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AcosaDO. (KaiSoo/ChanSoo) por MargyTom

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Notas del fanfic:

 




 




 




 




 

Notas del capitulo:

Primer capítulo de éste fic raro hecho por una escritora rara. Fin. Léanlo, plz.

 

Ring, ring, ring. 

Es lo primero que escucho al despertar. Con pereza, saco mi brazo bajo la sabana que cubre mi cuerpo completo y lo estiro para apagar el aparato ese... ¿cómo se llamaba?, ah, sí, la jodida alarma. Cuando consigo mi objetivo dejo caer mi brazo a la cama y, luego de meditar unos segundos sobre si debería levantarme ya o dormir unos cuantos minutos más, me levanto, no puedo desperdiciar un día como éste, oh no.

—¡Kyungsoo-yah! —es la voz de mi hermano—, ¿sabes dónde está mi bolsa?  

Su 'bolsa' es equivalente a maletín de maquillaje. No sé porqué diablos se maquilla, a fin de cuentas termina viéndose igual. Bah, pasivos. 

—¡Yo qué sé! —respondo con desdén. 

Siempre me pregunta a mi, como si yo ando detrás de sus cosas, ah...  

Hoy es el primer día de clases del año nuevo, cursaré el último grado de preparatoria, y él... Kai, apenas estará iniciando su primer año en preparatoria. Me pregunto cómo se verá con el nuevo uniforme...  

Me llamo Do Kyungsoo, tengo diecisiete años, vivo con mi hermano mayor en un pequeño apartamento de dos pisos que es pagado por mis padres, quienes recientemente, fueron enviados a China por su trabajo. Mi madre no trabaja en la misma empresa que papá, de echo ella no trabaja, es ama de casa, pero se fue con él para evitar alguna infidelidad, pues mi padre ya le fue infiel una vez.  

Llevo una vida común, como todos, con algunas diferencias. No tengo ni un solo amigo desde que me gradué de primaria. Mi mejor amigo, Baekhyun, quien antes era mi vecino, se fue a vivir con sus padres a Busan, así que no tengo a nadie además de mi hermano mayor, aunque aún sigo manteniendo contacto con Baek por Facebook y WhatsApp, pero no es lo mismo, supongo.  

En sexto grado, compartía clases con Kim Jongin, el chico que con tan solo dos días después de ser transferido de escuela, ya era popular e incluso tenía un club de fans, pues es guapo y la seriedad con la que siempre adorna su rostro es jodidamente atractiva. Nunca lo vi con alguien, siempre estaba solo, a veces charlaba con algunos chicos o chicas que se le acercaban, pero no duraba más de cinco minutos cuando se retiraba y les dejaba solos, así hasta la secundaria, ahí él se soltó más.  

Siempre le observé de lejos. Primeramente sentía un poco de envidia hacia él ya que sin quererlo se ganaba la atención de todos, porque es guapo, deportista y de excelentes notas, pero después de verlo sonreír..., después de ver su jodida sonrisa la envidia desapareció e ingresó un nuevo sentimiento: amor.  

Por más cursi que suene, me enamoré de él, sin siquiera conocerlo realmente. Desde entonces le he acosado, siempre le he observado, siempre he andado detrás de él sacándole fotografías, quedándome con algunas de sus cosas para tenerle siempre presente... Siempre fui su acosador, mas nunca me he atrevido a hablarle, porque... porque soy un idiota, simple.  

—Hey, tú —digo mediante susurros, mirando por la ventana, mientras el autobús está parado, a aquella chica que siempre anda detrás de Jong In, como si pudiera escucharme—, eres una maldita zorra. Ojalá y mis fantasías contigo pudieran hacerse realidad, perra, para que así dejes en paz al estúpido y sensual Jong In.  

Rio, una sonrisa llena de malicia. Es la única sonrisa que suele aparecer en mi rostro, de malicia, nada más, nunca de alegría ni de otra cosa.  

Aunque sí hay otra sonrisa... la que sale siempre que me imagino cosas sucias con Jong In... 

—Niño, ya estamos en la última parada. 

¿La última parada? Jodida mierda, se me va a hacer tarde.  

Me bajo corriendo del autobús y de la misma manera emprendo camino de regreso, pues la parada del instituto es la penúltima y estoy en la última, mierda, el profesor me va a cagar.  

Llego jadeando al portón y me detengo, apoyando mis manos sobre mis piernas, tratando de recuperar el aire perdido, vuelvo a correr entonces hasta llegar al gimnasio. Aquí es donde siempre realizan la apertura para los que inician el primer grado de preparatoria, y sé que no debería estar aquí, pero si quiero saber en qué clase estará Kai éste año y seguir acosándolo éste es mi lugar.  

El orientador empieza a llamar a los alumnos que estarán en la clase 1-B, mis oídos se vuelven inmunes a todos los nombres que no sean Kim Jong In. Al final, no está en esa sección. Al fin escucho su nombre, está en la clase 1-E, sonrío levemente y me doy la vuelta para encaminarme hacia las pizarras del primer pasillo, en donde supongo, están las listas de clases y en donde tendré que buscar mi nombre para saber mi sección.  

Kim Jong Dae... Park Chan Yeol... ¡Aquí! Do Kyung Soo, salón quince clase 2-C, bien. 

Tan solo es acercándome a la puerta cuando ya se deja escuchar el escándalo que hay dentro de el salón.  

A ver, Kyungsoo... Es tu primer día de clases, de nuevo, en ésta maldita preparatoria, con éstos idiotas, de nuevo empieza tu asquerosa rutina, pero trata de tranquilizarte, ¿qué puede ser peor que esto? Tienes a Jongin contigo este año—. Me digo en un intento de traer paz al momento.  

¡Todo va a estar bien!  

—¡Hey! ¡Pero si es el enano de Kyungsoo!  

Okay, retiro lo dicho. ¡Y la mierda que esto va a estar bien! ... La perra de Luhan, ¿otra vez le tocó conmigo? Le encanta joderme, pero yo nunca le digo nada, ¿por qué?, porque es un vil perdedor que, por que los otros chicos no le hacen caso, se la pasa desquitándose con los demás. No lo culpo, ¿quién querría un jodido culo más tocado que el himno nacional? ¡Nadie, coño, nadie! La perra solo está reprimida, no se merece mi atención. 

Bien, ahora busquemos un maldito asiento en el cual poner mi maldito trasero... Oh, aquel, en el que siempre me siento, el último de la primera fila al lado de la ventana, el asiento de los perdedores, mi asiento. ¿Qué? Oh, mierda, ese gigantón me robó mí lugar... ¿ahora dónde me siento? En los asientos de adelante... ¡ni de coña! Bueno, me sentaré a la par de ese grandulón.  

Cuando me siento, suelto un suspiro por el alivio que siento al por fin poner en descanso mis cortas piernas luego de llevarme una jodida corrida merecedora de un trofeo de las olimpiadas.  

Recuesto mis brazos en el pupitre y escondo mi cabeza entre ellos, pero antes de poder llegar a colocarla ahí escuchó que algo cae. Levanto mi vista para ver qué es y alcanzo a ver un celular. Miro al chico que está al lado mío, o bueno, lo único que puedo ver de él: parte de su perfil, ya que está concentrado mirando por la ventana; inclino mi torso hacia abajo para tomar el aparato y entregarlo a éste carajo.  

—Yah —le llamo, pero no me responde, ni siquiera me voltea a ver el cabrón, entonces meneo su brazo suavemente y cuando recibo su atención, le entrego el celular—, se más agradecido con tu mamá.  

—¿Eh? 

Me mira algo descolocado, con sus grandes ojos color... mierda, sí, mierda, ¿por qué me mira tanto? Que tome el maldito celular de una vez que mi jodido brazo no es de piedra. Quizá no haya entendido lo que le dije, bueno, en ese caso... 

—Que cuides tu celular, idiota. Se te cayo, toma, cógelo de una vez que mi brazo se cansa. 

—Ah, claro, gracias. 

Por fin lo toma y por fin mi brazo queda libre.  

Escondo mi cabeza entre mis brazos recostados en el pupitre y cierro los ojos. Diablos, tengo tanto sueño...  

—¡Yah, Chanyeol!  

Alguien grita cuando alcanzaba a quedarme dormido. Pucha. Me incorporo entonces y me recuesto pesadamente sobre el respaldar de la silla, buscando con la mirada al puto que dejó salir semejante grito. En seguida lo miro, se dirige hacia acá, y se detiene al llegar junto al tipo que está a mi lado, quien se ha salido de su mundo y ahora le mira. 

—Jongdae-yah.  

Los dos tipos se saludan de puños.  

—¡Hemos quedado en la misma clase, hombre! ¿No es genial? —el orejón ése asiente sonriendo, entonces el otro tipo se inclina hacia él para susurrarle algo en el oído—, que el profe Minseok está más bueno este año. 

Algo que logré y hubiera preferido no escuchar. Joder, ¿no hay ningún hetero en este colegio?  

Mira quién lo dice... Quien acosa a otro chico. 

Cállate, mierda.  

—¡A ver, carajos, todo mundo tome asiento que la clase va a empezar!  

Ese es el profesor, bien, ésta tortura tan solo está iniciando. 

. . . 

Me trueno el cuello mientras voy de camino a la cafetería. Las clases han terminado y la hora del almuerzo ha llegado. Y eso rimó, perras.  

Luego de un largo y aburrido período de presentaciones, el profesor nos explicó cómo seremos evaluados este año, quienes serán nuestros profesores y nos entregó una hoja con el horario de clases. Después, nuestro profesor guía, el profesor Kim Min Seok de química, nos dio una clase de repaso de los temas que estudiamos el año pasado, y después de eso, recibimos más clases de repaso con los demás profesores.  

Aún no me saco de la cabeza cuando vi al amigo de ese tal Chanyeol morderse el labio mientras el profesor impartía la clase, pero lo que me tiene más inquieto es que el profesor, al mirar el gesto del tipo, sonrió. Joder, ¡sonrió! Y no fue una sonrisa normal, sino una sonrisa cómplice, ¿acaso esos dos están juntos? Ni me lo quiero imaginar, por Dios. 

Y como si fuera poco, el poste orejón ése que estaba a mi lado, por momentos no apartaba su mirada de mi, y quizá creía que no lo sabía, pero ¡sí, perra, sí! Y era jodidamente incómodo. Tal vez está molesto porque le ofendí al entregarle el celular, tal vez vaya a golpearme aquí en el comedor, porque justo me está mirando desde la mesa en la que está, junto al chico cómplice con el profesor y junto a otros dos chicos que, si mi mente no está mal al recordar, se llaman Junmyeon y Sehun.  

Agradezco a la cocinera por la comida y me dirijo hacia la mesa más apartada de ese grupo de chicos, sin embargo en la que estoy justo para sentarme está al lado de la mesa en la que está la zorra de Luhan y sus amigos lloricas, así que busco otra, que no está muy lejos de ese tal Chanyeol –que sigue observándome–, pero sí a una distancia considerable.  

Tomo mis palillos y tomo un pedazo de la carne de pescado para luego llevármelo a la boca y degustar de su... 

—¿Te importaría si me siento aquí?  

—Puta mier- ¿ah? —Levanto la cabeza para ver quién es el idiota que me ha dado tremendo susto y que ha hecho que se me atasque la comida y empiece a toser. 

—Que si me puedo sentar acá —dice sonriendo, nada más y nada menos que el maldito orejón de Chanyeol, quien luego de hablar me pasa un vaso de agua para deshacer mi atasque de comida. 

—C-Claro... —digo casi en un murmullo, bajando la cabeza y enfocándome en mi comida. 

—Do Kyungsoo, ¿cierto?  

Apenas le miro por un segundo, notando que sonríe ampliamente y asiento.  

Mierda qué incómodo, quiero salir de aquí. Este chico me hará algo, lo sé.  

—¿Sucede algo?  

Pregunta, seguro ha de verme como un idiota jodidamente raro porque no soy capaz de mirarle, joder. No, joder, no, ¿y si me golpea en cuanto le mire? Levanto la cabeza y niego levemente.  

Aunque sea capaz de sobrepasar mi timidez no creo ser capaz de llevarme bien con todos estos carajos.  

—¡Yah, Chanyeol! ¿Porqué nos dejas botados?  

Los tres chicos que antes estaban con el tipo alto se han unido a la conversación. Sehun se ha sentado al lado de Chanyeol, mientras que Junmyeon y Jongdae cada uno a un lado de mi, acorralándome, haciéndome sentir más enano de lo que soy, putos, los odio.  

—¿Eres amigo de Soo? —pregunta Sehun a Chan. 

—No lo sé. Se supone que eso estoy intentando, pero al parecer tiene tanta hambre que no puede despegar su vista de la comida.  

Todos sueltan una risa.  

No cabrón, solo no quiero ver la cara de retrasado que tienes.  

—Yah, yah, Kyungie —ese es Jongdae—, ¿no te dan de comer en tu casa?, oh, cariño, ven, mami te cuida —dice utilizando un tono agudo, un tono de marica, mientras me toma de los hombros y me abraza, palmeando suavemente mi espalda.  

Me aparto de él con algo de brusquedad y le fulmino con la mirada, mirándole tan solo de reojo.  

—¡Mira eso, Chen! ¿Viste como te miró? Es una ternurita —ríe Junmyeon, jalándome uno de mis cachetes.  

—Me vuelven a tocar y hago festín con sus bolas, menudos maricas —les digo a ambos chicos, quienes se quedan en silencio mirándome sorprendidos, yo sigo comiendo. 

Esta vez, es Chanyeol quien suelta una carcajada.  

—Ya oyeron, menudos maricas, se van a quedar sin bolas —sus amigos le sacan el dedo del medio, y los tres ríen. 

—¡Oigan, oigan, oigan! —ahora es Sehun llamándoles con su celular en las manos, todos le miran y él ríe—, Jong In-ah acaba de decirme que le gusto. 

Mis ojos se agrandan.  

—No jodas, cabrón, ¿en serio? —pregunta Jongdae, y Sehun asiente. 

—¿Ya te viste, Sehunnie? ¡Estás todo rojo!  

—Maldito poste, cállate o te castro.  

Todos se parten en risas, mientras que yo simplemente no puedo creerme lo que éste cara de Poker acaba de decir. ¿Jong In? ¿El Jong In que yo conozco? ¿MÍ Jong In?  

Ya no es tuyo, Kyungsoo, se acaba de declarar a alguien más.  

Aún no me lo creo, tengo que... ¡Aaaaaah! Mierda, no puede ser. ¡¿Cómo puede ser posible?! ¡Nunca vi a esa perra con alguien más!  

—Mira, ahí viene —dice Chanyeol. 

Inevitablemente, mis ojos no podían estar más abiertos y mi cara más roja y caliente, joder. No me lo creo. Han de estar jugándome una broma, seguro saben que acoso a Kai y...  

—¡Miren! ¡El perdido, Kim Jongin!  

Alzo la cabeza y le miro. ¡Mierda! En realidad está aquí. Tengo que escapar, tengo que salir de aquí, yo... yo... de repente empiezo a toser, me he atascado con la comida, de nuevo. 

—Kyungsoo, ¿estás bien?  

Otra vez es Chanyeol quien corre a auxiliarme pasándome su vaso de agua, ya que el mío es el que me ha dado anteriormente. Me lo tomo y logro calmar la tos un poco.  

—Gracias —apenas susurro y alzo un poco la mirada para agradecerle a... 

¡Jodida mierda, me está viendo! ¡JONGIN ME ESTÁ VIENDO!  

En seguida vuelvo a bajar la mirada y nerviosamente me apresuro en terminar de comer. Sin apartar mi vista de la bandeja. Puedo sentirlo, sé que él no ha apartado su mirada de mi, y coño que es tan incómodo. Estoy tan nervioso, y mi corazón no deja de latir frenéticamente.  

—Kyungsoo —me llama Chanyeol—, ¿estás bien? Estás todo... rojo. ¿Tienes fiebre?  

—No, para nada...  

Finjo una sonrisa y me muerdo el labio inferior, aún sin dejar de mirar al Dumbo este y sin que él me deje de mirar. De pronto alcanzo a ver cómo Chanyeol mira a Kai, luego a mi, y aparta la mirada, con una sonrisa pícara en sus labios. 

—¿Volverás a juntarte con nosotros? —pregunta Junmyeon a  Jongin. 

Jongin asiente y yo dejo salir un gran suspiro. Las palabras de Chanyeol regresan a mi cabeza. 

Se supone que eso estoy intentando, pero al parecer tiene tanta hambre que no puede despegar su vista de la comida. 

¿Qué se supone que está intentando? ¿Ser mi amigo? ¿Es eso? Y ¿lo seguirá intentando? Si es así y tomando en cuenta de que Jong In acaba de decir que se juntará con ellos, eso significa que le tendré cerca... Demonios, esto es demasiado para mi...  



Tierra ¿me escuchas?, por favor, trágame.  

 

Notas finales:

Eso fue todo. 

Bai. ♥


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