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Casualidades por sunako_1

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Notas del fanfic:

Los personajes del manga/anime "Kuroko no basuke" no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki-sensei

Notas del capitulo:

hola a todos y todas

bueno, mi segundo fic de "el mes de apareamiento de Himuro" XD y tenía que ser con mi amado Mito-chin <3

espero les guste

Al recordar toda la serie de circunstancias que lo llevó a esta situación, llegó a la conclusión que las casualidades daban mucho miedo.

No podía negar que desde el primer momento en que se fijó en él, un extraño sentimiento lo invadió, aunque no le diera importancia. Tampoco negaría que desde ese momento sus ojos lo seguían cada vez que podían. Aunque estuviera concentrado en los partidos, su mirada siempre se desviaba hacia él. Y mucho menos podría negar el estridente palpitar que golpeaba su pecho. Parecía que su corazón rompería sus huesos y su piel para salir en cualquier momento a depositarse directamente en la mano de él… del chico que ya tenía a quien querer.

¿Las casualidades? Casualidad que sus entrenadoras se hicieran amigas al conversar y darse cuenta de cuantas cosas tenían en común. Casualidad que en las vacaciones de verano, ambos equipos fueron a su semana de entrenamiento coincidiendo en la misma posada en las montañas. Casualidad que los ases de ambos equipos se portaran como dos niños idiotas cada vez que se veían. Casualidad que en la cima hubiera un templo abandonado. Casualidad que a los capitanes se les ocurriera una prueba de valor y, para darle mas emoción, hicieron a la suerte las parejas mezclando las preparatorias. Casualidad que justo le tocó el numero nueve. Casualidad que a él también le tocó el numero nueve. Y, la mayor casualidad de todas, justo cuando ambos se encontraban a la mitad de camino, una pequeña lluvia de verano, se transformó en una tormenta eléctrica.

Aquel día a mediados de agosto, todas esas casualidades lo llevaron a estar así, envidioso de las pequeñas gotas que resbalaban desde los oscuros mechones de cabellos y se perdían en la delgada tela de la polera gris oscuro que marcaba todo el contorno de sus músculos.

Su garganta se secaba al seguir viéndolo. Sus pezones erectos por culpa del frío, su pecho subiendo y bajando por culpa de haber corrido para refugiarse bajo el techo del templo, su cabello desordenado y mojado, sus mejillas medianamente ruborizadas, su boca semi abierta jadeando, el contorno de su entrepierna escondida en esos empapados pantalones de buzo blanco.

Tragó saliva al recorrerlo completo por enésima vez desde el cabello hasta las zapatillas. Lo deseaba, lo deseaba desesperadamente. Estaba solo a un paso de tirarlo al suelo para lamerlo, morderlo, marcarlo, poseerlo… aquella palabras eran muy poco para todas las fantasías que ideaba en su saturada mente. Fantasías de las que no se había dado cuenta hasta ese preciso momento.

Se burlaba mentalmente de si mismo. Su cuerpo, sin percatarse de ello, había sido capturado por la extraña sensualidad que emitía todo de aquel chico. Se preguntaba si de verdad solo bastó un cruce con su ojos negros para dejarlo tontamente prendado. Aunque eso ya no le importaba. Ahora su mente se debatía en que hacer. No podía ignorar el hecho que aquella tierna mirada ya tenía un dueño, pero tampoco podía ignorar cuanto deseaba quitárselo y reclamarlo de su propiedad.

La tormenta no daba señales de querer detenerse, así que intentó abrir la puerta. Afortunadamente tuvo éxito. Entraron alumbrándose con la pantalla de sus celulares sin señal y encontraron una lámpara entre todo el desorden. La prendieron. Ahora el lugar estaba medianamente iluminado pudiendo divisar algunas mantas dobladas sobre un mesón. Se preguntaron mentalmente si las habían dejado a propósito ahí por si alguien se encontraba en su posición.

-Deberíamos quitarnos la ropa mojada Rinnosuke-

Solo recibió una afirmación con un movimiento de cabeza y tomó las frazadas para acercarlas al chico que se quitaba la polera gris oscuro para después seguir con las zapatillas de dos colores y las calcetas blancas.

Lo imitó. Ahora ambos quedaron solo con los pantalones y la ropa interior puesta.

Aquello era demasiado para poder resistirlo. Se le acercó para ponerse sobre él asustándolo. Lo miró directo a los ojos negros para luego observar sus mejillas totalmente sonrojadas. Solo eso bastó para que explotaran sus sentimientos.

No le dio escapatoria. Lo afirmó de las muñecas mientras su lengua se paseaba sin pedir algún permiso por su húmedo cuello. Suspiros salieron del chico que se estremecía. Con la rodilla apretaba suavemente la entrepierna que a cada roce se mostraba más sólida. Los jadeos acompañaron los suspiros…

Le soltó las muñecas cuando estuvo seguro que no huiría para poder recorrer el contorno de su cintura. Bajó las palmas para apretar el formado trasero mientras deslizaba la boca para lamer los erectos botones que le hicieron delirar desde que los contempló tapados por el delgado trozo de tela que se hallaba a un lado de ellos. El chico arqueó la espalda logrando que ahora usara el muslo para rozarlo. Los gemidos no se hicieron esperar.

Seguía recorriendo con sus labios, lengua y manos todo aquel cuerpo tres centímetros más alto que el suyo. Lo que quedaba de ropa, lo hizo desaparecer a los pocos segundos. Ahora, entre las largas piernas se daba un banquete con su lengua y sus dedos.

Sonidos aguados, gemidos, jadeos, respiración agitada. Todos los sonidos que llenaban el pequeño lugar que los resguardaba de la tormenta, resonaban en sus oídos haciéndolos avergonzar, pero también excitándolos aun más.

-Lo siento, pero ya no lo soporto-

Un grave gemido de dolor acompañó la frase. De una sola estocada entró al lugar que se resistía a la invasión. Besó el contorno de los parpados cerrados para evitar que lagrimas saladas se deslizaran hacia el cabello negro y por fin lo pudo escuchar.

-Du… duele…-

Una dulce voz en solo una palabra entre cortada para después levantar las cortinas de piel y encontrarse con ese hermoso iris gris brillando. Con un fuerte abrazo le indicó que podía continuar. No se hizo esperar para comenzar las lentas y largas embestida que lograban sacar más y más gemidos por parte de ambos.

El repicar de las gotas sobre el techo se volvía menos violento, pero a ellos no les importaba. Ahora, en una distinta posición, las embestidas se volvieron mucho más fuertes y cortas. Se afirmaba a la cadera para poder dirigir el movimiento del chico que rasguñaba el tatami y arqueaba la espalda levantando el trasero ante la abrumadora corriente eléctrica que se paseaba por todo su ser. Ya solo les faltaban unos movimientos para terminar.

 

___

 

El canto de los pájaros lo hizo despertar. Se sentó para frotarse los ojos y miró al chico que aun dormía a su lado. El cuerpo desnudo bajo las mantas, estaba lleno de marcas rojizas que podían ser ocultadas por la ropa.

Lo movió solo un poco para despertarlo. Un momento después, el chico estaba sentado y sonrojado.

-Deberíamos vestirnos-

Ambos se levantaron para ponerse las prendas aun un poco húmedas. El chico sonrojado, evitaba el contacto visual. No quería que lo hiciera, pero cuando le iba a hablar para decirle sus sentimientos, las voces de sus compañeros lo interrumpieron.

Salieron y todos fueron hacia ellos para verificar su estado. La entrenadora de Seirin y un chico castaño con cara de gato, se lo llevaron antes de que pudiera evitarlo.

-Demonios. Olvidé besarlo-

Dijo en un susurro inaudible mientras su propia entrenadora le preguntaba si estaba bien. Respondió con un sí acompañado de una sonrisa pensando en que la próxima vez, nada sería una casualidad… después de todo, él ahora ya era suyo.

 

Fin

 

Notas finales:

espero les haya gustado

la verdad, tenía muchas ideas para diferentes historias con esta pareja, pero todas quedaron a medias XD

pero este OS me gustó, sobretodo porque a Himuro ya nadie lo detiene para quedarse con Mito-chin <3

agradezco sus comentarios


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