Nadie sabía qué hacer, la noticia tenia a todos realmente consternados, realmente fue muy doloroso enterarse y no sabían que decir ante aquella situación.
-Ji…nosotros…lo sentimos mucho.
Las palabras salieron de sus labios con temor, SeungRi y Dae lo mandaron para que hablara con su mejor amigo y es que Ji se encontraba completamente ido, sin reaccionar.
No hablaba.
No lloraba.
No se movía.
Y eso era lo que más preocupación les generaba a todos. Seung Hyun por su lado lloraba silenciosamente siempre con su mano en el hombro de su pareja. La noticia también generaba demasiado trauma para él y necesitaba llorar, necesitaba desahogarse y lo hacía de tal manera que cualquiera que lo viera quisiera correr a abrazarlo.
Sin moverse ni un centímetro del ataúd blanco, no deseaban hacerlo. Esperanzados querían que cualquiera llegara y les dijera que era una broma pesada y de muy mal gusto. Que su bebé estaba vivo todavía. Que el ser inerte que estaba en el ataúd no era su niña. Que lo que realmente pasó no era lo que estaban viviendo.
Sin embargo no fue así.
Los labios del menor se movieron tratando de pronunciar algo en respuesta a lo dicho por su mejor amigo, pero lo único que salió fue un gemido ahogado de dolor puro. Su bebe, su niña. Su razón de ser se había ido para siempre.
Flash Back
— ¡NO, NO ES CIERTO! ¡SON MENTIRAS SEUNG, SON MENTIRAS, DIME QUE SON MENTIRAS! – Gritó desconsolado el menor de ambos golpeando con ambos puños el pecho de su pareja en el momento que se enteró —LOS PADRES MUEREN PRIMERO, NO ELLA, ELLA NO POR FAVOR – hablaba tan fuerte que pareciera que su garganta se fuera a romper en cualquier momento, al tiempo que un mar de lágrimas llenaban su rostro.
El mayor no dijo nada, solo lloraba. Se sentía tan impotente en esos momentos, su niña, la luz de sus ojos había muerto en un accidente y ellos no pudieron hacer nada ya que no estaban con ella en esos momentos.
—No debí dejarla ir – se lamentaba el menor de ambos — Seung es mi culpa, todo es mi culpa – dijo Ji al borde del colapso entre los brazos de su esposo.
—No – susurro con un hilo de voz quebrada, dolida. La primer palabra que pronunciaron sus labios desde que se enteró de la noticia. —No amor.
Para Seung no era cierto, la culpa era solo de él.
Él sabía que vivían en un vecindario que últimamente tenía problemas de seguridad. Sus amigos le habían comentado que se cambiara de localidad para vivir más seguros y el hizo caso omiso.
Él sabía que no era seguro una fiesta al aire libre en esa colonia.
Él sabía que tanto la cuidadora de su niña, como ella misma corrían peligro al estar fuera sabiendo la situación actual.
Sabía que incluso días atrás una balacera igual había dañado ventanas de su villa. Y no hizo caso.
Para Seung, que esa bala perdida diera en el joven corazoncito de su pequeña era su culpa y nada más.
Fin Flash Back
El haber hecho el funeral fue una total tortura para ambos que, al final, los que organizaron todo fueron sus amigos; lo único que faltaba era la sepultura, que por decisión de Ji, fue una sepultura orgánica. No se imaginaba a su angelita en una fría tumba.
“Choi Angie”
Rezaba la placa frente a la semilla de un cerezo donde descansaba el cuerpo de la pequeña.
Flash Back
— ¿Cómo le ponemos? – preguntaba un embelesado Ji al ver a la pequeña en sus brazos. La cesárea le había puesto su vida en peligro pero ahora que veía a su niña todo había valido la pena.
— Parece un ángel – comentó la enfermera viendo con ternura la imagen de los dos hombres viendo a la bebé
— ¿Seung? – llamó a su pareja viéndolo por primera vez desde que le dieron a la bebe en sus brazos, y es que la pequeña era tan linda.
Su piel era blanca y suave, sus ojos eran color negro igual a los de Seung, profundos pero amables que apenas podía abrir, sus labios rositas que se abrían y cerraban en búsqueda de alimento y su ceño fruncido por lo mismo. Sus manos en movimiento de desesperación al igual que su rostro, expresaban que en cualquier momento iba a llorar. Seung torpemente acercó su mano a la pequeña para tratar de calmarla, pero al sentir miedo por lo pequeña que era, apartó la mano, chocando esta con la de la pequeña quien rodeó con sus pequeños dedos el dedo meñique de Seung; al tiempo que abría los ojos y miraba por primera vez a su padre, haciendo una mueca parecida a un puchero.
— ¡Ji me está agarrando! – gritó emocionado Seung mientras miraba a Ji, quien juraba nunca haber visto el rostro de su esposo tan iluminado como ese día.
La enfermera que no había dejado de ver la escena se rio por el comentario creando un sonrojo en el rostro del mayor.
— Me la tengo que llevar chicos – anunció la enfermera ante el rostro de duda de ambos — necesita comer.
— ¿No le puedo dar de comer yo? – pregunto Ji
— Si cariño, si puedes, pero tienes que hacerlo con cuidado – explico mientras le mostraba como hacerlo. — les daré un poco de privacidad, pronto volveré por ella y esta vez si la tienen que dejar descansar eh – infirmó mientras salía de la habitación.
— ¿Por qué tiene que dormir si acaba de despertar? – preguntó Seung con un puchero.
— Porque ambos estamos cansados ¿Qué no vez que ser lindo es cansado? – dijo en tono de broma
— ¿Entonces por qué yo no tengo sueño? – preguntó divertido
— Tú eres especial amor, además ella es más bella que ambos, ella necesita dormir más.
— Es un ángel, llamémosla así – argumenta Seung —
— Pero ángel es nombre de niño… Qué tal ¿Ángela?
— ¡NO! Es un nombre horrendo
— ¡Claro que no! Es un nombre muy lindo y común
— Y corriente… - completó — mejor otro.
— ¿Angelina?
— En ese caso llamémosla Jolie como tu perro, así combina más ¿no crees? – comenta sarcástico
— ¿Entonces cómo? – pregunta en un puchero terminando de darle de comer a la bebe que poco a poco cerraba los ojos.
— ¿Qué te parece Angie? – menciona ante la mirada de confusión de su pareja – viene de Ángela y en coreano tiene parte de tu nombre “an-ji” ¿Ah? ¿Qué te parece? - explica
— Mmm… Angie… me gusta – dice dándole un beso a Seung. — Es perfecto.
— Vengo por la bebe – anuncia la enfermera – ¿Cómo le pondré a su cuna?
— Choi – habla Ji aun viendo a su pequeña ya dormida – Choi Angie.
Fin Flash Back
Para este momento ya no había lágrimas, pero el dolor se podía hasta sentir en el aire.
—Lo sentimos tanto. – al fin pudo pronunciar SeungRi y es que el también se sentía culpable.
Ellos habían insistido tanto en que sus amigos participaran con ellos en su aniversario, que les recomendaron dejar a la pequeña con su cuidadora para que ellos tuvieran la tarde libre.
Y SeungRi en especial, le dijo a Ji que no era mala idea dejar ir a la pequeña a la fiesta en el parque.
— P-perdóname hyung – decía entre sollozos y lágrimas que pensaba ya no tenía por tanto derramarlas — por favor perdóname – cayó de rodillas a un lado de la pareja y es que por eso Taeyang había aceptado que Ri no quisiera decir el pésame. Él también se sentía culpable.
— Yo – hablo Seung – Ri no tienes por qué pedir perdón – acaricia sus cabellos mientras intenta sonreír.
“esto es mi culpa”
Murmuró sin producir sonido alguno.
— Por favor… váyanse – habló Ji.
Cuando todos se fueron y dejaron solos a la pareja Ji abrazó a Seung como si su vida dependiera de ello.
— Dime que me amas – pidió suplicante – dime que aunque pase esto me amas. Dime que esto es una pesadilla y que por la mañana me abrazaras y te burlaras de mí diciéndome que es muy tonto soñar cosas así. Dime por favor que mi niña está a salvo en su cuna con nosotros. Dime que solo es una pesadilla, por favor dímelo.
Seung con el corazón hecho un puño miro a su esposo abrazándose a él y, con los ojos llorosos respondió.
— Perdóname Ji, no supe cuidar a mi pequeña. No pude cuidarlos a ambos. No pude estar ahí cuando mi pequeña de un año más me necesitaba. Perdóname por no recibir por ella esa bala perdida. Perdóname.
Ante el sufrimiento de ambos afirmaron más el abrazo y lloraron todo lo que pudieron a su pequeña porque ya no la recordarían con dolor sino como lo que era, su pequeña ángel.
— Seung, te necesito conmigo – dijo Ji sabiendo los pensamientos de culpabilidad de su esposo — te quiero conmigo.
—Aquí estaré amor. Siempre, aunque duela. – responde dándole un tierno beso en la frente mientras que abrazados dejan atrás al futuro árbol de lo que fue su pequeña niña.
UN AÑO DESPUÉS
“Positivo”
Revelaba el examen de embarazo que traía en sus manos
— ¡SEUNG! ¡SEUNG! ¡SEUNG! – gritaba desde el buzón de la entrada donde leyó los papeles del examen de sangre de hace dos meses.
— ¿¡Que pasa!? – llega corriendo un asustado Seung.
Un Ji hecho bolita se abraza a Seung quien aún esta alerta por los recientes gritos.
— Dime que estarás conmigo siempre. Dime que aunque duela seguirás conmigo – decía Ji abrazándose firmemente de su esposo.
— L-lo prometo Ji, dime ¿Qué tienes?
— ¡Promételo bien!
Entonces Seung entendió a su esposo y protectoramente le dijo.
— A veces el amor duele, y en ocasiones se tiene que decir adiós, pero mi amor por ti puede con todo eso. Así que si amor, te lo prometo.
—Seung, estoy embarazado.
Cuando el amor cae, se puede levantar.
Cuando el amor duele, se puede sanar.