Me desoriente un poco por lo que sucedía, vi que 2 disparos habían terminado directamente en el pecho del cura que miraba incrédulo lo que le acababan de hacer, claro que no le hizo nada pero fue algo sorprendente, cuando gire la vista me encontré con un par de ojos color café que nos miraban con total odio y desaprobación, era un chico alto no mayor de 25 años, vestido de policía, no sabia que sucedía pero ese chico estaba en contra de nosotros dispuesto a matarnos(?
-Que diablos te pasa?!- le grite tomándolo con suficiente fuerza del brazo para detenerlo pues estaba decidido a dispararle a Samu.
-Que te pasa a ti?!- me respondió con una pregunta mientras me daba un golpe directo a la mitad del rostro el cual me hizo caer al suelo algo aturdido por su fuerza.
-Diego!- Samu grito mi nombre mientras corría hacia mi con total preocupación pero se detuvo en seco ya que el chico me apuntaba a la cabeza con su arma, note que su mano temblaba, yo también lo hacia pero el realmente estaba asustado de que Samu se le acercara –Detente! Diego esta vivo! No lo hagas!-
-Cállate! No te me acerques! De verdad le voy a disparar!- el chico policía estaba totalmente asustado así que apunto a Samu nuevamente mientras el padre le gritaba que se detuviera en nombre de Dios.
-Si vas a dispararme hazlo de una vez!- le grito Samu haciendo que el chico policía accionara su arma en un acto reflejo disparándole directo al pecho a mi pareja, cosa que me hizo enloquecer de rabia levantándome y juntando todas mis fuerzas para golpear al chico de la misma manera en la que el lo hizo conmigo.
-Por Dios! Ya paren!- escuche la voz del cura a mis espaldas pero la ira me dirigía en ese momento así que tome el arma del chico policía que aun estaba aturdido por mi golpe y le apunte directo al rostro pero a diferencia de el yo no temblaba de miedo.
-Como te atreves a dispararle a MI novio?! Desgraciado!- tenia todas las intenciones de disparar pero una mano me detuvo, al posar mi vista en la persona dueña de esa mano note a Samu que me miraba con una mueca de miedo total.
-No lo hagas….- susurro Samu haciendo que bajara el arma, el chico policía sudaba como si en un sauna se encontrase hasta que no lo soporto mas y se desmayo, para cuando quise darme cuenta la noche había caído sobre nosotros y en ese total silencio escuche a lo lejos las sirenas de la policía o tal vez de una ambulancia, en ese momento sentía que no era yo mismo, que todo pasaba frente a mi como una película y hay, en medio de la oscuridad, lo que me hizo volver a la realidad fue sentir los fríos dedos de Samuel tocar mis mejillas que no se cuando, ni en que momento se habían llenado de lagrimas que caían sin control alguno de mis ojos.
-Lo siento.. Lo siento de verdad! No se que me paso! - le dije intentando dejar de llorar pero mis lagrimas no paraban, no sabia que decir puesto que me sentía horrible al pensar que estuve a punto de matar a una persona pero fue entonces que los fríos labios de Samu se juntaron con los míos, callando mi llanto, regalándome una nueva oleada de sensaciones que días atrás había creído perdidas.
-Sacrilegio! Eso no es de Dios! Están cometiendo pecado mortal!- el bendito cura interrumpió nuestro beso haciendo que ambos nos molestáramos.
-Tampoco es de Dios ahogarse en alcohol!- le recrimino Samu casi gritando haciendo que el cura se tragara todas sus palabras -Vamos Diego?- volteo a mirarme y luego sonrió.
-A donde?- pregunte sin entender lo que me quería decir mi pareja.
-Entremos a la capilla- Samu intento cargar al chico policía así que yo lo ayude y entramos a la capilla seguido del cura, el lugar apestaba a podrido, obviamente el cura había muerto dentro de ese lugar así que como pudimos limpiamos para disipar un poco el horrible olor.
-Viejo, por que no nos casa ahora?- pregunto Samu haciendo que yo mirara al cura el cual quedo totalmente en shock, realmente me esperaba esa respuesta física de el.
-Porque mierda estoy aquí?!- hablo en una queja el que faltaba, el chico policía había despertado completamente desorientado y al vernos palideció al notar que no tenia su arma de reglamento.
-Cálmate, primero dime tu nombre y después hablaremos- hable yo adelantándome a Samu ya que estaba seguro que terminaría volviéndolo loco si hablaba.
-No tengo porque hacerlo- se negó rotundamente así que Samu se le acerco agarrándolo con mucha fuerza de la mano haciendo que al chico policía se le escapara un gemido de dolor.
-Bien, si no hablas- Samu acerco la mano del chico policía a su boca –Me comeré tus dedos..- la expresión de terror del chico policía me hizo entender que el miedo es lo primero que te hace actuar.