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El Diario de un Desconocido por Knight Wolf

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Hace no muchos días encontré un cuaderno tirado por uno de los pasillos de la prepa, era una especie de agenda —supuse por el tamaño— y me iba a dedicar a devolverla o a tirarla, por un principio busqué el nombre del dueño o dueña para así poder regresarla pero después de leer un poco el contenido decidí quedarmela. No tiene nombre alguno más que el de "Diario" en el principio de cada fecha nueva; después de reírme un rato por la ridiculez de tener un diario cuando estás en prepa me dediqué a guardar la libretilla en mi mochila. No la devolvería o no por lo menos hasta poder leer todo, es obvio que pertenece a una chica, ¿quién más podría escribir un diario? Éso no es de hombres, los hombres somos maduros y no ocupamos de cuadernos raros para decir lo que pensamos.

No es que sea un chismoso pero si esta cosa pertenece a alguna de las zorras con las que he estado antes puede ayudarme para sacar ventaja de eso o mejor aún, puedo sacar ventaja de cualquier otra chiquilla y puedo tener un rato de diversión mientras ella ruega para que no revele algo muy personal.

Las clases siguieron como siempre de aburridas, me mandaron a hablar dos veces a la oficina del prefecto para darme uno de sus nuevos sermones a cerca de mejorar el comportamiento y todas esas babosadas que suelen decirte los profesores, siguieron y siguieron las horas de aburridas matemáticas, ciencias, idioma y más... No recuerdo desde cuándo todas las clases se volvieron así de tediosas o quizás sí lo recuerdo pero prefiero omitir recordarlo. Sí...sólo es eso.

Acabó todo, después de fumarme un cigarro junto a Mario y Andrés en las afueras de la prepa me largué a la casa. En el camino de regreso a mi pequeño cuchitril donde sólo vivo con mi hermana de quince años y con mi madre con intensos problemas de alcohol, me di la hermosa libertad de patear a un perro fino que se cruzaba por ahí y de alimentar a otro que realmente lo necesitaba. Unas tipas más adelante me miraron con una sonrisa difuminada en los labios, no fue difícil adivinar que les parecí atractivo, y les doy la razón, un morenaso como yo, de pelo castaño y ojos café obscuro es irresistible. Quieres devorar a alguien como yo en el primer momento en que me ven y es por mero placer.

Llegué a casa con desgane, abrí la puerta principal que parece que va a caer cada que pasamos la llave por el cerrojo y rechina al empujarla hacia adentro, Jan estaba recogiendo lo que mamá había dejado la noche anterior regado por todo el suelo mientras intentaba que su cuerpo no se desplomara contra el suelo, cosa que no le funcionó muy bien del todo ya que después de romper una que otra cosa y tirar todo por todas partes cayó instantáneamente contra la cerámica fría. Por lo que veía la bella alcohólica durmiente aún no se levantaba o su cuerpo estupidizado no se lo permitía. Sin saludar ni nada voté mi mochila en una esquina y me fui a mi cuarto.

—¡Rubén, no dejes tu mochila ahí! Estoy recogiendo —me gritó Jan molesta mientras yo me hacía el desentendido y seguía en dirección a mi diminuta habitación.

—Muevela tú si tanto te estorba —cerré la puerta débil de madera a mis espaldas y le puse seguro porque sabía que ella podría entrar a sermonearme. En un momento de silencio escuché como algo se azotaba con fuerza contra mi puerta haciéndola retumbar junto a las paredes de material pobre.

—¡Ahí está tu mochila cabrón!

Odio que use ese lenguaje, no es propio de una mujer y menos de alguien como ella, no quiero que se comporte como las tipejas de mi escuela o de la calle; tan corrientes y vulgares. Por otro lado ni ella ni yo hemos tenido a alguien que nos abofetee por nuestro mal comportamiento, desde chicos nadie nos corrige por lo que para amboa se nos hizo normal esa forma nuestra de actuar. Salí del cuarto molesto y me iba a dedicar a regañarla por hablarme así pero en el momento en que la vi cambié de idea. Estaba llorando.

—Es injusto como yo me parto la maldita espalda diario limpiando esta porquería de casa sólo para que tu no te largues y a ti te importa poco eso. De mi parte ni siquiera lo haría pero es para darte gusto, ¿y te importa? No, para nada. Siempre llegas cuando te da la gana y te vas de la misma forma...vete al diablo entonces.

Cubría su cara para evitar que viera sus gruesas lágrimas caer de sus ojos claros como la miel, si hay algo que odio es verla llorar y me molesta aún más que llore por mi culpa. La envolví en un abrazo el cual ella deshizo con rapidez y me miró a los ojos con los suyos soltando chispas por todos lados.

—Tus consuelos ya no te van a servir, has lo que quieras, vete a donde quieras, mira que si a ti no te importa lo que ocurra en ésta casa a mi va a importarme menos que te largues y llegues cuando quieras o que simplemente ya no regreses.

Sin más salió de la casa y yo no le dije algo más, no era necesario.

Fastidiado, cansado, molesto, con hartazgo me fui a mi cuarto y azoté la puerta con fuerza, no tenía porqué molestarme ya que ella tenía la razón al reaccionar así pero soy bastante orgulloso como para aceptarlo delante de ella, más bien para aceptarlo delante de las personas. Se me antojó tanto un cigarro pero dentro de casa nunca fumo, luego a Janethe se le suben los humos y me grita como histérica así que descarté la idea, recordé vagamente que tenía tarea pero la verdad que flojera hacerla.

Abrí la mochila para buscar cualquier chuchería para comer pero me encontré primero que nada el diario que me encontré en la mañana tirado por uno de los pasillos grisáceos de la prepa, sonreí de medio lado y lo dejé a un lado de mí mientras seguía buscando cualquier cosa dentro de mi mochila. No empieza como una novela aburrida que encuentras en la biblioteca, simplemente dice Diario y la fecha de hace cuatro meses.

"Diario: Creo que comienzo a escribir esto porque no puedo expresar de otra manera todo lo que me ocurre, las personas creen que estoy bien pero no sé cuanto tiempo más pueda soportar este suplicio. Anoche Fernando llegó tambaleando de borracho y por poco sostiene relaciones conmigo, cuando sentí su cuerpo helado contra el mío me aterré por completo; creo que va siendo hora de dormir con algo más que una camiseta y de cerrar la puerta con llave para evitar que se me vuelva a acercar. Mamá nuevamente no estaba y creo que lo agradezco porque nuevamente apareció aquel número en la pantalla del teléfono, espero que no se comunique denuevo y mucho menos lo haga cuando mamá está. Claro, si es que regresa de donde siempre va a acostarse con alguien. Odio todo lo que me ocurre, no sé si hice enojar a alguien para que me tocara sufrir de esta manera, no creo poderle ocultar a las personas mi sufrimiento tras mi sonrisa falsa. Realmente esto es fastidioso, si pudiera matarme lo haría pero no quiero que dañen a las dos únicas personas que me quedan para la vida, para sentirme un poco más humano y responsable. Quiero que muchas cosas se terminen como sea pero no todo lo que uno desea se vuelve realidad con solo pedirlo. "

Simples palabras, no menciona ningún nombre más que el de Fernando y solo Dios sabrá quien jodidos es él. Al parecer eso es solo de la primer fecha del mes de Agosto específicamente el día 24, no es por nada pero en lo personal creo que exagera, debería aprender a lidiar con los asuntos como esos ella sola, seguramente ha de tener sus asuntos por resolver pero no es para hacerse la víctima de todo. Por otro lado la compadezco, ha de tener muchas marañas en la cabeza. Quizás esto lo pueda usar como ventaja, solo espero también encontrar a la dueña de esta cosa antes de que pueda perderla o algo así.

Notas finales:

Gracias por leer personitas, espero les guste la historia. Una cosa rápida, a quienes leían "Por el bien del mundo alguien tiene que morir" tuve que eliminarla porque no me gustaba mucho como estaba quedando y me estanqué horrible. Una disculpa pero espero esta historia tambien les guste.

Nos leemos luego todos y que pasen bonito día, los quier.

Knight Wolf


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