POV ALOIS.
Me desperté después de un largo sueño. Ya estaba oscuro y Ciel seguro no ha cenado nada. Ese niño tonto. Algún día tendrá que aprender a freír papas por lo menos. Me puse un suéter, pues era demasiado frio para mí. Salí de mi cuarto y me dirigí al de Ciel, pero no estaba. Hay un desastre, su ropa tirada por todos lados, su computadora encendida y su cama destendida. Ese niño, nunca va a poder ser una buena esposa así.
- ¡Ciel! ¡VEN ACA Y RECOGE TU CHIQUERO!- No hubo respuesta.- ¿Ciel?-
Baje, no escuchaba más sonido que el rechinido de mis pantuflas, lo busque por todos lados, pero nada... Me empecé a preocupar, ¿Qué tal si esta con Sebastián o Claude? ¡¿Qué tal si esta con ambos?!
No, no, no, no. Volví a subir al cuarto de Ciel y abrí su ventana, por suerte la de Sebastián también estaba abierta, pero él no estaba en su cuarto. Tome una tabla que encontré en el cuarto de Ciel, no tengo idea de porque está allí, solo sé que es lo suficientemente larga como para llegar a la ventana de Sebastián. Con cuidado y miedo de caer o que la tabla se rompa, entre al cuarto del novio de Ciel. Ahora temo que me descubran.
Mire la habitación detenidamente, estaba ordenada. ¿Por qué tienen barnice de uñas color piel? Bueno, no es momento para eso.
Sigilosamente abrí la puerta y con cautela baje las escaleras. Sebastián y Claude estaban en la sala platicando.
- Quizás él te esté jugando una broma, o uno de sus amigos.- Opino Claude.
- No lo sé, aun así me preocupa Ciel.- ¿De qué están hablando?
- Deberías ir a buscarle, y preguntarle qué era lo que significaba ese mensaje.- Oh, creo que es momento de irme.
Fui silencioso, volví por donde vine. Logre llegar al cuarto de Ciel para contestar mi celular que había comenzado a vibrar. Parece que lo invoque, pues era él el que me marcaba.
- Ciel ¿Dónde estás? Me has preocupado.- Conteste con voz de reproche pero un poco más relajado por el hecho de que me haya llamado.
- ...-
- ¿Ciel?- Me pregunto si podrá escucharme.
- Buenas noches mi lindo muñequito celeste.- Drocell. - Ha pasado mucho tiempo desde que escuche tu melodiosa voz.-
- ¿¡Que haces con el teléfono de Ciel!?- Me exalte, tienen a Ciel.
- Tranquilo, el enano está vivo.- Su tono de voz cambio de burlón a serio.
- L-les daré lo que sea, ¡pero déjenlo ir!- Yo en cambio sonaba encolerizado, mi corazón se aceleró y no podía dejar de pensar cosas horribles que le pudieron haber hecho a Ciel.
- Eso era exactamente lo que quería escuchar.- No lo puedo ver, pero puedo asegurar que mantiene una de esas sonrisas dichosas que suele hacer cuando se siente victorioso. ¡Maldición! Lo conozco bien pero no lo suficiente como para saber qué es lo que podría hacer contra él. Siempre tan insuficiente. - Quiero que vengas aquí, estamos cerca del parque de sakuras, te daré indicaciones una vez que estés allí.-
- Voy para allá.- No dijo más, colgó al instante. No tengo opción, debo ir por Ciel, tome mi saco, mi collar el cual poseía el anillo de mi padre y corrí hacia afuera, corría como loco, de alguna manera tengo que evitar que le vuelvan a hacer daño a Ciel.
POV CLAUDE.
Estaba en la sala jugando videojuegos para perder el tiempo. En eso llega Sebastián con una expresión confundida.
- ¿Qué con esa cara?- Le pregunte mientras se sentaba junto a mí.
- Ciel me mandó un mensaje, prácticamente diciéndome que me dejara de bromas y que saliera de una vez.-
- Quizás él te esté jugando una broma, o uno de sus amigos.- Opine dejando el control aun lado.
- No lo sé, aun así me preocupa Ciel.- Se levantó.
- Deberías ir a buscarle, y preguntarle qué era lo que significaba ese mensaje.- Y aprovecho para ir a ver a Alois.
- ¿No crees que pensara que soy un paranoico?- Se preocupa demasiado.
- Vamos, pareces un puberto enamorado. ¿Qué edad tienes? ¿12000?- Comenzamos a reír.
- Sé que solo quieres ir por Alois con la excusa de ese mensaje.- Me empujo, yo se lo devolví.
- Quizás. Mejor averigua eso.- Asintió y se dirigió a su cuarto, yo lo seguí, él tiene los mejores juegos ahí.
Cuando entramos vimos algo fuera de lo común, había una tabla de madera que unía el cuarto de Ciel con el de Sebastián. Nos miramos entre nosotros yo sonreí, pues en ese momento pensé que en verdad Ciel le jugaba una broma a mi hermano, el dio un largo suspiro.
- Bien Ciel, sal de donde estés.- Hablo buscando por debajo de la cama y yo dentro del armario.
- Voy para allá.- Esa era la voz de Alois, miramos a la ventana, estaba temblando. Obviamente me dio curiosidad verlo así. Acto seguido guardo su celular y salió apresurado del cuarto del peli azul.
- Sebastián.- Llame, el solo asintió y bajamos, vimos a mi rubio correr hacia la calle a toda velocidad. Corría y corría, podía adivinar que era por Ciel. Nosotros lo seguimos de lejos. Llego al viejo parque a las 8:00 pm.
Tomo su celular y marco.
- Ya estoy aquí, dame indicaciones.- Se veía asustado pero decidido. - Aja.- Cruzo a la derecha por un callejón, espero que no se trate de Under porque esta vez lo mato.
Ni Sebastián, ni yo podemos percibir el olor de las almas de Ciel y Alois. Aquellas almas que no pueden ser olidas ni por los demonios, son aquellas que tienen la mejor calidad de pureza. Almas de las cuales solo se puede sentir su sabor por medio de la sangre. El alma de Alois, está cubierta de pasión, yo quiero esa alma solo para mí.
Sebastián me detuvo.
- Separémonos. Iré en busca de Ciel, tu sigue a Alois, puede ser una trampa.- Asentí y el comenzó a subir edificios para acortar camino. Yo me le adelante un poco a Alois para ver si estaba a salvo. No lo está, hay alguien esperándolo unos pasillos más adelante. No puedo dejar que caiga en sus manos, así que fui hasta él.
Antes de que pudiera llegar a ese tipo de blanco, lo tome. Le tape la boca para que no gritara y se dieran cuenta de que estamos aquí, con mi otra mano lo agarre de la cintura y me lo lleve a una distancia considerable de donde estaba ese sujeto.
Lo solté. Al parecer no lo dejaba respirar, estábamos escondidos en una especie de callejón sin salida. Cuando me mío su rostro palideció, tenía los ojos llorosos y retrocedió con claro temor.
- Alois...-
- Por favor.- Musito con voz lacrimosa.- Por favor no comas mi alma.-...
- ¿Que?-
- Tengo que salvar a Ciel.- Se arrodillo.- Te lo ruego, no me comas Claude.- Tenia un rostro implorante, yo me quedé estupefacto. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quién…? Under.
- ¿Cómo lo sabes?- Acerque una mano a su rostro para limpiar las gruesas lagrimas que corrían por sus mejillas, pero él me lo impidió. Se alejó con la misma expresión de miedo que me ha dedicado.
Se levantó intentando ser veloz y corrió, lo iba a llamar, iba a gritar su nombre pero es peligroso. Si los ángeles lo encuentran tendré que luchar con ellos y no puedo desatar mi poder sin un contrato.
¿Qué hago aquí arrodillado aun? Tengo que ir tras él.
POV ALOIS
¿Qué fue lo que dije? Claude ahora sabe que estoy enterado de su identidad. Me gano el pavor y salí corriendo, él se ira tras de mí, estoy seguro, pero ya no sé qué hacer. Estoy desesperado.
Entonces choque con alguien. Caí al suelo por culpa del impacto y cuando lo vi me quede anonadado. ¿Grell? ¿Por qué lleva esa enorme cierra?
-Vaya, vaya. Con que aquí estas.- Dijo con una sonrisa divertida. ¿Acaso me estaba buscando?
- ¿Grell? ¿Qué haces aquí?- Me hizo un gesto para que guardara silencio. Me cargo en brazos y comenzó a subir uno de los edificios... ¡Un momento! ¿¡ESTA CORRIENDO POR LAS PAREDES COMO UNA ARAÑA!?
Llegamos al techo, rápidamente me zafe de sus brazos. El hizo que me agachara.
- ¿Qué…?- Me tapo la boca.
- Shh, alguien te perseguía.- Claude.- Observa.-
Obedecí, mire hacia abajo junto con él. Efectivamente era Claude. Cuando llego a ese camino esperando aun verme corriendo se desconcertó, por el hecho de que no estoy ahí. Miro hacia todos lados intentando encontrarme, después se marchó a una velocidad sobrenatural.
- Ya es seguro. Suelta tus preguntas.- Me quito la mano de la boca.
- ¡No tengo tiempo para esto! Debo ir a salvar a Ciel.- Se sorprendió.
- ¿Qué no está contigo?- Me estoy desesperando, no me importa que seas Grell, no tengo tiempo que perder.
- ¡¡Bájame de este lugar ahora!!- Sonrió.
- Tienes carácter, bien, tu ganas.- Me tomo en brazos y salto del edificio. No tengo miedo, claro que no se está suicidando. Caímos ilesos, como esperaba, me baje y otra vez corrí. Debo encontrar a mi amigo, así que de nuevo llame al teléfono de Ciel por indicaciones.
POV Grell.
Una vez el chiquillo se fue comencé a caminar en dirección contraria. Lenta y tranquilamente, después de todo solamente debo esperar y terminar mi trabajo.
- Es tarde, ya son las 10:00 y ni siquiera eh hecho mi tarea.- Me hable a mí mismo. De repente escuche un ruido que hizo que me detuviera. Sé exactamente de quien se trata, maldita competencia. - Bueno, esperaba que estuvieras por aquí.- Resople resignado ante tal molestia y sus odiosas risas.
- Grell Sutcliff, que sorpresa.- Lo encare.
- Undertaker, ¿Tengo que soportar ver tu cara aun después de la escuela?- Hable con una sonrisa arrogante y una ceja levantada.
- Jijiji, te propuse un trato y tú no lo aceptaste. Ahora tendrás que soportarme.- Salió de la oscuridad, portando con el su horrible sonrisa, su bata de mal gusto y su enorme oz, ¿Qué acaso quiere pelear?
- Sabes que ese tipo de tratos me traería problemas así que, confórmate y busca almas en tu zona.- Me voltee dándole la espalda. - Deja de jugar, Shinigami caprichoso. Mejor consigue un asilo, ya hueles a muerto.- Empecé a reír para después volver a encararlo pero el ya no estaba.
Maldito anciano, ¡¿Cómo se atreve a dejarme hablando así?!
POV ALOIS.
Después de varios intentos contestaron mi llamada, yo aún estaba corriendo.
- ¿No te dijimos que vinieras solo? Mocoso.- Es Ash.
- ¡Eso hice! Lo juro.-
- Tch, ¿Acaso crees que somos idiotas?-
- En esto momento estoy solo, por favor, solo dame indicaciones.- Soltó una pequeña risa.
- Te estoy viendo, mas no estás solo.- ¿Eh?
Pare en seco esperando escuchar un ruido, y así fue, escuche unos pasos, no detrás sino delante de mí. Me acerque un poco y asome mi cabeza por una pared. Es Sebastián. Está buscando por todos lados, debo salir de aquí antes de que me encuentre.
Me aleje de donde estaba Sebastián, me escondí tras unas cajas, vi como él se alejaba de ese lugar, logre pasar por desapercibido. Seguí con mi camino, Ash aún estaba en la llamada.
- Ahora estoy solo. ¿Dónde...?-No pude completar la pregunta algo, más bien, alguien me tapo la boca con un trapo y me arrastro junto con él. Intentaba escapar, golpeaba y me retorcía intentando zafarme del agarre, se me cayó el celular, por obvias razones no podía ir a recogerlo. Me empecé a sentir cada vez más débil, y lo último que logre divisar fue una mirada de ojos morados. Ahora sabía exactamente de quien se trataba, deje de forcejear. No solo porque me sentía mareado, sino porque sabía perfectamente que sería inútil intentar escapar, cuando él es lo que estaba buscando.
De ahí en más, todo se volvió negro.