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En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

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Notas del capitulo:

 

Hola a mis hermosas y bellas lectoras, claro que sí, ya he regresado, ¿Qué dijeron? Donde se metió esta canija, bueno es que por culpa de mi hermanito, que le regaló prácticamente su computadora a la dueña de su corazón  es que  ahora pretende adueñarse de la mía, por lo que  no tengo ni la más mínima oportunidad de escribir, en fin  me salto el royo y nos vamos a leer, que ya bastante han esperado.

 

No sin antes dedicar el capítulo a las, no, es que estrellitas les queda corto, a las luces que iluminan mi loca imaginación para continuar.

 

Pero eso sí, con una dedicatoria especial a una lectora que por allí estuvo cumpliendo años y su regalo se le retraso, Juni, muchas felicidades y una disculpa, ya les había dicho que soy un desastre ¿verdad?

 

n_n

 

 

P.V Ryui.

Grosero, mentiroso, vil, cruel y violento es el tipo del que Okāsan se enamoró, no termino de creerlo, él simplemente no tiene nada lindo, excepto su departamento, ese si es muy lujoso, pero en fin, ¿Qué puedo decir?,  soy mejor partido para Okāsan  que él, aun así tengo que pensar bien las cosas. Con lo difícil que fue entrar, no quisiera irme así como así, por otro lado si me encuentra  de seguro que ahora si me lleva con las autoridades, correré con la misma suerte que Dango- reflexiono oculto en la lavandería del hotel, lugar al cual llegué después de escabullirme por el ducto de ventilación que encontré en el baño de la habitación donde  fui encerrado.

¿A qué fue que viene? Otōsan  dijo que yo no era su hijo, ¿y si tiene razón?, entonces esta tonta búsqueda no tuvo ningún sentido, sumándole que no es precisamente el príncipe azul que esperé llevar con Okāsan, él, él…es más como un caballero del apocalipsis, hasta viste de negro y todo, fuma, bebe, grita, odia los animales, ¿en qué nos parecemos?, ojalá que de verdad no sea mi papá…

Pero eso de nada serviría, sea o no sea mi padre Okāsan no despertará, y yo aquí perdiendo el tiempo tan lejos de casa  con un ogro escupe fuego…sin Dango empiezo a sentirme solo, espero que este bien… si pudiera lo buscaría,  pero no tengo idea de adonde se lo pudieron llevar… ¿y cómo estará Kou-Oji? De seguro es un manojo de nervios, debe  estar  buscándome como loco junto a mi tío Takato … -llevo las manos a mi cara- no quiero estar aquí, pero tampoco quiero regresar con las manos bacías, ¿Qué debo hacer?

-oye ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?-entrevistó  una de las empleadas que recién me descubría.

-¿yo? Eh pues soy, el hijo de, de, del de mantenimiento-se me ocurre y respondo entre convincente y  nervioso de la impresión.

-ya veo, de cualquier manera este lugar no es para niños, así que por favor sal de aquí- indica mirándome con duda, y como no, si sigo con la ropa del día anterior, casi vago y para empeorar sin zapatos, pero yo no tengo la culpa, esa es de Asami por habérmelos  quitado.

Y a poco de retirarme, la mujer me llama nuevamente.

-espera-y analiza cuidadosamente-muéstrame lo que llevas en la bolsa, no quiero que me falte ropa de los señores y después resulte que tú te la llevaste.

-perdón, ¿parezco alguien que necesita ropa?-y reconsidero mi imagen, deplorable, ya que no quise tomar la que me  había ofrecido  mi supuesto padre-ok, no responda- sin más ganas de discutir vacío mis pertenencias cual sospechoso de crimen.

-muy bien, ahora si vete, y usa la puerta de servicio, mucho cuidado con molestar algún  invitado-demandó la mucama.

Salgo y continúo sin saber qué hacer, si volver a Fukuoka aun sabiendo que eso no le servirá de nada a Okāsan o quedarme  e intentar  a toda costa que Asami Ryuichi se convierta mínimo en la mitad del hombre que imagine de padre, ¿Qué hago? ¿Qué hago?- cuestiono sin cesar hasta chocar con una persona. UPS, por el calzado  que es lo primero que veo,  deduzco que es un inquilino, pero.

-así que después de todo si viniste mi pequeño Ryui- palidezco por el timbre de su voz  y al verle de frente confirmo que  no es otro que  Todoroki  Natsuya, quien al parecer desde la estación me siguió aquí, intento correr pero me sostiene por la cintura y levanta con facilidad, cubriendo mi boca con la otra mano. - ¿creíste que podrías escapar? ¿Dime en donde dejaste a tu mascotita? ¿Ya hablaste con tu papi? ¿Eh?-  interroga el estúpido, ¿Cómo espera que le conteste si no me deja?, encuentro la oportunidad y lo muerdo a lo que me suelta y caigo de rodillas, apartándome de él rápidamente,  no reconozco cuanto nos alejamos, pero sí sé que tengo que calmarme.

-….oye, no, no  te aconsejo que me molestes, porque mi padre, él es un tipo muy peligroso y se molesta fácilmente, además estaba con él cuándo me trajiste, no tardará en darse cuenta que no estoy allá y vendrá- miento en espera de que Natsuya se la crea y me deje.

-¿de verdad? ¿y por qué aún no está aquí tu querido y valiente padre?, algo me dice que estas mintiendo mi pequeño rufián  - se acerca poco a poco mientras yo me descuelgo del hombro una correa de la mochila volteándola a un lateral para abrirla.

-no miento, mira, si quieres puedo darte este dinero que me dio- busco el inmovilizador eléctrico que tomé prestada de las pertenencias de  kou-Oji encendiéndolo dentro de la mochila.

-no querido mío, tu sabes que no deseo dinero-admite  palpando mi  mejilla.

-qué bueno porque no te voy  a dar nada -en cambio le rozo la  pierna con los destellos erétricos que enseguida adormecen su musculo haciéndolo  sollozar,  no me detengo a ver si me sigue soltándome a correr  a donde sea que no me encuentre.

Auch, de pronto piso un vidrio roto, carajo que sucia es la calle enserio que nunca en la vida me volveré a quitar los zapatos, doy vuelta  fuera del callejón y volteo atrás,  casi se me dibuja una sonrisa cuando le distingo persiguiéndome, ¡Que no se cansa!, continuo a paso veloz, entre golpeando gente que se me pone enfrente  con los latidos del corazón resonando fuertemente y el aliento contenido a causa de un poquitito de miedo porque me alcance, de verdad, no entiendo como en situaciones similares a esta la gente se cuestiona  ¿Cómo podría ponerse peor?,  imposible , es decir ese loco está persiguiéndome.

Entonces una limosina de color negro se incluye a la persecución, ¿qué es esto una broma?, intento cruzar la calle para zafarme del problema pero otro auto del mismo matiz me lo impide frenándose con intenciones de obstruir el paso, al momento de buscar otra salida otro llega, y así sucede hasta verme rodeado, no sé si decir ¡soy inocente! o ¡él es el culpable!

-entonces no mentiste con lo de tu padre, ¿eh, Ryui?- comenta Todoroki alcanzándome para sujetarme las manos quitándome la defensa eléctrica mientras me tomaba   por el cuello en posición de quebrarlo.

- ¿mi padre?, ah sí, claro mi Otōsan, pues te lo dije, pero no me escuchaste.- ¿enserio podría ser él? Porque de los autos bajan un montón de personas en traje formal obscuro con arma en mano, pero no veo por ningún lado a Asami. Parece   película de acción.

-señor, está confirmado, es un menor de entre ocho  y nueve años, cabello negro, mochila azul, sin zapatos, pero tenemos un problema.

-¡escuchen si quieren al niño con vida exijo un millón de dólares como rescate!

-¿eh? Qué te pasa, yo no valgo un millón, mínimo pide veinte – interrumpo en defensa de mi valor como persona ganando  la controversia  de todos.

-ya escucharon al mocoso, quiero veinte millones o quebraré su lindo cuello-demanda con más exigencia.

-…pues si tu no lo haces lo haré yo –responde  una voz entre oculta  que me resulta tan molesta como familiar.

- ¡Otōsan!- llamo al verlo con el mismo atuendo y mirada de héroe.

P.V Asami.

Este pequeño idiota, no hay duda de que es hijo de Takaba Akihito, ya que tiene la misma capacidad para meterse en problemas que él, y también las de preocuparme.

-Asami Ryuichi…si quieres a tu hijo de vuelta trame veinte millones de dólares ahora mismo- la situación es mala, pero no de las peores que he presenciado  ¿y qué pasa con esa petición?  Tan Simple y ridícula.

-lo siento pero no estoy dispuesto a darte un centavo – palabras que sorprenden a Ryui y  a su secuestrador.

-me lo supuse-pronuncia  Ryui-si vas a matarme hazlo de una vez, él no te dará más que quizás las gracias -¿Qué? Tan inhumano me crees, mocoso insolente debería dejar que te mataran.  

-déjense de juegos estoy hablando enserio, desde que comenzaste a decirme que venias  en busca de tu padre tuve como objetivo tomarte y pedir un  rescate- dialogaba con Ryui- y aunque las cosas se complicaron por culpa de ese estúpido perro ahora finalmente  estoy en posición de –fija su mirada en mi- Asami –Sama no me obligue a hacer algo que no quiero- termina de amenazar, a lo que Ryui no parece asustado.

El tipo me logra inquietar, matarlo con los francotiradores sería fácil y rápido, pero no quisiera tener que incluir de testigo a Ryui, después de todo es apenas un crío como para   presenciar una muerte.

-¿señor? -pide ordenes uno de los subordinados.

-está bien, déjalo- reflexiono.- basta  de tonterías, suelta al mocoso, si lo haces no te mataré, pero si sigues con las estupideces de asesinarlo serás tú quien muera -  anuncio acercándome a ellos, el tipo comienza  a temblar, porque reconoce  en mis órdenes que no miento  y poco a poco afloja  el agarre de Ryui hasta lanzarlo  a mí con fuerza, dándose a la fuga  cuando  uno de los francotiradores le disparó justo en la cabeza terminando el trabajo.

-¿en dónde…-Ryui intenta voltear.

-déjalo, no volverá a fastidiar-evito que lo vea mientras otro equipo levanta el cuerpo llevándolo lejos.

Lo tomo de la mano y encamino a la limosina que ambos abordamos de regreso al hotel.

-¿estás bien?- interrogo  consiente de lo que acababa de pasarle, admito que para ser un niño es valiente, además ese hombre dijo que ya le había venido siguiendo. Pero lucia tranquilo, como si hubiese confiado en que acudiría en  su ayuda.

-…estoy bien… yo lo  siento.

-¿por haber escapado?-pregunto al instante a lo que ríe descaradamente  y responde.

-no, eso lo volvería hacer…me estoy disculpando por llamarte papá hace rato, es que olvide que te molesta, pero ya no lo haré, ¿te parece si te llamo Asami?, ¿o debería agregarle el sama?

-llámame como quieras –despeino sus cabellos y no puedo evitar imaginar un pequeño Akihito que me vino a la cabeza por su infantil actitud- no vuelvas a salir sin permiso-vuelvo al tono cotidiano desconociéndolo mientras le veo observar por la ventana.- ¿tienes miedo?

- no, estoy memorizando el nombre de las calles para la próxima vez que me escape no pasar por aquí – dice sonriéndome como lo hacía  Takaba.

-eso no sucederá niño, Akihito vendrá por ti, y yo lo estaré esperando.

Entonces su sonrisa se disuelve  y no vuelve  a pronunciar palabra, al momento de bajarnos de la limosina fue que noté sus heridas en  rodillas y pies, ya que sus zapatos se habían quedado en el vestidor, entre regaños y empujones conseguí llevarlo cargado hasta el apartamento, transcurso en el  que gritó y pataleo  asegurando ser capaz de moverse por sí solo.

- te digo que me sueltes –por fin en el departamento corre por su calzado-lo juro dormiré con zapatos para no olvidarlos la próxima fuga-dice echándolos a su bolsa.

-ya te lo dije, no iras a ningún lado, ¿Qué no aprendiste nada sobre los peligros de fuera, mocoso?-regaño pero él me ignora. Ahora que lo pienso ¿Cómo fue que Akihito le dejó venir solo? ¿Realmente sabrá que está conmigo?

-….Asami-sama… ¿de verdad piensa matar a Okāsan si lo vuelve a ver?- pregunta de lejos, supongo que entonces realmente escuchó mi temprana conversación con Kuroda y por eso huyó.

-…claro que no, solo lo dije porque…porque- me encamino en busca  de un  botiquín  que tenga lo necesario para curarle.

-¿Por qué?-pregunta expectativo tomando asiento en el sofá. Ahora era  el momento de continuar con lo que quise decirle en el dormitorio, pero ni yo mismo se lo que tengo que explicar.

Me quedo callado pensando en ¿Qué debo hacer con este niño? me quito el saco y arremango las mangas de mi camisa para inclinarme y atender los rasguños del chico, termino de romper su pantalón que ya mostraba un desgarre en la rodilla para limpiar la herida, él con actitud inquebrantable no se queja, expresando  solamente un gesto de molestia al momento de aplicar el alcohol.

-Takaba Akihito, no pretendo lastimarlo…ni yo mismo se por qué después de haberse largado sin decir nada, pero…te digo la verdad-aclaro terminando la curación. De repente el crío ríe y dice.

-pues no se escucha muy sincero que digamos, eh.

-pero lo soy-y sin más cuidados paso a limpiar las cortaduras en las plantas de sus pies.

-WAAAA que rayos le pasa, déjeme, lo haré yo- se molesta arrebatándome los desinfectantes. A lo que me rio por su tonto carácter, me levanto y lavo  las manos.

-estarás bien, son solo rasguños…ese hombre ¿no te hizo nada más, o si?-interrogo viéndole por el espejo de la sala al momento de servirme un poco de vino.

-estoy bien… -entonces suena el timbre y al dirigirme a abrir se introduce el Dóberman sin invitación alguna.

-¡Dango!-como si ambos lo hubiesen estado esperando corrió al rencuentro de Ryui- ¿estás bien? ¿Qué te hicieron? ¿Te trataron mal?-acaricia al canino mientras este juguetea inclinándose y ladrando.

-lamentamos la tardanza Asami-sama, el perro ya ha sido bañado y revisado, ahora cuenta con todas las vacunas y también fue despulgado- informa Kirishima dándome los papeles legales del animal al igual que una cadena de paseo.

-buen trabajo-despido  y se marcha.

 

P.V Akihito.

Por fin las cosas empiezan a calmarse, sabía que Asami no podía ser tan malo como para echar al pobre e indefenso perro que acompañó a su hijo. Creo que realmente mi Ryui no podría haber llegado con mejor persona, es decir, Asami es su padre y tiene que hacerse cargo.

Lo único que lamento es no poder tener voz para decirle a Ryui cuanta felicidad me da que este bien y lo orgulloso que estoy de que sea tan valiente, aunque no me alegra del todo que ese infeliz haya terminado muerto, sin embargo temo que de ahora en adelante ese será el destino para todo el que amenace a mi pequeño Ryui.

-gracias Asami-digo aun sabiendo que no me escuchará.

- Asami-sama,  no es tan malo después de todo- reflexiona por la devolución de  Dango-  lamento haberle dicho que era de lo peor, que  ojalá nunca  le hubiese encontrado y que era un idiota- se disculpa con Asami.

-nunca me dijiste  idiota- reconoce Asami molesto.

-¿no?, pues entonces lo pensé, como sea, lo siento-  ríe  por la nueva ofensa.

Después de eso se adentraron dos mucamas, que por órdenes de Asami se dieron a la tarea de bañar a Ryui, pobre con lo penoso que es respecto a su cuerpo,  se puso rojo e insistió en que no necesitaba de nadie, pero Asami le regañó y amenazó con sacar al perro si se negaba, al final Ryui terminó limpio y con ropa nueva, tomó los alimentos con Asami y  Dango para después disfrutar de la televisión.

Programación noticas de economía y  bolsa universal por la tarde,  solo Asami puede interesarse en eso, hasta el perro se durmió a los  pies de Ryui que tenía una cara de aburrimiento incapaz de ocultar.

-¿no podemos ver otra cosa?-pregunta Ryui intentando tomar el control remoto del lado de Asami.

-no,  y no hables esto es importante- silencia Asami cambiando de lugar el control.

De pronto su teléfono suena y se levanta para tomar la llamada, momento que aprovecha Ryui e  indaga los canales deteniéndose en una caricatura de esas que a él le llaman la atención.

-¿llegaras por la mañana?, está bien enviaré por ti-fue lo que dijo a la persona del otro lado de la línea bastante misterioso, en mi opinión.-te dije que no movieras el canal-regaña volviendo a la programación con un control extra.

-si pero tú te fuiste, esta casa es muy grande ¿Qué no tienes otra televisión?- se defiende  interviniendo las señales impidiendo llegar a su programación.

Así Asami subía y Ryui bajaba de números  compitiendo entre ellos esperando que el otro se desesperara hasta que.

-…y ya estamos de regreso con el reportaje   invenciones de Armas más letales en el mundo…

- ¡Alto!-exclaman  al mismo tiempo y ríen al darse cuenta que coincidían en el programa.

-¿te gustan las armas?- pregunta Asami acomodándose en el sillón.

-sí, pero a Okāsan le dan miedo por eso no veo ni hablo de ello… me contó que una vez le dispararon, y que le disparó a alguien por accidente, que son realmente peligrosas y es mejor no involucrarse con ellas-… Ryui.

-entiendo-agregó Asami, de seguro ahora debe pensar algo como que le dejé apropósito porque no quería que Ryui se involucrara en su mundo perverso y obscuro, aunque creo que ese sería un gran motivo de abandono.

Sin embargo si recuerdo mi vida con Asami, no toda fue gris, también tuvimos momentos buenos, en lo que me salvó, como hoy salvó a nuestro hijo, ojalá que las cosas entre ellos mejoren y lleguen a quererse como familia, esa que vagamente pasó una vez por mis perspectivas más anheladas en un futuro contigo, Asami.

La tarde se perdió con ellos atentos al documental, aparentaban tranquilidad pero yo sabía de sobra que ambos se sentían inquietos y nerviosos, Ryui fue el primero en quedar inconsciente, pobre aunque no se lo dijo a Asami debió haber pasado por mucha presión por culpa de ese hombre, al menos tengo la seguridad de que no podrá lastimarlo jamás.

Asami apaga el televisor y toma un cigarro que enciende mientras lo piensa dos veces antes de fumar dentro de la sala, optando por la terraza.

-Asami…- sale a tomar el aire respirando  profundo mientras voltea a dentro, da la primera fumada sosteniendo el cigarro con serenidad al mismo tiempo que pasa una mano por su cabello.

-Akihito…-me llama con melancolía, y yo sin poder responder me posiciono a su lado mirándolo con agradecimiento, nunca pensé que Ryui le buscara, pero ya está aquí.

-lo siento Asami, debí decírtelo.

-¿Qué hago?-continuó la conversación haciéndome sentir, que en lo más profundo de su alma, me escuchaba. 

-solo se un padre para el Asami, te necesita, quizás siempre te ha necesitado, se parece tanto a ti, que nunca me sentí solo.

-no podre…

-inténtalo, por favor Asami, eres lo único que tiene ahora, sinceramente no creo poder despertar, si es que sigo con vida…

-te necesito…

-y él te necesita a ti, necesita a su papá, ese eres tu Asami, nadie más que tú, mi tonto, cabeza hueca, corazón de roca yakuza sin sentimientos, tú lo eres- y con un pensamiento de amor lo abrazo deseando que el sienta y escuche mi corazón.

De pronto me empiezo a sentir extraño, como si me volviera ligero y así poco a poco al ver la palma de mi mano distingo como me desvanezco en la brisa del viento…no duele, en realidad pensé que era cuestión de tiempo, hasta yo sé que un espíritu es como una hoja que cae y se deja llevar por el viento… eso quiere decir que si estoy muriendo… pauso sonriendo de saber que al menos mi Ryui ya tiene a alguien que le consuele, y en caso, que lo dudo, Asami siga sintiendo algo por mí, pues ahora él tendrá a nuestro Ryui para confortar esta realidad, Asami, Ryui, mi Ryui se tan valiente como hasta ahora, no olvides lo que te he enseñado, has amigos, obedece a tu padre y nunca retrocedas…Asami… por favor no me olvides…

 

P.V  Ryui.

Me encontraba dormido cuando Dango se puso en alerta y comenzó a ladrar fuertemente en dirección a la puerta de la  terraza que se encontraba   a unos metros de donde descansaba espantándome el sueño.

Corre y araña la puerta de vidrio que separa las áreas aullando con ímpetu, como si alguien estuviera agonizando, o algo muy malo se avecinara, entonces presto atención a la silueta de mi papá y me confundo al entre distinguir a Okāsan abrazándolo por la espalda, tallo mis ojos dándome  cuenta que solo fue una ilusión producto del sueño, claro…porque Okāsan sigue en el hospital de Fukuoka esperando por mí y…

-¿quieres silenciar a tu perro?, molesta a los vecinos…

-lo siento-si claro a los  vecinos, no querrá decir que lo molesta a él.

-vete a dormir, es tarde y no puedo seguir faltando al trabajo-ordena fastidiado.

-como digas - tomo rumbo a la habitación que me había asignado cuando recuerdo “que no se dormir solo”

- ¿ahora qué pasa?- refunfuña al ver que sigo en las mismas.

-….bueno, es que yo, a mi…me da miedo dormir solo –admito con un poco de vergüenza ya que  desde que era un bebé siempre he dormido con alguien a mi lado, además de que ni siquiera conozco esta casa ¿Quién me asegura que no hay fantasmas debajo de la cama?

-¿qué quieres decir?-   ¿Cómo que qué quiero decir? ¿Acaso necesita que se lo deletreé o qué?

- lo que quiero decir es, que si ¿no podría dormir contigo?-  especifico a lo que hace un visible  gesto y  baja la mirada para observar a Dango.

-no lo creo, además no estás solo, duerme con el perro, lloriqueaste para lo trajera  de regreso ¿no es cierto?

-no es lo mismo…- expongo pero me quedo sin argumentos a discutir.

En realidad no esperaba que accediera, y ya hizo bastante con no enviar a la perrera a Dango, por lo que me encamino al cuarto, con la resignación de ser asechado por el fantasma de closet.

-…quizás sigas asustado por lo de hoy, está bien dormirás conmigo, pero solo será esta noche ¿entiendes?- acepta alejándose.

Por su actitud no puedo evitar recordar al yakuza del cuento que Okāsan me regaló, un tipo duro pero al mismo tiempo noble, entre dulce y agrio  que lo único que deseaba era cuidar de su fotógrafo, aunque  al final fue su propia culpa el que no tuvieran un final feliz… ¿esa misma historia podría repetirse con mi Otōsan y Okāsan si no hago algo por ellos?

Él definitivamente no cambiará tan fácilmente-me desanimo-pero si yo no hago algo  porque  lo intenté nadie lo hará, además lo necesito más dulce que agrio para Okāsan.

-de acuerdo, ven Dango -dejo salir un suspiro encaminándome a su habitación, nuevo reto hacer que un limón se vuelva dulce.

….

 

-¿Cuándo fue que el perro se incluyó?- dice de pie observando como Dango y yo nos  instalamos en su cama.

-vamos oto…digo Asami-sama  es solo un perro, además su cama es tan  grande que le podemos agregar una línea de almohadas y aún cabrían  otras dos personas- para que se pone delicado, si vamos a caber en el cielo.

- …

Otōsan parece molesto por lo que abro conversación – ¿y no te sientes solo en un departamento tan grande?

-No vivo solo- pobre es lo que dice la gente amargada.

-mmn ya veo, ¿y en que trabajas?, vi en una revista que eres director de un club y cadenas de hoteles además…

-si vas a seguir hablando te echaré fuera del cuarto-amenaza levantándose de la cama para  verme con sus ojotes, por lo que me volteo y cierro los míos.

-no eres muy platicador ¿verdad?…sabes a Okāsan le gusta mucho conversar  cuando estamos en la cama, siempre me cuenta cómo le va en sus trabajos, o sus planes para la comida del día siguiente, o me pregunta-pauso para dar un bostezo-o me pregunta que tal me fue en la escuela y cosas así, ¿tú no lo haces?

-… ¿Akihito? , entonces no ha cambiado mucho, también lo hacía conmigo y luego de un rato se quedaba…igual que tú de dormido-ya no distingo bien las palabras de Otōsan pero siento como alguien revuelve mi cabello.

6: 30 am

Los ruidos cotidianos propios de una mañana en Tokio terminan mi sueño, aun así me reusó a levantar, cubriéndome con las almohadas cercanas.

Entonces escucho el rechinar de la  puerta abriéndose e intento descubrirme la cara cuando alguien se me lanza encima y estruja con fuerza.

-despiertaaa dulce amor de mi vidaaa- ¿? Recita en forma de canción ahogándome en las sabanas y como puedo me lo quitó de encima cayéndome de la cama con todo y cobijas. ¿Pero qué demonios? ¿En dónde rayos está el perro guardián  cuando se le  necesita?  Logro ver al individuo de frente que  apenas me mira suelta un ensordecedor lamento, grito, chillido como sea que se interprete tan perturbador que casi me hace  lanzarle un cojín.

Por su aspecto juvenil, jeans, camiseta, tenis  y shock a mi presencia fue rápida la respuesta de quien era.

-oh, tú debes ser otro hijo perdido de Asami – afirmo levantándome del suelo.

-¿¿Hijo perdido de quién?? – camina hacia tras pálido como un copo de nieve- ¡ASAMIIII! –grita sacudiendo las manos de manera graciosa haciéndome  reír, el pobre no recibe respuesta y pasa a interrogarme.

-¿entonces eres hijo de Asami?- me dispongo a responder pero- ¿Cuándo llegaste?- intento hablar y-  ¿Quién es tu madre? – entonces yo -¿Está aquí? ¿Qué es lo que quiere? ¿Tienes hermanos? ¿Cómo es que Asami te permitió quedarte? ¿Cuánto vas a quedarte? ¿De dónde vienes? -  me doy cuenta de que él interfiere en todas las contestaciones, que ya no estoy tan seguro sean preguntas dirigidas a mí debido a que ni siquiera me deja dialogar y solo da vueltas.  

-eres gracioso- reconozco –pareces un guajolote muy loco  – pero a él no le hace gracia alguna.

-¡¡ASAMI!!

-y también ruidoso, deberías calmarte,  Ya no cacaraques tan fuerte – pero no hace caso, cuando por fin papá sale del baño envuelto en una toalla.

-ya estás de regreso- comenta a su evidente  presencia sin mucho entusiasmo.

-disculpa, me encuentro con un nomo en la cama que dice ser tu hijo y lo único que dices es “ya estás de regreso”- ¿este chico acaba de decirme nomo?- cruzo los brazos.

-no soy un nomo, soy un niño ¿Qué eres un  idiota o qué?

-niño, nomo lo que sea, ¿es pariente tuyo o no?- exige respuesta a Otōsan con una hoguera en la mirada de loco que mostraba.

-no lo sé-responde papá con un ligero tono de decepción, ¿cómo que todavía cree que lo estoy engañando o que pasa?

-no te preocupes yo lo averiguare-propone viniéndoseme encima para tomarme de los cabellos.

-pero que, auch, suéltame-  carajo ¿de qué manicomio se escapó este?

-con esto se te acabará la farsa pequeño duende-  dice con mis recientes cabellos removidos en mano, un segundo ¿ahora soy un duende?

-ustedes dos, es suficiente, salgan-ordena  Otōsan señalando la salida. A lo que el desequilibrado castaño sale dejando fuego en las pisadas.

El mismísimo chamuco, diría yo, el mismísimo chamuco. ¿De verdad  será mi hermano mayor? Reflexiono al seguirle.

 

P.V Jin

Maldición me voy por unos días, regreso y me encuentro a un pequeño invasor en mi casa, debe ser una broma, una de muy mal gusto- pienso sentado mientras veo fijamente al mocoso este- ¿hijo? Si claro, yo no sé la compro, además no es la primera vez que escucho eso, siempre vienen mujeres a querer enjaretar críos que ni apariencia comparten con mi amante, solo hay que verlo para darse cuenta de eso, cabello negro, el más común, además de que ninguna facción se le parece, boca, ojos, color de ojos, labios, cuerpo, para nada. Asami se deshará de él en menos de un segundo estoy seguro-sonrió para mí.

  -¿oye?-llama el niñato.

-¿Qué?- no puedo evitar un tono molesto por la desagradable noticia de su existencia.

-¿Qué eres de mi papá?- pregunta con un semblante serio que me da una sensación de conocer ¿pero de dónde?, como sea no es importante.

-soy su amante- aviso levantándome para mayor formalidad y reconocimiento.

-él dijo que no tenía pareja- sonríe  menospreciando mis palabras.

-pues yo lo soy- insisto acercándomele a lo que levanta una ceja y discute.

-no lo eres.

-já, si lo soy, además que va a saber una nomo como tu tan tonto, inútil y enano- quiere escuchar verdades pues que se prepare.

Sin embargo no responde nada y finge ignorarme, pequeña y sucia sabandija  ¿a quién cree que engaña con esa actitud barata? -Sólo se mueve por los  alrededores como buscando algo.

-¿ahora qué haces?- interrogo a su comportamiento.

-busco a mi perro.

-¿ese pulgoso?, lo saqué fuera cuando llegué- ya que en cuanto entre se me echó encima e intentó morderme, pero bastó un movimiento rápido para esquivarlo y dejarlo fuera del departamento je, je el gusto que me da saber que era suyo.

A pesar de qué rio no hace ningún comentario, limitando conversación  se va a quién sabe dónde, posiblemente a llorar. Ojalá que se largue pronto, porque realmente odio a los niños.

Entonces repentinamente entra el perro que ya había sacado   buscándome  como lobo salvaje  y en cuanto me ve  lanza una mordida.

-¡waaa! – Me protejo arrojándole  un  cojín que cojo del  sillón el cual  destroza con fuerza cuando detrás suyo parece ese pequeño demonio disfrazado de niño con una sonrisa macabra en el rostro- ¿Por qué lo metiste?- exijo saber.

-¿que no me escuchaste?, te lo dije  hace un momento-finge inocencia- “es mi perro”- y el animal  hace a un lado la almohada fijando  su mirada en mí, puta madre y con el miedo que me dan los Dóberman.

-¡Asami!

Pido ayudar pero no responde,  el perro continua acercándoseme gruñendo mostrando sus colmillos y saliva mientras que el mocoso toma asiento tranquilamente.

-quítamelo va  a morderme  es una bestia – ordeno  subiéndome al sillón,  ya que si es su dueño, al menos debe obedecerlo…  que no me coma, soy muy joven para morir así.

-¿yo?, imposible, soy  un nomo tonto  inútil y enano ¿Cómo podría? – cruza los bazos sonriendo al mismo tiempo que se acomoda para verme ser devorado ¡como odio a los niños!

-¡AUXILIO RYUICHI!

-Hey ya basta- aparece en su perfecto traje negro y en cuanto el canino lo escucha regresa con el crío de infierno que me ve como diciendo -te salvaste – Jin – me llama- bájate de allí, necesito que te quedes con él- ¿se refiere al encantador de perros? ¡Paso!

-no, no, imposible yo, no me llevo con los niños, además ¿de verdad es tu hijo? Digo no es la primera vez que…- intento discutir pero Asami me silencia.

-ese es mi problema, y ya que no vas a ayudarme a cuidarlo tendré que llevarlo conmigo- termina diciendo tratándome con tal frialdad que le desconozco, ¿en dónde está el  Ryu que me concite?

-Asami…-necesito que me apapachen.

-Ryui, vendrás conmigo, vámonos-le dice al duende ese mientras se pone los zapatos y se marchan,  pero justo en el pasillo  Asami indica.

-el perro se queda- el crío ríe acariciando  al animal, parece susurrarle algo y  sacándome la lengua cierra la puerta, entonces el perro vuelve a verme con ira mientras gruñe.

- ¿eh?…tranquilo lindo perrito…-es todo,  definitivamente me equivoque de departamento. ¡Nooooo!

 

P.V Ryui.

Imposible ese tipo realmente será el “novio” de Otōsan es decir, esta cu-cu. Lo que más lamento es que por la repentina orden de acompañar a papá a su trabajo tuve  que  abandonar a Dango, tampoco traje mi mochila, y de no haber dormido vestido creo que vendría en piyama, ni siquiera pude desayunar porque el señorito gritón estuvo hostigándome, más le vale no volver a molestar a Dango.

Otōsan parece realmente ocupado, camina con el auricular inalámbrico al oído,  tratando una plática en italiano,  me pregunto si le ocasioné muchos problemas al venir… y los que le faltan- tomamos el asesor, bajamos al pasillo principal – y apenas pusimos pie en la calle ya estaba una limosina esperando, wau esto empieza a dar miedo, son muchas atenciones en todas partes, ¿me pregunto por qué Okāsan se separó de Otōsan? ¿Y por qué él no lo siguió? Todo está muy raro, además de que no sé cómo convertir a papá en un buen hombre que pueda ver a Okāsan y no matarlo, porque su confesión de anoche no me pareció para nada sincera.

Finalmente termina su charla y desconecta el audífono de su oído. A lo que yo comienzo la plática.

-…dijiste que no salías con nadie…- a ver como se defiende.

-no, tu preguntaste si tenía novia, y yo respondí que no- ¿Eh?

-pero él es un hombre.

-¿te sorprende? Recuerda quien es Takaba.

-si pero Okāsan es diferente a él ¿de dónde lo sacaste? ¿La cárcel? ¿Un loquero? ¿La calle?

-no digas tonterías, es solo que Jin no está acostumbrado a los niños- ¿Jin, eh? Incluso tiene un nombre horrible.

-claro que no, me llamó  nomo y duende- además no parecía que le agradara mucho, creo que estuvo cerca de morir cuando me vio.

-llegamos- dice al momento que  el coche se detiene y él baja - te lo advierto niño, no quiero problemas no soy tu niñera y si se te ocurre volver a escapar te encerrare y pondré cámaras a tu alrededor las 24hr del día hasta que Akihito venga por ti- amenaza bastante molesto, y eso que lo único que le pregunte fue por su pichoncito que más parece guajolote curuleco.

-sí, si no te preocupes dejé mi mochila en tu casa, así que hoy no intentare huir…- pero antes de poder seguir hablando se me van las palabras al  ver el inmenso edificio principal Sion.

-¿no me digas que te quedaras viéndolo?- Otōsan se burla, pero lo que no sabe es que fue una foto suya a las afueras de este mismo edificio una de las primeras imágenes en las que lo reconocí como  mi papá.

-ja, claro que no, sólo que se me desató una agujeta.

Al adentrarnos el ambiente ejecutivo se vuelve  perceptible, además de que todo mundo reverencia a Otōsan, claro él es el dueño, pero igual me impresiona.

Subimos al último piso de solo Dios cuantos, en donde al parecer se encuentra su oficina lujosa con letras mayúsculas, creo que hasta es más grande que mi casa.

Tengo que decir que las emociones se calman después de tres horas en el mismo sitio, es decir a cinco metros del escritorio de Otōsan del cual despega los ojos cada media hora para cerciorarse de que siga con vida, la cual pienso perderé a causa del aburrimiento, no es justo quiero ir a dar una vuelta, conocer las instalaciones, y sólo puedo quedarme aquí sin hacer nada-entonces entra uno de los ayudantes de papá con otra pila de carpetas- ¿enserio? Creo que me volveré loco si me quedo aquí, tengo que salir.

-…yo, saldré al baño y daré  una vuelta- digo levantándome orando porque no me  retenga.

-joven Ryui- Llama el hombre acomodándose los anteojos-no puede salir.

-oh, bueno entonces solo iré al baño- de igual manera me despido, lo importante es abandonar la oficina.

-déjalo, solo vigila que no se meta en problemas y no salga del edificio, ah y tráelo de regreso para el almuerzo-escucho de detrás de la puerta, casi al segundo sale el tipo buscándome sin notar que yo estoy  oculto en una  esquina al lado de la puerta.

Una vez seguro que no volverá paso a recorrer el lugar, los pasillos de mármol lucen genial, también hay pequeñas fuentes como parte de la decoración, cuando distingo lo que asimila una cafetería. Me acerco para solicitar un té cuando escucho lo que parece una discusión.

- estoy harto de que Kirishima piense que esto es una guardería, si ustedes dos no tienen nada mejor que hacer más que molestar, los sacare ahora mismo.

¿Kirishima? De donde se me hace  ese nombre, ¡claro! Así llamó papá al señor que debe estar buscándome.

-lo sentimos Goodnight-sama, mi hermano tenia set, fue por eso que salimos de la oficina de nuestro padre, pero no volverá a ocurrir- Se disculpa uno de los dos niños que, o no veo muy bien de aquí o se parece mucho a su hermano, casi copias pero no, han de ser mellizos, posiblemente de mi edad, ambos de cabello negro modelos de uniformes escolares.

-¿set? Los servicios que hay aquí no son para ustedes, son para el personal que  labora - todo un amor, ¿Por qué será que apenas salgo de casa y me doy cuenta que las personas si son peor de lo que me imaginaba?, sin poder soportar más intervengo.

-…bueno en teoría eso quiere decir que también tiene derecho a usar los servicios porque su padre trabaja aquí ¿o no?- hablo fuete y claro a lo que ellos voltean.

-¿y tú quién eres?-responde con la misma amabilidad que les daba a los hermanos denotando su cordialidad, si como no. Aunque debo admitir que su luck me impresiona, digo no  todos los días vez  a un hombre formal de cabello negro con luces, rojas y verdes fosforescente.

-para que quieres saberlo  si no me conoces- agrego dejándole saber que no soy mudo ni tampoco fácil de intimidar.

-déjame adivinar, seguramente también eres pariente del idiota de Kirishima- los hermanos cruzan mirada impotentes de escuchar como nuevamente la estrella de rock ofende a su padre. No es para menos, de hecho no es mío y también me enfurece.

-en realidad no- simplifico causándole enfado.

-no juegues  conmigo niño ¿sabes que voy hacer?- ah quiere jugar a las amenazas.

-¿demandar a tu estilista?, deberías, la verdad parece que un guacamayo vomito en tu cabeza, ¿o es que acaso eres un árbol de navidad mal adornado? – entonces los casi clones dejan escapar una risilla y él ofendido se pone rojo de coraje-pero no te preocupes conozco buenos abogados, no creo que te cobren mucho- y sin poder contenerlo más también rio de mis chistes.

-¿disculpa?

Retomando la compostura indico.

-eso deberías pedirle aquí a los parecidos, mira que ofender padres a  plena luz del día, tu sí que no tienes… manera de cambiar.

Pero el señorito me ignora peinando sus cabellos mal teñidos.

-no importa, voy a sacarte yo mismo.

-inténtalo divo- se acerca a mí con obvias intenciones.

Continuará.

Notas finales:

Acabo de terminarlo, una disculpa por las faltas, porque de que hay, hay pero ya no las quería hacer esperar, sin embargo ya mañana las corregiré.

Me andaba pasando del límite,  es que estoy escribiendo quince hojas por capitulo, como compensación por tiempos (que me tardo)  pero bueno, ya apareció Jin y Marcus, definitivamente no serán los mejores amigos de Ryui.

¿Y qué pasará con Aki? ¿Creen que se  haya muerto o quizás despertado?, pues sabremos un poco más de esto en sep.

Muchas gracias por leer el trabajo y espero se animen a enviarme algún RW.

Kazz.

Nota: No sé por qué a veces cuando respondo Rw se pone en  letrillas negras, y parece que no escribí nada, eh para que chequen, siempre respondo O_O deberás.

Nos leemos en las fronteras, digo en amor sin fronteras n_n. por cierto no he contestado todos los Rw que por allí me llegaron, y tampoco he tenido oportunidad de leer fic, pero Mika ya vi que actualizaste linda, espero mañana echármelos. Ahora sí, se me cuidan y hasta la próxima.


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