Que las estaciones cambien y el verano se convierta en otoño significa que comienza a hacer más frío, significa poder usar todas las sudaderas que amo y por supuesto, significa poder abrazar a Zelo cada que se me de la gana, sólo con la excusa de que tengo frío, significa ver al chico más lindo del mundo sonreír cada que tomo sus frías manos entre las mías y las froto tratando de hacerlo entrar en calor, significa ver sus hermosos labios enrojecidos por el frío y significa dormir en la misma cama "sólo para compartir calor corporal". Y a pesar de todo eso, jamás le he dicho lo que siento por él.
-Es más que obvio que también le gustas.- Himchan trata de convencerme de que Zelo me mira como sí sus sentimientos fueran igual que los míos.
–A Junhong no le gustaría alguien como yo, es obvio que a él le ha de gustar una chica linda con mucho aegyo; no un chico tosco como yo con voz que da escalofríos.
–Piensa lo que quieras.- Hicmhan me mira fastidiado mientras se hace un ovillo en su cama.
Es de noche y hace demasiado frío como para siquiera moverse y perder el tan preciado calor corporal.
–Yong Guk hyung.– nuestro pequeño gran maknae se asoma por la puerta de la habitación que comparto con el comandante y me mira expectante a una respuesta.
–Mande Zelo.
–¿Puedo dormir contigo? Tengo demasiado frío para dormir solo.
–Claro que puedes.- respondo mientras le hago un pequeño espacio en mi cama.
–¿Dejaste a Jong Up solo? ¿Y sí tiene pesadillas?- pregunta de repente Himchan levantándose rápidamente de su cama.
–¿Jong Up hyung? Creo que ya estaba dormido.– dice de una manera demasiado tierna mi pequeño Zelo, con los ojos medio cerrados, totalmente adormilado.
–Bueno, voy a cuidarlo.– dice Himchan para después salir casi corriendo de la habitación.
"Sí claro, cuidarlo. Como sí no supiéramos todos que esos dos son pareja" pienso para mis adentros.
–Como sí de verdad fuera a cuidarlo.–dice Zelo con una sonrisa burlona en su rostro, con sus brazos cruzados sobre su pecho. Sorprendiéndome porque ha dicho lo mismo que pensaba y por el tipo que expresión que tiene.
–¿Vienes?– le pregunto tratando de no pensar demasiado.
–Sí.– responde felizmente mientras se avienta casi sobre mí y me abraza fuerte contra él por el torso.
Me maldigo por estar pensando cosas que no debería cuando Junhong mete una de sus piernas entre las mías y su muslo roza con mi entrepierna cada que se acomoda, tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad y pensar en lo más tierno que se me ocurra, que no sea él, para evitar tener una erección, justamente contra su pierna.
Un olor suave inunda mis fosas nasales y algo me hace cosquillas en la nariz. Abro los ojos, el sol de la mañana golpea mi rostro, y Zelo sigue abrazado a mí, lo que me hace cosquillas es su cabello. No puedo evitar sonreír y dejar un beso en su cabeza por pura inercia.
–Hyung– murmura Zelo despertando.
–¿Qué pasó pequeño?– le pregunto mientras acaricio su cabello, él sigue abrazado a mí por el torso.
–Tengo hambre.– me responde con un lindo puchero.
–Vamos a desayunar.– le digo alejándome de él lo más rápido posible, tratando de que no sienta mi erección, es algo normal, pero con él tan cerca, no se a que me empujaría su presencia y el calor de su cuerpo.
–Sí.– me responde simplemente y se levanta. En sus pantalones puedo notar un pequeño bulto.
¡Joder! No debería estarle viendo la entrepierna. Mi mente es un lío y hago uso de todas mis fuerzas de voluntad para no tirarme encima de él y hacerlo mío en este preciso instante. Saber que todo B.A.P. está en el departamento, ayuda un poco, no sería conveniente sí alguien lo escuchara, pienso para mí. ¿Pero qué estoy pensando? El jamás sentiría lo que yo siento por él y es sólo un niño.
–¿Te cambias y vienes?– le digo saliendo de la habitación hacia la cocina y sólo lo veo asentir.
Salgo con el corazón en un puño con pensamientos contradictorios, por un lado quiero que Junhong sea sólo mío, cuidarlo, amarlo. Pero por otro lado, quiero alejarlo de mí, que no sea consciente de mis más bajos deseos, quiero alejarlo para evitar hacerle daño.
Tengo la mala suerte de voltear cuando Junhong pasa de mi habitación a la suya con sólo un par de bóxers sobre su cuerpo. Mi cuerpo, indudablemente reacciona ante la vista del hermoso maknae semidesnudo. Y no puedo dejar de pensar "¿No pudo esperar a estar en su cuarto para desvestirse?" Él es el culpable de todo los malos pensamientos que tengo, porque sin querer me esta provocando.
-Oye, Yong Guk, saldré con Jong Up a desayunar, Daehyun y Youngjae salieron a un cita, asegúrate de darle de desayunar a Zelo y no le hagas nada a mi pequeño niño.
–Aunque quisiera hacerle algo no podría. Él no me ve así.
–¿Quién no te ve cómo, hyung?– es Zelo parado en el umbral de la puerta, con unas bermudas que me dejan ver sus blancas piernas y una sudadera negra que le va grande.
–El gato de mi madre, ese animal no me quiere.– sueno estúpido, pero es todo lo que se me ha ocurrido.
No parece creerme y Himchan ríe a un lado de mí, volteó a verlo y lo asesino con la mirada.
–¿No te tenías que ir?– le pregunto, queriendo correrlo por ser tan indiscreto.
–¿No puedes esperar por quedarte sólo con Zelo, verdad?
Siento mis rostro arder y volteó a ver a Zelo, quién se muerde el labio inferior, mientras mira nerviosamente al piso.
–Bueno, yo sobro aquí, ya me voy.- dice Himchan mientras se acerca a Zelo. Lo veo susurrarle algo al oído y Zelo se sonroja, yo no puedo evitar sentirme celoso.
–Adiós.– le digo a Himchan con voz grave, con ganas de que se largue de una vez por todas.
–¡No le hagas nada a Zelo!– me grita mi estúpido amigo mientras corre hacia la salida y tengo ganas de perseguirlo, pero en cambio sólo presiono el puente de mi nariz, fastidiado.
–Hyung, ¿estas enfadado?
–Sí, pero no contigo Zelo, mejor comamos.– le digo y le regalo una sonrisa; a cambio me da un asentimiento efusivo.
Desayunamos sumergidos en un silencio incómodo, tengo ganas de platicar tantas cosas con él, quiero que me cuente sobre él y sus sueños, quiero contarle sobre mí y lo que me hace feliz, quiero observarlo y perderme en sus preciosos ojos negros; pero termino por hacer nada, me siento inútil y tan poca cosa, "sí tan sólo fuera una chica, quizá tendría oportunidad con Junhong" pienso, mientras como lentamente mordida a mordida el sándwich que he preparado.
Zelo termina, lava los trastes que ha usado y lo veo irse, seguramente a bañarse. Espero a que salga, trato de no verlo demasiado, porque el olor húmedo y delicioso que desprende su piel, junto con la vista de su cabello húmedo es demasiado para mí; entro al baño a tomar una ducha fría, ocupo el tiempo para pensar y relajarme, no quiero hacer nada de lo que después me arrepienta, sí es cierto que deseo a Zelo, el cariño que le tengo es más fuerte, el sentimiento de querer protegerlo supera cualquier otra cosa excepto el amor por él.
Suspiro pesadamente mientras me enredo una toalla blanca a la cintura. Salgo del baño, sintiendo el aire frío chocar contra mi piel desnuda.
–Hyung, ¿me ayudarías a elegir ropa?- me pregunta Junhong antes de poder siquiera entrar a mi recámara.
–Claro.– me dirijo hacia el cuarto que comparte con el segundo menor y busco lo más rápido que puedo, para salir lo más pronto de ahí y dejar de sentirme tan tentado por el chico a mi lado.
Mi pulso se acelera y mi cuerpo se tensa al sentir los brazos de Junhong rodear mi torso desnudo. Siento su piel con la mía y la suave y fría piel de sus manos en contraste con la tibia piel de mi abdomen. Siento como comienza a crecer mi miembro, que se encuentra desnudo, debajo de la sencilla toalla blanca alrededor de mi cadera, mientras siento la respiración de Junhong en mi cuello. Lleva puesto sólo un par de bóxers negros y una playera que no me deja mucho a la imaginación, con la cual puedo ver la lechosa piel de su pecho y hombros, además de tener una vista perfecta de sus clavículas que se me antoja morder.
–Yong Guk hyung, siempre me ha gustado tu tatuaje.– me susurra Zelo al oído, lo cual envía un escalofrío por todo mi cuerpo. Acaricia con la yema de sus dedos mi omoplato izquierdo, donde tengo escrito "Do what u like and love what u do". Presiono la ropa que he escogido entre mis manos tratando de controlarme.