Molestias Menores.
Capítulo XLI Compras.
Autor Original Mysterious Penname.
Traductor Tony Trinket.
L miró mientras Light clickeaba a través de interminables catálogos de internet y seguía añadiendo cosas a su “carrito de compras.”
“¿Light-kun encuentra realmente necesarios tres tipos de exfoliante para pie?” preguntó L, moviéndose en el sofá para tener una mejor vista de la computadora de Light.
“Sí… Hey, Ryuuzaki, ¿me traerías mi avestruz?” respondió el adolescente.
L parpadeó. “¿Por qué debería buscar el avestruz para Light-kun?”
“Debido a que en gran medida a tesoro las cosas me das y me gustaría tenerlo cerca de mí para que me recuerde tu autoritaria presencia en mi vida. ¡Oh, zapatillas de conejo!”
L metió el dedo pulgar en su boca y lo frotó contra sus dientes, tratando de calcular lo que el más joven acababa de decir. “…Ya vuelvo,” dijo finalmente, sacándose la cadena y entrando en la habitación para tomar al avestruz. Volvió con ella y se sentó al lado de Light.
“Gracias, Ryuuzaki.” Light le sonrió abiertamente y se apoyó en el peluche gigante.
“¿Qué está comprando Light-kun ahora?” inquirió L, poniéndose la cadena de vuelta y tratando de convencerse a sí mismo de que no acababa de ser manipulado.
“Bueno, estoy comprando un humectante, un nuevo cepillo de cabello, un poco de loción…”
“¿Algo útil?”
Light rodó los ojos y continuó con su lista. “Un par de libros, ropa interior, una almohada, una bata, ejem… un mini LCD, un Segway*…”
Los ojos de L se agrandaron más. “¿Light-kun compró un Segway? ¿Por qué?”
“¡Compré uno para ti también!” se defendió el adolescente.
“No deseo escuchar nada más acerca de las torpes decisiones de Light-kun.”
DNDNDNDN
El día siguiente (gracias a la costosa entrega del 'día siguiente'), un par de hombres trajeron unas cajas al apartamento y Light se atrincheró sobre ellas inmediatamente.
“¡Ryuuzaki, abre esa de allá!” demandó, empujando una caja hacia L.
“No quiero hacerlo,” se quejó L, pero la abrió de todos modos y sacó una suave bata color lavanda y una almohada peluda a juego. “Toma.” Cubrió la cabeza de Light con la bata pero dejó la almohada junto a él.
“¡Oh, mira!” Light se acomodó la bata y sostuvo algo frente a L para que lo viese.
Una muñeca.
“Encontré esas muñecas antiguas y pensé en comprarla para la colección de mi hermana por su cumpleaños el Lunes. Es bonita, ¿no?”
L se encogió de miedo un poco y sacó la muñeca de las manos de Light. Tenía una cara de vidrio y un cuerpo de felpa y llevaba un vestido de encaje de color rosa. Tenía el pelo rubio y rizado bajo un anticuado sombrero y ojos azules que siguieron a L cuando se movió. Se suponía que era una muñeca bonita y que a la hermana de Light le gustaría para su colección, pero…
Lo estaba asustando.
“Light-kun debe poner esa muñeca de vuelta en la caja,” dijo L. Se la entregó a Light, tomándola libremente de un brazo.
“¿Por qué?” Light levantó la mirada de su masaje de pies, confundido.
“Porque… Puede que se astille si la dejamos fuera.”
“No lo hará, genio. Ponla en mi almohada que estás escondiendo tras de ti.” Light dio la espalda a L y sumergió la mitad de su cuerpo en la siguiente caja de gran tamaño. “¡Solo no te siente en ella!”
L apretó los dientes y puso la muñeca boca-abajo sobre la almohada a su lado. Se la quedó mirando durante unos minutos, tratando de pensar en una manera de conseguir sacarla de su vista.
“¡Hey!” susurró una voz en su oído.
“¡Dios!” exclamó el detective, pegando un salto estando agachado e impactando contra el suelo.
Light alzó una ceja mirando al hombre tirado en el piso y sostuvo un kit de belleza facial. “Te compré esto para arreglar tu piel… ¿Por qué estás tan nervioso?” dijo.
L se levantó de nuevo a su posición en cuclillas y arrebató el kit de las manos de Light. “Light-kun no debería hablar así en mi oreja.”
“Estás raro por algo. Es…” Light pensó por un momento. “¿Es la muñeca?”
“¡Ciertamente no!”
“¡Lo es! ¡Lo sabía!” Light gateó y cogió a la muñeca, empujándola hacia la cara de L y haciéndola hablar con él. “¡Voy a atraparte esta noche, panda puff!” dijo, imitando la voz de una niña pequeña. “¡Voy a desatar mi furia de muñeca sobre ti!”
“¡Saca eso de mi cara!”
Light la presionó más. “Me ubicaré sobre ti y-”
L dejó caer el kit facial, arrebató la muñeca fuera del alcance de Light, y golpeó la cara del adolescente con la otra mano. Mientras Light caía hacia un lado, el mayor resopló y se preparó para el melodramático “¿Por qué siempre me pegas?” discurso que tendría que soportar.
Pero Light no dijo nada mientras se levantaba nuevamente y comenzaba a escarbar en otra caja, dejando a L en cuclillas con la muñeca.
L parpadeó. “¿No va Light-kun a gritarme por golpearlo?” preguntó.
“No.”
“¿No va a dar una larga perorata acerca de mi naturaleza abusiva?”
“No.”
“…Muy bien.” L frunció el ceño y dejo la muñeca de vuelta sobre la almohada.
Hubo silencio por un rato después de eso, Light desempacando cosas y L mirando fijamente el suelo. Finalmente, el mayor no pudo soportarlo:
“¿Por qué no está Light-kun gritándome o demandándome nada? ¿Por qué no me devolvió el golpe?” soltó de golpe.
“No le encuentro sentido, vas a ser un imbécil de todas formas,” fue la respuesta. Light seguía dando su espalda a L. “Si realmente quieres que te devuelva el golpe…”
“¡No, no quiero!” dijo L.
“¡Entonces déjame mirar mis nuevas cosas, cara de avestruz!”
“¡Bien!”
L rascó la parte de atrás de su cuello y furiosamente calculó porcentajes en su mente. Apenas notó cuando unas pantuflas de panda fueron arrojadas hacia él.
“Esas van a incapacitarte de propagar tu suciedad por todas partes,” Light arrastró las palabras, su argumento siendo aparentemente ignorado. Mostró unos de conejitos purpura que compró para sí mismo
“A Light-kun le gusta el purpura,” murmuró L, poniéndose lentamente sus pantuflas de panda. “Le queda.”
“¿Cómo que me queda?”
Listo para disparar un comentario ingenioso e insultante a Light, L levantó la vista, vio la mirada que su compañero de habitación estaba enviando a él y decidió no insultar más al asesino en serie psicótico por ese día. “El purpura es un color… bonito," se atragantó con torpeza.
“Entonces. ¿Piensas que soy bonito?”
“No comparé a Light-kun con el purpura. Quise decir que le queda a su personalidad. Él quizás deba dibujar sus propias conclusiones en base a eso,” espetó L.
Light se giró de nuevo y dio un pequeño “¡hmph!”
DNDNDNDN
L despertó esa noche y sintió algo en su estomago. Sus ojos se entreabrieron y murmuró algo sobre montañas rusas antes de concentrarse en lo que estaba sobre su vientre. Al ver a la muñeca, gritó y se incorporó rápidamente para sacársela de encima. Sus ojos se enrtrecerraron cuando escuchó a Light riéndose a su lado.
“¡Maldición, Light-kun!”
“¡Debiste ver tu cara!”
L tomó la muñeca y la empujó hacia el otro muchacho. “Subiendo tres por ciento por intentar darme un ataque al corazón usando un juguete antiguo,” suspiró, dejándose caer pesadamente. “…y por ser extremadamente molesto.”
“¡Buenas noches, Ryuuzaki!” dijo Light con la voz de la muñeca, tomando el juguete y posándolo en su mesa de luz.
“¿Light-kun?”
“¿Sí?”
“Cállate. Y por cierto…”
“¿Qué?”
“Light-kun es un caza-fortunas descarado.”