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Amores predestinados por DarkSweetLady

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen sini a su respectivo autor 

Notas del capitulo:

Hola!!! 

Les traigo HimuIzu por el cumple del niño bonito :3 

Espero que les guste, esto nació como una conti para mi os "soldiers of love" pero bue... al final quedo esto xD 

Disfrutenlo~~ 

Dos almas unidas, solitarias, que han sido separadas desde hace siglos y siglos por fin se vuelven a reencontrar

Ha terminado la Winter cup, y ¿Dónde están nuestros protagonistas?

Todo el mundo o mejor dicho, todos los equipos ahora están reunidos en el departamento de Kagami Taiga, as y luz de Seirin celebrando a viva voz el término y el campeonato de la copa de invierno. Han sido largos y duros partidos, largos y duros entrenamientos y al menos por esa noche todos esperan olvidarse de sus rivalidades para dar paso a una fiesta adolescente, sin preocupaciones y sin inhibiciones.

La sala del espacioso departamento se ha convertido en pista de baile mezclado con mesa de póker, los más grandes han conseguido que les vendieran alcohol, la música resuena alta por todo el departamento. Seguro que más tarde los vecinos hablan a alguna patrulla.

Es ahí donde se encuentran, por primera vez como se debe, como es debido que dos almas infortunadas se encuentren.

En la cocina chicos entran y salen con bebidas y comida, toda por supuesto instantánea o chatarra (ni en sus peores días vuelven a dejar que las chicas cocinen por ellos) pero aparte de todos los que entran y salen, ahí en el suelo hay  uno que solo sentado mira a la nada, no piensa tampoco en algo exacto, solo está ahí, como si estuviese perdido, pues lo está, se siente perdido desde que ha acabado el partido, desde que se ha abrazado con todos sus compañeros y desde que ha visto a su “mejor amigo” y a su entrenadora darse un largo y romántico beso.

Sus cabellos negros cubren sus preciosos ojos grises evitando que se vea lo rojo que han adquirido por el llanto contenido o tal vez por el alcohol. Nadie le molesta, un borracho más un borracho menos, hay varios así tirados por todo el apartamento.

Entra pronto otro chico, alto y de cabello azabache, con flequillo tan largo que le cubre el ojo izquierdo y bajo su ojo derecho un lunar adorna su rostro y resalta su único ojo visible aceitunado. ¿Qué hace ahí? Ya lo ha olvidado, tal vez iba por una bebida para su chico, tal vez para él, no lo sabe, no lo recuerda ni quiere recordarlo. Ha quedado prendado de la imagen del triste chico tirado en medio de la cocina. Se agacha hasta quedar a su altura y le toma de la barbilla para mirarle a la cara, el chico por su parte solo cierra los ojos y ladea el rostro, le parece inoportuno que alguien más vea a través de sus orbes su desgracia.

El otro le observa, sin evitar pensar en el buen perfil y rostro que tiene, muy buenas facciones, puede decir que es bastante bello, si, lo es, es muy bello.

-Izuki Shun ¿Cierto?

Habla por fin el del lunar mientras observa al chico mover la cabeza en asentimiento.

-Soy Himuro Tatsuya.

Se presenta esperando una reacción, un algo, que lo viera siquiera.

-Lo sé.

Responde tan solo en un susurro, cansado, sin esperanza, sin aliento. Es todo lo que al parecer obtendrá esa noche.

Tatsuya se acerca un poco a él, huele a alcohol y a lado de este hay un vaso medio lleno, observa su manera lenta de respirar tratando de controlar el hipo que no sabe bien si es por borracho o por llanto. Vuelve a tomarle por la barbilla, quiere ver su rostro de frente aunque tenga los ojos cerrados, de forma inexplicable anhela que los habrá, quiere ver ese par de joyas que sabe debe tener por ojos.

Izuki no pone resistencia, se siente demasiado débil, demasiado cansado, demasiado mal como para discutirle algo, su cuerpo pesa demasiado como para mandarle reusarse a las acciones del otro.

Y entonces ocurrió, cansado de ser observado cual fenómeno abrió los ojos para encararlo y pedirle de la manera más amable que lo dejara en paz. Pero no hubo palabra ni objeción alguna, no hubo nada pues apenas esos orbes se encontraron una y mil cosas pasaron por sus mentes, por sus almas.

Se besaron.

Sin razón, sin palabras, sin inhibiciones. Solo eran ellos dejándose llevar por sus impulsos. Dejándose llevar por todo y por nada, por la corriente eléctrica que recorría sus cuerpos desde el momento que se habían conectado sus miradas.

.

.

.

Tatsuya pago el taxi donde habían viajado, no habían mencionado palabra alguna después de sus nombres, después de ese beso, solo habían intercambiado miradas para salir juntos, de la mano, de aquel departamento con dirección al hotel donde se estaban quedando los integrantes del equipo de baloncesto de Yosen.

Tampoco habían dicho palabra al llegar a la habitación. Tatsuya tomo a Shun entre sus brazos besando su cuello, meciéndolo como si danzaran. Se sentía literalmente dopado, como si por primera vez  se hubiese enamorado, tal vez era eso, tal vez estaba enamorado. Mientras besaba el cuello de Shun, sintiendo como este acariciaba sus cabellos y su espalda, recordó por un instante a su pareja, que llevaba más de tres meses saliendo con ese chico y que ahora había dejado en una fiesta solo, y rodeado de borrachos.

Pero eso no le importó en lo absoluto, porque por mucho que apreciara a su actual novio este, a la hora del sexo, no le hacía sentir ni la décima parte de lo que Shun le había provocado con un beso.

Miro nuevamente a Shun, conectando sus miradas y sintiendo que definitivamente no era un error, no era un calentón por la borrachera, sintiendo que definitivamente estaba haciendo lo correcto.

Sus bocas volvieron a unirse y pronto las ropas fueron dejando un camino hasta la cama, las caricias se intensificaron, los besos húmedos, los jadeos y gemidos, los sonidos obscenos de las pieles chocando.

Tatsuya estaba casi poseído, acariciaba y arremetía contra el cuerpo contrario, como si no fuese la primera vez que lo hacían, como si llevaran milenios de conocerse. Porque al menos sus almas llevaban milenios de conocerse.

Shun gemía en lo alto, Himuro tocaba puntos erógenos de su ser que ni el mismo conocía, y él se comportaba como si lo hubiese hecho con el del lunar tantas veces, se movía con experiencia, cabalgaba y apretaba su entrada, pero esa era su primera vez, nunca antes se había planteado hacerlo, al menos no así con un casi desconocido (que ahora claro le parecía conocerlo más que a nadie) no en un hotel después de una fiesta de borrachos, no sin el que había sido su “amado” durante cuatro años, no sin compartir la experiencia con su “mejor amigo”.

Llegaron juntos al orgasmo, sintiendo el mundo temblar y desaparecer bajo ellos.

Las personas no tendrían por qué recordar sus vidas pasadas, es como una ley universal inquebrantable. Pero ellos en esos efímeros segundos donde pudieron tocar el cielo, pudieron también re vivir donde sus almas se habían quedado, solo como fragmentos aquella última batalla, aquellas últimas palabras, aquel ultimo infierno donde creyeron que no volverían a ver a sus amados, aquel último aliento, el último beso.

Acalorados, sudorosos y con la respiración agitada descansaban sobre el colchón.

Tatsuya observaba a su acompañante ¿Qué había sido todo eso? Esa visión, ¿Lo había sentido Shun? Pero el pelinegro de ojos grises seguía tratando de respirar con normalidad, aparte de cansado impresionado por el repentino viaje “místico”, por llamarlo de laguna manera, que había experimentado con tan delicioso orgasmo.

-¿Qué rayos fue eso Himuro?

Shun fue el primero en articular palabra ni bien se había calmado de la impresión.

-No lo sé – Himuro guió su mano hasta el pecho contrario para acariciarlo dibujando círculos – No tengo idea de que fue eso, pero fue fascinante.

Shun se sentía casi hipnotizado por las caricias del otro, como ido, relajado, dopado. La quietud que el otro le proporcionaba era casi divina.

Posó una mano sobre la que le acariciaba.

-Esto está mal, Himuro, ni siquiera sabemos que acaba de pasar y – Shun soltó un suspiro cuando el del lunar llego a sus pezones – No deberíamos estar aquí, tú tienes pareja.

-Pero estamos aquí, las cosas pasan por algo.

-Este tipo de cosas no debería pasar.

-Ya paso, y te mueres por que se repita.

Himuro apretó entre sus dedos el delicado pezón de Shun que se puso erecto al contacto. El ojo de águila soltó otro suspiro. Estaba dejando de pensar y eso era malo muy malo.

-Himuro basta por favor – casi con pena Shun retiro la mano que Tatsuya tenía sobre su pecho – tú tienes pareja.

El del lunar lo tomo por las muñecas acorralándolo entre él y el colchón.

-¿Y eso qué más da ahora? – Replico – Lo hecho, hecho esta. ¿Qué más da si es una o cinco veces?

Shun habría los ojos impresionado.

-No pensaras que podemos hacerlo cinco veces ¿Cierto?

Himuro sonrió de lado.

-¿quieres intentar?

-Por Dios no – Shun lo miro horrorizado - ¿Has pensado siquiera como me iría de ser así? Seguro que con esta ronda ya me costara caminar.

-Puedes pasar el día aquí hasta que puedas levantarte.

-En algún momento llegara tu compañero de habitación, tu pareja, yo que sé, alguien. Y esto que hacemos no está bien.

-¿Quién dice que no está bien?

-No lo sé, tal vez el sentido de la moral.

-¿Te arrepientes?

Shun lo pensó, lo pensó muy bien porque a pesar de todo, de lo que su sentido de la moral le dictaba y de saber que estaba interfiriendo en una relación, no podía sentirse culpable “¿Alguien se puede sentir culpable después de hacerlo con semejante galán?” Se preguntó internamente Shun mientras negaba con la cabeza.

-Perfecto, yo tampoco – Himuro rozo con su nariz el cuello contrario – tampoco creo arrepentirme por un segundo round.

Shun rió, un poco nervioso, un poco excitado. Himuro Tatsuya podía ser bastante persistente, bastante caliente, bastante tentador.

El del lunar tomo sus labios y al corresponderle también le dio vía libre para continuar. Tatsuya tenía razón ¿Qué más daba? Lo hecho, hecho estaba.

Pasaron toda la noche haciéndose el amor, y el amanecer los sorprendió de la misma manera. Cansados, abrazados y solo repartiéndose mimos y caricias, besos dulces, cortos y tiernos.

Himuro e Izuki durmieron poco, poco pero felices, abrazados. Despertaron con el ajetreo del pasillo, posiblemente los demás jugadores de Yosen apenas regresaban de la fiesta. Shun se levantó como resorte ante este hecho.

-Himuro, llegaron tus compañeros ¿Quién se queda contigo?

El pelinegro no necesito más palabras para levantarse, su novio entraría por esa puerta en cualquier instante.

-Mi novio, Shun, mi novio se queda conmigo.

El de menor estatura lo miro horrorizado, como si por fin se diese cuenta de lo que acababa de hacer, se paró, con todo el dolor que su cadera le daba corrió buscando sus ropas, o lo que pudo encontrar de ellas y se metió corriendo al baño. Pésima opción pero la única que por el momento tenía.

En efecto no tardo nada en abrirse la puerta anunciando la llegada de la pareja de Tatsuya, y entonces Shun tuvo miedo, no a ser descubierto ¿Eso ya que más daba? Tuvo miedo de que Tatsuya al final del día prefiriera a su novio, lo que era lo más lógico, lo correcto. Pero esperaba que no fuera a hacer lo correcto y que todo aquello  que experimentaron la noche pasada no hubiese sido una ilusión.

-¿A dónde carajos te fuiste anoche Himuro?

Escucho Shun que el otro le reclamaba al del lunar.

-Aquí, ¿Qué tal estuvo la fiesta? ¿Te divertiste?

La voz de Tatsuya era relajada.

-¿Tratas de insinuar algo?

-Solo pregunto si te divertiste, Kensuke

-Pues sí, y hubiera sido mejor si cierto mal novio no me hubiera abandonado con todos ahí.

-Sí… supongo que lo siento por eso.

-¿Tienes que ser tan malditamente frio? Te vi, todos te vimos. Vimos como salías con ese chico del Seirin.

Shun sintió su corazón encogerse, de miedo, de nervios, de ansias. Afuera todo había quedado en silencio y él se torturaba pensando en lo que a continuación diría Tatsuya.

-Sí, tienes razón – Himuro podía ser realmente crudo cuando se lo proponía – De hecho de eso quería hablarte, creo que ya no debemos seguir con esto, eres un gran chico, seguro que encuentras a alguien más pero a lo nuestro ya no le veo futuro.

-¿Me estas jodiendo? ¿Tan fácil fue para ti decidir que todo se acabó solo por una noche con un borracho?

-Ese es el problema Kensuke, que con él, aun estando tu yo lo volvería a hacer, lo volvería a buscar, y ni siquiera sentiría culpa.

-Tu sinceridad es horrible.

-Lo sé, pero es la verdad, no quiero jugar contigo, no te lo mereces.

-Está bien Himuro, no hay nada que hacer… Sigue aquí ¿cierto?

-Sep

-Ok, iré con Liu, suerte.

Tatsuya fue al baño apenas salió Fukui de la habitación, casi con miedo de que Shun se hubiese marchado por la ventana del baño o algo por el estilo.

Shun seguía desnudo, inmóvil por lo que acababa de escuchar, y es que no todos los días alguien como Himuro deja a su pareja por ti, no todos los días eres la causa de que se rompa algo, no todos los días puede sentirse tan feliz.

-Himuro… ¿Estás seguro  de esto? ¿De dejarlo a él por mí?

-No lo habría hecho de no ser así.

Shun lo miro incrédulo.

-Renuncias tan fácil a tu pareja solo por alguien como yo ¿Acaso estás loco?

 -Puede ser, Shun no lo sé, solo sé que te quiero, para mí, no te dejare ir, sin importar que – Tatsuya tomo el rostro de Shun entre sus manos – También lo deseas ¿no es cierto?

¿Cómo negarle algo a ese hombre? ¿Cómo negarse a sí mismo algo que tanto desea?

Shun acorto los centímetros que los separaban dándole un beso, Tatsuya lo correspondió al instante, para luego meterse a la ducha. Una vez que se separaron Tatsuya le sonrió.

-Adoro la forma en que dices que sí. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado n.n 

me disculpo por si hubo algun errorcillo en la ortografía o redacción.

Nos leemos! >w0 


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