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En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

Hola chicas lindas, me moría por escribir para ustedes, pero es que como siempre, no se puede y pues ni llorar es bueno, mejor alégrense porque siempre es mejor pensar en el presente, ya que si piensas en el pasado te pones triste y si te enfocas en el futuro te desilusionas, mejor disfrutar del hoy.

 

 

 

Este capítulo está dedicado a todas las hermosuras que me regalan RW.

 

 

 

La siempre loquilla KAZZ.

 

 

# P. V. Asami.

La cama sin Jin se sentía demasiado grande, pensé recostado con fastidio de no coincidir un bueno  sueño, ¿sueño?, eso me recordó un recurrente paradigma que desde hace algún tiempo me venía molestando al más mínimo descuido de cansancio.

Un sueño en el cual Aki me ve con sumo rencor y lágrimas en los ojos, como en aquella ocasión que me encontró con Hibari. Me  grita algo como-Eres de lo peor-en reclamo desconocido.

Y yo, como olvido que es un simple sueño, en lugar de abrazarlo con fuerza le respondo-Si lo que quieres es irte, lárgate de una vez – al final caigo en lo que realmente significa su partida, pero tras buscarlo, no lo encuentro, indago callejones obscuros, pero simplemente  ya no está, ni en mis sueños ni en la vida real.

Son las seis en punto, me levanto y tomo un baño, al salir  cojo del  closet uno de mis tantos trajes de tres piezas en negro, me visto, arreglo mi cabello, bajo a la cocina como esperando  una nota de Jin, la cual no encuentro y paso a salir del departamento para dirigirme a Sion.

Un día prácticamente igual al anterior, la vida se tornaba aburrida y sin sentido, aun así seguía mis rutinas como un robot. Entonces se cruzó por mi mente la idea de unas vacaciones con Jin, no sonaba mal, quizás a Italia o Estados Unidos.

-Buenos días Asami-sama-saludó educadamente Marcus con una reverencia, quien ahora había cambiado su imagen con un tinte negro y luces  verde fosforescente.

Su desempeño dentro de la empresa resultaba impecable, pero era y continuaba siendo  una sensación de falsedad que me venía con su presencia  la que no permitió algo más que simples tareas laborales “entre nosotros”.

-prepara los compromisos y reuniones de hoy-ordeno con seriedad, tratándolo como lo que es, un simple subordinado más.

 

# P. V. Marcus.

-por supuesto señor, enseguida se los llevo.

De nada sirvió ni sirven mis sacrificios por él, Asami Ryuichi, simplemente incomprensible, pero deseable, una maldición de hombre que te vuelve dependiente de su belleza.

Lo amo, a pesar de su rechazo.

La muerte del fotógrafo, inesperada y trágica no funcionó como quería, aunque vulnerable, intenté todo para que él se fijara en mí, no dio resultado, prefirió nuevamente involucrarse con un simple chico de baja categoría, sin duda alguna Asami tiene inclinaciones por los idiotas, Jin, el lindo e insaciable Jin.

Por más que lo reflexiono, gozar en ese cuerpo no me importa en lo más mínimo, soy feliz por el simple hecho de compartir el mismo amante que Asami. El saber que dentro de él Asami se quema en pasión desmedida, soy yo quien a veces arde en celos, y se lo hago pagar a Jin, ¿Quién lo diría? Que ese estúpido haya terminado buscándome  después de  la primera discusión con Ryuichi, admito que Takaba jamás hubiese hecho algo parecido, pero después de todo, fue su tonta actitud de fidelidad lo que lo llevó a la muerte.

 

# P. V. Akihito.

Una mañana presurosa más con la que lidiar. Ayer por la noche después del interrogatorio que le dio por hacerme a Ryui accidentalmente lo empujé de la cama, la verdad es que cuando no me tira él, lo hago yo, por el espacio tan pequeño que ocupamos, me asusté mucho cuando dio un sonoro quejido, al revisarlo noté una gran mancha purpura formada en  su hombro, y la altura de la cama no era demasiada, así que era imposible que se la hubiese hecho por la caída.

…….Flashback……

 

-¿Qué fue lo que te pasó?, ¿Cómo te hiciste esto? –pregunté con preocupación.

-Ay Okāsan, no me gusta culpar a nadie, pero tú me tiraste de la cama-Acusó tranquilamente con una sonrisa  mientras yo sobaba su brazo cuidadosamente.

-ja,ja, ¿A Quién crees que engañas?, te tiré de la cama, mas no del segundo piso-argumenté apretujándolo un poco, de inmediato esbozó una mueca de disgusto.

-¡duele!

-Duele más que me mientas, así que contesta…-se reusaba desviando su mirada-¿No te habrás peleado? ¿O sí?-Ryui cada vez me preocupaba más, su inmenso parecido con Asami me ponía nervioso, no quería que se involucrara en problemas a causa de sus arranques temperamentales, la mayoría, negativos.

-claro que no, sólo ayudé a una niña que estaba en problemas-respondió con la mejillas ruborizadas, le apenaba contarme hazañas altruistas, como esa. Lo que me alegró, de cualquier manera  no dejaría las cosas así, por lo que preferí  dormir en la sala dejándole la cama para él solo, condicionándolo por supuesto, con una visita al médico.

No lo tomó bien, pero afortunadamente la imagen mandona de ser su Okāsan me permitió decirle un-se hará lo quieras o no.

……Fin de flashback……

 - Okāsan, lo digo en serio, ves-hace cara seria, que graciosito, me digo a mi mismo-no necesito ir a ver a Fushimoto-sempai, ni siquiera me duele, además a mí me gusta mucho ir a la escuela, no puedo faltar-continuaba parloteando, ahora que lo pienso, más que otras veces.

-¿por qué haces tanto drama?, es sólo una consulta para que nos dé un desinflamante-aseguré animándolo-además nadie dijo nada sobre faltar a la escuela, llamé a  la institución y avise que llegarías una hora después, así que ya vámonos antes de que se nos haga más tarde. Mira el lado positivo veras a tu tío.

Un último mohín de disgusto acompañado de un suspiro fue lo que el pequeño cascarrabias en miniatura de Asami expresó.

Al llegar al hospital nos dirigimos directamente al consultorio del médico Fushimoto Naru, él se encontraba fuera del consultorio al pie de la puerta como esperándonos, con su bata blanca, aspecto profesional y amable.

-Akihito, me sorprendió mucho tu llamada anoche cuando me dijiste que Ryuichi estaba lastimado-decía dirigiéndose a mí-¿Todo bien?-cambió de postura hacía Ryui.

-le parece que vendría si estuviera sano, Fushimoto-sempai, además ¿no acaba de mencionar usted mismo que mi Okāsan ya le explicó la situación?-Allí estaba otra vez, Ryui con un tono hostil y antipático de primera mano.

-¿por qué no pasamos?-solicité aFushimoto intentando huir de su pelea infantil y sin sentido.

-claro Aki-abrió la puerta e invitó a entrar pero, antes de que él pudiese pasar detrás de mí intervino Ryui evitando queviese mi espalda baja.

-También existo Fushimoto-sempai, de hecho yo soy el paciente ¿Recuerda?

-por supuesto que existes Ryuichi, ¿Cómo podría olvidarlo? Si justo ayer llamé por teléfono a tu casa y te pusiste a decir un montón de incoherencias como que yo vendía residencias y que no estabas interesado, además también me gritaste que “dejara de molestar”, ¿Qué ya lo olvidaste?-informó Fushimoto resentido por los acontecimientos que narraba, me sentí pésimo por eso, era cierto, recuerdo a ver escuchado a Ryui gritando algo parecido.

-no sé de qué habla-se limitó a decir viéndolo a los ojos con inmensa seguridad, Ryui era experto mintiendo, anqué todo lo acusara él se mantenía firme en su testimonio, como ahora pero, en el cuarto los tres sabíamos  que no era verdad.

Fushimoto-sempai suspiró llevándose una mano al cabello -nunca cambiaras ¿Ryuichi?-preguntó haciéndole una señal de que se subiera a la cama de revisión.

-¿por qué tendría que cambia, Doc?-Tomó asiento para después desabrochar su camisa y mostrar su golpe a Fushimoto quien posó su mano sobre este con poco delicadeza-¡AH!-Se quejó Ryui.

-Lo siento-se disculpó al instante.

-si claro, él que lo siente soy yo, tenga más cuidado, se supone que es doctor ¿verdad?-reclamó furioso, lo que me hacía quedar como pésimo educador.

-Compórtate  Ryuichi, Fushimoto-sempai está haciéndonos un favor con revisarte-regañé, su temperamento  soberbio que aumentaba cuando se sentía herido física o sentimentalmente.

-Está bien Aki.

-se llama Akihito, es más deberías llamarlo “Takaba”-interrumpió nuevamente especificándole como debería dirigirse a mí, eso era todo, estaba a punto de morir de vergüenza.

-Ryui, no…-intenté hablar pero Fushimoto me interrumpió.

-está bien Ryui, llamaré a Akihito por su apellido.

-me alegra que sea profesional sempai-ambos sonreían pero, casi podía ver un rayo de antipatía surgiendo de las pupilas de los dos.

-Takaba-me llamó-no debes preocuparte, enseguida le recetaré píldoras para el dolor demás de una pomada que le ayudara  a desinflamar-Ahora él tomaba su lugar en la silla del escritorio, mientras Ryui se colocaba a mi costado cruzado de brazos, era muy gracioso que aparentara madurez comportándose como un, ¡claro!, en ocasiones lo olvidaba, un niño.

-muchas gracias Fushimoto-sempai-dije feliz por habernos brindado su tiempo  disponiendo a salir.

-espera Aki…Takaba-san-pidió evitando que saliera.

-¿sucede algo malo?-digo, preocupado por Ryui.

-…No es sólo, que, quisiera hablar contigo…a solas-volteó a ver a Ryuichi.

-¿eh?, ¿y por qué a solas Fushimoto-sempai?, hace un momento frente a mí lo hacía fantástico-comentó Ryui con sarcasmo palpable levantando una ceja.

-Ryui ¿por qué no vas a buscar a Kou?  Y le dices que por la tarde nos vea en el centro de la cuidad -pedí esperando que cediera.

-¿quieres sacarme  Okāsan?-cambió totalmente su semblante de lobo por un corderito indefenso, herido y con las orejas agachadas.

-será solo un momento-respondió Fushimoto  autoritario.

-estaré cerca por  si algo sucede-¿eh?, ¿Cómo qué? Me pregunté a mí mismo mientras él abandonaba la habitación con humo negro invadiendo el ambiente que recorría.

Naru se quedó observándome con duda, después se animó y comenzó a decirme que Ryui tenía serios  problemas de conducta, y que necesitaba a alguien que le impartiera “mano dura”, mencionó también que yo era demasiado amable con él, y que me veía más como un amigo que como su Okāsan, el usaba el termino padre, porque aludía que era el indicado, pero desde chiquito a Ryui le gustaba más llamarme mamá como una necesidad  de relación, sabía que yo lo cuidaba y protegía, afiliaba y comparaba los roles que desempeñaba con las de otras familias que conocía, obviamente se confundía pero, yo no podía negarle el gusto de llamarme mamá.

 -si no lo corriges ahora, cuando sea mayor será imposible-decía seguro de sus palabras, que sabía eran verdaderas, no estaba convencido de como clasificar a Ryui, él era tan inestable, algunas veces tan dulce como la miel y otras tan frio como el invierno, me encontré vagabundo en mis pensamientos cuando el sensei dijo- yo, si te casas conmigo yo podría  ser “ese otro padre que guie a tu hijo”-su proposición me sacó de golpe del mundo de ideologías en el cual me sumergía.

-¿EHH?-fue lo único que emití, él continúo viéndome mientras cogía mi mano.

No era la primera vez que me lo proponía, percibí como mi rostro se llenó de calor, ya sentía arder mis mejillas.

Fushimoto  levantó mi temblorosa mano y besó suavemente, acelerándome el corazón, no precisamente porque me gustara, era más bien pena de que un hombre tan guapo como él se me declara dos veces.

-si tu aceptaras esta proposición me harías el ser vivo más feliz sobre la tierra-¡NOOO!, retiré mi mano con vergüenza-…si no lo haces por mí, hazlo por Ryuichi, el necesita a un padre firme que le sirva de ejemplo en la vida, tu eres maravilloso, pero no eres suficiente, a mi lado no tendrías que trabajar, pasarías tu tiempo con él…y  conmigo.

Esas palabras me hicieron estremecer, a menudo evitaba decir su nombre completo porque me recordaba a Asami, y él decía su calificativo con tanta facilidad, algo que yo no pude ni cuando teníamos una relación formal, hace tanto.

¿Será verdad?, ¿No soy suficiente?, me comenzaba a cuestionar.

-piénsalo, Akihito… no es necesario que me contestes ahora mismo, pero me gustaría volverte a ver, fuera de aquí. Más tarde tendré unas horas libres ¿puedo buscarte?

Mi mente en blanco apenas expresó un –Si-me sentía  mal, era la primera vez que percibía  una especie de culpa, ¿sería yo y mi primer rechazó aFushimoto   el motivo real del carácter de Ryui? ¿Lo era?, Salí del consultorio, me pareció  que Fushimoto  continuaba hablando, pero no entendía bien lo que decía, no tenía caso que continuara haciéndome preguntas, si nadie las contestaría.

Ryui me encontró en camino a la recepción, de inmediato notó que algo no andaba bien.

-¿Qué te dijo el doctor Okāsan?, ¿estas enfermo o algo?- su preocupación era evidente, ni se imaginaba lo que acababa de suceder, y mejor no mencionárselo, porque entonces esa carita de ángel se convertiría en la de un ogro.

-Todo perfecto-le dije dándole un beso en la mejilla, las cuales al instante se enrojecieron y sus ojos bajaron al suelo mientras su mano tallaba con fuerza el sitio en donde había depositado la muestra de cariño, como borrándola.

- Okāsan, ya te dije que en la calle no me beses…si no todos querrán que los quieras-Ryui no se parecía del todo a su padre, pero su pequeña similitud no me molestaba del todo, porque era como si él me acompañara.

Sin embargo eso pronto se terminaría…

 

# P. V. Ryui.

 

Como detesto a ese farmacéutico disfrazado de doctor, cree que podrá tener a mi Okāsan, pero eso jamás sucederá, él nunca  le permitiría que se acercara a nosotros, eso fue lo que me dio la suficiente confianza como para dejarlos solos.

Pero cuando regresé me encontré a Okāsan con una expresión que en la vida había visto, parecía tan ausente que me hizo querer abrazarlo y no soltarlo.

Pero, como las responsabilidades continúan aunque uno este agonizando tuve que regresar a la escuela.

Disperso, anhelaba que las manecillas del reloj se dieran prisa en girar y pudiera volver a casa.

Apenas el segundo receso, pronto a tan sólo dos horas regresaría a  mi hogar, cuando Sasa se asomó por una de las ventanas de mi salón, casi de inmediato coincidimos miradas y rió.

-¿podemos almorzar juntos?-preguntó acomodándose junto a mí, la repuesta no importaba, ella prácticamente estaba comiendo a mi lado.

-claro-dije despegándomele un poco.

 -Ayer le conté a mi Okāsan y “ Otōsan” lo que hiciste por mí, dicen que eres realmente valiente y que esperan algún día te lleve a casa-platicaba transmitiendo alegría, aunque por alguna razón me sentía preocupado, tal vez estaba planeando un secuestro o algo ¿Cómo que llevarme a su casa?

-¿Por qué debería ir a tu casa?-pregunté interrumpiéndola.

-mi papá dice que tengo que hacer buenos amigos, pero no soy muy buena y él se preocupa por mí, él te vio ayer y dijo que parecías buen chico-…¿su Otōsan dijo eso?

Allí estaba otra vez el fantasma de mi papá, cada día crecían mis deseos por conocerlo, más después de que Okāsanme habló de él. Estoy seguro que si continuo insistiendo tarde o temprano sabré como se llama.

-¿…Cómo es….?

-¿EH?- demonios me había desconectado e ignorado a Sasa-¿Quién?

-¿Tu papá?

-Bueno pues yo tengo dos papás, uno es más mi Okāsan, quien me cuida, mima, consuela, canta, cuenta cuentos, ayuda a hacer tareas y me da dinero, y el otro…mi  Otōsan, él es… Cariñoso, inteligente, solidario, amable y comprensivo, además mi Okāsan lo ama mucho-aunque lo niegue, yo sé que si-y es muy guapo-tenía   que serlo para que mi Okāsan se haya fijado en él.

-wau Ryui tu papá parece ser un gran hombre-¿Cómo que parece?

-Lo es Sasa, lo es-después de eso ella me platicó que sus padres ambos, al igual que mi Okāsan trabajaban mucho y que ella realmente deseaba visitar un parque, porque desde pequeña, lo que no entendía muy bien, ya que yo la seguía viendo chiquita, no visitaba uno.

Entonces le propuse escaparnos de las clases y llevarla a mí segunda casa con Kotori-san, dueña del parque Rakusuien únicamente a conocerlo, que después la traería de regreso, para antes de que su papá la buscara.

No muy segura acepto con el trato de que después la ayudará a ponerse al corriente en las clases que se saltaría.

Ambos salimos de la institución por un pasaje secreto de evacuación, el guaria de seguridad ni siquiera nos notó y pronto ya estábamos a dos cuadras del parque.

-vaya Ryui, creo que Otōsan se equivocó contigo, mira que habernos brincado las clases-decía Sasa con pesar mientras corríamos por las orillas de la avenida.

-¿sabes? No te traigo encadenada, pudiste decir “No”-eché en cara, no me parecía justo que a estas horas me estuviera culpando.

-pero es que si me negaba, entonces  ya no seriamos amigos-me detuve de golpe y ella chocó con mi espalda cayendo por el impacto repentino.

Me di vuelta y estiré mi mano para ayudarla-no seas ridícula, si no querías venir debiste decirlo- ella la tomó y ejercí fuerza para levantarla…La solté por accidente o mejor dicho por sorpresa cuando al otro lado de la calle vi pasar a mi  Okāsan   junto a…  Fushimoto Naru el mediquito de pacotilla que fuimos a ver en la mañana ¿Qué hacían?, pero más importante ¿Por qué estaban juntos?

-¿No me habías dicho que tu papá era doctor?-dijo mi compañera causándome un gran disgusto.

-Él no es mi padre…-¿Qué hacen  juntos?-…será mejor regresar, no quiero meterte en problemas ¿de acuerdo?-tenía que calmarme, pero era tan difícil- y Sasa, la próxima que no quieras hacer algo, dímelo-ordené antes de regresar a la escuela, ella alcanzo a cubrir la ultima hora, yo preferí quedarme fuera, ya que aunque asistiera no estaría en la clase.

Entonces el tiempo transcurrió veloz y la campana de salida resonó, volví a casa, pero no sabía si encontraría a Okāsan dentro o si también estaría el doctorcito ese, de cualquier manera me adentré.

-Ryui, ¿se te hizo tarde?, estaba esperándote-fue lo que dijo Okāsan al momento de mi intromisión.

-…no, es solo que, ¿estás solo?-pregunté esperando que dijera algo como _Naru está de visita_ o algo así.

-sí, Salí temprano, ¿qué te parece si vamos al parque, y después al centro para ir de compras?, Kou llegará a dormir, además dijo que traería a Yuki a cenar-omitió totalmente su encuentro con Fushimoto, lo que me molestó.

Esperé todo el camino a  Rakusuien para que Okāsan me diera una explicación, pero no sucedió absolutamente nada.

-oh, pero si ya están de regreso, pasen hice un poco de té-nos invitó Kotori-san, comenzaron a hablar sobre las visitas al  parque y que cada vez se sentía más cansada mientras yo jugaba con rayas a un lado. No acostumbraba incluirme en conversaciones ajenas, pero me enfade al momento que Okāsan comentó la visita al médico y su acertado trato conmigo.

-ese tipo es un inútil, no veo por qué lo reconoces como si fuese la gran cosa-me entremetí y ambos voltearon a verme con sorpresa.

-Ryui estas muy raro, ¿seguro no te sucedió algo malo en la escuela?-volvió a ignorarme, esquivándome con otra pregunta.

-¡que te importa!-dije sin pensar, arrepintiéndome al instante tras ver el semblante de tristeza y decepción que puso Okāsan por mi estúpida respuesta-…yo-quería reglar las cosas pero.

-oh, querido, parece que tienes muchos ánimos el día de hoy-me dijo Kotori-san-y no hay que desaprovechar tu juventud, así que anda, ayúdame a limpiar las hojas que estos árboles dejan caer.  

Era verdad, todo el parque estaba muy sucio, no fui capaz de veraOkāsan a los ojos, simplemente me levanté y me disculpe haciendo una reverencia a ambos. Bajé del pequeño  techado en el que estábamos en busca de una escoba, pero…

-lo siento Ryui, ya que tienes suficientes energías como para discutir con Akihito, creo que puedes recogerlas de una por una- Obachan sí que daba miedo cuando se molestaba, pero ya no quería ocasionar más problemas por lo que únicamente tomé una cubeta y me agaché recogiendo una por una las hojas que ensuciaban el parque, tal como quería la abuela.

 

 # P. V. Akihito.

Me sentía mal de ver a Ryui recogiendo la basura con semejante semblante de culpa, pero más por cómo me había hablado.

-¡Que te importa!-Él no era un mal niño, y justamente me había reunido con Fushimoto para decírselo, y rechazar su propuesta de matrimonio, aun así el continuó insistiendo a sólo una relación formal, que no estaba seguro por qué, pero ya no me parecía tan mala idea de aceptar.

-no te preocupes tanto Akihito, tu hijo es un niño difícil, pero no imposible, estoy segura que ustedes dos solamente están teniendo una de esas primeras discusiones de padres e hijos-aseguró Kotori-san sirviéndome otra taza de té la  cual bebí, después  agradecí su concejo y llamé a Ryui para que continuáramos nuestro camino, al centro en donde nos reuniríamos con Kou.

El silencio entre nosotros  al recorrer la calle resultaba abrumador, por lo que inicie una conversación que creí necesaria.

-¿sabes Ryui?, he estado pensando en Fushimoto-entonces él,  que iba a un metro delante de mí, se detuvo- creo que sería bueno darle una oportunidad-no volteo, ni dijo absolutamente nada-Es un buen hombre y… me parece  que a juzgar por tus expectativas  te gustaría tener un papá como el ¿no te parece?

Finalmente lo alcance, su cara estaba como en shock.

-¿Ryui?-recargué la mano en su hombro, de inmediato reaccionó agresivamente.

-¿de verdad quieres mi opinión Okāsan?-reclamó con los ojos a punto de llanto-si realmente quisieras saber lo que pienso, me lo preguntarías antes de andarte  paseando con ese tipo.

¿Cómo sabia Ryui de mi salida con Fushimoto? No tenía idea, además las cosas se me estaban saliendo de control, Ryui realmente parecía otro niño completamente distinto del que conocía.

-yo, bueno-no sabía que decirle.

-además-dijo él quitando mi mano de su cuerpo-yo ya tengo un padre, si quieres darle un lugar en la familia a ese hombre, pues entonces yo ya no quiero ser parte de tu familia-se lanzó corriendo por la calle como si estuviera huyendo de un peligroso secuestrador.

Era evidente que no había tomado bien la noticia, y que se imaginaba otras cosas, me arrepentí de habérselo dicho tan de repente, o de no haberle mencionado que Salí con Fushimoto, ¿pero cómo iba a saber que él nos vería?

Corrí detrás de él, aunque los años me cobraban factura, ya no era el mismo, ¿estaba viejo?, supongo, o Ryui  era muy veloz.

Acortando la distancia Ryui volteó su rostro y me vio, pude ver que lloraba, quizás él realmente estaba atemorizado de que yo tuviese una relación con otro hombre, tal vez pensaba que si me quedaba con Fushimoto lo dejaría de querer, o algo parecido ¿Qué se yo?  

Ryui cruzó la calle al sentir que le pisaba los talones. El semáforo verde, cambio a rojo en un pestañar y Ryui ni se dio cuenta. Los carros comenzaron a transitar cuando vi  un coche rojo arrancar  a toda velocidad amenazando su existencia.

Cualquier sonido fue  enmudecido, todo parecía moverse  en cámara lenta, pero no me quedaría viendo como la vida de mi hijo se acababa frente a mis ojos y sin pensarlo dos veces o planear otra hazaña salté empujando a Ryui,  tumbándolo en  la acera, del otro lado de la carretera.

Me sentí como un simple muñeco de trapo siendo empujado por el medio de transporte, mientras  un color carmesí me nublaba la  vista, para después  ser envuelto por un negro que me provocaba cansancio al punto de desvanecerme en un sueño profundo.

 

# P. V. Fushimoto.

Takaba Akihito, no era más que   otro paciente al cual atender, hasta que me enteré de que era un doncel, como mi fallecido esposo.

Hilay  había fenecido durante el parto de nuestro hijo. Yo como médico, le había advertido que se trataba de un embarazo sumamente riesgoso, incluso me atreví a plantarle un aborto, pero Hilay, como Akihito se negó, aseguró que todo estaría bien y que seriamos esa familia perfecta. “Esa” que nunca alcancé, pues el parto se complicó, Hilay murió desangrado, y Rin, mi hijo…  se le había enredado el cordón umbilical en el cuello, muriendo juntó a  Hilay.

Una historia tan trágica como cruel, no quería que Akihito padeciera lo mismo, por ello le plantee tan exigente la operación, pero como si fuera una repetición se negó.

Ryuichi. Su hijo, su primer y único hijo, me provocaba sentimientos de resentimiento,  quizás porque me hacía recordar mi triste pasado.

Me molestaba que fuese tan feliz al lado de Akihito ignorando los riesgos que le había causado durante su llegada al mundo.

Además de que en una ocasión, durante una vista a su departamento me topé con un álbum…Asami Ryuichi, llevaba por título con diferentes letras y tamaños recortados de revistas, al abrirlo me di cuenta, se trataba de su ex pareja, el padre de Ryui…su parecido  era imposible de ignorar, al grado que  otro motivo de aborrecimiento surgió. Ese niño no permitiría  a Akihito dejar su pasado detrás, siempre le recordaría su error con ese hombre.

Aunque eso ya no me tenía tan preocupado, pues ahora con la proposición que recién le había hecho, y su segura aceptación, lo primero que tenía planeado era poner en regla ese crío, y obligarlo a  entender que Akihito no es suyo, como lo piensa.

-Doctor Fushimoto-de pronto una voz alarmada me sacó del mundo de recuerdos y pensamientos en el que me encontraba  -Takaba Akihito, por favor venga de inmediato a emergencias-era yuki, una de las enfermeras quien me hablaba  con una mirada de terror.

De inmediato me levanté de la silla, salí del consultorio sintiendo que algo dentro de mi temblaba, como aquella tarde en la Hilay ingresó  al hospital.

-¿en dónde está Akihito?-pregunté a los camilleros quienes me veían con tristeza, pues todos en el hospital conocían mis sentimientos hacia él. A lo lejos alcance a vislumbrar su cuerpo, estaba siendo llevado a la sala de emergencias, tenía un golpe en la cabeza, y sus ropas estaban llenas de sangre ¿Qué demonios estaba ocurriendo?, me dije furioso, si apenas hace unas horas había estado platicando  con él.

Entonces uno de los compañeros, me entregó el reporte, en el cual vi los daños y causas…¡Ryuichi!

Lo decía muy claro, él había sido atropellado por culpa de ese mocoso.

Tomé los papeles y los estruje con fuerza, cuando vía al menor entrar por la puerta, y cruzamos miradas.

-¿En dónde está Okāsan? ¿A dónde se lo llevaron? ¿Va a estar bien?-preguntaba como si realmente le importara.

-no, no está  bien y si Akihito se muere va a ser tu culpa, como siempre desde que naciste no dejas de causarle problemas-reclamé descargando en las palabras años de resentimiento.

Él se me  quedó viendo con los ojos enrojecidos, ahora que lo veía bien, traía  sus ropas manchadas de sangre, carajo, podía estar herido y yo aquí diciéndole estupideces.

-¿estás bien?-interrogué sin ganas de saberlo, pero él no contestó.

-Fushimoto-sempai, ¿Qué está pasando?, me dijeron que Aki…-no volteé, pero reconocí la voz, era  Kou quien  se acercaba por detrás, seguramente no veía a Ryuichi porque yo bloqueaba su figura.

-Akihito fue atropellado, ahora mismo está siendo intervenido, iré a ver en que puedo ayudar-no quería seguir allí como inútil en espera de que ese niño dijera algo en mi contra.

# P. V. Kou.

Todo me parecía una broma de mal gusto, apenas me encontraba recogiendo mis pertenencias para salir de regreso a casa porque ya había quedado de encontrarme con Akihito y Ryui en el centro,  cuando Yuki pasó corriendo y me dijo que buscara al médico Fushimoto, que Aki estaba mal.

En cuanto el sempai se movió vi a Ryui, estaba pálido como un fantasma.

-Oye, Ryui ¿quisieras  decirme que fue lo que sucedió? –intentaba que mi voz sonara fuerte para él, pero a mí también me costaba trabajo retener el llanto, incluso emitir frase, pues sentía un nudo en la garganta que me impedía recitar más incógnitas.

-…todo…yo-levantó su cara ysus ojos, dos lagunas cristalinas comenzaron a dejar correr  ríos de agua  salada. Lo cual era sumamente raro en Ryui.

-todo estará bien, no tengas miedo-lo abrace con fuerza, e intente confiar en mis palabras.

-no tío, todo fue culpa mía, Okāsan se va a morir por mi causa….

-por supuesto que no, ¿Quién rayos te dijo eso?-pero Ryui sólo temblaba y se apretaba a mi pecho, ese lado suyo sí que era peor que cuando se enojaba, porque me hacía sentir incapaz de consolarlo.

No estaba seguro  por qué, pero en ese instante vino a mi mente el día de su  nacimiento, Akihito también se encontraba debatiente, y yo tenía que encargarme de mi sobrino.

Pero si de algo estaba seguro, era que Akihito no se daría por vencido, no dejaría a su hijo solo.

# P. V. Ryui.

Aunque mi tío  dijera que no, yo sabía que no era verdad, Fushimoto tenía razón, si no hubiese corrido como demente Okāsan no me hubiera perseguido, no me hubiera empujado y no estaría herido.

Cuando finalmente conseguí calmarme, le dije a mi tío que estaba bien, que por favor me dijera como se encontraba Okāsan, él no quería dejarme solo, así que le pido a Yuki que me acompañara.

Ella se comportó bastante amable, me platicó sobre su vida en el campo de trabajo, pero desafortunadamente no le preste atención, pues en mi mente continuaba presente la imagen de Okāsan  lleno de sangre, el hombre del auto llamando a emergencias, y todos en la calle mirándonos como si se tratara de un sirco. No cabía duda, la frase “la vida te cambia en un instante”, ahora la comprendía a la perfección.

Transcurrieron tres  horas, cuando un enfermero se acercó a Yuki y le dijo algo en secreto, ella volteó,  me vio, sonrió y me dijo.

-Takaba-kun se encuentra fuera de peligro Ryui, creo  que podemos ir a verlo-esa sola palabra “fuera de peligro”, casi me provocaba el llanto de nuevo, me emocione muchísimo por la sola idea de ver a Okāsan otra vez, pero el cuerpo no me respondía. Fue entonces que yuki se levantó, tomó mi mano y nos dirigimos al cuarto en el que descansaba.

Pero justo en la puerta se encontraba Fushimoto y mi tío Kou, parecían discutir y me frené, deteniendo a yuki.

-no se atreva  a culpar a Ryui por lo sucedido-dijo mi Tío molesto, algo me decía que Fushimoto ya le había expresado sus opiniones respecto a mi existencia.

-acéptalo Kou, si no fuera por ese mocoso Akihito no estaría en coma.

¿En coma?, suavemente solté a yuki y caminé hasta donde se encontraban.

-Ryui-me  llamó mi tío-no te preocupes, todo estará bien-continuaba diciendo, pero yo ya no le creía.

-¿puedo ver a Okāsan?-pedí sujetándolo del uniforme.

-¡NO! -respondió Fushimoto-eres un menor y el reglamento  estipula que los menores de edad no pueden realizar ningún tipo de visitas, es más deberías de irte a casa, ya no tienes nada que hacer aquí.

-¡Es suficiente doctor!, ¿Cómo puede sur tan cruel?-comentó Yuki  jalándome para envolverme en sus suaves brazos.

-esas son las reglas, yo no las hago, sólo las sigo. Además Kou, tú fuiste quien firmó como responsable de Akihito, así que tienes que permanecer dentro del hospital.

-¿pretende que abandone  a Ryui?

-has lo que te parezca pertinente, pero no puedo permitir que Akihito se quede solo-suspiré amargamente, todos discutían, y yo me sentía tan miserable, inútil e incomprendido.

No me atreví a hablar  hasta que el doctor se marchó.

-está bien tío, puedo volver solo a casa, y regresar  mañana.

Ya basta de ser sólo una carga, prefería que Kou fuera el  amigo de Okāsan, y no mi familiar. Él me contempló, se notaba que no estaba de acuerdo con mi sugerencia.

-Kou, si quieres yo lo puedo llevar-dijo yuki, pero mi tío seguía ausente.

Me dio un último abrazó y besó  la  frente, me dijo que mi tío Takato llegaría mañana a las once, y que haría todo lo posible e imposible para lograr el permiso de visita. No estoy seguro por qué, si  mis ojos estaban cansados de llorar o simplemente que ya no podía, pero yo  realmente sentía correr por mis mejillas más de un litro de lágrimas inapreciables.

……..

Llegué a casa, las luces se encontraban apagadas, ya era tarde, alrededor de las nueve o diez   de la noche, pero no tenía ni una pizca de sueño.

Yuki, se disculpó, pues aunque había quedado con Kou de quedarse conmigo, una llamada de Fushimoto la hizo volver al hospital.

Solo, en casa…me hizo pensar en el veredero  significado de amar, yo amaba tanto a Okāsan, que el siquiera visualizarlo con un…  con alguien como Naru…ojalá no me hubiese comportado así, si pudiera regresar el tiempo, decirle cuanto lo quiero, lo necesito y lo extraño…pues solo éramos él y yo contra el mundo…

Las ganas de verle seguían en mí, quemándome por dentro, así que me levante del sillón que componía nuestra pequeña sala y dirigí al cuarto, comencé a revidar el closet, sacando las cajas viejas en las que Okāsan guardaba antigüedades, como ropa, objetos  y  fotografías.

Saqué todo y reí de imaginarlo regañándome -¡Ryui mira el desorden que hiciste!

Dentro de las cosas recuperadas encontré el álbum que él mismo había hecho, la foto que más me gustaba era la que mis tíos habían tomado el día de mi nacimiento, Okāsan y yo recién nacido, en la cama del hospital, él sonreía como un ángel y yo descansaba en sus brazos envuelto en sábanas blancas.

También había otra  en la cual se integran ellos y Okāsan haciendo caras graciosas, no lo pensé mucho y tomé  ambas colocándolas sobre la cama, continúe indagando en los contenedores hasta que me topé con un manto negro, que extraño, me dije a mi mismo, ¿Cómo era que no lo había visto antes?-descubrí el libro o fuera lo que fuera que se mantenía en secreto.

Oh-era sólo otro álbum viejo, lo que parecía una cámara pequeña, ¿y una llave?

Qué raro, supuse que eran cosas de cuando Okāsan era joven, tenían que ser, primero porque había sido fotógrafo independiente, lo que explicaba la cámara, pero no  el álbum y la llave….

Bueno la llave podía ser de su antigua casa, y el álbum…no lo medité  demasiado y lo abrí…

-¿EHHHH?, diablos parecía ser un trabajo de artísticas o algo si, se trataban de recortes, muy malos recortes, o mejor dicho fotografías muy mal recortadas de revistas y periódicos, creí que se trataba de algún tipo de trabajo, cuando noté  que en todas las paginas venia el mismo rostro, o mejor dicho el mismo “hombre”…de unos 30 años, cabello negro, ojos dorados, y traje formal.

-¡No puede ser!-cerré el libro y quedé en pausa, clavé los ojos en la pasta deteriorada por el tiempo y volví a abrirlo en la primera página.

“Asami Ryuichi”-leí en voz alta.

Esto podía significar un sinfín de cosas, que  Okāsan había tenido una fuerte obsesión por un desconocido bien parecido oooooo….ese tipo “RYUICHI” ASAMI era mi padre, el de verdad,  ¿O por qué se llamaba como yo?, ¿O yo como él?

Coloque el álbum en la cama y me levanté, woau, esto sí que se me provocaba un montón de preguntas locas.

1.- ¿Por qué Okāsan tenía un álbum como este?

2.- ¿Por qué Okāsan no me lo había mostrado antes?

3.-¿Qué se suponía que debía  hacer ahora?

Me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos.

Cuando recordé ese caso en especia del que me había hablado yuki… sobre su abuela de 67 años quien había quedado en coma, como Okāsan y había despertado tras escuchar un “te amo” de su esposo…

¡Podía ser eso!, claro que era “eso”, ahora lo tenía tan claro, solamente debía  buscar a mi  Otōsan y pedirle ayuda.

Pero si realmente quería hacer eso, primero tenía que investigar en donde vivía, así que me puse en pie y tomé una vieja computadora de trabajo de mi tío, un poco nervioso escribí en el buscador Asami Ryuichi y de inmediato me aparecieron diversos enlaces, como:

Asami Ryuichi, club Okinawa.

Asami Ryuichi soltero codiciado.

Asami Ryuichi Cadena de hoteles.

Asami Ryuichi, residencia-no estaba seguro, pero opte por esa opción, me daba nuevamente el nombre de un prestigioso hotel si no es que 100, 1000 estrellas, que era en donde se suponía vivía. En Tokio.

Tomé una USB y descargue toda la información, además de unos mapas. 

Recordé que mi tío Kou me había dicho que Takato-oji  llegaría mañana, así que si realmente quería viajar a Tokio en busca de mi papá  tenía que hacerlo ya. Vacíe mi mochila sacando todas las libretas y guardé la computadora portátil, sería un pequeño préstamo, las fotografías de Okāsan, un libro muy especial que él me había escrito y por supuesto todas las pertenencias desconocidas que había encontrado, además de otras cosas.

Un problema muy recurrente me atormentó, el dinero…mmn, no era algo demasiado difícil de resolver, de nueva cuenta entre al cuarto de mi tío y busque entre su ropa interior sus ahorros, no era robo, sino un préstamo forzado, después se lo pagaría, y salí.

No pude dormir en toda la noche, y en cuanto sonó la alarma que Okāsan tenía preparada me entristecí un poco, pero no era momento de doblegar, me coloque el uniforme, como fingiendo que acudiría a la escuela y partí al hospital.

7:40 AM

Llegué a las instalaciones y al parecer no había nadie conocido, me dirigí  sigiloso y escurridizo  hasta donde quedaba su habitación e ignorando las estúpidas reglas de Fushimoto, me introduje a su habitación, me dio un poco de miedo al   ver dormidos a Fushimoto y mi tío en los sillones del cuarto, aunque me alegré  mucho ver que Okāsan era querido y apoyado en momentos difíciles.

Tenía colocado el equipo médico y su frente se encontraba vendada, resaltaba un moretón en su rostro del lado derecho que fue  el más afectado, quería abrazarlo, pero se veía tan frágil que temí lastimarlo, tomé sus manos y le pedí desde el fondo de mi corazón.

- Okāsan  por favor despierta, no me dejes solo, por favor-rogué pero él no respondió nada,  así que únicamente me abalancé y besé su mejilla.

-no te preocupes Okāsan, iré con papá, ya sé quién es eh, y debo decir que tienes muy buen gusto… él vendrá conmigo y te salvará, ya lo veras Okāsan, ya lo veras.

Un movimiento por parte de mi tío me hizo ponerme en alerta,  me erguí y le dedique una reverencia en despedida, para salir del hospital.

No volteé atrás, y por alguna razón ya no  me sentí tan solo, sin más di el primer paso hacia delante en busca de Asami Ryuichi, mi padre.

 

 

Continuará.

Notas finales:

¿A qué ese Doc. Si se pasó de lanza con Ryui?, por otro lado sosiéguense porque Akihito estará bien, ya lo entenderán en el próximo capítulo, cuando se reúna  con Asami y su chicuelo travieso.

-uuuh pobre Asami, el que se quiere ir por ahí de birriondo y le va a llegar su hijo perdido XD

Besos y abrazos.

PD: No se me ha olvidado que por allí les dije a  algunas chicas que publicaría Amor sin fronteras, pero aún no lo redacto, no las agobio con detalles, pero ya se andaban quedando sin autora, vendito kami-sama que me dio otra oportunidad. Quizás  actualice en la noche o mañana temprano.

Kazz.


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