- ¡Lo que escuchaste!- Me llene de valor.- ¡Terminamos!-
Le cerré la puerta en la cara, tras su mirada aturdida por mis palabras. Intentaba callar mis sollozos con mi mano, mientras me recargaba en la puerta y me dejaba caer al suelo.
- ¡Alois!- Insistía, fingiendo desesperación.- ¡Alois por favor no me dejes!-
- ¡¡Ya lárgate Claude!!-
- No puedo irme así Alois, escúchame yo te amo.- Mentiras, ¡Todo es mentira!- Sé que también me amas, ¡¿Cuál es el verdadero problema?!- ¡Basta! ¡No quiero escucharlo! - ¡Alois!- Golpeaba fuerte la puerta, temía que la fuera a romper.
Tape mis oídos como un niño pequeño, cerrando mis ojos con fuerza para así de alguna manera escapar de la situación, pero era inútil. Todo fue inútil. ¿Escapar? Tonterías, fuimos a parar a manos de algo posiblemente peor que ángeles, los cuales no dudo que les falte poco para llegar a nosotros. No encuentro palabras para describir el terror que siento, pero la decepción es más. Realmente quiero pensar que Claude me quiere, pero me es imposible confiar otra vez. Y ahora ¿Cómo le digo a Ciel que nos estuvieron engañando? ¿Qué su amado Sebastián no es más que otro monstruo tras nuestras almas? ¿Cómo le digo que otra vez le volví a fallar?... ¿Cómo eh de explicarle a él, mi hermano, que una vez más por mi culpa su vida peligra?
- Alois... ¿Qué fue lo que te dijo Under?- Ya no gritaba, pero aun así se escuchaba exasperado.
- Claude.- Salió mi voz quebrada y aguda.- Por favor, solo vete.- Le volví a pedir, esta vez no se escuchó respuesta, solamente sus pasos alejándose lentamente, sin detenerse, el solo se fue.
Fue un alivio doloroso. Aún tenía un horrible nudo en la garganta, mis ojos llenos de lágrimas acumuladas que no quería dejar salir, no hasta que llegue a mi cama y llore como un bebe, contra la almohada daba gritos ahogados, me sentía tan vulnerable en ese momento, mi cuerpo entero temblaba, quiero ir por Ciel pero no puedo. Soy un cobarde, un completo cobarde. Todo lo que hice después, fue tomar ese anillo. Ese rubí que mi padre solía usar en su dedo siempre, hasta dormía con él. Para mí era como verlo a él, mi valeroso padre.
- Papa... Ya no sé qué hacer...- Mi voz ronca, mis ojos hinchados, mi rostro lloroso, y mi alma desesperada, ¡No me deja pensar!, ¡¿Qué es esta maldita suerte?! - Si tan solo no hubieras muerto... Si tan solo tú y mamá estuvieran aquí...- Pero de nada servía lamentarse, mi padre no volverá aunque yo se lo suplique.
De repente, el sonido de la puerta siendo golpeada me devolvió a la realidad. Guarde de nuevo esa joya, y seque mis lágrimas rápidamente, pero no podía estabilizarme.
- Alois, abre, soy yo.- Era la voz de Ciel, no dude un segundo más y lo deje pasar, abrazándolo como si no lo hubiese visto desde hace años. El me correspondió por más extraño que sea. - ¿Qué fue lo que paso?- No puedo decirle, no tengo cara, aun no estoy listo para contarle lo que realmente son Claude y Sebastián.
No pude contestarle, sé que por el momento al verme así Ciel comprenderá, pero esto no será suficiente para siempre, el querrá una explicación que yo no podre darle.
POV Sebastián.
Ciel y yo nos quedamos platicando, tratando de encontrar una respuesta a toda la situación, intentando adivinar qué es lo que sucede allá dentro y porque Alois se puso de esa manera.
- Quizás este en sus días.- Opino Ciel sentado en la banqueta.
- Ciel, según lo que me conto Claude, Alois no es una chica.- Hable divertido junto a él.
- Pero Alois tiene “sus días” en los que puede ser peor que una chica.- Reímos ante el comentario, no sé cómo la conversación se tornó en un karaoke de canciones infantiles, eso hasta que vimos a Claude salir con un aura no muy feliz que digamos.
Nos levantamos y fuimos en su dirección, Claude nos pasó de largo y se fue en línea recta, no se dirigía a casa.
- Claude, ¿A dónde vas?- Pregunte preocupado, mi hermano estaba furioso, aunque su rostro se muestre inexpresivo, sé muy bien cuando está molesto.
- Iré a deshacerme de ese Shinigami.- Claude ya no sabía lo que decía, menciono “Shinigami” a pesar de que Ciel esté presente. Tan solo siguió su camino, importándole poco.
- ¿Shinigami?- Pregunto Ciel.
- Eh, si, habla de Under, por su aspecto lo apodamos así. Pero a él le molesta por lo que dejamos de hacerlo, noto que Claude está molesto, por eso lo llamo así esta vez.- Por favor que me crea.
- Oh, entiendo. Iré a ver a Alois, necesitamos averiguar que ocurrió para poder ayudar.- Baje a su altura y le bese los labios. Ese dulce y frio sabor de Ciel, me enloquece, podría saborearlo todo el día, si pudiera.
- Descansa, por favor notifícame lo que hayas descubierto, yo iré tras Claude.- Asintió y se despidió otra vez besándome. A veces, siento ganas de comerlo.
Una vez que Ciel entro a su casa yo fui a toda velocidad por Claude, lo pude divisar, va hasta el maldito cementerio donde seguramente Under estaría, me abalance sobre él y obligue a detenerse.
- Claude.- Lo sostuve para que no avanzara.
- Suéltame.- Hablo firme y frio, como solía ser antes de venir a el mundo humano.
- No hasta que me expliques ¿Qué fue lo que ocurrió?- Forcejeaba con fuerza demoniaca y yo retenía igual, comenzaba a enojarme el hecho de que no me quiera decir nada.
- Sebastián, esto no te incumbe.-
- Todo lo referente a ti me incumbe, somos hermanos, idiota.-
- ...-
- ¿Ahora me dirás?- Asintió.- Volvamos a casa, e idearemos una solución más inteligente que ir a matar a un Shinigami.-
Logre controlarlo, y llevarlo a casa, en el camino iba contándome que termino con Alois y sospecha que fue por culpa de Under, lo comprendo bien, Ciel también miraba raro a Under, sin embargo por ahora no se puede hacer nada. No hasta que tengamos todo asegurado. Por el momento debemos hacer que Alois vuelva con Claude, es más que obvio que se quieren, el cambio drástico es el problema. ¿Cómo hacer que tu hermano y su ex vuelvan si no tenemos ni la más remota idea del por qué terminaron?
Malditos problemas humanos.
POV CIEL.
Después de un rato, Alois se durmió y yo dormí a su lado para procurar que no hiciera nada tonto o si le vuelven a entrar ganas de llorar, yo esté allí para ofrecerle mi hombro. Nos despertamos por el estruendoso sonido de la alarma. Como de costumbre, Alois aventó el despertador lejos pero seguía sonando forzándonos a levantarnos. Sin palabra alguna, con solo comunicación visual nos pusimos a lavarnos los dientes. Alois aún se ve mal, así que se me ocurrió una idea para animarlo.
Me dibuje bigotes con la pasta dental, solíamos hacer eso de niños. El soltó una pequeña y casi inaudible risa. Luego siguieron mis cejas, las uní con el mismo material y lo mire sonriente.
- Tonto.- Dijo con una sonrisa. Terminamos de arreglarnos y me propuse a hacer el desayuno para él. No es por presumir pero hago un excelente cereal con leche. Ya casi estábamos por irnos y alguien llama a la puerta. Alois corrió a su cuarto, claro, acaba de terminar con Claude y supuestamente iríamos siempre juntos a clases.
- Ciel, soy solo yo, Claude ya se ha ido.- Era la voz de Sebastián, abrí la puerta y tal como dijo estaba solo. Fui por Alois y lo tuve que sacar a rastras pues no me creía nada.
En un camino rodeado de pláticas en la que por más que insistíamos Alois no participaba llegamos a clases. Era algo temprano, todavía no empezaban, aun si Alois fue directo al salón. Me quede un poco con Sebastián.
- ¿Averiguaste algo?- Me pregunto en susurros.
- No pude preguntarle, debiste verlo ayer. Estaba inconsolable.-
- Claude estaba furioso, según el todo es culpa de Under, no sé qué le habrá dicho.- Sentí un escalofrió recorrer por mi espalda. Claro, Under debió decirle algo a Alois. ¿Pero qué? Es decir, si lo hubiera llamado “Conde Trancy” es normal que se asustara pero no es razón para terminar con Claude.
-¿Qué le podría haber dicho Under a Alois como para que le perdiera la total confianza a Claude?-
-...- ¿Eh? ¿Por qué de repente se queda callado?
- ¿Sebastián?-
- No tengo idea... Pero, tú recuerda que siempre puedes confiar en mí, sin importar que.- Peligro. Mal presentimiento. ¿Qué ocurre?
- Si... Lo entiendo. Las clases van a comenzar.- Me beso, a pesar de todas las miradas alrededor. Sigue siendo vergonzoso.
- Ciel, te amo.- Eso me hizo olvidar aquella mala espina de hace un segundo.
- Yo también. Nos vemos.- Así, ambos nos retiramos. Me dirigí al salón de clases donde estaban todos platicando animadamente. Menos Alois.
- ¡Y fue tan lindo! Quiero volver a salir con el.- Ese era Grell, estaba que soltaba brillitos.
- No puedo creer que alguien como Will resultara ser así.- Hablo Dagger acostado en el suelo, si, del salón.
- ¿Y qué tal ustedes? Ciel, Alois.- Maldito, cruel, vil y perro Ronald inoportuno.
- Nosotros solo llegamos a casa y fuimos a dormir.- Contesto Alois. La respuesta dejo insatisfechos a todos, pero no podían reclamarle. Las clases fueron duras, de verdad perder un año de estudio así fue una mala decisión pero no podíamos hacer más.
En la salida los ojos de Claude y Alois se toparon, los vi bien. Sin embargo Alois desvió su mirada y camino a paso apresurado a casa. Yo le seguí, dándole a entender a Sebastián por medio de señas que no sería bueno que nos siguieran.
- Alois. ¡Alois espérame!- Seguía apresurado, esta es otra de las muchas veces en las que me pregunto qué es lo que el rubio estará pensando.
- Ciel, que bueno que no vino Sebas...- Se calló enseguida. ¿Por qué no quiere que venga Sebastián?
- ¿Eh?-
- Nada, sigamos caminando. Te hare la mejor cena de tu vida, vamos.- El día estaba nublado, a punto de llover. Alois intentaba evadir cualquier plática referente a Claude, Sebastián o Undertaker.
Llegamos a casa, un tanto mojados porque empezó a gotitear en el camino. Alois llego y comenzó a cocinar como loco, como si fuera una manera de distraerse. Esta temblando, estoy seguro de que no es debido al frio. ¡¿Qué es lo que le está poniendo así?!
- Alois.- No me hace caso.- Hey.-
- Ahora no Ciel, estoy cocinando.- Cantareo muy fuera de tono. Esta temblando demasiado las cosas se le caen de vez en cuando, camina de un lado al otro sacando ingredientes que ni siquiera saben bien juntos.
- ¡Alois!- Le grite, provocando que se le cayera una hoya y un par de cucharas vacías.
- ¡¿Qué?!- Reclamo rejuntando los utensilios.
- ¡DEJA TODO ESO Y SIENTATE AHORA!- Se quedó parado, sin moverse, dándome la espalda. De repente comenzó a moverse de nuevo, picando verduras sin hacerme caso.- ¡Alois!-
- No tengo tiempo para juegos Ciel, tengo una cena que preparar.- Esto esta tan mal. Jamás vi a Alois de esta manera.
- ¿CENA? ¡Son las dos de la tarde! Además, acabamos de comer en la escuela.- Alois dejo lo que estaba haciendo bruscamente. Escuche como respiro hondo y suspiro.
- ... Tienes razón, iré a dormir un rato.- Mi boca se abrió de sorpresa, ¡¿Es esto enserio?! Lo tome del brazo impidiendo su partida.
- No, tú me explicaras todo esto.- Ni siquiera me miraba, ¿Desde cuándo Alois no puede verme a los ojos?
- N-No se dé que me hablas.-
- ¿Por qué terminaste con Claude?, ¿Por qué estás tan raro?, ¿Qué fue lo que hablaste con Undertaker?- Ahora volteo a verme con una expresión de sorpresa. Yo seguía tomándolo del brazo con firmeza.- ¿Por qué pareces estar asustado de algo? Y ¿Qué fue lo que te hizo perder la confianza?, ¿Es por esos ángeles, Alois?- Mi rostro se entristeció.- ¿Aun piensas hacer un contrato con ellos?- Agacho su mirada.
- Ciel, tenías razón... Fuimos muy confiados con Claude y Sebastián.- ¿Se puso de mi lado?- Llegamos demasiado lejos con ellos, y yo... Solamente ya no me siento seguro.-
- No te creo nada Alois. Dime ¿Tienes miedo de que Drocell y Ash vayan tras Claude?- Negó con la cabeza.- ¿Entonces cuáles son tus verdaderas razones?- Se soltó de mi agarre empujándome.
- ¡Ya te lo dije! No me siento seguro de nada, Claude y yo solo nos dimos el nombre cuando comenzamos a andar. Ya no sé si lo que siento es real o simplemente me gusto físicamente, ¿Sabes? Aunque nos vieran muy felices, Claude y yo teníamos muchas diferencias, solo quiero... Saber con quién me estoy metiendo.- Dicho eso, subió las escaleras y entro a su habitación…
Entonces solo quiere conocer más a Claude, pero si lo está evitando ¿Cómo se supone que...? Cierto acaban de terminar, no es como si pudieran estar muy apegados en estos momentos. Aun así tengo que avisarles a Claude y Sebastián, por fin tenemos una pista.
Y hablando del rey do roma; Sebastián me envía un mensaje.
“Asunto: Salgamos.
De: Desconocido.
Ciel, soy Sebastián, desde el teléfono de Claude, el mío se ha descargado. Ya que no pudimos irnos juntos después de clases ¿Qué te parece una cita? Tú, yo, cena romántica a la luz de la luna. No lo sé... Tú piénsalo. Ve a las 7:00 al parque que está cerca del centro. Te espero.”
Nunca pensé emocionarme tanto por tan solo una cita. Pero ahora puedo decirlo; tengo una cita con mi novio. Oh si, se siente bien. Apenas son las 2:30, no debo molestar a Alois para que me ayude diciéndome como vestir o algo así, entonces todo será por mi cuenta. Sera difícil pero no debo depender siempre de mi casi hermano para esto. Es hora de madurar.
Quizás en esta cita pueda conocer más a Sebastián. Alois tiene razón, apenas si nos dimos el nombre cuando ya lo estábamos haciendo... Me ruborice ante mi recuerdo. Quizás hoy se repi...
- Me convertí en un pervertido.- Me dije a mi mismo. Bueno no importa mucho en realidad. Todo lo que quiero es conocer mejor a Sebastián.
Bien, aún tengo tiempo así que dormiré un poco, no sin antes revisar a Alois. Efectivamente dormía como un tronco, sé muy bien cuando está fingiendo y puedo asegurar que en estos momentos cualquiera pensaría que está muerto de no ser por su lenta y tranquila respiración... Y porque habla dormido.
Bien, en estos momentos acaban de dar las 3:00, tan solo dormiré una hora.
** 3 horas después **
No sé qué demonios sucedió. Solo sé que ahora tengo una hora para arreglarme y llegar a ese parque. Me bañe, me cambie con lo más decente que encontré del armario de Alois, tome mi anillo que está amarrado a una cadena delgada, como siempre lo uso de collar debajo de la camisa y salí. Ya está oscuro, pero no es como si a mi edad me dieran miedo las calles, de hecho hay bastante gente y las luces de los edificios, carros, semáforos, etcétera son suficientes como para darme cuenta que estoy seguro.
Llegue por fin a ese parque donde apenas si había alguna que otra pareja caminando o sentados en una banca, pero ningún Sebastián. Mi teléfono comienza a vibrar.
“Asunto: ¿Jugamos?
De: Desconocido.
Encuéntrame si puedes. Te daré una pista: Enfrente a tu derecha.”
Que tonterías está haciendo ahora. Mire hacia la dirección que me dio y pude notar una cabellera azabache desapareciendo tras un callejón, lo seguí. De nuevo vi como esa misma cabellera cruzaba a la izquierda por otro camino y otra vez fui hasta él. Cada vez nos alejábamos más y más. Ya me estaba hartando de todo esto. Y le mande un mensaje antes de continuar.
“Asunto: ...
De: Ciel.
No sé si para ti lo sea pero para mí no es divertido. Vamos, ven ya. Me estoy hartando.”
Envié el mensaje, en ese momento no me di cuenta de que a quien se lo había enviado era al teléfono de Sebastián y no al de quien sea que me esté mandando mensajes él. Seguí persiguiéndolo, otra vez cruce por un callejón, pero en este no había salida. Lo único que había era una peluca de cabellos negros, me acerque a ella y la tome en mis manos. ¿Qué es este juego? Es decir, me gustan los juegos pero esto es demasiado sospechoso, me hace recordar a lo sucedido esta mañana.
Otra vez mi teléfono vibra... Esta vez dice “Sebastián” En el remitente.
“Asunto: ¿Qué?
De: Sebastián.
¿De que estas hablando? Yo no te eh jugado ninguna broma. ¿Dónde estás?”
... Si él no es el que me está jugando una broma, entonces...
De repente suena una canción. La conozco, es “London Bridge” Una canción infantil famosa en Inglaterra. Cada vez se escucha más fuerte, señal de que se está acercando. Se escuchan pasos, me estoy asustando. Me echo a correr, no me quedare a ser víctima de lo que sea que este tras de mí, obviamente pienso lo peor. Ahora estoy perdido. ¿Cuándo me adentre en una especie de laberinto?
Me encontré con otro callejón sin salida. Alguien se ha parado tras de mí, me encontró.
- Vaya, vaya. Ha pasado mucho tiempo.-
Esa voz...
- ¿Verdad que si? Mi querido muñequito zafiro.-
...