[No sé si culpar a mis amigos o al destino pero me gusta pensar que nuestro encuentro no fue simple coincidencia.]
Odiaba despertar temprano y no porque se le hiciera difícil si no todo lo contrario, estaba tan acostumbrado al horario escolar que su reloj biológico lo despertaba aun en contra de sus deseos, ya eran vacaciones y él anhelaba despertar a las 2 o 3 de la tarde como todos sus amigos en esas fechas.
Eran las a 7 a.m. y Dylan se encontraba corriendo en el parque. Aun en vacaciones le gustaba mantenerse en forma.
Con 19 años Dylan es miembro del equipo de basquetbol de la Universidad y para el no era ninguna broma, soñaba en ser un jugador profesional de las grandes ligas, aun con sus 1.70 cm él sabia que no era la estatura adecuada pero no se rendiría por algo como eso porque tenia mucho talento y eso nadie se lo discutía.
Con unos pants nike color negro y una camiseta sin mangas corría de vuelta a su casa. El sol ya había salido totalmente mientras corría le gustaba sentir el viento pegando en su cara, su corazón palpitando como loco, esas ganas de parar pero el deseo de seguir, le recordaba cuando estaba en la cancha apunto de empezar a jugar y es que nada se igualaba a esa emoción de iniciar un juego.
Llego a su casa totalmente empapado de sudor justo cuándo abría la puerta su madre estaba saliendo.
- ¿Ya te vas? –Le pregunto pues ella vestía con ropa de oficina.
- Claro, cariño ya son las 9:30 tal vez tu no tengan clases pero yo tengo que ir a trabajar.
- Pero muy pronto se me acabara el gustito recuerda que regreso a clases el próximo lunes.
- Pues a mí ya me parecieron eternas estas vacaciones –dijo mientras reía –míralo por el lado bueno, por fin regresaran los entrenamientos y jugaras de nuevo basquetbol con tus amigos.
- No son solo mis amigos mamá, somos un equipo y uno muy bueno.
Dylan lo dijo un poco molesto pues aunque el basquetbol era la vida para él a su mamá nunca le gusto ni siquiera sabia como se jugaba.
- Bueno bueno no te enojes cariño, me tengo que ir porque se me hace tarde deje el almuerzo en el microondas.
Se despidió de ella dándole un pequeño abrazo y un beso en la frente.
Al entrar a su casa vio algo que no esperaba. Su hermana Laura estaba acostada en el sillón de la sala aun con el pijama puesto mirando televisión.
- Dios, no recordaba que estabas en casa.
- El sábado es mi único día de descanso y tú no te alegras de verme hermanito, enserio que hieres mis sentimientos. –Dijo ella agarrando su pecho mientras fingía una cara de dolor.
- Te creería si tuvieras sentimientos.
- Cállate enano y mejor metete a bañar porque apestas.
Decidió hacerle caso pero antes de irle le saco la lengua y ella hizo lo mismo.
Laura es su hermana mayor y como la mayoría de los hermano no se soportan, pero darían la vida por el otro sin dudarlo. Lo de “enano” solo lo decía para molestarlo pues él es mas alto que ella por mucho pero siempre le decía que “A lado de tus amigos eres un pobre enano” le daba en donde mas le duele pero el se lo devolvía con un “Pues ya quisieras estar tan alta como este enano”. Con el paso del tiempo ese “enano” se volvió mas como el pequeño apodo que solo su hermana le decía y ya no le molestaba para nada.
Termino de bañarse, mientras se estaba cambiando su teléfono timbro con la canción de Drake “Hotline Bling” y supo que alguien le llamaba. Miró si teléfono y vio el nombre de quien marcaba ‘Mateo’ entonces acepto la llamada.
- Ya casi es lunes ¿me amas tanto que no aguantas tanto tiempo sin escuchar mi voz verdad?
- Uy si, no aguanto las ganas de ver tu lindo trasero quedando en 2do lugar como siempre.
Mateo es el capitán del equipo (o Base) y mi mejor amigo. El y yo casi tenemos el mismo ritmo y tipo de juego pero siendo sinceros es un poquitín mejor que yo y aparte es más alto. Hemos cursado desde pre-escolar juntos así que más que amigos es como mi hermano.
- Hey no hace falta ser tan rudo hieres mis sentimientos –lo dijo usando la misma técnica que su hermana uso con el –pero ¿que pasa? Que tú no eres de los que llaman solo para saludar.
- Me eh enterado de algo grande D. Me dijo Luis que Mike se retiro y tendremos nuevo entrenador este lunes. ¿Puedes creerlo? El ermitaño ese ni siquiera se despidió de nosotros.
- No jodas, no puedo creerlo, Mike era taciturno, ermitaño y amargado pero pensé que nos había agarrado cariño después de tanto tiempo, después de todo era muy buen entrenador pero joder ni despedirse quiso, pues sabes qué, que se joda. ¿Y como se entero Luis de esto?
- Tienes razón pero hombre extrañare sus playeras de “Fuck the police” ¿recuerdas cuando llego con un ojo morado y dijo que se había peleado en un bar? Jajajajaj bueno… Luis me dijo que su madre se encontró con la secretaria de la directora en el super mercado y ahí fue que le soltó toda la sopa.
- Uy con lo que a la secretaria no le gusta echar chisme, pero bueno eso no le quita lo buena que esta.
- Está más que buenísima, te digo D esa mujer despertará algún día a mi lado. Oh, antes de que se me olvide me dijo Luis que te invitara esta noche a ese nuevo bar que abrieron, para ver el juego de los nets y no digas que no, hombre es nuestra ultimo fin de semanas de vacaciones tenemos que salir.
- ¿Sabes que? Tienes razón, ¿A qué hora? ¿Nos vemos allá, no?
— Sí, sí. Quedamos a las 8. Oye me tengo que ir mi papá está hablándome ya sabes cómo se pone si lo ignoro.
— Si está bien, entonces nos vemos allá. –colgó el teléfono y termino de vestirse ya que la llamada lo había interrumpido.
Después de comer estuvo un buen rato sentado en la sala con su hermana viendo películas.
Ya casi era la hora pactada así que empezó a arreglarse. Solo se puso unos jeans azules un poco rasgados y una playera de cuello “V” color verde hoja.
Cuando llego al bar se dio cuenta que ninguno de sus amigos había llegado aún, había gente en el lugar pero no demasiada para hacerlo molesto, era un ambiente agradable.
Decidió esperar sentado en la barra donde solo se encontraban ocupadas las dos esquinas, en una estaban una pareja platicando muy metidos en su mundo de flores y corazones, y en la otra esquina un hombre bebiendo una cerveza.
Entonces se sentó en medio, pidió una cerveza y se quedó mirando la pantalla que estaba enfrente de el atrás de camarero ya iba a iniciar el juego y no se lo perdería por nada.
El partido ya llevaba 20 minutos y ninguno de sus amigos daba señales de vida. Su teléfono sonó anunciando una llamada y lo descolgó apenas vio el nombre de Mateo.
- Hijo de puta, los llevo esperando más de 30 minutos. ¿En donde están?
- Hola Dylancito amiguito, no voy a poder llegar - contesto deforma dulce e infantil como para hacer menos el daño - Mi padre se puso de lunático y me castigo por no haber limpiado el taller y sabes que si no me levanta el castigo será imposible ir al torneo, y eso un líder no puede permitirlo, D en serio lo siento.
- Joder Teo me hubieras avisado antes y no estaría aquí patéticamente solo, porque supongo que Luis tampoco vendrá ¿verdad? Ya es tarde y él es muy puntual.
- ¡Oh mierda! No él tampoco ira, al final Malina acepto una cita con él y ya sabes como esta perdido por ella. Joder D me siento muy mal, te prometo que en los juegos de entrenamiento te dejare ganar Jajajaja.
- Ja- ja- ja no me da gracia, ya veras que te pateare el trasero. Lo cosa buena de todo esto, es que estoy viendo el juego de los Nets que tu te perderás por limpiar el taller y sabes qué, adiós porque me distraes.
Dylan termino de hablar y cerró el teléfono. La verdad el juego iba de maravilla y había otra cosa buena de estar en ese bar y era que seguramente su hermana estaba en casa con su novio y bueno, prefería no estorbar.
Pidió otra cerveza ya era su 3ra, el no era de tomar mucho pero hacia mucho tiempo que no tomaba y las estaba disfrutando demasiado. Y de repente una voz a su lado lo saco de sus pensamientos.
- ¿Entonces piensas que me veo patéticamente solo?
Dylan primero no lo entendió pero unos segundos después pudo lindar lo que le dijo el hombre a su lado con lo que estaba hablando por teléfono.
- Jajaja no hombre, solo lo decía por mi, pero por lo que veo a ti te gusta escuchar conversaciones ajenas.
El hombre a su lado se veía mayor, de unos treinta y tantos, pero eso no le restaba lo bastante guapo y conservado que se veía. Tenia una barba corta pero tupida, sus ojos era azules, sus labios delgados pero seductores. Las arrugas alrededor de sus ojos delataban su edad pero solo lo hacían ver más interesante.
Dylan no era tonto, siempre le había atraído los hombres casi tanto como las mujeres. Pero no tenia experiencia con ningún chico y no porque miedo ni mucho menos, simplemente ninguno le había llamado suficiente la atención.
- No era mi intención escuchar pero como casi gritabas cuando estabas en el teléfono no tuve otra opción.
Cuando menos se dieron cuenta el camarero le cambio de canal a la televisión dejándolo en un canal de videos musicales.
Entonces ambos se dieron cuenta y dijeron al mismo tiempo
“- ¿Puede cambiarle al juego?“
El camarero sin opción y aburrido por ver un juego que no disfrutaba ni entendía le cambio al canal de deportes.
- Por lo que veo te gusta el basquetbol.- Dijo el hombre a su lado.
- Más que gustar creo que es un estilo de vida.
- Creo que yo podría decir lo mismo.
- ¿Y cual es tu nombre? ¿Don orejas grandes?
- Casi le atinas pero no, Me llamo Mark y tú?
- Soy Dylan.
Ambos con cerveza en mano comenzaron a platicar y ver el juego simultáneamente. Cerveza tras cerveza hablaron sobre cosas triviales, sobre viejos partidos y jugadores leyenda.
A Dylan ya les estaban haciendo efecto las cervezas, se sentía un poco mareado. Y sin poder evitarlo en medio de la conversación comenzó a coquetear, eran cosas muy sutiles como; mirar sus labios más de lo normal mientras hablaban, rozar sus manos, morder sus propios labios.
Mark no se habría dado cuenta si aquel muchacho no fuera tan obvio, pero estaba seguro, Dylan estaba coqueteando con el.
El no era gay y nunca en su vida le había gustado ni un poco algún hombre, se sentía el hetero-sexual promedio. Pero había algo en aquel muchacho, que aunque se dio cuenta del descarado coqueteo, no hizo nada para pararlo.
Le gustaba ver su mirada nerviosa y como se mordía su labio inferior. Él culpaba 100% al alcohol pues ya llevaba mas de 10 cervezas y seguramente su mente se lo hacia pagar de esa forma.
- Tengo que ir al baño - dijo Mark y se paro al instante.
Caminó hacia los baños cuando entro fue directo a los lavamanos, agradeció que no hubiera nadie dentro que lo viera en ese estado. Abrió la llave de agua y se echo un poco en la cara con ayuda de sus manos, ya no bebería ni una mas, al salir del baño se iría directo a su casa, porque si no algo podría salir realmente mal.
Y eso pudo haber sido un buen plan pero, alguien un poco mareado, con mejillas rojas y labios rosados entro a al baño de hombres.
- A mi también me dieron ganas. -Dijo Dylan.
Entonces Mark no lo pudo evitar y Dylan ni siquiera puso resistencia. El mayor lo tenía contra la puerta, sus mentes nubladas, sus cuerpos demasiado cerca. Tanto que sus narices rozaban. Se miraban a los ojos y a la vez a los labios.
Dylan no lo soportó más, acerco sus labios a los de Mark y lo besó.