Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La marca de una mente educada por Chiaki Woo

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia es una traducción, la autora es bazooka, y pueden encontrar el escrito original aquí

Nada de esta historia me pertenece.

Notas del capitulo:

Hola! Ha pasado un tiempo desde la última vez que publiqué algo. La escuela me absorbe y no me deja traducir ni escribir nada, pero me estoy haciendo un tiempo, así que hoy les traigo una linda historia que espero que les guste.

Gracias por leer~

Una mente educada es capaz de entretener un pensamiento sin aceptarlo.

-

Aristóteles

Metafísica

 

___________________________________

 

 

 

Fue una mala idea.

Sabía que era una mala idea, incluso lo sabía hasta los huesos mientras había escrito las palabras y pulsaba enter para iniciar la búsqueda. Pero era inofensivo ¿verdad? Era inofensivo (completamente inofensivo – se repetía a sí mismo lo suficiente para que se convirtiera en verdad) y de todas formas, no es como si alguien supiera. Cuando cliqueó una nueva ventana y abrió el monitor de búsqueda y se quedó mirando el cursor parpadeando entre encendido y apagado, encendido y apagado, encendido y apagado, era media noche, pasaba de la media noche, tan tarde como para ser casi temprano. Todo el mundo excepto él, estaban en sus camas dormidos – no en el estudio, en todo caso, lo que era realmente más importante.

Nadie más que él estaba en el estudio, y había estado trabajando toda la noche y las palabras salían de él de forma lenta y torpe como la rueda descentrada de una bicicleta, y ninguno de los arreglos que intentó salieron bien, y todo lo que tocaba parecía como si algo le faltara, y estaba… y estaba algo solo. Si era honesto consigo mismo, tendría que admitir que era una especie de solitario, pero no de la forma en la que podría estar inquieto por ir a casa y acostarse en el colchón en la oscuridad de su habitación escuchando la respiración constante de su compañero de habitación durmiendo en la litera de arriba.

Kim Namjoon se sentía solo, y estaba demasiado cansado, y nada de lo que tocaba salía bien, así que hizo algo estúpido y abrió una nueva ventana del navegador en el equipo del estudio.

Tal vez en algún otro momento hubiera puesto porno o algo así, pero eso no estaba bien. No se sentía solo en ese sentido. No sabía lo que necesitaba, pero no era eso, así que cuando la ventana del navegador salió y se abrió el motor de búsqueda, pasó probablemente demasiado tiempo mirando el cursor parpadeando entre encendido y apagado, y encendido y apagado, y encendido y apagado, antes de tomar una profunda reparación. Reteniéndola. Levantando sus manos y colocándolas sobre las teclas.

Lo primero que encontró estaba mal allá de mal. Leyó algo que parecía haber sido escrito por alguien de diez años (y Dios, ¿qué tal si lo era? Eso era grave) y sólo el acto de rozar le trajo vergüenza ajena creciendo tan rápido y caliente en la parte posterior de su garganta. La segunda cosa que encontró fue apenas algo mejor, y en el momento en que hacía clic en el sexto enlace azul la verdadera magnitud de lo que estaba haciendo empezaba a reflejarse sobre él, como si el sol llegara a través de su poco sentido de lo correcto.

Pero el sexto enlace. El sexto enlace. La fecha era de hace dos días y la calificación era de 4.3 estrellas de 5 y el número de palabras era… Dios, eran más de diez mil. Más de diez mil palabras de algo que estaba demasiado seguro que ni siquiera debería estar pensando, y mucho menos buscando, ya olvidándose de leerlo, pero que Dios lo ayudara – el primer párrafo fue legítimamente atractivo y casi se sentía resentido de haberse topado con algo convincente, literalmente, segundos antes de que había estado a punto de cerrar la ventana y borrar el historial del navegador. (Y después tal vez limpiar la memoria caché y las cookies, y entonces tal vez prenderle fuego al disco duro en el callejón detrás el estudio).

Era una especie de hecho que estaba implícito en la vida de los idols. Tendrías fanarts, por supuesto. En las reuniones con las fans, las chicas algunas veces les pedirían estar alado de alguien en particular. Ciertos tweets recibirían más atención que otros, dependiendo del miembro que lo hubiera hecho y el contenido del propio tweet. Por supuesto que habría fan fictions. Siempre había fan fictions. Siempre hubo fan fictions y siempre lo iba a haber. La protagonista femenina de Reply 1997 escribió fan fictions de H.O.T, You’re Beautiful había incluido una secuencia entera de un fan fiction sobre el ficticio grupo de pop, y demonios – incluso Taeil de Bock B había admitido leer algunos.

Para todos los fans ellos tenía a alguien en mente para soñar sobre salir con uno de ellos, hay muchos más que invierten su energía soñando sobre ellos saliendo entre sí, y… y por alguna impía razón… a la tres de la mañana después de haber trabajado durante diez horas seguidas y todo lo que tocaba salía mal y todas sus palabras eran rebuscadas y torpes y su música era aspera y enredada, por alguna extraña razón, Kim Namjoon abrió una nueva ventana del navegador, y tecleó bangtan sonyeondan fan fiction en la barra de búsqueda, y después (Dios) pulsó enter.

Una parte de él se sentía profundamente inquieto por la gran cantidad, pero si era honesto consigo mismo (y demonios, si no era honesto consigo mismo entonces ¿quién lo haría?) tendría que admitir que la mayor parte de él se sentía sólo un poco validado. Hubo una gran cantidad, páginas y páginas y páginas de enlaces. Miles y miles de palabras y cientos de etiquetas, y Dios sabía cuántas parejas.

Casi en todo lo que cliqueaba era malo o extrañamente perturbador o solamente las pasaba, haciendo una pequeña mueca sobre el etiquetado explícito. (Dios, hace cinco minutos él realmente, realmente pensaba que era un pervertido, pero algo de esto eran de cosas de las que ni siquiera había oído hablar).

Pero luego estaba ese sexto enlace. El primer párrafo era legítimamente atractivo y no estaba seguro de qué hacer al respecto. Había esperado (había querido encontrar) algo realmente malo y ni siquiera un poco gratificante, el tipo de cosas que le aseguraba que sí, había sido una mala idea después de todo y que no, no iba a volver a buscar un fan fiction por sí mismo nunca más. Sin embargo, el párrafo primero se legítimamente enganchador, y el párrafo segundo fue aún más atractivo, y para cuando había leído el primer intercambio de diálogo, él sabía en lo profundo de su corazón que no iba a ser capaz de simplemente detenerse y volver a casa y olvidar.  

Namjoon respiró hondo. Se frotó las manos en su rostro. Conscientemente miró sobre su hombro hacia la puerta de vidrio esmerilado por si alguien había entrado cuando no estaba prestando atención.

Comenzó a leer.

Lo realmente, realmente horrible de todo era lo preciso que era. O el escritor los había acechado por las calles o grabó sus conversaciones privadas, recogiendo algunos gestos y estudiado minuciosamente cada Bangtan Bomb que había sacado buscando pistas sobre quienes eran ellos cuando nadie estaba mirando o… o Namjoon era demasiado, mucho más transparente de lo que pesaba que debía importarle. No todo estaba en lo cierto, por supuesto… de acuerdo, bien, rompió muchas cosas, pero nunca había estrellado un auto real enfrente de una tienda de conveniencia (aunque tal vez era más porque Seokjin nunca lo había dejado acercarse al volante)… pero había algo en eso. Tal vez nunca había dicho exactamente la reacción de Taehyung robando su ropa interior pero probablemente lo hubiera pensado. Tal vez él no se hubiera sonrojado intensamente ante la situación de no poder hablar con chicas, pero la verdad es que no podía hablar con chicas y era un poco molesto verse a sí mismo expuesto de esta manera.

Había logrado pasar alrededor de mil palabras, cuando se dio cuenta que había olvidado cual emparejamiento supuestamente contenía, pero no volvió para ver las etiquetas porque no quería perder su lugar… que probablemente por eso lo tomó completamente por sorpresa cuando muy, muy lentamente se dio cuenta de lo que estaba siendo testigo (en una extraña, disparatada, y ambigua manera) de una lenta comprensión al igual que Min Yoongi de en qué grado se preocupaba por Park Jimin.  

Min Yoongi. ¿Y Park Jimin? ¿En serio? En verdad. ¿Este escritor no bromeaba? ¿Qué tipo de emparejamiento era este? Los dos eran como… como la noche y el día, prácticamente.

Fue después de cuatro mil palabras que se dio cuenta que estaba molesto por acerca de la distribución de habitaciones que el escritor había descrito. Había tres habitaciones al igual que en la vida real, dos dobles y una triple, pero todo el mundo estaba mezclado: la habitación triple la tenían Jungkook, Taehyung y Jimin; la primera doble la tenían Yoongi y Hoseok; la segunda doble la tenían él y Seokjin. Todos estaban mezclados y no podía entender por qué. Todo lo demás era demasiado incómodamente preciso (Dios, el escritor incluso usaba las cosas que habían dicho durante las entrevistas, haciendo referencia a las letras y versos del rap en medio del diálogo) que la imprecisión eran inquietantemente incongruente. Y de todos modos, ¿por qué ellos iban a cambiar las cosas de un lado a otro, no era como si…?

 

 

-No seas estúpido- Yoongi gruñó amenazadoramente, agachándose en el sofá.- ¿Por qué demonios me importaría lo que piensa Jimin? Sea lo que sea que él piense-

Seokjin frunció sus labios por un segundo, su expresión en una curiosa mezcla entre incredulidad, irritación y diversión, antes de finalmente separarse de nuevo.- Si tú lo dices- dijo suavemente. Se puso de pie y luego se detuvo en medio de la oscura sala, dudando un segundo delante de la televisión.- Sabes Yoongi… si alguna vez necesitas hablar con alguien…-

-Sí, sí. Si alguna vez necesito ayuda para hacer frente a una especie de despertar gay estoy seguro de ir directamente a ti y Namjoon. ¿Feliz?-

Seokjin se detuvo de nuevo en la puerta de su dormitorio, su mano apoyada ligeramente en el marco de la puerta, y miró por encima de su hombro para lanzarle a Yoongi una aguda mirada templada de lo que era ligeramente el fantasma de una sonrisa.- Sólo asegúrate de tocar primero- dijo, y desapareció en la oscuridad de la habitación.

Cuando el seguro hizo clic y el sonido revelador de la cerradura deslizándose llegaba al otro lado de la casa, Yoongi se quejó y se apresuró a tomar sus auriculares que estaban en la mesa del café en el centro de la habitación. La última vez que había escuchado a Seokjin y Namjoon tener sexo no había sido capaz de sentirse limpio durante toda la semana y hoy no sentía ganas de entrar en la ducha y frotar su piel toda la noche.

 

 

A Kim Namjoon le tomó casi precisamente siete minutos en llegar al punto en el que no podía dejar de dar vueltas por el suelo del, demasiado estrecho, estudio de grabación, con las manos sobre su rostro, la sangre bombeando rápida y fuertemente a través de sus arterias hasta su corazón, su respiración acelerándose y entrando en pánico, murmurando “maldición”, “demonios”, “joder” dentro de sus palmas. Cuando finalmente se calmó lo suficiente como para permanecer inmóvil en el centro de la habitación, abriendo y cerrando sus puños y apretando de nuevo los costados, trató de hacer lo que pensaba que era racional de todo esto.

¿Realmente creía que saldría ileso? Y un demonio, él incluso había visto su propio nombre parpadeando en la pantalla cuando había desplazado hacia abajo al azar, seguido ominosamente por una barra que sólo podía significar una cosa. Sabía que algunos fan fictions tendrían que ser sobre él, él y otra persona, pero no esperaba descubrirla ahí. Había una razón por la que él no hizo clic en los enlaces etiquetados con su nombre en el campo de “emparejamiento”. Éste no lo tenía listado en lo absoluto ¿cierto?

Eso fue, por desgracia, sólo el comienzo de lo que se estaba convirtiendo rápidamente en una de las noches más largas de toda su vida.

Se dejó envolver por cuatro mil palabras en una historia de doce mil palabras y un falso - Yoongi que había empezado a, de acuerdo a los términos, preocuparse por un falso – Jimin (lo cual era extraño, Namjoon lo pensaba repetidamente una y otra y otra vez – a pesar de que cada vez las palabras que pasaban por su cabeza sonaban menos convincentes ahora que antes) y simplemente no estaba en la naturaleza de Kim Namjoon renunciar a algo porque fuera difícil. Él había leído una tercera parte de la historia sin darse cuenta de que él (aparentemente) lo estaba haciendo con un falso Seokjin en un segundo plano, así que tal vez no sería en primer plano como para el resto del mismo.

Lo era. Dios, estaba en el primer plano a donde fuera que veía.

En un punto medio tuvo que parar por un segundo, tuvo que volver al principio otra vez para ver si realmente estaba loco y realmente acaba de salir de la nada, pero con una tenue y rápida sensación de horro que crecía lentamente, se dio cuenta que no era así. No, no había salido de la nada en lo absoluto. En el cuarto párrafo del escrito, el escritor mostró a Seokjin tomándolo, envolviendo una mano alrededor de su muñeca, mirando su rostro y sonriendo, y – y Dios, Namjoon había leído eso y no lo había visto mal. Seokjin hacía eso, lo tocaba, envolvía su mano alrededor de la muñeca de Namjoon, él realmente subía la mirada y sonreía.

En la escena en la que la versión ficticia de Namjoon estrelló el coche en la tienda de conveniencia, la persona sacándolo del asiento del conductor había sido Seokjin, que había estado en pánico y llorando un poco, y lo había obligado a ir al hospital así lo quisiera o no. Sentado junto a él en la sala de emergencias, quejándose sobre él y sosteniendo su brazo y haciéndole preguntas una y otra vez para asegurarse que no tenía una conmoción cerebral – pero Seokjin habría hecho eso. El verdadero Seokjin habría hecho eso.

Demonios – Namjoon (el verdadero Namjoon, el Namjoon sentado en el estudio leyendo un fanfic de BTS en contra de su mejor juicio – aunque, sinceramente, comenzaba a preguntarse si después de todo este Namjoon era el verdadero Namjoon) había ido al baño otra vez, golpeando su cabeza en el borde del fregadero y despertando con la voz de Seokjin en sus oídos y las manos de Seokjin en su rostro y cuando había abierto sus ojos Seokjin estaba… había estado llorando, sólo un poco. Había entrado en pánico y llorando un poco y lo había obligado a ir al hospital sin importar si quería o no, así que cuando leyó lo que sucedía en la historia no le impresionó que hubiera estado sorprendido por el nivel inquietante de precisión.

Leyó el resto de la historia con su mano agarrando el ratón, apretándolo hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Era atrayente, maldita sea, y el escritor seguía mostrando pequeños tributos y referencias inteligentes y pequeñas revelaciones que lo mantuvieron prestando atención y que era absolutamente la única razón por la que siguió leyendo. No era por la caracterización, porque el lucharía con cualquier persona que tratara de afirmar que él era realmente involuntariamente destructivo. No era por Yoongi y Jimin porque incluso si vio esas versiones de ellos enamorándose uno del otro de forma silenciosa y torpe, (tomándose de las manos en los tres segundos a oscuras antes de salir al escenario) no podía compararlas con las verdaderas personas con las que ha comido, ha practicado, ha grabado y ha discutido.

Él se estremecía un poco cada vez que el Seokjin ficticio rozaba sus dedos sobre la piel del Namjoon ficticio, cada vez que el Namjoon ficticio tomaba al Seokjin ficticio por la cintura, cada vez que los miembros ficticios tosían en sus puños y dejaban el dormitorio por el temor de ser escuchados teniendo sexo. Cuando la historia llegó a su fin… (“Supongo que no me agrada demasiada gente”, dice Yoongi, sintiendo los ojos de Jimin sobre él en la oscuridad, y sólo por un segundo sin importarle en absoluto lo que parece, “pero no puedo hacer que me desagrades”)… se sentó en su silla y se inclinó hacia atrás y miró el techo, por lo que probablemente no fue mucho tiempo, pero Dios, se sentía como un año. Hace una hora él estaba exhausto, pero ahora eran casi las cuatro de la mañana y estaba a punto de estallar de adrenalina y nervios.

Había sido una mala idea. Sabía que era una mala idea antes de abrir el navegador, pero lo había hecho de todos modos, y ahora estaba sentado, mirando el techo del estudio y en todo lo que podía pensar era en la manera en que Seokjin le hacía cosquillas por comerse todas las partes buenas antes de que pudiera tener la oportunidad de comerlas, la manera en que Seokjin lo miraba cuando hablaba, la forma en que Seokjin se paraba detrás de él con las manos sobre sus hombros, la forma en la que Seokjin se acercaba a él cuando estaba nervioso.

Sólo eran amigos ¿verdad? Los amigos actúan de esa manera. Claro, Namjoon no tenía ese tipo de contacto cercano con mucha gente, pero Seokjin era Seokjin. No significaba nada. Es sólo su forma de ser. No tenía por qué significar nada.   

No obstante, se sentó de nuevo en posición vertical. A pesar de eso, tomó el ratón de nuevo. A pesar de todo, le dio clic al botón “atrás” para volver al archivo… y esta vez él sabía lo que estaba buscando.

No se veía en cada enlace, pero así lo parecía. Él estaba mirando las principales etiquetas de emparejamiento y prestando poca o nada de atención a las demás, por lo que no había notado la tendencia aun cuando la evidencia fue creciendo exponencialmente justo en frente de su cara. Las etiquetas de emparejamiento estaban por todo el lugar (muchos de ellos eran “Yoongi/Jimin” por alguna razón), pero lo que parecía como cualquier otro enlace estaba el omnipresente marcador: “Namjoon/Seokjin en segundo plano”.

Era como si fuera simplemente un hecho. La base de fans había decidido casi unánimemente que Namjoon y Seokjin estaban juntos y era un hecho básico subyacente de la vida que estaba en casi todas las historias, o eso es lo que parecía.

En algún lugar en la tercera página de enlaces, finalmente encontró una historia con Namjoon/Seokjin en la principal etiqueta de emparejamiento y no pudo evitar hacer clic. No podía evitar averiguar en que estaban pensando estas escritoras que pensaban que esta pareja funcionaria.

Era menos extraño leer algo situado en algún otro universo, al leer acerca de las versiones de sí mismo y el resto de ellos, podía fingir mejor que eran realmente sólo otras personas. Todavía era extraño, por supuesto, pero era igual de extraño como leer un libro en el que uno de los personajes principales tiene tu nombre. Se siente un poco raro cada vez que lo lees al principio, pero después de un rato, si la historia es lo suficientemente buena y el diálogo es lo suficientemente convincente, el entorno es simplemente ajeno a ti, tanto que casi se te olvida que el nombre que estás leyendo es el tuyo.

En éste, Seokjin trabajaba en una pastelería (porque por supuesto que él lo haría) y Namjoon trabajaba en una tienda de música (y claro que lo haría) y las dos tiendas estaban una alado de la otra, y cada mañana Namjoon entraba en la panadería por una taza de café antes de empezar a trabajar, y cada noche Seokjin entraba en la tienda de música después de haber terminado su turno y pasar los dedos suavemente por la teclas del piano. Casi nunca hablaban, pero se conocían, y un día cuando Namjoon entró en la panadería, Seokjin no estaba detrás del mostrador, y luego más tarde ese día, Namjoon seguía subiendo la mirada cada vez que sonaba la campana sobre la puerta principal de la tienda de música, pero nunca fue Seokjin viniendo a visitar al piano.

Esto se prolongó durante una semana antes de que esta versión de Namjoon se armara de valor suficiente como para separar la taza de café entre sus labios y hacer la pregunta que había estado creciendo en su pecho como algo maligno.

 

-¿Dónde está el otro chico?- pregunta Namjoon, tratando de mantener su voz ligera. Tratando de parecer que no ha estado pensando en eso, como si apenas se diera cuenta de la ausencia del mayor.- Seokjin. ¿Él no suele trabajar en este turno?-

El chico detrás del mostrador (en la etiqueta se lee el nombre “Kookie”, que es un nombre extraño para alguien que trabaja en una pastelería) palidece, sólo un poco.- Él está… enfermo- dice tontamente.

El estómago de Namjoon se aprieta involuntariamente.- ¿Está enfermo? ¿Está resfriado?-

-Si- dice el niño, después dice: -No. No es un resfriado. Podría no volver en un tiempo o tal vez nunca…-

 

Espera, ¿qué demonios?

No se puede sólo poner algo como eso. No se puede empezar a escribir algo lindo sobre dos personas quienes tal vez algún día podrían enamorarse y luego tirar de la alfombra debajo de ellos, eso es… eso es simplemente grosero. Era grosero, y Namjoon no lo apreciaba, y francamente se sentía muy manipulado, y así fue que con gran furia y resentimiento hizo clic en el botón para leer el siguiente capítulo.

La buena noticia es que esta versión de Seokjin no estaba realmente enfermo, pero la mala noticia es que él estaba acurrucado en el piso de su baño porque su novio (bueno, ex novio ahora) lo había dejado horriblemente en su cumpleaños y estaba demasiado ocupado llorando y comiendo helado y bebiendo demasiado soju como para pensar en visitar el piano a un lado de su trabajo. Su ex novio siempre iba a la panadería y no había dejado de ir incluso después de romper con él por lo que estaba tratando de encontrar un nuevo trabajo, y al mismo tiempo tratando de recomponerse y no lo estaba logrando, pero nueve días después de su cumpleaños, se dio una ducha y se vistió y salió al mundo para tratar de encontrar algo que pudiera calmarlo…

… que era como Kim Namjoon se topó con Kim Seokjin en una tienda de música en una parte totalmente diferente de la ciudad.

 

Tomó un segundo, pero después de ese segundo Seokjin se dio cuenta que estaba siendo observado. Él subió la mirada, sintiendo su pecho contraerse por los nervios, pero la persona que lo miraba no era Hyosang (¿De todos modos, por qué sería?) Es… es el chico rubio, el de la tienda de música alado de la panadería, el que iba cada mañana por una taza de café y tres de cada cinco terminaba derramándola sobre sí mismo antes de hacerlo por la puerta delantera. El que siempre le permitía tocar el piano a pesar de que en realidad no era muy bueno y siempre había música sonando por los altavoces cuando entraba, el que apagaba la música para que Seokjin pudiera tocar el piano un poco sin distraerse con otra melodía.

Seokjin abre la boca para decir algo, cualquier cosa, pero el rubio se adelanta.- Me estás engañando- dice, pero sonríe mientras lo dice, como si no pudiera creer la suerte que tiene.

-Yo…- a Seokjin le toma la mitad de un segundo para reorientarse a sí mismo.- ¿Estoy qué? ¡¿Te estoy engañando?!-

-Bueno…- el rubio continúa, señalando las teclas del piano debajo de las manos de Seokjin,- tal vez no a mí. Estás engañando a mi piano. Sabes, te echa de menos-

Hay un momento de silencio, cargado con algo que Seokjin no pudo describir, y mira hacia abajo a sus manos en las teclas.- Oh- él dice, sintiéndose un poco estúpido. Sus oídos están zumbando y no puede entender por qué.- ¿Por qué…?-

-Me dijeron que estaban enfermo- el rubio dice de repente, (no – su nombre es Namjoon ¿cierto? Kim Namjoon), dando un rápido paso hacia adelante como si no pudiera evitarlo.- Cuando pregunté dónde estabas me dijeron que estaban enfermo. ¿Estás bien?-

¿Cuándo le preguntó…? No, no. No pienses en eso. Ni siquiera lo pienses. Seokjin abre la boca, preparándose para decir un “estoy bien” o “sólo es un resfriado”, “gracias por preocuparte” o, demonios, tal vez sólo un rápido y brusco “no es de tu incumbencia”-

-No- Seokjin se oyó a sí mismo decir.- En realidad no. No estoy bien-

No sabe lo que esperaba, pero Namjoon palideciendo y cerrando la distancia entre ellos no era lo que esperaba. Namjoon se acerca para tomarlo de la muñeca y… y luego vacila, dejando caer la mano de nuevo a su lado.- Vamos a un lugar- dice un voz baja.- No tienes que hablar de ello si no quieres, pero… me gustaría comprar una taza de café. O una bebida. Lo que sea. Lo que tú quieras-

 

 

Hubo un momento en el que se detuvo a pensar, el cursor cerniéndose sobre el siguiente enlace en la parte inferior de la pantalla. Eran casi las cinco de la mañana y supuestamente él había estado trabajando en su demo para el próximo álbum, pero sabía ciertamente que no tenía nada que mostrar. Estaba cansado. Estaba más que cansado. Sus ojos dolían y su piel dolía y cuando se estiró cada vertebra estalló horriblemente como si hubiera intercambiado espinas con un centenario o un dios, realmente no tenía nada que mostrar por las casi doce horas que había pasado en el estudio. Por un segundo considerar sólo ir a casa, pero… pero el falso Namjoon estaba a punto de llevar al falso Seokjin por una bebida y si alguien pensaba que se perdería eso entonces estaba muy equivocado.

Desafortunadamente la bebida terminó platónicamente (¿desafortunadamente? Namjoon ya no estaba seguro de quien era él… pero es que, estas dos personas eran totalmente ficticias, era normal apoyar a dos personas ficticias que iban, obviamente, a terminar juntos al final de la historia) pero el encuentro le dejo al Seokjin ficticio una mejor sensación, y cuando fue a su casa y se fue a la cama, le texteó a su jefe haciéndole saber que iría la mañana siguiente.

Pero la mañana siguiente, el ex novio de Seokjin apareció en la panadería, por supuesto (“No puedo creer que ese pedazo de basura lo hiciera” el real Namjoon murmuró entre dientes) Y pelearon, claro. Y en exactamente el mismo momento en el que Kookie estaba batallando para sacar su celular de su bolsillo trasero y llamar al 119, cuando el ex novio de Seokjin se acercaba hacia la barra para tomarlo del cuello, cuando Seokjin dio un paso hacia atrás y cerró los ojos y trató de pensar…

… en ese mismo momento, Namjoon apareció. Moviendo hacia atrás de un tirón al ex novio por la parte trasera de su camisa. Lo empujó hacia la puerta y le hizo saber en términos inequívocos que si alguna vez, alguna vez volvía, éste Kim Namjoon personalmente se aseguraría que no volviera a ser físicamente capaz de masturbarse de nuevo.

Fue en este punto que Namjoon se dio cuenta que estaba de pie, con sus puños en alto victoriosamente, así que trató de sentarse en su lugar. Echó un vistazo al reloj. Eran casi las cinco y medio y los más madrugadores se levantarían en aproximadamente una hora y luego tendrían práctica de baile y práctica vocal y luego clases de japonés… pero en realidad no tenía suficiente tiempo para dormir un poco de todos modos, así que ¿qué importaba si seguía leyendo? Casi terminaba con esto de cualquier forma.

 

 

Desde hace dos semanas (demonios, si es honesto consigo mismo ni siquiera él mismo sabe que han pasado más de dos semana) Namjoon ha estado pensando en esto. Ha estado pensando en Seokjin pasando por encima del umbral de su departamento, sacándose sus zapatos, acoplándose al colchón en la habitación y en su vida. Ha estado pensando en ellos mucho más de lo que sabe que debe, pero no ha sido capaz de detenerse… no ha podido dejar de pensar en Seokjin entrando en su departamento, parándose en la sala de estar y permaneciendo allí, permaneciendo allí como si siempre hubiera estado ahí. Como si nunca se fuera a ir.

Ha estado pensando en Seokjin en su departamento, claro, pero no así.

Seokjin está de pie en medio de la sala de estar con la camisa arrugada y sus mejillas pintadas de color rojo y sus ojos hinchados por el esfuerzo de retener las lágrimas y torciendo sus dedos en un tic nervioso, como un ritual auto-calmante, como si todavía estuviera recordándose a sí mismo que él estaba allí.

Namjoon sin decir nada, va a la cocina y saca una toalla de mano de un cajón. Vierte un vaso de agua. Moja la toalla y la tuerce otra vez, para que estuviera fresca y todavía un poco húmeda.

-Siéntate- dice cuando vuelve a la sala de estar, y Seokjin lo mira, sorprendido, como si hubiera olvidado donde estaba.- Está bien- dice Namjoon, más tranquilamente esta vez. Más sedativo. Tratando de hacer su voz lo menos amenazante de este mundo.- Éstas bien. Sólo siéntate, ¿de acuerdo?-

Le toma un segundo, pero Seokjin se sienta con cuidado en el borde del sofá, sus rodillas juntas, las manos en los muslos, rozando sus palmas, lenta y rítmicamente sobre la suave y tela negra de sus pantalones en una fácil continuación de ese mismo movimiento calmante de antes.

Namjoon se sienta junto a él, sintiéndose torpe y desgarbado como si fuera a hacer o decir algo completamente incorrecto, pero Seokjin está tan cerca y se ve tan triste (como una taza de té volcándose, derramada e inestable) por lo que se detuvo por un segundo. Se detuvo un segundo, y se acercó para pasar la toalla cuidadosamente sobre el rostro de Seokjin. Debajo de sus ojos. Sobre sus mejillas, enfriando el rojo debajo de su piel.

-No te merecía- dice Namjoon, las palabras saliendo sin que las pensara. Se paralizó por un segundo, sus brazos congelándose en el lugar, pero los ojos de Seokjin parpadearon hasta encontrarse con su mirada y la expresión de su rostro era de… sorpresa, tal vez, y la indirecta más pequeña de algo que parece casi como esperanza.- Él no te merecía- Namjoon dice otra vez, moviéndose de nuevo, presionando el paño frío en la mejilla de Seokjin, su sien, sobre la curva de su mandíbula.- Mereces algo mejor-  

-Yo no…-

-Te mereces todo- Namjoon lo interrumpió, y siente el rubor iniciándose en lo profundo de sus huesos y encontrando una lenta salida a través de los músculos, sus tendones, su sangre, hasta que finalmente florece caliente y roja en su piel. Seokjin lo miraba más profundamente ahora, como un niño mira a un insecto… sus ojos un poco estrechos por la curiosidad, labios un poco fruncidos… y las ganas de acercarse y besarlo se estaba convirtiendo en algo imposible de ignorar.- Te mereces todo. Probablemente mereces algo mejor de lo que nadie podría esperar…-

La mano de Seokjin se acercó y deslizó su mano sobre la parte posterior de la mano de Namjoon, situando sus dedos de donde Namjoon sostenía el paño húmedo, lo quitó y tiró lejos de su rostro para que pudiera apoyarse.

Si es honesto consigo mismo, entonces… de acuerdo, Namjoon había pensado mucho en esto. Pensó mucho en besar a Seokjin, sobre la forma correcta de hacerlo, sobre el tipo de situación que necesitaría inventar para que pareciera natural y no algo forzado. Nunca había pensado en Seokjin inclinándose primero. Nunca pensó en el sabor de la sal y las lágrimas en los labios de Seokjin. No pensó en muchas cosas.

Pero ahora Seokjin se está inclinando, su rostro todavía con un poco de lágrimas, y presionando sus labios con cautela hasta la comisura de la boca de Namjoon.

 

 

A Namjoon le tomó unos segundos darse cuenta que estaba conteniendo la respiración.

Él había sido golpeado repentinamente por la compresión, al darse cuenta que alguien se había sentado y había abierto un nuevo archivo en su ordenador, sólo dios sabía cuánto tiempo de trabajo había tomado para que este beso viniera, cómo dos personas como Namjoon y Seokjin terminarían presionándose entre sí de está manera, y la idea forzó un rubor en su rostro. Había estado haciendo un buen trabajo en mantenerse a sí mismo separado e independiente del Namjoon de la historia (su cabello ya no era rubio de todos modos), pero por un momento no pudo seguir así.

Estuvo a punto de cerrar la ventana del navegador, en un ataque de pánico, tal vez, pero no lo hizo. No podía hacer clic en la X. Estas dos personas eran falsas ¿recuerdas? Eran fingidas, y de todos modos no es como si el real Kim Namjoon besaría a otro chico. Está versión de Kim Namjoon eran falsa. Podía mantenerse independiente y separado al menos el tiempo suficiente para llegar al final de la página.

 

 

El sonido que Seokjin hace en el fondo de su garganta cuando Namjoon lame cuidadosamente contra su labio inferior (experimentalmente, para ver qué es lo que Seokjin está buscando) dispara directamente a través de él, perforando su corazón, sus pulmones, y su estómago se torció de manera que no hay nada en el universo a excepción de ese sonido. La boca de Seokjin sabe un poco como el café de esta mañana y sus labios son salados por el llanto de antes y cuando sus dientes hacen clic con desesperación, Namjoon siente esa vieja sensación olvidada precipitándose a través de él con tanta fuerza y rapidez que no pudo detener sus manos de deslizarse hacia arriba en las piernas de Seokjin y agarrando con fuerza sobre su cintura.

Entonces Seokjin retrocedió por un segundo, respirando fuerte y rápido, y apoyó su frente contra la de Namjoon.- Pensé que tal vez,- respiró… y el fantasma de una sonrisa tira de la esquina de su boca.- Esperaba que fuera así, pero no estaba seguro-

-Voy a besarte otra vez- Namjoon dice y hace.

Dios, pero había pasado mucho tiempo desde que besó a alguien así. ¿Un año? ¿Dos años? En algún punto estuvo demasiado ocupado como para seguir pensando en eso, (en algún momento Seokjin comenzó a venir a la tienda y Namjoon no había mirado a nadie más), pero ahora es todo en lo que puede pensar así que curva ambas manos sobre la parte posterior del cuello de Seokjin, enroscando sus dedos en el cabello en su nuca, acercando a Seokjin y presionando un beso en su boca.

Es más lento esta vez, más tranquilo, menos desesperado e impactante, y construida por la rapidez y sorpresa, por lo que Namjoon puede prestar atención. Los labios de Seokjin son suave y llenos y tersos y cuando los apartó para dejar entrar la lengua de Namjoon, creando un pequeño pop casi inaudible al momento de separarlos, envió electricidad por la columna de Namjoon. Sabe cómo el café. Sabe cómo la sal. Sabe cómo todo lo que alguna vez Namjoon imaginó que sabría besar a Seokjin, eso y más.        

 

 

Namjoon no dejó de leer cuando el beso se profundizó. Namjoon no dejó de leer cuando el Seokjin ficticio deslizó sus manos debajo del dobladillo de la camiseta desgastada de Metallica del Namjoon ficticio. Namjoon ni siquiera dejó de leer cuando el Namjoon ficticio sin decir nada subió a Seokjin a horcadas sobre sus caderas. A pesar de que se dio cuenta que su rostro estaba absolutamente de rojo brillante y podía oír su pulso susurrando en sus oídos y lo único que se le ocurrió fue la forma en que el muy, muy real Seokjin lo miraba mientras se sonrojaba… aun así no podía dejar de leer.

Llegó al final…

 

 

-¿Entonces, qué significa esto?- Namjoon murmuró contra la piel de Seokjin.- ¿Qué somos?-

En respuesta, Seokjin se curveó hacia arriba de él, pasando sus fríos dedos por su columna vertebral, presionando sus suaves labios dulcemente, suavemente contra su mandíbula.- Hablaremos de eso- dice Seokjin.- Tal vez después-

-Tal vez después- Namjoon hizo eco, rompiendo y besando de vuelta en la boca de Seokjin.- Quizás después-

 

 

… y luego se sentó en la silla frente a la computadora del estudio durante mucho, mucho tiempo.

Dios, estaba cansado. Había estado en el estudio por… demonios, más de lo que debió haber estado, y en cualquier minuto sabía que alguien se daría cuenta que no estaba en su cama, que tal vez no estuvo en la cama en toda la noche, e inevitablemente alguien le enviaría un mensaje al kakaotalk preguntándole donde estaba. Había sido una mala idea. Había estado solo, vulnerable, extraño y Dios, había sido una muy mala idea.

Namjoon cerró los ojos y pasó sus manos por su rostro. Eran casi las siete ahora. Tal vez sólo debía pretender que terminó tarde y que luego volvió temprano otra vez. Tal vez podría fingir que se fue la energía en el estudio y todo en lo que había trabajado se había perdido. ¿Quién iba a creerle eso?

Podría pensar en algo. Sólo tenían que darle un minuto, pensaría en algo una vez que la imagen de él besando a Seokjin saliera de su cabeza.

 

 

 

 

-Yah. Yah, Namjoonie-

Cuando Namjoon abrió los ojos, su visión era borrosa y rastreando y por un segundo no pudo averiguar en donde se encontraba. Su cuello dolía demasiado y tenía una extraña combinación de demasiado frío y demasiado calor, y donde sea que estuviera, estaba muy oscuro.

-Namjoonie- dijo la voz de nuevo, más fuerte esta vez. Algo fresco presionando contra su frente.- Dios, te estás quemando. ¿Qué diablos te poseyó para hacerte pasar toda la noche en el estudio?-

-El demo- Namjoon murmuró en voz baja, inclinando hacia adelante su silla y apoyando su cara en sus palmas.- ¿Qué hora es?- Espera, demonios. Maldición. Namjoon levantó la vista…

-Son casi las ocho- Seokjin ladeó la cabeza hacia un lado.- ¿En serio estuviste aquí toda la noche?-

… y era Kim Seokjin quien estaba de pie junto a él recostándose contra el escritorio, su mano todavía extendida donde presionaba la palma de su mano en la frente de Namjoon, una divertida mirada en su rostro como si no estuviera seguro de reír, gritarle o llamar a una ambulancia. Se veía tan extraño con la tenue luz del estudio, sólo la lámpara de color amarillo dorado alado de la computadora y la fría luz azul de la mañana filtrándose a través de la puerta abierta. Parecía cansado. Su cabello estaba un poco desordenado, su flequillo colgaba por sus ojos. Sus labios eran de color rosa y eran llenos y ligeramente separados y… Dios, Dios, era como si Namjoon lo viera por primera maldita vez. Sólo había leído un maldito fanfic y ahora miraba como un idiota a Kim Seokjin.

-Si- dijo Namjoon finalmente.- Quiero decir… no, sólo estaba…-

Seokjin rodó sus ojos.- No me mientas. Soy mayor que tú, y es una falta de respeto- Se inclinó un poco hacia adelante, su mano volvía para tocar con el dorso de sus dedos contra la frente de Namjoon.- Estás ardiendo, Namjoonie. Deberías volver al dormitorio y dormir un poco-

Hace quince horas Seokjin podría haberlo besado en la mejilla y no le habría importado (irritarlo, tal vez, pero no molestarlo), y aquí estaba ahora, teniendo pequeño ataque de pánico en algún lugar profundo en su estómago sólo porque Seokjin estaba tocando su frente. No podía dejar de pensar en el auto estrellándose en la tienda de conveniencia, sobre Seokjin acercándose a él cuando se despertó en el suelo del baño, sobre como el Seokjin ficticio se había inclinado y presionado sus labios sobre los de Namjoon.

Seokjin abrió los labios con curiosidad (el pequeño estallido casi inaudible de sus labios separándose envió electricidad a la columna de Namjoon) y se inclinó un poco.- Te ves muy enfermo. ¿Estás bien? Tu cara está roja-

-No- Namjoon oyó decir.- En realidad no. No estoy bien-

No sabía lo que esperaba, pero Seokjin palidecer y cerrando la distancia entre ellos no era lo que esperaba. Seokjin tomó su muñeca… y luego vaciló, dejando caer la mano de nuevo a su lado.- Vamos a casa- dijo con voz tranquila.- Te lo pido por nosotros. Estás enfermo, está bien. Y Namjoonie, tú…- hizo una pausa. Se mordió el labio.- No tienes que hablar de ello si no quieres, pero… pero realmente quiero que vuelvas al dormitorio conmigo. Te haré algo de comer. Lo que tú quieras-

Namjoon lo miró, realmente lo miró. Había hecho un maldito buen trabajo en mantenerse a sí mismo separado y ajeno al Kim Namjoon ficticio que trabajaba en la tienda de música y compraba café cada mañana en la cafetería de alado y albergaba un enamoramiento inútil en el chico que trabajaba detrás del mostrador, pero Dios… se había olvidado de mantener a Seokjin separado, ajeno a todo. Había olvidado mantener al Seokjin real alejado de la persona en la historia que era tan imperfecto y perfecto, irresistible y tocable y, lo golpeó repentinamente que Kim Seokjin se había ganado cada maldito centavo de ser el visual.

Todas esas historias que estaban etiquetadas con Namjoon/Seokjin segundo plano aparecieron en la parte posterior de su cabeza, y pensó en la forma en que Seokjin le decía Namjoonie y la manera en que Seokjin se acercaba a él y todas esas pequeñas cosas sin sentido que Namjoon siempre había visto como amistad y las fans aparentemente habían visto como algo más… todas esas pequeñas cosas sin sentido que tal vez Namjoon había estado malinterpretando todo este tiempo.

-¿Lo que yo quiera?- Namjoon repitió.

Seokjin se encogió de hombros. Sonrió, sólo un poco.- Dentro de lo razonable-

Notas finales:

¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado.

Hay una continuación de esta historia (y es igual de linda >.<), la subiré cuando tenga tiempo.

Gracias por leer^^

Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).