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Hambre por _MAC

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H A M B R E

 

 

 

 — Hyung, ¿por qué elegiste ese castigo? 

 Jimin y Yoongi se encontraban solos en la cocina. Yoongi lavaba los platos y Jimin se encargaba de secarlos.

 Había mucho silencio. Los demás posiblemente estarían viendo alguna película, dormidos o simplemente escuchando música de su móvil.

 Recientemente ese día habían grabado el vídeo para la V App. Si bien estaban ya acostumbrados al pesado horario, el día de mañana no tenían nada que hacer, por lo que les tocaba relajarse. Pero Jimin se había quedado con la duda de por qué de la actitud de Yoongi y no particularmente solo en ese día. 

 Ellos no tenían ninguna relación. Ellos eran amigos. Solo con alguna que otra pequeña variación en lo que se considera como una amistad “normal”.

 La de ellos era diferente. Cuando solían ver películas o dormir en el auto con los demás, aprovechaban el tener una cobija encima para acariciarse las manos debajo de ella. Se aseguraban de ser compañeros de habitación en cada hotel nuevo en que paraban. En los trayectos intentaban siempre sentarse juntos. Y aunque la mayoría de las veces era difícil y casi nunca lo lograban, no se perdían de depositar un corto beso en los labios del otro (a escondidas de los demás) antes de dar un concierto. 

 Era extraño. Pero a ninguno le molestaba. Todo había comenzado una noche que ambos acabaron durmiendo juntos y de un momento a otro, los cariños entre ellos fue extendiéndose de manera tan normal que no había forma en que se sintieran asqueados por ello. 

Ambos también no pensaba de más. No hacían preguntas ni hablaban sobre ello. Era algo que simplemente aceptaban sin quejarse. Pues a ambos les gustaba.

Les preocupaba lo que el resto del grupo pensaría. Por lo que preferían tenerlo como un secreto entre ellos. Nunca habían llegado a algo más que eso. Y por el momento estaban a gusto con las pequeñas muestras de cariño que se daban entre ellos. Nunca pasaban a algo más fuerte que un solo toque de labios, una acaricia en el brazo y uno que otro abrazo de apariencia amistosa. 

Pero últimamente Jimin se había estado algo inquieto, pues ya hacia un buen tiempo que no se besaba con Yoongi, y por alguna rara razón, sentía que lo necesitaba, aunque nunca lo aceptaría ni mucho menos lo pediría.

Con su itinerario tan estrecho era imposible encontrar tiempo a solas, pero no solo eso, sino, pareciera que él era el único buscando aquél tiempo, aquel momento en que pudiesen disfrutar entre ellos y recibir un tierno pico en los labios. Algo que lo hiciera sentir seguro y querido. Yoongi, del contrario, pareciera como si lo evitara, y eso era lo que más le pesaba a Jimin. 

Y ahora, con el reto de hoy y que Yoongi tuviese el poder para elegirlo, le sorprendió a Jimin su decisión y más que nada, le sorprendió lo mucho que aquello le había hecho doler en el pecho, pues no se lo esperaba. No sabía por qué, ni tampoco quería pensarlo de más. Solo quería que dejara de doler y algo en su instinto le decía que tenía que hablarlo con el rubio y que así, solo así, iba a poder estar tranquilo. 

 — ¿Cuál castigo? 

— El de hoy. El de que yo besara a Taehyung en la mejilla —Su voz había salido pequeña sin quererlo. Y su rostro amenazaba con tornarse rojo. 

 — ¿Por qué preguntas eso? 

 Yoongi seguía concentrado en no dejar ninguna mancha en los platos. No miraba a Jimin en ningún momento, pero el tono de su voz aseguraba que estaba escuchándolo atentamente.

 Después de unos largos segundos en silencio, y solo el ruido de los platos secándose y moviéndose, Jimin contestó:— ¿No te pusiste celoso?

 El pelinegro se mordió la lengua después de haber dicho eso. Aunque sus palabras habían temblado, su corazón latiendo fuerte le hizo decirlo con un pequeño tono de seguridad, pero sin hacerlo sonar como una queja, no. Era simplemente una pregunta por curiosidad. 
Sí, por curiosidad.

Ahora Yoongi era el que se había quedado callado. No estaba preocupado y tampoco se le veía nervioso. Era porque él sabía perfectamente. Él se conocía a sí mismo. Se lo había preguntado tantas veces y a la vez respondido tantas veces que por fin ya lo había aceptado. No dudaba, ni se detenía a analizarlo más de lo que ya estaba.

Detuvo sus manos y miró fijo a Jimin, quien pronto también se detuvo y alcanzó a encontrarse con la mirada del rubio. Mirándose por unos segundos, Yoongi abrió la boca para hablar. En su tono suave pero con aquél toque de personalidad que le caracterizaba. 

— No es común que él te bese en la mejilla, ¿cierto?, de hecho, no es común que ninguno otro te bese. ¿Quién ha sido el único que te ha tocado así? —Soltó la pregunta sin querer respuesta. Aún si la quisiera, no la obtendría. Jimin pareciera procesar todo a una velocidad muy lenta—. Yo he sido el único que ha tocado tu piel —Hizo una pausa y dijo firme:—. Y así se mantendrá. 

Jimin estaba congelado en su lugar. Mirando con atención a Yoongi, nunca se había esperado una respuesta así, es más, nunca se esperó una contestación de su parte. Menos algo con tan bruta honestidad. Quizás esperaba una burla o algo con sarcasmo, incluso hasta un pequeño insulto. Para él era tan inusual escuchar a su hyung hablar de esa forma, con seriedad, sin rasgos de broma o de estar solamente jodiendo. Porque Yoongi no era así al menos que en serio quisiera algo, al menos que lo crea él lo suficientemente importante como para guardar sus respuestas cínicas y sarcásticas. Poner un escenario donde Yoongi fuese el protagonista de tales palabras era algo incoherente, imposible, o al menos así lo creyó hasta ahora.

Una desconocida sensación se liberó dentro del estomago de Jimin. Reaccionó cuando sus mejillas comenzaron a sentirse calientes. 

— Aparte… prefiero limpiar tus labios que tu mejilla. 

— ¿Eh? —Eso lo sacó del pequeño trance. Y sin saber por qué, se llenó de nervios. 

Pronto, el mayor acarició el interruptor de la luz con sus dedos y la habitación se tornó oscura. Imposible de ver. Pero Yoongi sabía exactamente qué tan lejos y qué tan cerca estaba Jimin de él; y sabía perfectamente que no se movería, pues lo conocía lo suficiente como para saber que seguía atónito.

Yoongi acortó distancias, lento pero sin perder el tiempo. Vacilando al principio pero tomando la decisión. Su nariz rozó contra la del contrario y se detuvo a centímetros de su boca cuando sintió su respiración chocar contra su quijada. Aunque ya había hecho eso miles de veces, su pecho no dejaba emanar el nerviosismo que una vez al principio sintió, pero esta vez era distinto. Era un sentimiento diferente, más fuerte y embarazoso, pero sobretodo, deseoso. 

Los ojos de Yoongi jugaron en la oscuridad, buscando de manera seductora la mirada de Jimin entre apenas la luz que daba por la luna y las estrellas. Su mirada fue a dar a sus pupilas, a sus calientes mejillas y finalmente, a sus labios. Quería grabar la reacción del menor en su mente y así reproducirla cuantas veces se le plazca. 

La presencia que emitía el rubio era potente, segura, traviesa y a la vez, temible. Jimin se sentía intimidado pero sobretodo, curioso y expectante. Su corazón latía fuerte, tan fuerte que creyó que explotaría de su pecho. No entendía lo que sucedía pero la fuerza en la que Yoongi se acercaba y jugaba con él, con sus apenas visibles movimientos, lo podía percibir. Percibía el deseo, el deseo que tenía Yoongi por tenerle y como este intentaba controlarse.  

Todo aquello era doloroso. La tortura de quedar expectante, con las rodillas temblando y la respiración acelerándose a medida que pasaba el tiempo. Y Jimin soltó un chillido, uno tan agudo y tan silencioso que apenas se escuchó, un chillido lleno de impaciencia y ansiedad. 

No entendía por qué pero se sentía jodidamente atraído a aquella persona que tenía enfrente de él. Aunque anteriormente solo habían sido pequeñas muestras de afecto, él podía sentir la diferencia entre el “cariño” que antes habían experimentado y el nuevo que se moría por sentir. 

Sin mucho vacilo, Yoongi acercó su boca a la de él. 

Por fin. 

Y lo fundió en un beso corto como antes lo habían hecho. Pero ahí no terminó, no cuando Jimin tuvo que llevar una mano al pecho del rubio cuando este le sujetó firmemente de la cadera hasta acercarle completamente a su cuerpo y eliminar espacios entre ellos. 

Ambos cerraron los ojos en automático; con la mano del menor sobre el pecho de Yoongi, este empezó a mover sus labios por primera vez, convirtiéndolo por fin en un verdadero beso. 

Las mejillas de ambos ardían, y aunque pronto la ansiedad se vio reemplazada por timidez, ambos aún podía sentir el deseo entre sus bocas. Yoongi afirmó su agarre y en un intento de acercar más a Jimin a él, fundió el beso más y más profundo, en movimientos constantes y haciendo resonar la habitación en un sonido de un exquisito beso. La saliva de ambos chocaba y a cada uno le apetecía subir cada vez más la velocidad. 

Yoongi tomaba entre sus labios los de Jimin y los volvía a tomar una y otra vez sin preocuparse por la respiración. Estaba deseoso, anhelante. Quería seguir comiéndole la boca a su compañero. Sus labios se sentían tan jodidamente placenteros que por debajo de su abdomen comenzaba a esparcirse un calor dentro de él. Sentía entre sus brazos temblar el cuerpo de Jimin y la sola idea de saber que él disfrutaba el beso tanto como él, lo llenaba de pensamientos lascivos. Pensamientos que nunca creyó tener por un chico, por su amigo.

Siguiendo el frenético ritmo, apegó el cuerpo de Jimin a la barra de la cocina y cerro todo camino a sus lados cuando colocó sus manos a los extremos de la cadera del menor. Lo tenía acorralado, controlado y dominándolo a la manera en la que él quería. 

Sus bocas se separaron unos centímetros para tomar aliento pero eso no los detuvo de continuar. Eso no detuvo a Jimin quien complaciente y generosamente abría su boca para dejar entrar la lengua de Yoongi y permitir que este la recorriera de arriba a abajo sin ningún alto. Porque Jimin se empezaba a calentar, porque empezaba a importarle muy poco si los atrapaban, porque desde hace un buen tiempo que dejó de pensar en el mundo alrededor y ahora solo tenía a Yoongi en mente y lo putamente atractivo que aceptaba que era. Y en un momento así sentía que podía dejar hacerse lo que quisiese mientras su hyung no parase de tocarlo ni sujetarlo. 

Yoongi sonrió entre el beso cuando notó que Jimin entreabría su boca, llevó su mano a la punta del mentón del menor para sujetarle y fortalecer el agarre de manera brusca. Quería mirar los ojos de Jimin cuando lo besase, quería seguir tragándose los pequeños gemidos que el menor hacía entre cada nuevo movimiento del beso, pues el pelinegro había estado suspirando “hyung” desde hace un buen rato. 

— Epa, ¿y por qué todo está tan oscuro? —La fuente de la voz se hizo reconocible. Era Namjoon quien venía por el pasillo que daba para la cocina.

Yoongi nunca antes se había movido tan rápido y Jimin nunca antes había empujado tan asustado a su hyung favorito. 

Yoongi pasó su mano por su boca y eliminó cualquier rastro de saliva. Por otro lado, Jimin giró para darle la espalda y esperar a recobrar el aliento que el rubio le había robado. No solamente por el beso, sino, porque aún intentaba creer lo que había sucedido y preguntándose por qué mierda le había gustado tanto.

Los ojos de ambos calaron cuando Namjoon encendió la luz. 

— Hey, ¿por qué están a oscuras? —Dijo casual mientras caminaba en dirección a la nevera para coger una lata de refresco. 

Los miró levantando una ceja cuando ambos se quedaron en silencio y queriendo balbucear una que otra palabra intendible, porque en realidad ninguno tenía ninguna buena excusa. Jimin estaba tan nervioso que su labio inferior temblaba y sus ojos iban de un lado a otro buscando por ayuda pero evitando a toda costa a Yoongi, mientras que el otro, intentaba actuar lo más relajado posible, queriendo restarle importancia a que tenían la luz apagada, como si fuese lo más normal del mundo. 

— ¡Jimin! —Un alegre Taehyung azotó la puerta de la cocina a medida en que entraba— Hoseok ha aceptado que bailo mejor “Dope” que tú —Su sonrisa se ensanchó y miró desafiante pero orgulloso a su compañero de baile. 

— ¿Qué-eh? 

— No, no, no. Pero alto ahí, debo aclarar que yo soy el que mejor lo baila —Ahora Hoseok era quien apareció en la cocina—. Bueno, todas las canciones en realidad… 

— Hey, hey. Veo que olvidas quién te hizo mierda la semana pasada en el reto de V, eh, flaco —Yoongi era quien se unía a la conversación. Cruzando los brazos, sosteniendo su mirada y su actitud chula. Obviamente, refiriéndose a él mismo. 

Pronto los siete miembros se veían discutiendo y bromeando sobre sus pasadas prácticas de baile. Hoseok imitaba los errores de algunos y mientras se echaban a reír empezaron a realmente competir quién lo hacía mejor.

Durante todo lo que restó de la noche, las miradas de Yoongi y Jimin nunca se toparon. Ni tampoco hablaron directamente. Pero ninguno de los dos se perdió un solo momento en que uno de ellos le miraba a escondidas y viceversa. 

Ambos sentían la mirada del otro pero lo ignoraban. Sería absurdo y vergonzoso si sus mejillas tornaran a un rojo vivo sin “motivo aparente” enfrente de todos los miembros. Pero su emoción, su ansiedad, su preocupación y su adrenalina de querer seguir experimentando con sus bocas seguía ahí. Después de todo, había sido el primer beso real que Jimin tenía, y Yoongi no recordaba la última vez que un beso lo había puesto tan putamente cachondo y a la vez, hambriento de sentimientos. 

Después de dar las dos de la madrugada, los siete miembros fueron a descansar. 

Jimin no pudo dormir muy bien esa noche, pues no dejaba de acariciarse los labios y pensar en lo mucho que ahora había cambiado su relación con su hyung. 

Yoongi tardó en quedarse dormido (algo inusual en él), los sonidos agudos y suplicantes que Jimin había hecho y el deleitoso pero desconocido aroma que el inocente menor había emanado solamente cuando se encontraba en una situación tan sensual lo tenían loco. 

 Y Namjoon… bueno, el durmió bien. No sin antes sentirse un tanto nervioso y extrañado al recordar que tanto Yoongi como Jimin tenían las mejillas y los labios rojizos. 

Aparte de la respiración irregular que ambos traían y sus miradas avergonzadas decían mucho. Y Namjoon no era ningún idiota, era simplemente que… que no quería hacerse ideas o malentendidos, porque, porque todo era un malentendido, ¿cierto? 

No había manera. Es más, era imposible. 
¿Algo así en Bangtan?, ¿entre los chicos? 

Nah, imposible. 

Ellos solo son amigos.

Notas finales:

– Hola, soy Mac. Este es el primer oneshot que escribo de esta pareja. 
– El formato de escritura y espacios entre los párrafos está basado en los oneshots escritos en inglés. Espero no les moleste. 
– Me pareció importante fomentar el yoonmin en español. 
– Ojalá se entienda que me basé (también) en el último vídeo que sacó Naver (×).
– Subiré este oneshot en otros sitios web. Se entiende que el fandom por esta pareja de hispanohablantes son pocos//as. 
– Y bueno, nada, estoy trabajando en más proyectos, largos y cortos con esta pareja porque la personalidad de ambos me da mucho campo qué abarcar. 

– Pido disculpas si me he equivocado en alguna referencia. 
Lo escribí en cuatro horas y tampoco estoy conforme con mi narración. 

– Lo he subido en horario de España (2:19 PM)

Gracias por leer. 


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