook siguió su camino tranquilamente. Normalmente iban a buscarlo a la escuela, para después llevarlo a su casa, pero, en especial ese día, decidió que quería caminar, sin saber las consecuencias que lo aguardaban por haber tomado tal decisión.
***
Cinco personas de traje negro iban en una camioneta del mismo color. Tenían cada uno su arma y cubrían su cara con barbijos negros. Todos llevaban sus gafas negras y evitaban llamar la atención al no bajarse del vehículo. Llegaron a su destino, y un chico de cabello negro y piel dorada bajó, escondiendo su arma y sacándose la mascarilla. Caminó sigilosamente detrás del chico de cabello negro que, por lástima para él, ese día había decidido caminar. Claro, no era su culpa ser el hijo del único empresario que se rehusaba a firmar por la compra de los barrios pobres, pero, de todos modos, no lo iban a lastimar, solo a asustar, para que el empresario Jeon firmara a cambio de su hijo.
***
El niño de cabello negro sintió como si lo siguieran y, disimuladamente volteó. Un hombre de traje se le hacía extremadamente sospechoso así que, para sorpresa incluso para él, al llegar a un parque cercano, comenzó a correr. Por poco logra escapar, de no ser porque un vehículo de color negro se atravesó en su camino. De arriba, bajaron dos chicos que eran casi iguales, y lo metieron a la fuerza, a pesar del intento por el pequeño de defenderse. Arriba, habían muchas personas: al menos cinco. Aterrado, intentó saltar del vehículo, siendo detenido por el niño de cabello naranja que cubría su cara con un turbante. Debería haber ido a un lugar con mucha gente, en lugar de correr. Pero, en ese momento de tanta adrenalina, no había podido pensar…
-¡¿Sos sordo o estúpido?!-el grito de uno de los asaltantes asustó al niño-¡Tu teléfono! ¡Ya!- atareado, el pequeño sacó con manos temblorosas el celular de su mochila- ¡Young!- el ultrajador lanzó el móvil al chico a su lado.-
-¡Miren, o liberan a los barrios bajos, o matamos al pendejo este idiota que tenemos acá!-
-¿Quién habla?-el hombre al otro lado se oía tranquilo.-
-¡No te hagas el idiota, si no liberan a los barrios bajos de su estúpido contrato, matamos a Jungkook!-
-¡No le hagan nada a mi hijo! ¡Por fa-!- un castaño cortó la llamada.-
***
Los cinco hombres contratados por la cadena de empresas Tiburón estaban desconcertados: iban a secuestrar al chico, cuando un grupo de extraños lo metieron a su auto, llevándoselo a quién sabe dónde con qué fin. Alterados, avisaron sobre el problema al Sr. Kim, quien solo aventó su teléfono, frustrado. Jungkook había sido secuestrado por un grupo de personas que, probablemente, solo querían dinero. Todo estaba mal.
***
-¿Qué van a hacerme?- preguntó asustado el secuestrado.-
-tranquilo… Si tu papá te quiere de verdad, nada te va a pasar. Solo tiene que responder a nuestras demandas…-informó el peli-naranja.-
-¿Qué demandas?- el chico que previamente le había hablado, lo miró con molestia.-
-mirá, no tengo ganas de usar cinta en vano, así que te callás…-asustado, el niño cerró la boca, y bajó la mirada.-
-V-lo llamó un chico- ¿Y si no aceptan?-el susodicho se encogió de hombros.-
-si queremos credibilidad, lo vamos a tener que matar…-
-llegamos…- Jungkook alzó su mirada, asustado.-
Acaso…. ¿Iban a matarlo?
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