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Amor Yaoi
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Pervertidor... Mi padrastro. por Mika Park

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Notas del fanfic:

Lamentablemente había perdido mi cuenta anterior de "Amor Yaoi", por lo que tuve que recurrir a hacerme una nueva cuenta para subir éste nuevo fic que vino a mi.

Espero les guste, lo hice con amor(?.

Notas del capitulo:

Es un poco contradictorio todo pero así son ellos(?

"Conociendo al maldito... él".

 

 

Era temprano por la mañana a finales de julio, Minho se encontraba durmiendo placidamente en su cama con paredes blancas y cortinas azul celeste (obviamente, decorada por su madre); conforme la luz entraba por aquellas cortinas, el adolescente empezaba a removerse entre las mantas en busca de dormir otro tanto, sin lograrlo al no poder ya regresar a su tranquilo sueño. Se levanta con pereza y camina hasta el sanitario de su habitación, metiéndose rápidamente a la ducha para no perder más tiempo, pues aquel día conocería a la pareja de su madre, el hombre que en verdad esperaba la hiciera feliz. En lo que aquellos pensamientos inundaban su mente, se dedicaba a lavarse bien cada parte del cuerpo a conciencia y en 20 minutos, ya se encontraba listo, ahora secándose con la toalla para posteriormente, colocarse las ropas más semi formales que tenía (al ser un adolescente, no era de vestirse formal, así que lo más cercano que tenía, era semi informal).

 

Por mientras, su madre hacía lo mismo ya que ese día irían a comer con su prometido previo a la boda. sería raro porque esa misma tarde les propondría vivir juntos un mes antes, quería que se llevaran bien y que mejor que entre los tres convivieran diario, sería estupendo que sus dos amores se llevaran bien, como padre e hijo. Con esa idea en mente, se terminaba de arreglar su sedoso cabello negro a los hombros, colocándose una blusa blanca de manga corta y corte elegante que solían usarse últimamente, una falda negra con zapatillas de tacón medio del mismo color, maquillaje ligero y sus alajas en muñeca y cuello, sin olvidar nunca su anillo de compromiso para posteriormente bajar a la cocina y así preparar un desayuno y almuerzo ligero para su hijo y ella hasta que diera hora de ir a la comida.

 

Minho, por el contrario de su madre, no se encontraba feliz pero tampoco molesto pues al tipo ni lo conocía, pero había algo que le estaba molestando desde hacia pocos días, sentía una incómodidad y un nerviosismo extraño, no recordaba haberlo sentido antes y ello lo descolocaba por completo. Sin embargo, todo ello bajó cuando escuchó el hermoso cantar de su madre, con aquella voz tan dulce que la caracterizaba cuando se encontraba feliz y ello, le hizo recordar la razón por la que había accedido a todo lo significaba tener un "padrastro". Dejó salir un suspiro y terminó de colocarse aquellos pantalones gris oscuro casuales que si bien, no estaban ajustados, tampoco estaban tan holgados pero dejaban ver a perfección el largo de sus piernas y lo delgadas que eran; la camisa que se había colocado era de algodón en tono grisáseo, con el primer botón suelto, sin fajarse llevaba un chaleco del mismo tono que su pantalón con delgadas y punteadas líneas gris unos tonos más claros, sin dejar ver a perfección la figura que Minho poseía; Su cabello castaño, ligeramente largo, lo había dejado suelto, cubriendo con el flequillo parte de su frente ya que su madre le había dado permiso de traerlo un poco más largo de lo normal, pocos centímetros pero largo al fin, ligeramente quebrado lo cual le daba una buena apariencia a su parecer.

Algunos minutos después, Minho baja hasta la cocina cuando su madre ya llevaba dos canciones interpretadas a su manera, por que sí, podía saber todo de su trabajo y recordar todo lo escuchado y leído pero en las canciones era distinto, por alguna razón, aunque su madre tenía una hermosa y melodiosa voz, en el ritmo y la letra, era un desastre, aunque terminaba siendo gracioso pues cambiaba la letra y entraba en momentos que sólo debía ir la música, lo cual hacía reír mucho a Minho.

-Hola Ma~.-la saluda al llegar a la cocina y verla servir los platos del desayuno... o intento de tener algo en el estómago, para Minho, aquello era demasiado poco.-¿Ensalada y jugo? Ma~, la comida e hasta las 2 y son las 11, ¿por qué debe ser tan poco desayuno y almuerzo? Por lo menos hay que comer un poco de pan tostado para hacer masita.-comenta con gracia, aquella sonrisa dulce y juguetona que sólo su madre conocía, aquella que tan sólo verla, accede de inmediato.

 

-Está bien, está bien, amor... pero no comas mucho o en la comida me harás quedar mal con lo que he dicho de ti.-conesta aquella mujer enternecida, amorosa y juguetona a su vez, ese lado que ni Changmin había visto pues aunque se amaban, ella había reservado ese amor tan puro, sólo para su hijo.

 

Tan pronto escucha eso Minho, su rostro se ruboriza ligeramente, riendo nervioso.- Ma~... ¿Qué andas diciendo de mi?-cuestiona abochornado de sólo imaginar, qué no había dicho, ya la imaginaba hablando de cosas graciosas que MinHo había pasado, como la vez que en jardín de niños, le habían confundido con una niña sólo por haber entrado con el cabello hasta los hombros y un short morado, aquello había sido sumamente vergonzoso que no deseaba recordar el trauma que le causó al niño que afirmaba ser su novio hasta que se enteró de su sexualidad, por lo que el otro chiquillo había rogado ser cambiado de plantel, aún lo recordaba, su nombre era Kai. Borra enseguida aquellos recuerdos para volver a lo que estaban, esperando respuesta de su madre, quien sólo reía en respuesta para luego irse a sentar frente a la mesa y empezar a comer muy sonriente. Suelta un suspiro apesadumbrado y la sigue, haciendo lo mismo que ella ahora en silencio.

 

 

 

Algunas horas después de aquel desayuno ligero y algunas bromas por parte de ambos, se encontraban en automóvil de su madre, quien manjeba pero siempre pedía a Minho que observara como lo hacía y así, cuando llegase el momento, no le costara trabajo. Llegaron en poco tiempo, un tanto nerviosos (sobre todo Minho, que ahora sentía más fuerte la incómodidad y nerviosismo), entraron al restaurante y caminaron hasta la mesa que el mesero les hizo favor de llevar, encontrándose ahí Changmin, quien llevaba poco rato de esperar.

 

-Hola, Chang.-decía Jin Ri sonriente con aquellos labios gruesos y rosados, dejando un beso en la mejilla de su prometido al abrazarlo suave y fugaz, sin percatarse de lo que en MinHo pasaba.

 

Changmin de la misma forma, saluda a su amada, teniendo en cuenta la presencia del adolescente por lo que su trato a su pareja es amoroso pero muy respetoso por igual hasta sentir un ligero escalofrío que recorre su columna, atribuyéndolo a la cercanía de su futura mujer hasta que lo nota, alzando la mirada para toparse con aquellos grandes y expresivos ojos rasgados que apenas se notaba su nacionalidad, un color café oscuro en aquellas orbes que parecían transmitir uno y mil sentimientos a su vez, en tan breves segundos que duró el abrazo de su prometida, le parecieron horas, más al notar la perfecta estructura del rostro del mucho. Parpadea apenas para liberarse de tal conmoción y sonríe ligeramente a su pareja al bajar la mirada para verla (una sonrisa usual en él).- Me alegra saber que han llegado bien. 

 

Todo lo contrario a los mayores, Minho se había quedado de piedra, a tres pasos de su madre y... él, no sabía que pasaba ahora, pero su corazón se había agitado y su estómago se encontraba revuelto, hecho un caos interno cuando su cuerpo empieza a temblar sutilmente para ir aumentando considerablemente, su ceño se frunció y un calor empezó a emerger desde lo más profundo de su abdomen, haciendo que su respiración se agitara un tanto y el calor empezara a hacer estragos en su cuerpo. No entendía, era la primera vez que pasaba por algo así, su mente se llenó de una sarta de palabras antisonantes, molestas, furiosas que en su mente, sonaban cada vez más fuerte y Minho estaba empezando a marearse, era toda una oleada de sentimientos que no sabría descifrar, había algo en ese hombre que despertaba un lado amargo, frío, distante y furioso en Minho.

Cierró los ojos y se frotó la frente con la mano diestra.- Ma~, debo ir al sanitario.-murmuró de pronto con voz débil y se encaminó velozmente hasta aquel lugar, que en cuanto llegó, se encerró en el cubículo y regresó todo el "desayuno", sintiendo una debilidad increible que apenas podía sostenerse. Momentos después, se enjuaga la boca mientras escucha la puerta del sanitario para caballeros abrirse, escuchando una voz que sólo habia escuchado momentos atrás, preguntando si estaba bien, a lo que Minho apenas y pudo responder.- Sí. Ahora voy.-murmura cortante con la voz un tanto más grave luego de haberse lastimado al vomitar. Momentos después, sale del sanitario haciendo caso omiso de la mirada curiosa, examinadora y un poco preocupada por su persona. Llega hasta la mesa y sonríe fingidamente a su madre, para no preocuparla mientras se sienta con cuidado para volver a marearse, evitando todo contacto visual con el hombre aquel.

 

 

Después de algunas conversaciones entre su madre y su pareja, Minho pedía vasos de jugo tras otro, intentano por todos los medios ignorar las miradas ocasionales que aquel hombre le daba y sin poder evitarlo, hizo una mueca de asco y enojo que no pasó desapercibida por aquel hombre, menos por su madre quien preocupada, se acercó a él.

 

-Amor, ¿Estás bien? Tú... ¿Quieres irte a casa, ya?-cuestionaba en voz baja al acercarse a su hijo, sonriendo apenas con notable preocupación, colocando la diestra sobre la mano de su amado tesoro.

 

-Me siento un poco mal, Ma~, yo creo que... sí, me adelanto a la casa, si quieres quedate tú, sé como volver.-hablaba en susurros a su madre, no quería preocuparla pero en verdad no sabía si soportaría más tiempo en aquel lugar, había sido demasiado en tan breves momentos, una hora a lo mucho y ni siquiera había podido comer a gusto, no podía y el apetito se le había ido a pesar de haber vomitado. 

Su madre, no muy convencida, accede a ello y enseguida se levanta para luego hacer una seña a su pareja de que esperara, se acerca a él y lo toma del brazo. Por su parte, sin mirar al hombre, hace una leve reverencia y sigue a su madre hasta la entrada del local, donde recibe dinero y las llaves de su hogar para poder regresar, entonces agradeció no verse tan mal como se sentía. -Gracias, Ma~, pásala bien, sólo estoy un poco mareado, estaré bien para cuando vuelvas.-dijo a su madre para tranqulizarla, no quería molestar y menos incomodar en aquella comida que parecía ser tan importante.

 

Breves segundos después, camina hasta la acera y hace la parada a un taxi, subiendo enseguida que se detiene el auto, despidiéndose de su madre al verla por la ventana y poco después como aquel hombre salía y la abrazaba por la espalda, observando claramente como le susurraba algo al oído mientras podía ver y sentir la mirada de ese tipo que no dejaba de verlo. Nuevamente sentía tantas cosas que prefirió mirar al frente para ignorar todo aquello que lo estaba poniendo colérico.

 

 

 

 

Días después.

 

Luego de aquel día en que había conocido al tipo que se casaría con su madre, no dejaba de sentirse incómodo, molesto, nervioso, cada que pensaba en ese momento que fueron presentados, y lo peor de todo es que no podía controlarlo, simplemente sucedía y sus amigos lo notaron desde el primer momento en que preguntaron como le había ido en aquella comida, la forma en como reaccionó y más aún en el como habló del hombre dejaron en evidencia que no se sentía nada bien con eso. Había tenido que mentirle a su madre con respecto al tema, aunque no sabía como reaccionar cuando lo volviese a ver, se sentía con un peso menos por el momento.

Al siguiente fin de semana, su madre le informó que invitó a cenar a ese hombre, algo que no le agradaba para nada, había algo en él que lo hacía alterarse y seguro era porque no era de confianza (o eso era lo que imaginaba porque, en realidad nunca había desconfiado de nadie y hasta el momento nadie le había ocasionado sentimientos tan caóticos. Por otra parte, no podría negar jamás que aquel hombre era mucho muy atractivo, su rostro era simplemente el ejemplo más claro de hombre guapo y hermoso, varonil y a la vez infantil, algo que aquellos ojos también le habían transmitido aunque por lo que había observado, se poraba demasiado maduro para la supuesta edad que poseía. 

En aquellos momentos se encontraba sentado en su cama, sólo con una toalla envolviendo su cuerpo húmedo pues acababa de terminar de ducharse pero estaba pensativo, ideando algo para mantenerse tranquilo y no arruinarlo esta vez, en verdad deseaba poder ser cooperativo pues ese tipo sería su padrastro y tendría cierta jerarquía en la casa, debían llevarse bien o por lo menos, "normal".

Por fin, se levanta de su cama y al caminar al armario, se va secando los cabellos, saca unos jeans oscuros, una remera negra y una palestina a cuadros en varios tonos grises, acomodando sus cabellos poco después para que se viera un poco menos su expresión y así ocutar cualquier posible sentimiento que afecte a su madre. Una vez vestido, perfumado y con desodorante, camina al exterior de su habitación junto con su consola portátil en mano y así baja hasta la sala, empezando a jugar con esta mientras esperaba a que su madre terminara de reparar la comida como sólo ella quería.

 

De pronto, escuchó el tiembre de la puerta y un nudo se le hizo en su estómago, algo nervioso caminó a la puerta y al abrirla, se topo de frente con aquella figura que de un sólo paso ya se encontraba casi pegado, con parte del pecho de aquel alto y atlético hombre, alzó la mirada con rapidez y se topo a centímetros del rostro de aquel hombre, abrió los ojos con espanto y enseguida retrocedió.-Maldito... -murmuró más para sí mismo, con el corazón latiendo a mil y un sin fin de sensaciones en su estómago, ello lo volvería loco si no sabía como frenarlo, pero por el momento, aquel hombre le sostuvo por la cintura y ello lo descolocó más, sin saber que hacer, sólo miró a otro lado mientras posa las manos en el pecho impropio e intenta apartarlo antes que llegue su madre y piense erróneo.

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

¿Les gustó?

Cualquier cosa haganmela saber.

Oh, y lamento si hice corto el capítulo, prometo hacer el siguiente más largo.


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