En un Palacio vivía un Rey llamado Takahiro, él tenía una salud muy débil y después de la muerte de su esposa,la mujer que amaba empeoro la situación; pero fruto de su amor tuvieron un hermoso niño se llamaba Misaki, teniendo en cuenta su bienestar se caso con otra mujer ya que su madre murió cuando el era pequeño y no quería que creciera sin madre. La mujer con quien se casó era Aikawa, era un mujer bastante bella pero tenia tanta belleza al igual que un ego muy alto, además, era egoísta y ambiciosa, pero en frente del ingenuo y débil rey era la mujer mas amable, humilde y solidaria que podías conocer.
Un día Takahiro falleció repentinamente, todos en el reino estaban consternados, la reina no se presento al velorio y el pequeño Misaki no entendía lo que pasaba-¿Qué esta pasando?¿Por qué todos están tristes?¿Por qué mi papi no despierta?-se preguntaba sin obtener respuesta.
Pasaban los años y con él tiempo el lindo Misaki crecía y se volvía cada vez más hermoso y no solo eso todo el reino lo amaba por su forma tan humilde e inocente de ser, decían que ni las mismas chicas podían igualar su belleza pero Aikawa era muy vanidosa y quería ser la mas hermosa y el ojiverde la opacaba cada vez mas.
Ella le preguntaba a su espejito lo mismo todos los días-Espejito, espejito en la pared ¿quien es la más bella del reino?-pero la respuesta no cambiaba-Misaki mi reina-dijo el espejo.La reina furiosa grito-¡¿Como puede ser posible el es un chico?!-.
-Lo se mi reina pero el supera la belleza de las mismas chicas-Dijo el asustado espejo.
-No puedo permitir esto, ese niño con esa carita inocente que no mata ni una mosca, se esta interponiendo.
La reina llena de envidia le ordeno a uno de los empleados que lo llevará al bosque, lo matara y como prueba le trajera el corazón, el cazador se llamaba Kyo ijuuin,
Era una persona buena, por eso al llegar al bosque le dijo al ojiverde-Huye por tu vida y no dejes que la reina te encuentre-Al oír esas palabras Misaki empezó a correr y tropezó con un charco, Misaki con los ojos llorosos y herido por la caída gritaba por ayuda. En ese momento vio que un hombre en un caballo se aproximana, su hermoso cabello color plata brillaba con el sol, el joven ojilila lo vio y lo subió al caballo. El ojiverde seguía confundido pero a la vez estaba agradecido con ese misterioso peliplata, luego de un rato llegaron al frente de una pequeña cabaña-Aquí vivo, gracias por traerme-Dijo el pequeño ojiverde con un rostro sonrojado-No se como agradecerte-Siguió el castaño.
En ese instante el misterioso peliplata se acercó y susurro en el oído del joven-Que tal con esto- Agarro suave mente el mentón del ojiverde y coloco dulcemente sus labios contra los de el, primero el castaño se quizo alejar pero poco a poco fue siguiendo el ritmo de algo que era nuevo para el pero que lentamente lo consumía haciendo que su interior ardiera. El beso se fue haciendo mas intenso donde el peliplata manejaba totalmente la boca del ojiverde se separaron dejando un delgado hilo de saliva que los unía.
Con una sonrisa picara el ojilila dijo-Me tengo que ir, pero nos volveremos a encontrar porque ahora tú me perteneces, no tienes permitido pensar en alguien mas que no sea yo-El ojiverde se quedo perplejo pero su corazon latia rapido y su interior quemaba.