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De amores inesperados y noticias aun más por DarkSweetLady

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Notas del fanfic:

los personajes no me pertenecen, son propiedad de Fujimaki-sensei 

Notas del capitulo:

Hola les traigo el día 25 HimuAka!! 

espero que les guste la verdad hasta el final no temrino de convencerme

en fin....

 

De amores inesperados y noticias aún más

Despertó con el sonido de la alarma, ese sábado tenía el día libre y se encargaría de aprovecharlo al máximo.

Akashi Seijuuro a sus 27 años era de los empresarios más jóvenes y exitosos de Japón, había cumplido con las expectativas de su padre y de la sociedad; sin embargo aquello le había costado bastante caro, pues en su afán de terminar la universidad y ganarse el reconocimiento como heredero de Akashi Corp. Se había olvidado de atender su vida privada. No se quejaba por supuesto, era un hombre afortunado, con valiosos amigos aunque a veces llegase a sentir envidia de ellos.

Porque sí, había algo que ellos tenían y que Seijuuro anhelaba, era una familia, pues ya todos sus amigos eran o estaban a espera de ser padres, pero el pelirrojo ni pareja tenía y no exactamente porque no quisiera sino porque no había encontrado a alguien que cumpliera con sus expectativas, todos y cada una de las personas con las que había salido tenían algo que simplemente no lo dejaban continuar con la relación.

Tantas habían sido sus relaciones que incluso había llegado a pensar que el problema era meramente suyo, y tal vez lo era en el aspecto de esperar tanto de alguien más.

Termino de alistarse y salió a desayunar, para luego ir de compras. Ese día era el cumpleaños de su sobrina Yuki, hija de Tetsuya y Taiga, así que tenía que ir a comprarle un bonito regalo por sus cuatro añitos.

Ya que los sábados eran su único día libre siempre intentaba ver en esos días a sus amigos y sobrinitos. Sin embargo ese día había amanecido con una fuerte depresión, si se le puede llamar así, pues Yuki era la mayor de sus sobrinos y recordar que cumplía ya cuatro años lo hacía ver cómo es que sus amigos habían prosperado con sus familias, ya todos padres  y casados junto a las personas que amaban. Eso le hacía sentir felicidad y orgullo para sus amigos pero al mismo tiempo era un constante recordatorio de lo solo que estaba.

Con molestia recordó como Shintaro le había recomendado que sería bueno que tuviera más tiempo para el mismo y para, si es que quería, una pareja. No era nada agradable cuando incluso tu mejor amigo, el más tsundere y lento del grupo te hacia esas recomendaciones.

Después del desayuno recorrió de arriba a abajo la plaza comercial buscando que regalarle a la pequeña Yuki ¿Qué le podría gustar a la niña? Por más que buscaba y buscaba no encontraba algo que fuese de su agrado, tampoco ayudaba mucho el hecho de que no conocía muy bien lo que a la pequeña le gustaba, habría sido más fácil si hubiera sido niño.

Horas y horas caminando hasta que por fin dio con una grande tienda de juguetes, adentro no fue fácil escoger el regalo perfecto y al final termino comprando una hermosa casa de muñecas de madera, con todos los mueblecitos y accesorios. Recordó que hacia no mucho tiempo la niña le había dicho que algún día tendría una casa para todas sus muñecas, bueno pues ese día había llegado.

Puntual como el llego a la casa de Taiga y Tetsuya, una bonita residencia que era bastante grande con un amplio jardín donde jugaba el ya crecido Nigou, y donde ahora se llevaba a cabo la fiesta.

-Akashi-kun que bueno verte.

Fue el peli celeste quien salió a recibirlo.

-Tetsuya, lo mismo digo ¿Y la cumpleañera?

-Yuki saluda a tu tío.

-¡Tío Akashi!

La pequeña pelirroja corrió a brazos de su tío que la cargo con efusividad.

-Preciosa feliz cumpleaños. ¿Quieres ver tu regalo?

-¡Sí! – La pequeña lo abrazo más fuerte mientras salían para bajar la enorme casita del auto.

-¡Oh por dios! – La niña grito en su oído mientras lo abrazaba y se revolvía – Es preciosa Tío ¡Gracias!

Seijuuro la bajo y dejo que fuese por su regalo, luego al ver que no podía cargarla la ayudo a llevarla dentro.

Ni bien entraron se aproximaron a ella todos sus amiguitos y amiguitas del jardín de niños. Luego de que Tetsuya le indicara que mejor la abriera después y la mandara afuera para jugar con todos fue que Akashi por fin pudo sentarse a comer. En la mesa ya todos habían terminado de comer, pues habían llegado más temprano que el pelirrojo.

No tardaron en hacer aparición sus demás sobrinos que alegres lo saludaban, la primera fue Mei hija de Ryouta y Yukio, una linda pelinegra de ojos dorados, luego llegaron los gemelos Midorima: Nanako y Seishirou, Nanako era peli verde con unos preciosos ojos azules, la princesa de Shintaro, y el pequeño Seishirou era la viva imagen de Kazunari, había sacado únicamente los ojos verdes como su padre; junto con ellos venía Noa hijo de Daiki y Atsushi, tenía su cabellito morado y ojos de un fuerte azul.

Al final llegó su sobrinito favorito, bueno no el favorito en el sentido de quererlo más, sino en que era con quien mejor congeniaba, Kou el segundo hijo de Tetsuya y Taiga, con solo unos seis meses de edad, era la viva imagen de Tetsuya. Era cargado por su pelirrojo padre quien iba acompañado de Himuro Tatsuya su hermano putativo.

-Oh Akashi que bien que ya llegaste

-No me perdería los cuatro años de mi sobrina por nada Taiga.

-Ahh ya conoces a mi hermano ¿no?

-Sí, Tatsuya ¿cierto?

-Si – el pelinegro le tendió la mano y Seijuuro la estrecho enseguida a sabiendas de los modos americanos que tenían.

-Ahora Taiga déjame cargar a Kou.

Seijuuro exigió al bebe quien gustoso acepto ir a brazos de su tío, mientras el tigre y su hermano iban a por una bebida. El pequeño peli celeste reía un montón siempre que estaba con el emperador y este se deshacía por su sobrino.

Más alejado de ahí Tatsuya y Taiga platicaban en la fuente de sodas mientras el pelinegro se preparaba una bebida.

-Ese Akashi se puso como quiso, está bien bueno.

Chuleo Tatsuya mientras veía como el pelirrojo de menor estatura se agachaba para recoger el muñequito con el que jugaba Kou, dando una buena vista de su trasero.

-¿Qué dices Tatsuya? Tenle más respeto a Emily.

-Ahh – el pelinegro lanzo un gran suspiro – terminamos Taiga.

-¿Qué? Pero ya llevaban cuatro años juntos y ella está embarazada ¿no?

-Pues sí, el problema es que yo no soy el padre…

-Oh lo siento tanto Bro…

-No te preocupes Taiga, de todas formas no estaba listo para ser padre.

El tigre miro con tristeza a su hermano, pues aunque este le dijera aquello, sabía que no era cierto, que había estado realmente feliz al saber del embarazo de su ahora ex novia.

-No me mires así Taiga, si estaba contento de ser padre, ¿Quién no lo estaría? Pero ella y yo ya no nos queríamos, se acabó el amor solo eso, a veces pasa.

-¿Quién es el padre entonces?

-No lo sé, tal vez su asistente o el chofer…

-Estas bromeando ¿cierto?

-¿Akashi tiene pareja?

-No me cambies el tema y no, no tiene ¿por?

-Es lindo… - Tatsuya lo miro con una sonrisa – Taiga lo digo en serio, no sé quién sea la nueva pareja de Emily y tampoco me importa, ahora que me haya transferido nuevamente a Japón no la veré más.

-Luces demasiado normal como para que te hayan dejado.

-Digamos que ya sufrí lo que me correspondía, no me lamentare siempre. Ya lo sabes.

El par de hermanos volvió junto con los demás a la mesa platicando con todos, algunos riendo divertidos por los gestos que hacía el pequeño Kou cuando Akashi dejaba de prestarle atención para poder comer.

-Akashi-kun si quieres dame a Kou para que te deje comer.

-Estoy bien Tetsuya, aparte sus expresiones son graciosas.

-Eres realmente bueno con los niños Akashi-kun

-¿Por qué tío Akashi no nos da primitos? – pregunto el pequeño Noa que había ido por más dulces con el titán.

Todos se quedaron de piedra al escuchar la inocente pregunta del niño, sin saber si el emperador se había o no molestado.

-Noa-chin no debes hacer ese tipo de preguntas – le regaño el peli morado mientras le limpiaba el chocolate del rostro.

-¿Por qué mami?

-Es de mala educación enano, ahora ya no preguntes y vuelve con los demás a jugar.

Aomine despacho a su chiquillo respirando con tranquilidad cuando su imprudente hijo estuvo lejos.

-Aka-chin disculpa – el peli morado se veía realmente apenado.

-No hay problema Atsushi, son solo niños y no entienden muchas cosas.

Por suerte si había alguien capaz de salir intacto de la furia del emperador esos eran los niños.

La velada continúo y poco a poco los demás invitados fueron despidiéndose hasta únicamente quedar la generación milagrosa y sus respectivas parejas. Los niños fueron cayendo al sueño siendo acostados por sus respectivas madres en una de las habitaciones.

Con la noche se pasaron todo a la sala pues había estado conversando en el patio donde era la fiesta, todos estaban bastante animados, en fin era sábado y al otro día la mayoría no trabajaba ni había escuela para los niños.

Akashi reía con las ocurrencias de sus amigos escuchándolos desde la cocina donde se preparaba un café.

-Entonces… Seijuuro ¿Eres tú el director de Akashi Corp.?

El pelirrojo miro sorprendido al pelinegro del lunar que había llagado poco después que el a la cocina.

-Así es ¿Por qué?

-Solo curiosidad… ¿Sabes? todo el rato me he estado preguntando ¿Tienes pareja?

Seijuuro lo miro con un poco de desconfianza.

-No, aunque dudo que eso te importe, hasta donde sé tú vas a casarte, a menos claro que Taiga tenga otro hermano.

Tatsuya le sonrió coqueto.

-Iba a casarme, lo pasado, pasado Seijuuro.

-¿Acaso tratas de coquetear conmigo?

-Creí que nunca lo notarias…

El pelinegro se acercó de manera sigilosa hasta quedar bastante cerca del otro y acorralarlo contra la barra de la cocina. Se inclinó para probar suerte y robarle un beso al menor. Lo logro, aun sin poder creérselo fue avivando más y más el beso hasta colar su lengua dentro de la cavidad bucal del otro. Pero Akashi lo detuvo.

-Nada mal, pero es todo lo que conseguirás esta noche.

El pelirrojo le sonrió arrogante antes de volver con los demás llevándose un muy buen sabor de boca.

Pasadas las doce Seijuuro se retiró pues al otro día tenía un desayuno con su padre.

-Taiga ¿qué tan difícil crees que sea hacer que Seijuuro salga conmigo?

Ante la pregunta de Tatsuya el tigre y bueno todos los demás presentes se empezaron a atragantar con sus bebidas.

-¡¿Qué?!

Gritaron al unísono esperando haber escuchado mal.

-No me miren así, Seijuuro esta como quiere, solo me preguntaba si alguno de ustedes sabía.

-Bro no me lo malinterpretes pero dudo que alguien como Akashi termine fijándose en ti

-Qué lindo Taiga, y según tú ¿por qué no habría de salir conmigo?

 -Apoyo a Tatsu-chan – Kazunari le sonrió con picardía – bien puede tener una oportunidad con Akashi, es guapo y con buen trabajo ¿Por qué no?

-Taiga-kun es desconsiderado de tu parte pensar que Himuro-san no podría salir con Akashi-kun.

-Esperen ¿Me están diciendo que ese pelirrojo es tan superficial como para no salir conmigo por no ser millonario y eso?

-Muro-chin no se trata de eso, es solo que Aka-chin es serio cuando se trata de relaciones, no le gustan los juegos.

Tatsuya volteo molesto a ver a Taiga.

-¿T e referías a eso o de verdad me crees poca cosa?

-Bro tú eres un gran partido lo sabes, pero no creo que quieras a Akashi para una relación ¿o sí? Admítelo solo pensabas en estar entre sus piernas.

-Ok quedo claro el punto de que soy un maldito zorro ¿Algo más?

-Hey Bro no te enojes, no quería decir eso.

Tatsuya lo miro aún más cabreado que antes.

-Tatsu-chan tranqui, Tai-chan no sabe expresarse y lo sabes, siempre dice las cosas mal.

-Bueno evidentemente siempre dice lo que realmente piensa.

El del lunar se paró enojado para irse y Taiga que sabía la había regado y fuerte prefirió dejarlo ir para que se calmase y después disculparse como se debe. Por el contrario Takao y Atsushi fueron tras el para intentar calmarlo.

-Muro-chin no te enojes

-Tatsu-chan… ¿De verdad quieres salir en serio con Akashi?

Himuro apenas escuchaba las palabras de sus amigos perdido en sus pensamientos.

-Cuatro años… cuatro años Kazunari, estuve en una relación sería por cuatro años y Taiga aún cree que no soy capaz de ser serio con alguien, lo sé antes era un prostipirugolfo que estuvo entre más piernas que los objetos de la suerte de Shintaro, pero creo que eso quedo desde hace mucho en el pasado.

-Eso lo sabemos Muro-chin… solo que…

-¿Pensaron que volvería a las andadas ahora que no estoy con Emily?

El peli morado desvía la mirada.

-No creemos que volverás a las andadas Tatsu-chan, al menos yo, creía que no querrías una relación seria después de bueno la ruptura con Emily.

-Muro-chin creímos que estarías todo apachurrado por eso…

-Lo siento chicos, solo necesito seguir con mi vida ¿ok? Ella ya fue, si no iba a ser pues simplemente no iba a ser. Es como digo: no esperes que la vida sea justa. Le di todo a Emily si ella prefirió irse con el chofer bueno es muy su pedo, pero yo no me quedare estancado quiero seguir y bueno Seijuuro es lindo, fuerte y complicado. Eso me gusta…

-Tatsu-chan… ten – Kazunari le tendió una tarjeta – Es una agencia de bienes y raíces… mencionaste que te trasladaras acá ¿no? Pregunta por Miyagi Kiyoshi es amigo mío te mostrara las mejores casas.

-Gracias Kazu

-Muro-chin tienes que elegir una casa cerca, Noa-chin estará contento de tener a su tío favorito cerca.

-Jaja claro que lo hará, después de todo soy quien le da más dulces… Gracias chicos, me voy, mañana tengo que ver lo de mi traslado, nos vemos.

Tatsuya se fue agradeciendo que sus amigos dejaran zanjado el tema de su ex relación, no era muy grato recordar que la persona que decía amarte te engañaba con el chofer desde hacía ya un año y que producto de esas infidelidades había resultado un embarazo que primero creyó suyo; y por supuesto era aún menos grato que sus amigos sintieran lastima de su situación.

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Domingo por la tarde Seijuuro por fin regresaba de Kioto después de haber ido a desayunar con su padre, bastante molesto pues su padre había empezado a preguntar si tenía pareja y le decía que ya era momento de que pensase en su futura familia. Y cuando creyó que nada haría feliz a ese hombre que llama padre, Masaomi le salió con que sería muy feliz de tener nietos.

“vaya problema” pensó mientras bajaba del auto para que el valet parking del restaurante se hiciera cargo.

-Buenas tardes, ¿tiene reservación?

La amable señorita de la entrada le pregunto sacándolo de sus pensamientos.

-N…

-Sí, a nombre de Himuro Tatsuya, mesa para dos.

Antes que el pelirrojo pudiese decir algo había aparecido el del lunar, la señorita los guió sonriente a la mesa reservada dejándoles la carta para que pudiesen ordenar.

-No creí encontrarte por aquí.

-Ni yo Tatsuya – Seijuuro recordó el candente beso de la noche pasada haciendo que se sonrojara por un instante – ¿no esperabas a alguien más?

-Sí, se supone que Taiga me acompañaría pero no pudo venir.

-¿Me estás diciendo que soy el reemplazo de Taiga?

-Para nada, de haber estado acompañado de mi hermano lo habría mandado a otra mesa.

-¿renunciarías a Taiga por mí?

-Renunciar es una palabra muy fuerte, más bien creo que valdría la pena dejarlo de lado para pasar una tarde contigo.

-¿Qué te hace pensar que soy más agradable que Taiga?

-Bueno me gustas

-¿Solo eso?

-No voy a hacerme ideas o expectativas acerca de ti, mejor dejare que me impresiones.

Seijuuro le sonrió de manera enigmática.

-Te equivocas Tatsuya, tú eres quien debe impresionarme.

El pelinegro le sonrió y continuaron con la velada, después de la cena pasaron un par de horas platicando y es que para dos hombres de mundo había mucho que compartir. Ambos habían estudiado tanto en Japón como en América y tenían el mismo título, aparte de la afición al básquet que fue como la cereza del pastel.

Para cuando salieron del restaurante traían tan buen rollo que de alguna manera terminaron comprando sake y yendo al departamento del pelirrojo.

Una botella después Seijuuro comenzó a ponerse alegre, no estaba exactamente acostumbrado a la bebida y menos en tales cantidades, contrario a Tatsuya que aún se sentía relativamente bien.

-Entonces Tatsuya… ¿Por qué cancelaste tu boda?

El pelinegro le sonrió mientras le arrebataba la copa de la mano.

-Solo se acabó el “amor” ¿Y tú Seijuuro? ¿Por qué terminaste tu última relación?

-Dijo… - el pelirrojo intento quitarle su bebida al otro en un intento fallido – Dijo que no le prestaba la debida atención…

El pelinegro aprovecho el hecho de que Seijuuro intentaba alcanzar su copa para acercarlo y sentarlo a horcajadas sobre el en el sofá.

Dejo la bebida de lado y devoro los labios del menor, adentro su lengua degustando el sabor del licor de la cavidad contraria, Seijuuro le correspondió el juego entrelazando sus lenguas en una frenética danza, y enrollando sus brazos alrededor del cuello de Tatsuya buscando hacer más intenso el contacto.

El del lunar no perdió tiempo acariciando la espalda, el trasero y las piernas contrarias, beso el cuello del pelirrojo y con los dientes desabrocho poco a poco la camisa de Seijuuro mientras este con las manos un poco torpes por la excitación le desabrochaba el cinturón.

-Esto… esto no está bien… Tatsuya…. No… Para – Seijuuro seguía reclamando mientras intentaba contener los gemidos, Tatsuya tenía una lengua muy traviesa que justo ahora jugaba con sus pezones – ¡¡¡Tatsuya!!!

El pelinegro metió una mano en el pantalón contrario y comenzó a frotar el palpitante falo del otro.

-Vamos Seijuuro, no puedes negarte cuando estás tan duro.

Seijuuro se agarró de los  hombros contrarios respirando con lentitud mientras jadeos salían una y otra vez, casi como un impulso movió sus caderas frotando su trasero con al duro falo del pelinegro.

-Basta… ahh… Tatsu…Tatsuya… para – Seijuuro una y otra vez pedía que el otro parara sin lograr exactamente nada.

Tatsuya lamió sus dedos y al tenerlos lubricados metió uno a la entrada del menor, ya que en algún momento sin que Seijuuro se diera cuenta aprovecho para bajarle los pantalones y los calzoncillos por completo. Comenzó con movimientos suaves buscando la mejor manera de dilatar la estrecha entrada. Seijuuro gemía en el oído del otro a la vez que seguía diciéndole que parara.

-Está bien Seijuuro – dijo el pelinegro después de meter un segundo dedo – dime que pare y ahora mismo lo hare.

El pelirrojo arqueó la espalda cuando el otro toco esa parte sensible en su interior mientras soltaba un escandaloso gemido.

-¡A la habitación! ¡Vamos a la habitación! – Seijuuro se aferró con sus piernas al torso contrario y Tatsuya como pudo se levantó para cargarlo a la habitación – la tercera puerta, es la tercera

Ni bien entraron a la habitación se olvidaron de todo lo demás, cada quien se quitó su respectiva ropa, o bueno lo que aun conservaban y fueron enseguida a la cama.

Seijuuro empujo a Tatsuya sobre la cama para ponerse encima de él, una vez arriba se empalo el mismo soltando un gemido de entre el placer y dolor pues aún no estaba debidamente preparado y el miembro del pelinegro era inesperadamente más grande de  lo que imaginaba.

Tatsuya se sentía tocando nubes pues la entrada del pelirrojo lo apretaba deliciosamente; sin esperar Seijuuro comenzó a subir y bajar siendo acompañado por el movimiento de caderas de Tatsuya quien buscaba hacer aún más profundas las embestidas.

El pelinegro quería más y sin contenerse cambio posiciones para ubicarse encima del perfecto cuerpo del pelirrojo poniéndolo en cuatro para continuar con las embestidas más fuertes y certeras.

Una y otra vez Seijuuro sentía como aquel punto en su interior, ese que le hacía perder la cabeza, era golpeado por el miembro del pelinegro haciendo que sus gemidos fueran en aumento.

Una embestida más y el pelirrojo se corrió, siendo seguido casi al instante por Tatsuya que no tuvo reparos en correrse dentro soltando un gutural gemido. El pelirrojo fue el primero en ceder al sueño, por lo que Tatsuya se encargó de arroparse bajo las sabanas para descansar después de tan estimulante ejercicio.

.

.

.

El sonido de la alarma lo despertó, con una mano Seijuuro busco apagar el despertador, le dolía la cabeza y ni hablar de la cadera. Miro la hora tenía que levantarse si no quería llegar tarde a la reunión con el nuevo director de Russel Corps. A su lado aun dormía Tatsuya y pensó que lo más conveniente sería dejarlo durmiendo mientras él hacia sus cosas, ya lo despertaría antes de irse.

Con cuidado busco zafarse del brazo que lo tenía aprisionado siendo enseguida retenido.

-Aún es temprano, quédate un rato más.

El pelinegro lo jalo aprisionándolo bajo el

-Tengo trabajo Tatsuya…

-Sí, sí el desayuno con el director de Russel Corps.

-¿Cómo lo sabes?

-Seijuuro, yo soy el director de Russel Corps. –El pelirrojo lo miro incrédulo – y no llegaré temprano a nuestro desayuno, no con la buena cena que me diste anoche.

-¿Bromeas?

-No – el pelinegro se levantó molesto buscando en el suelo su pantalón y su cartera de dónde sacó una tarjeta – ¿Lo ves?

El pelirrojo leyó y releyó una y otra vez afirmando que lo que decía el otro era cierto.

-Entonces tú eres el heredero de Russel Corps. ¿Cierto?

-No sé de donde hayas sacado esa información pero sí. Se supone que esa información es clasificada.

-No creas que lo he averiguado con algún bajo truco, Russel-san y mi padre son amigos, él se lo dijo y mi padre me lo comento ayer.

-Así que fue así…

-Bueno como sea alístate.

-¿Qué? No, no, no.

El pelinegro se echó de nuevo a la cama jalando al otro para evitar cualquier movimiento.

-Te digo que sí, apúrate.

Seijuuro logró zafarse con un poco de trabajo, pero apenas pudo ponerse de pie sus piernas no le respondieron por el dolor de caderas. Tatsuya lo miro divertido.

-Te dije que esperáramos.

Seijuuro lo miro de mala manera y se levantó con trabajo, el pelinegro lo fue a ayudar mientras el otro le mandaba miradas asesinas.

Al final del día terminaron haciendo lo que el emperador mandaba y fueron a desayunar. Si solo de hobbies y experiencias habían estado horas platicando, el tiempo se duplico hablando de negocios. Al terminar el desayuno Tatsuya acompaño a Seijuuro a las empresas Akashi, pasaron prácticamente juntos todo el día. Para la noche esta vez fue turno de Seijuuro de pasar la noche en el hotel donde se hospedaba Tatsuya.

Así comenzó una agitada semana de trabajar juntos durante el día y terminar en la cama por las noches. Pero al término de la semana Tatsuya tuvo que regresar a América para ver lo de su traslado a Japón,  cosa que por supuesto no agrado mucho al emperador pero que aun así tuvo que aguantar pues hasta el momento no habían pasado de ser solo sexo casual el uno para el otro.

Y lo que se suponen debieron ser solo unos días en los Estados Unidos, se convirtieron poco a poco en un mes. Seijuuro y Tatsuya se mensajeaban y hablaban casi a diario. El pelinegro aunque tenía ganas de volver no podía, pues un problema tras otro en la compañía aparecía sin dejarlo hacer el traslado como se debía.

Sin embargo no había perdido tiempo, en ese mes había contactado con el amigo de Kazunari y ya había comprado un departamento cómodo y grande, incluso con ayuda de Seijuuro y Taiga había comenzado con la mudanza.

También aquella atracción que sentía por Seijuuro había crecido a tal punto de sentirse ya ansioso por volver a verlo, por tenerlo entre sus brazos, besarlo y pedirle salir formalmente.

Una semana más y Tatsuya por fin podría regresar a Japón, el primero en enterarse fue Seijuuro quien le respondió con alegría que era bueno que por fin pudiese regresar.

Pero del otro lado del mundo Seijuuro no lo estaba pasando nada bien, pues desde hacía unos días que tenía nauseas, mareos y se sentía tan cansado que apenas podía realizar todas sus labores en la empresa.

Preocupado por su rendimiento el pelirrojo fue a hacerse exámenes clínicos ya prediciendo que era lo que le aquejaba, sintiendo por primera vez mucho miedo y ansias por saber los resultados acerca de algo.

Tatsuya seguía mandándole mensajes, siempre coqueteando, siendo lindo al punto en el que irremediablemente se estaba enamorando de él. Pero una cosa era enamorarse y salir a lo que estaba seguro dirían aquellos exámenes.

Un día antes de que Tatsuya regresara por fin definitivamente a Japón, Seijuuro recogió los resultados. No quiso abrirlos, espero hasta su cita con Shintaro para que este le explicara bien que era lo que tenía… a pesar de saberlo…

Y así fue, como siempre el emperador tenía razón.

Midorima leía y releía incontables veces los resultados de los análisis de su amigo.

-Akashi… estas embarazado. Tienes un mes.

El pelirrojo se acarició los cabellos con gesto preocupado.

-¿Me dirás de quién es? – el peli verde estaba intrigado pues no sabía que su mejor amigo tuviese alguna relación amorosa - ¿Desde cuando sales con alguien y de manera tan sería?

-Shintaro es que el padre de mi hijo no es mi pareja, al menos no aun…

-¿Quién es el padre?

El pelirrojo se mordió el labio antes de contestar

-Himuro Tatsuya.

La cara de incredulidad del de anteojos no se hizo esperar.

-¿Desde cuándo que están juntos?

-desde prácticamente el cumpleaños de Yuki…

-Así que ese chico hablaba en serio…

-¿Hablaba en serio acerca de qué?

-En la fiesta dijo que quería salir contigo….

Seijuuro sonrió como solo podía sonreír al pensar en el del lunar.

-Así que desde entonces… Gracias Shintaro, nos vemos luego, saluda a Kazunari y a los niños de mi parte.

El pelirrojo tomo un taxi directo a su departamento sabiendo que Tatsuya llegaría para la noche y que llegaría ahí, pues era el  quien tenía las llaves de la nueva residencia Himuro.

Estaba muy nervioso aunque el pelinegro le correspondiera en sentimientos, un embarazo, un hijo, eran palabras mayores. No estaba asustado de tener que sacar a su hijo adelante solo, él podría hacerlo sin problemas. Pero tenía miedo de que el otro le odiara, le abandonara de forma sentimental, fue entonces que se dio cuenta, no se estaba empezando a enamorar, lo estaba hasta los huesos.

El vuelo del azabache aterrizó a las nueve de la noche en Japón, se sentía completamente ansioso por volver a ver al pelirrojo de sus sueños, literalmente pues desde sus encuentros no había dejado de pensar y tener sueños con él.

Tomo un taxi hasta el departamento de Akashi, nervioso preguntándose por la respuesta que  le daría el emperador cuando le pidiese que salieran, hacía mucho que no sentía tanto por alguien, no desde Emily, tenía cierto temor y esperaba avanzar de apoco con el pelirrojo.

Toco el timbre y en seguida Seijuuro lo recibió, no hubo palabras, solo una sonrisa y un dulce beso. Cenaron hablando de todo lo sucedido en la ausencia del otro, al terminar fueron al living para degustar una copa de vino pues Tatsuya llevaba una, sin embargo se sorprendió al ver que Seijuuro solo había llevado una copa.

-¿No tomas?

-No, gracias, hoy no.

El pelinegro miro la perdida mirada del de menor estatura. Se acercó para abrazarlo y besarlo, subiendo de nivel el candente beso. Pero Seijuuro no podía permitirse volverse a encamar con el del lunar sin antes revelar aquello que le acosaba desde la mañana.

Lo alejo en un rápido movimiento y volvieron al sofá.

-¿Todo bien?

Ahora Tatsuya sí que estaba preocupado pues no se esperaba el rechazo del otro.

-Tatsuya hay algo que debo decirte…

Seijuuro bajo la mirada de repente incapaz de ver a los ojos del otro.

-¿Qué pasa?

-…. Estoy embarazado…

Hubo un silencio un largo silencio antes de que Himuro hablara.

-¿Cuánto? ¿Cuánto tiempo tienes?

-Un mes.

Tatsuya se dejó caer en el sofá, estaba muy impresionado.

-No te obligare a hacerte cargo, pero dilo de una vez, ¿Estas o no conmigo?

-No digas tonterías Seijuuro, obviamente pienso apoyarte, no hiciste ese hijo solo – Tatsuya le acaricio el cabello -¿Serás mi pareja?

El pelirrojo sintió que el aire le faltaba en los pulmones, sabía que la pregunta llegaría pero jamás imagino que se sentiría tan emocionado por eso.

-Por supuesto.

Notas finales:

espero sus pedradas, escupitajos, maldiciones o lo que sea por esto, la verdad sigue sin convercerme por completo, pero entre más lo leia no podía darme cuanta en cual era el fallo :/ esto esta telible

bue... 

Nos leemos!! :D 


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