Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

[Reviews - 349]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saludos chicas, hoy me animé a sorprenderlas con esta actualización, tardía, pero aquí esta, y aunque lo duden tenía muchas ganas de publicar, pero como ya se habrán dado cuenta, los jueves o Viernes que actualizo, lo hago únicamente  para una de mis historias y como retome una que bueno, X,  pues esta se andaba atrasando, y no quiero que las lectoras desesperen, por esa razón  aquí esta. Vamos a leer a los Ryuis.

Un saludo muy especial para Kya neko chan y todas las guapas lectoras que me envían RW.

P.V. Ryui.

Me costó más trabajo del que creía abandonar el hospital, pues justo en la puerta principal sentí como que algo me retenía con fuerza pero, no me iba a  echar atrás, me lo había prometido, no volver si no podía encontrar a mi padre.

Desde Tenjin tomé un autobús  que me llevó hasta la prefectura de Fukuoka, en donde tomaría el tren bala, $720 yenes, un robo, pero no tenía remedio, ese transporte me trasladaría a Tokio en un lapso de 6 horas, recorriendo 1,090 Km,  transitando por Hiroshima y Osaka, admito que estaba un poco nervioso, bueno, mucho, más de pensar que mis tíos pudieran darse cuenta de que no estaba en la escuela antes de llegar a Tokio aunque, si mis planes se ejecutaban bien estaría llegando a la ciudad a eso de las 4:00 pm.

Para evitar dejar pistas a mi paso me vi obligado a usar lentes de contacto negros, ya que el color de mi iris era demasiado llamativo, y seguramente si le preguntaban a alguien por mi usando esa característica, pues darían fácilmente conmigo.

Una vez en la estación me dirigí a comprar el  boleto. Le dije al gerente  que no traía conmigo la credencial de estudiante, era demasiado arriesgado el que tuvieran una copia de ese documento en sus manos, que pudieran tomar como rastro mi familia, pero el joven  que me atendía me barrio con la mirada, y  discutió que era imposible venderme un pasaje  sin identificación,  por sus nuevas medidas de control respecto a los pasajeros que abordaban, esto por un pasado  ataque terrorista que había afectado la línea  hace como ocho años, ¡Hey!, justo mi edad.

-además eres demasiado joven, ¿cuántos años tienes?-preguntó en plan de impedir la adquisición, demonios me maldije, no entendía por qué si muchos me creían mayor a mi edad original,  este tipo se ponía delicado. Tuve que idear algo rápido diciendo.

-oh, no, yo no viajaré solo-busqué con la vista a alguien vulnerable identificando a unas lindas adolecentes-mire, la de cabello rizado es mi hermana mayor-vociferé un onee-chan esperando a que ella volteara, y así fue, respondió mi llamado con una amplia sonrisa mientras levantaba su mano agitándola-lo ve, ¿pero ya sabe?, como esta en época de la punzada apenas vio a un chico guapo y me dejó atrás, ella tiene todos los papeles, por favor no me lo niegue porque se molestará conmigo-entrelacé mis dedos e imploré con el alma en un hilo que el hombre  se creyera el royo.

-…no debería hacer esto-murmuró nervioso cortando el codiciado papel-pero yo también fui abandonado por mis hermanas muchas veces-reveló con lágrimas en los ojos al mismo tiempo que me tomaba de las manos con lastima.

-eh, bueno…muchas gracias, esto será nuestro secretito Aniki-acepté cogiendo el trozo de papiro despidiéndome de él para pasar a abordar el tren.

Mi uniforme de primaria, una mochila, algunos dulces y muchas ganas de encontrar a mi papá eran las únicas cosas que me acompañaban.

Tomé asiento a dos lugares  del sitio en el que estaba la chica que había utilizado para engañar al gerente y le sonreí amistoso en agradecimiento por su certera aparición.

De un momento a otro el tren se puso en movimiento y me aterrorice, pero recordé que Okāsan me estaría esperando de regreso consiguiendo   tranquilizarme, eché un vistazo por la ventana  y me relajé aún más, el cielo se veía hermoso, azul, despejado y con un sol deslumbrante   a mi favor.

Uno a uno los árboles y casas se fueron quedando atrás, y me  emocione al apreciar los nuevos  y llamativos paisajes, ya fueran ríos, llanos o ciudades mostrando sus enormes antenas, todo se veía fantástico, en realidad era mi primer viaje, solo y a un lugar tan alejado de casa.

Pasaron alrededor de tres horas y no podía dormir, sentía como que  el medio de transporte se iría  de paso y no llegaría a mi destino, por lo que decidí entretenerme y mantenerme despierto viendo el álbum de recortes de  Otōsan, cuando.

Un hombre de alrededor de 28-30 años se acercó a mí, era alto, de cabello plateado y ojos verdes que tomó asiento a mi lado en consecuencia de la vacante que había dejado un pasajero.

-hola jovencito, ¿Puedo sentarme?-me pareció de mal gusto que lo preguntara después de acomodarse, pero en fin, era un desconocido  y debía portarme respetuoso, bueno, eso me parecía  que diría  Okāsan.

-adelante-me resigné mientras él plantaba su vista en el libro de recortes, lo cual me fastidio cerrándolo  de inmediato.

-¿Qué es de ti Asami Ryuichi?-cuestionó repentinamente, pasmándome.

-¿Cómo? ¿De dónde lo conoce?-interrogué sin querer, pero él no respondió nada y sin solicitarlo tomó mi álbum hojeándolo.

-¿Eres hijo de Asami?-volvió a preguntar, pero ahora fui yo quien guardo silencio y le arrebate el libro, al notar mi actitud poco cooperativa el individuo optó  por  presentarse  formalmente-no tienes por qué ser tan desconfiado pequeño, soy Todoroki  Natsuya, y te alegrará saber que yo conozco a esta persona.

-¿De verdad?-wau, tenía que ser una gigantesca casualidad que él conociera a mi papá y además estuviera dispuesto a ayudarme, porque bueno, con su apoyo  quizás mi viaje se acortara a menos tiempo del que imaginé.

-¿Entonces si es tu padre?-interrogó nuevamente revolviendo mis cabellos con su pesada mano, haciéndome sentir más familiarizado.

-sí, Asami Ryuichi es mi padre…aunque él no lo sepa-confesé cabizbajo, a lo que el agregó una mueca de duda, entonces yo de igual manera me presente y comencé a platicarle algunos de los hechos más importantes como que mi mamá, sin especificar que se trataba de un hombre, un muy lindo hombre, se encontraba  incapacitado por lo que no me  acompañaba, en otras palabras estaba solo, además de que mi Otōsan no sabía todavía que yo era su hijo, pero que seguramente me aceptaría porque él era un hombre excepcional.

Las otras dos horas quedaron perdidas cuando Natsuya me dijo que él estaba trabajando dentro de uno de los clubs de mi padre, Sion, además de que justamente dentro de veinte minutos  tendrían una junta de administradores en un restaurante de categoría cerca de la estación Shijuku muy cerca de Tokio, en la que Asami-sama estaría presente. Que si lo deseaba él me podía llevar y ayudarme con la presentación.

Todo sonaba tan fácil, que no pude evitar aceptar. Tal como Natsuya había indicado ambos bajamos en la estación Shijuku y caminamos algunas calles, me dolían las rodillas por haber estado sentado tanto tiempo, por otro lado  me preguntaba al ver  la hora,  si mis  tíos se sentían preocupados, pues dentro de poco serían las tres cuarenta, mi hora de llegada, y no aparcería .

Continuamos caminando hasta que noté que la gente se volvía escasa.

-¿No dijiste que sería un restaurante de categoría? ¿Por qué aquí no se ve por ningún lado?-dudé, algo no andaba bien, este tipo me estaba alejando de las personas, mis piernas temblaron y me eché a correr, pero él me cogió por la mochila y lazó a un callejón sin salida tumbándome cerca de un contenedor de basura  cayendo sobre un charco de aguas negras con olor desagradable.

-¿Pero qué carajos te pasa? ¿Dijiste que me llevarías con mi papá?-reclamé con miedo, pero ocultándolo perfectamente bajo un tono  demandante.

-ja,ja, sólo un niño  se cree semejante mentira …-rió con una sonrisa enfermiza que me provocó asco, entonces reflexione, ¿Cómo rayos fue que le conté intimidades a un desconocido? Y más importante ¿Cómo iba a escapar de él? -…o Ryui-kun lo siento tanto, mírate, tu lindo uniforme se ha manchado de lodo-analizó al verme en el suelo- … pero no te preocupes te comprare otro, de ahora en adelante te quedaras conmigo, yo seré tu papi… pero primero habrá que quitarte esa sucia ropa-dijo desabrochándose el pantalón al mismo tiempo que acortaba distancia, sentí que la respiración se me iba y un miedo indescriptible me atacó provocándome una fuerte punzada  en la espalda que recorrió mis hombros…

Poniéndome en defensa, me levanté y busqué con rapidez mi mochila en la cual traía un arma eléctrica que había tomado prestada de las cosas de mi tío Kou,  además de un encendedor con un spray inflamable para el cabello que podía usa para defenderme, pero era inútil, mi bolsa   estaba tirada a un lado de ese enfermo.

¿Qué podía hacer? pensé lo peor.

¿Quién podía ayudarme? Recordé a Okāsan inconsciente, Obachan de quien ni siquiera me despedí y en mis tíos que seguramente estarían afligidos pero, demasiado lejos.

¿Realmente no había nadie? Imaginé a mi papá quien no  me conocía y aun así deseaba  llegara en mi auxilió.

¿Este tipo realmente me…dañaría?

-¡No te me acerque infeliz!- grité sin poder esconder mi desesperación, él se acercaba y yo no podía evitar caminar en reversa hasta que topé con pared - ¿Qué planeas?...-interrogué con pesadumbre cuando el  recargó  sus manos en mis hombros con fuerza tumbándome para después acercarse y susurrar.

-solo tranquilízate  yo cuidaré de ti …

…estaba solo…nadie iba a venir…este tipo…

 

P.V. Akihito.

El calor de un beso me hizo reaccionar, estaba en el hospital, pero no sentía ningún dolor,  el primer rostro que vi fue el de Ryui, parecía triste así que me levanté e intenté acariciarlo cuando mi mano casi intangible traspasó su cara causándome un shock , y al analizar cuidadosamente el cuarto me vi a mi mismo tendido en la cama, parecía como que alguien me hubiese usado como  saco de box, entonces lo recordé, el accidente, pero, me sentí muy feliz de ver que Ryui se encontraba a salvo.

-no te preocupes Okāsan, iré con papá, ya sé quién es eh, y debo decir que tienes muy buen gusto…él vendrá conmigo y te salvará, ya lo verás Okāsan, ya lo verás.

-¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?, no, no, no, no de ninguna manera, estoy perfectamente bien, no necesito que nadie me salve, además ¿Quién te habló sobre Asami?-intenté comunicarme con él pero mi voz simplemente no fue escuchada.

Ryui se veía muy  decidió y se marchó de inmediato, yo también me puse en pie cuando percibí una especie de atadura con mi cuerpo, ¿Era acaso que estaba muerto?

En ese momento nuevamente quise hacerme escuchar, le grité con todas mis fuerzas a Kou-Se está yendo, Kou, tienes que detenerlo, ¡has algo!-pero no sirvió de nada.

No me importó en lo absoluto, vivo o no, no permitiría que Ryui se marchara a quien sabe dónde solo.

Intenté sujetarlo de la mano en la salida del hospital, pero fue inútil, no parecía asustado al contrario de mí, careciente de ideas no pude hacer más que acompañarlo hasta la prefectura de Fukuoka,  me sentí aliviado cuando tras intentar comprar un boleto a Tokio en el tren bala, se lo negaron por falta de identificación, aunque todo se echó a perder porque al parecer el tipo había tenido un triste y patético pasado, ¿A quién le importa?, si es que revivo juro que me quejaré por eso!

Abordamos, yo detrás de él, no tenia de otra más que ampararlo, aunque no estaba seguro de ¿En qué me había convertido? ¿Quizás un fantasma? ¿Un espíritu?, no lo creo, si estuviera muerto ¿Por qué mi cuerpo se encontraba en un hospital y no en el  cementerio?

Además Ryui había dicho que buscaría a Asami, eso era lo que de todo me aterraba más, Asami no sabía nada de mí, ¿Podría aun así recibir con amor a Ryui?

Me comencé a inquietar sin saber por qué hasta que visualicé un hombre mayor que nos observaba de lejos, no mejor dicho, sólo veía a Ryui, quien  se distinguía emocionado con los nuevos panoramas que admiraba, pero ese tipo…más tarde Ryui sacó el álbum que yo había hecho para él hace tanto,  ¿Por eso sabia de Asami?, CARAJO, me odie a mí mismo, ¿Por qué rayos hice ese libro? Me reclamé, en silencio.

Cuando ese hombre se acercó a  Ryui, no pude evitar tensionarme y sentirme temeroso por las intenciones que él pudiera tener, más porque Ryui hizo algo que nunca haría en sus cinco sentidos, le reveló a ese  desconocido  una serie de cosas que no debía.

Ese cuento barato de que era conocido de Asami, Si cómo no, ya me la habían querido vender miles de veces cuando yo era su amante para secuestrarme, era tan obvio que mentía que daba lastima, sin embargo Ryui no lo veía, estaba totalmente segado por el sueño descabellado de llegar con Asami, carajo otra y mil veces rogué, hasta cansarme de decirle que no le creyera.

Cuando ese hombre por fin lo convenció bajaron en Shijuku y él sin vergüenza poco a poco lo llevó hasta  un callejón sin concurrencia,  ni salida para  empujarlo dentro.

Creí, que  quizás el maldito sólo quería robarlo, ya que lo primero en arrebatarle fue su mochila, pero después la lanzó dejándola en el olvido  pasando a bajar la bragueta de su pantalón… imposible, él quería violar a mi hijo, y yo… no podía defenderlo, no podía ni amenazarlo o asustarlo, me sentía tan inútil, entonces observé como Ryui temblaba con un semblante feroz que se desquebrajaba poco a poco.

-de acuerdo- me puse de pie y corrí en busca de ayuda, yo no podía intervenir a favor de  Ryui, en ese caso, tenía que encontrar algo o a alguien que lo auxiliará en mi lugar.

Entonces mientras corría por la calle vi un canino que curiosamente me observaba, ¿A mí? , si, él me veía fijamente, era de color negro,  ojos ámbar, de complexión atlética pero al mismo tiempo musculosa con las orejas puntiagudas, sin cola, y dientes filosos, tenía una cicatriz en uno de sus parpados  que reveló su origen, seguramente se trataba de un perro de pelea, Dóberman.

Me acerque a él sin cuidado, después de todo no podía morderme- ¡Sígueme!-ordené pues sabia por un libro que ese tipo de animales sólo obedecían cuando distinguían que se trataba de una exigencia.

Corrí de regreso a donde estaba Ryui, ese desgraciado ya lo tenía en el suelo secreteándole porquerías, voltee atrás esperando que el perro me siguiera y así era, venía a unos centímetros de  mí -¡ATACA!-le demandé señalando a ese depravado.

Y como el pedófilo estaba de espalda no vio al Dóberman lanzándosele  a una pierna mordiéndolo con fuerza, sacándole sangre y gritos de manera instantánea.

-¡Defiéndete Ryui!-pedí con desesperación y él me escuchó,  ya que se  armó de valor  dándole un rodillazo en su repugnante erección.

-Maldito mocoso-regañó el dolido hombre quien aún con un perro atacándolo y el pene fracturado tuvo fuerzas para empujar a Ryui otra vez, provocándole un  golpe en  la frente -Suéltame maldito animal-sin saber que más hacer para deshacerse del perro,  le dio incontables    puñetazos en el hocico hasta que el Dóberman lo liberó para echarse a correr como el criminal que era.

El animal lo persiguió  desapareciendo del lugar.

Ryui terminó inconsciente, pero al menos ya estaba a salvo.

Con pereza abrir los ojos y ambos volteamos al escuchar el gruñir del perro que regresaba y no parecía muy feliz.

-¿Vas a morderme?-Ryui interrogó al animal como si se tratara de una persona, ya no parecía tan asustado, sin embargo se veía como que estaba conteniendo el llanto.

El Dóberman volvió su mirada a mí, claro que puse mis manos en X pidiéndole que no dañara a Ryui.

Pero el simplemente se sentó frente a mi esperando otra orden, lo que llamó la atención de Ryui e incluso volteó hacia mí, pero no me distinguió, al parecer no era invisible ante los animales.

-trae la mochila-señalé y eficientemente él se dio vuelta mordiendo la bolsa de Ryui mientras yo me situaba detrás de él, así cuando la soltó Ryui creyó que se la estaba dejando a él.

-gracias… ¿Cómo te llamas?-continuaba hablándole, eso era muy común en él, tratar a los animales con respeto y educación, algo un poco raro, pero muy afable.

De pronto comenzó a tallar sus ojos, estaba llorando y apretaba su mochila abrazándola con aflicción…Ryui rompía mi corazón en mil pedazos de verlo tan vulnerable e inconsolable,  solo pude hincarme a su lado esperando  que se  relajará.

-por, por mi culpa…-susurró con angustia-por mi culpa Okāsan está en coma y nunca despertará…-¿En coma?, repetí a lo dicho, bueno, al menos no estaba muerto, digo, en coma no suena taaaan mal, excepto quizás por el hecho de que estaré inconsciente para siempre… mgh si…era horrible…

Pero al menos aun podía estar con mi hijo, y si realmente no despertaría…Ryui tenía que encontrar a su papá no por mí, sino por él… después de todo ahora se encontraba más cerca de Asami que de Kou y Takato.

-Todo estará bien Ryui, ya lo veras, si el idiota de Asami se pone delicado te juro que encontraré la manera de asustarlo y jalarle la cobija cuando duerma, o hacer ruidos extraños en su baño-le consolé  con euforia.

Provocando que el perro me ladrara y saltará asustando a Ryui.

-¡Quietó!-dijo en voz baja  mirándolo fijamente a lo que el animal obedeció, wau, eso sí que me sorprendió, debe estar adiestrado.

-todavía tengo que llegar a Tokio, pero estamos como a 2 o 3  kilómetros-dijo para si en voz alta mientras cogía su mochila- si quieres puedes acompañarme-invitó acariciando al canino sin miedo-pero primero hay que ponerte un nombre… ¿? mmn ya se,  ¿Qué te parece?  ¿Dango?  Es uno de mis dulces favoritos.

Posteriormente de que Ryui nombro al Dóberman continuamos el camino de regreso a la estación shijuku para tomar un autobús de línea directa a Tokio, aunque Ryui se esforzó por no llamar la atención era un poco difícil ya que su apariencia no era la mejor, a la hora de comprar el boleto se lo negaron por querer llevar a Dango.

Sin insistir abandonó el lugar y prefirió echarse a andar en lugar de perder el tiempo quejándose o lamentándose, yo sabía que el camino era largo además de que teníamos poco rato de luz, pronto anochecería, sin embargo con Dango cuidándolo me sentí más tranquilo, caminamos y caminamos, yo no sentí ni por un momento cansancio o hambre, pero era consciente de que  Ryui si, preferí detenerme en una banca alumbrada por un farol que había encendido automáticamente.

Dango me siguió haciendo detener a Ryui quien buscó la banca y descansó a mi lado. Se quitó la mochila y buscó algo de adentro sacando algunos dulces y comida que compartió con Dan.

Después Ryui tomó un mapa de la ciudad en la cual tenía  marcado un rumbo a seguir, el Hotel Imperial Tokio, dirección  Uchisaiwaicho, Chiyoda, 100-8558 ¿EH?, bueno la verdad no me sorprendía que Asami su hubiese mudado después de tanto tiempo.

Aunque ese lugar era de clase ¿Alta? Que digo alta, de atezas, no tenía ni la más mínima idea  del plan que pudiese tener Ryui para colarse, porque bueno, por malo que sonara, mi bebé parecía pordiosero con un perro de compañía, en conclusión  imposible acceso.

Pero bueno, eran aproximadamente las 11:30 pm y nosotros seguíamos adelante a una calle del hotel, me detuve pensando  que  a esta distancia posiblemente  comenzaría  la seguridad, con la presencia de guardias ¿y quién sabe? algún guardaespaldas de Asami, aunque yo conocía el lugarcito, si, había  estado en el hotel  hace años por trabajo, eso me hizo recordar que había una puerta trasera para los de servicio, pero además también existía un pasaje especial que daba de la cocina a las escaleras, que podía usar para llegar a la habitación de Asami 604, el penthouse.

Y así fue, usando a Dango guie a Ryui hasta esa puerta de cristal que él mismo por mis grandes enseñanzas forzó a abrir, pero en el  momento que Ryui se disponía a cruzarlas se detuvo, dándose cuenta de que estaba todo sucio y desalineado.

Se dio vuelta y Dango lo siguió hasta no muy lejos en donde se escondió cerca un bote de basura.

-parezco callejero…no te ofendas Dango pero, no quería dar esta primera impresión a mi padre-por supuesto, en todas las fotos que había puesto de Asami el lucia tan elegante y perfecto, rodeado de lujos, justo lo que se iba a encontrar haya arriba, pero no debía flaquear.

-tráelo acá Dan-ordené al Dóberman quien mordió su pantalón jalándolo para que regresara.

-..Supongo que sería tonto regresar estando tan cerca de él... ¿No?- con la seguridad restablecida y cautela requerida Dango, Ryui y yo, nos adentramos al hotel, me preocupé mucho de que alguien pudiese detectarnos  pero no había nadie, sin embargo justo cuando estábamos por subir las escaleras el cuadro de un gato provocó un sonoro ladrido de Dango que alertó a los guardias de seguridad y demás gente, de inmediato Ryui y  Dango  junto conmigo, corrimos  perdiéndonos al recorrer los pasillos.

No podía evitar ver a Ryui sudar pálido y cansado sin preguntarme ¿Cuánto más podía soportar?, al carajo, jamás llegaríamos al penúltimo piso por las escaleras, si ya sabían que había invasores al menos  podíamos usar el maldito elevador, en cuanto subimos al tercer piso silbé fuerte y Dango se desvió siguiéndome para tomar ese maldito medio que acortara e impidiera que mi hijo quedara inconsciente por falta de aire.

Con Dango a mi lado le señale el botón y él se alzó de manos golpeándolo haciendo abrir las puertas de metal, cuando Ryui nos alcanzó y vio la entrada no lo pensó dos veces, de inmediato entró y enumeró el piso a dirigirnos.

No tardamos ni ocho minutos en llegar, los cuales le sirvieron de descanso a Ryui, bajo de el, pero a causa de una voces tuvo que ocultarse, eran los de seguridad que ya sabían del perro, y tal vez de él, por las cámaras.

No teníamos tiempo así que ubique el cuarto de Asami   lo más rápido que pude, Ahí habitación  604.

Ryui también lo había distinguido y corrió a ella levantando su mano en puño, dudó un segundo, para después tocar.

La hora había llegado, por fin Ryui conocería a su padre, estaba que no me lo creía, tantos años separados, y ahora, ellos estarían frente a frente… pero si realmente ya no volvería despertar, esperaba que Asami pudiera cuidara de nuestro hijo.  

La chapa se giró por si sola conmocionando mi corazón  y justo frente a nuestros ojos apareció  en una elegante bata de dormir obscura,  Asami.

Que cosa, el paso de los años no se le veían por ningún lado, seguía igual de…

P.V Ryui.

-¿Qué es lo que quieres niño?- preguntó Otōsan con fastidio, parecía molesto de que estuviera aquí, lo que me parecía extraño siendo él un hombre solidario, amable y comprensivo, aunque supongo que si alguien te despierta a mitad de la noche evidentemente importunas.

¿Qué debía decir?, soy tu hijo, o ¿Déjame pasar porque me busca la policía?

Papá  me vio cuidadosamente e invitó de mala gana  a pasar, lo que agradecí, aunque cuando distinguió a mi compañero hizo un gesto de arrepentimiento.

El lugar era enorme y lujoso, me llevó hasta la sala en la que me invito a tomar asiento mientras él se serbia un poco de jugo.

-¿Ese perro es tuyo? – interrogó con antipatía.

-sí, se llama…

-Ahórratelo niño, mejor dime ¿qué es lo que necesitas de mí? -… ¿De verdad este hombre era mi papá? Bueno, se veía como el  Asami Ryuichi del álbum pero, no encajaba para nada con la descripción de Okāsan.

-¿Déjame adivinar? Vas a decir algo como que eres mi hijo perdido  y necesitas que te ayude ¿para?-pausó permitiéndome la palabra, pero fui incapaz de contestar a causa de mi confusión, porque hasta donde yo recordaba  Okāsan dijo que papá no sabía de mí, porque él se fue antes de que supiera de su embarazó. ¿Entonces, por qué o cómo era que  conocía ese hecho?-¿Cuántos años tienes?- prosiguió investigando.

-…ocho, aunque pronto cumpliré nueve…-respondí emocionado de saber que estaba hablando con mi papá.

-¿Vas a la escuela?

-…si, pero justo ahora me dieron unas vacaciones-improvisé.

-en septiembre, ¿de qué clase eres?

-medio baja, pero Okāsan se esfuerza por darme todo lo necesario para que pueda.

-me refería a la escuela-especificó curvando sus labios en una leve sonrisa.

-ah, lo siento, voy en tercer grado, grupo A- que vergüenza ser tan…

-¿tu madre no viene contigo?-parecía nuevamente  distante.

-no… él esta indispuesto-era muy pronto para decirle que Okāsan estaba hospitalizado.

-¿ÉL?-arqueó su ceja-¿no quiste decir ella?

-oh no, él, Okāsan, bueno es que es doncel- pero Otōsan no parecía entender, la verdad yo tampoco sabía bien cómo, pero era hijo de dos hombre.

-de verdad-comentó sarcástico, molestándome un poco.

-lo digo enserio –busqué en mi mochila la foto de Okāsan conmigo en brazos-se llama Takaba Akihito y…

El sonido de la copa estrellándose en el suelo me hizo reaccionar volteando a verlo, su rostro palideció, sus ojos me rodearon con un odio profundo y perceptible.

-¿Qué pasa? ¿No lo recuerdas?-  él se dirigió a mí con lentitud y supuse que al menos ya lo identificaba, y que tal vez quería abrazarme o algo así pero…me sujeto violentamente del brazo y empujó a la salida-oye, suéltame me lastimas-reclamé mientras Dango ladraba amenazando con morderlo.

-¡silencio!-exigió haciendo acobardar a Dan quien se agachó siguiendo a  mí  ya no tan seguro padre que además me lanzó fuera  del departamento-…no se quien rayos seas, o que es lo que quieras, pero… Takaba Akihito esa muerto y si tú te atreves a volver… no será el único, así que dile a quien te haya enviado que se pudra, porque no recibirás dinero de mí.

Y sin pisca de amabilidad, cerró la puerta con ira.

Wau/ladró dango para después dar algunos chillidos-valiente perro que me acompaña reflexioné ya que con una simple miradita de mi…-titubeé-supuesto padre…

Bueno, bueno, no había que desanimarme tanto.

-no te preocupes Dango, aunque no lo parezca creo que Otōsan solo necesita un minuto para, digerir la noticia- … -que sean dos-  … -mejor  sean tres -pasaron casi cinco-lo mejor será esperarlo sentados, al fin que no creo que crezcas más ¿o sí?

Y he me aquí, descansando en un escalón frio, esperando a que los guardias de seguridad me atrapen y seguramente también regresen a Fukuoka, porque, cuando me pregunten por mis padres, No creo que Asami-sama reconozca ser uno.

Supongo que llegué hasta donde pude ¿No?, ¿Entonces por qué me siento tan rechazado e inservible? Sin papá ¿cómo se supone que ayude a Okāsan a despertar? ¿Cómo?...

 

P.V. Asami.

Lo último que me pasó por la cabeza cuando escuché que alguien tocaba la puerta fue, que se tratara de un niño y su perro.

Que me dijera la estúpida e ilógica noticia de que era mi hijo y que su mamá era Takaba Akihito, carajo me dio tanto coraje que quise golpearlo ahí mismo, si iba a aparecer con semejante farsa al menos debió investigar a fondo la identidad de Takaba, así habría sabido que no era una mujer, sino un hombre, y que además tenía ocho años de muerto.

En realidad  no era la primera vez que alguien me llegaba con el fabuloso informe de que era o tenía un vínculo consanguíneo, por esa razón este  niñito me tomó en frio.

Hace un mes una ex pareja me hizo una visita con su hijo de cuatro años, que también juraba era mío, y en vista que tenía algunas características que asimilaban su imagen a la mía, le dije que estaba dispuesto reconocerlo y a protegerla, siempre y cuando pasara una pequeña prueba de ADN.

Que desafortunadamente salió negativa, mejor para mí  porque…no podía evitar pensar en Aki y sus deseos porqué alguna vez fuéramos padres, y si no era él, que no seria,  mejor olvidarme de los bebés, niños o adolescentes.

Aunque debo admitir que los gestos de ese chiquillo  de ojos negros me provocaron un sentimiento extraño, da igual, de cualquier manera ya está fuera de aquí y más le vale se largue.

Caminé de vuelta a mi habitación cuando noté una fotografía en el suelo, me pareció que ese niño la estaba buscando en su mochila y debió a vérsele  caído.

Al recogerla y verla mis pupilas se dilataron y mi mano que sostenía el retrato tembló al visualizar el rostro de mi castaño, era Aki, Akihito, estaba en una cama de hospital cargando en brazos a un pequeño y delicado bebé… pero… eso tenía que ser una mentira, él estaba… ¿O no?, se suponía que estaba muerto.

Sentí la incapacidad de tragar aire por lo que  estrujé la foto, y recordé las exactas palabras del niño.

-oh no, él, Okāsan, bueno es que es doncello digo enseriose llama Takaba Akihito y…-no se confundió, el niño sabía que Akihito era un hombre, pero que era eso de ¿Doncel?

Volteé a ver el pasillo y me  dirigí  con prisa a la salida, miré a la  izquierda, y derecha, pero no había rastro.

Pensé en sus ropas, estaban tan sucias, ¿Por qué?, ¿De dónde venía? ¿En dónde estaba Akihito?

-…no…-si ese niño realmente era mío, y lo había echado, no me lo podría perdonar nunca, caminé a las escaleras y entonces lo vi…recostado en el escalón teniendo como almohada su mochila y a sus pies el feroz Dóberman que no tardo en percibirme-quieto-dije en voz baja acercándome al niño para verlo de más cerca.

Era mi imaginación o el color de su piel se parecía a la mía, la forma de sus ojos, esa era de Akihito, igual su nariz. No supe cómo o por qué pero mi mano se movió por si sola y cuidadosamente acaricie su mejilla, no estaba fría, al contrario era cálido como Aki.

Te enfermaras si duermes en este lugar-cogí su cuerpo ligero y llevé dentro al igual que a su guardián.

No podía esperar a que despertara, pero quizás estaría cansado, de cualquier forma  tenía tantas preguntas que hacerle, ¿Por qué Akihito se había marchado?, sonreí como tonto, en realidad eso no importaba, lo único que valía era que estaba vivo, en algún lugar fuera de aquí, y que pronto vendría por su hijo, nuestro hijo…

 

Continuará.

Notas finales:

¿Qué les pareció?, como que Asami no le creía a Ryui, pero lo bueno es que reaccionó.

Espero que les haya gustado y sorprendido, ojalá que se animen a enviarme un Rw, y por los que me llegaron, mil gracias.

Besos y abrazos, kazz.

Próximo capítulo- imposible coincidir-Ryui comenzará a conocer a su padre, todos sus defectos y virtudes tal cual lo hacen un yakuza de corazón frio, pero también el hombre que amó y ama a su Ok?san.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).