15 de agosto 2014 después de poner la fecha comenzó con la prueba, la pregunta número uno era confusa, paso a la siguiente con la ilusión de recordar la anterior después, lo que en muchas de las 42 preguntas no sucedió, se había quedado estudiando durante toda la noche pero el tema equivocado, al finalizar la prueba su espíritu y animo estaban destrozados, realmente no esperaba algún milagro, sabía que su nota sería lamentable, últimamente todas las cosas a su alrededor lo eran, había terminado recientemente con su polola de 3 años y le había afectado aún más de lo que algún día hubiese podido pensar, ¿el motivo? Una infidelidad por parte de ella, si hubiesen sido una pareja más cercana probablemente la hubiese podido perdonar pero ya estaba cansado de su infantil actitud junto con sus descarados coqueteos hacia otros hombres, cansado de todo hizo una larga fila en la cafetería para luego sentarse en una de las pocas mesas vacías, un café lo calmaría, realmente estaba aburrido de todo y no tenía ganas de fingir alguna sonrisa ese día, así que ni siquiera espero a sus amigos o mejor dicho compañeros de fiesta, tomo un poco de ese amargo brebaje que extrañamente si lo ayudo a sentirse un poco mejor, observo su alrededor, la mayoría de las personas hablaban amigablemente, otros estaban concentrados en sus teléfonos o sumergidos en algún cuaderno o libro, frente a él se sentó un castaño con un café, tal vez tenía la misma mala suerte que el en su examen, su rostro aunque masculino era delicado, su piel tersa y nívea con un toque de rosa en las mejillas producto de la temperatura aportada por el café, lo miro descaradamente durante algunos minutos, el castaño por algún motivo lo inquietaba, pasaron algunos minutos más y noto que el hombre en cuestión no se encontraba en aquella cafetería, su mente se encontraba vagando en un sitio donde solamente él podría llegar, ¿Qué pensaría? Era la pregunta que pasaba mil veces por su cabeza desde que el castaño se sentó frente a él, tal vez fue que ambos estaban solos o el hecho que ambos habían pedido un café, realmente no sabía el motivo pero por alguna razón quería averiguar más de él. Observo como el castaño nuevamente se llevaba la bebida a la boca pero esta vez su mente distraída lo hizo voltear el resto que quedaba, se apresuró a darle una servilleta que acompañaba el muffin que había comprado, el castaño lo miro y sonrió, en ese momento pudo notar el color de sus ojos, eran azules, un azul profundo donde fácilmente podría perderse sin desear ser encontrado, al tomar la servilleta existió un pequeño roce, su corazón dio un salto y su respiración se apresuró, no sabía que pasaba su cuerpo nunca había reaccionado así ante un roce tan pequeño y muchos menos uno propinado por un hombre, el castaño agradeció el gesto y se retiró de la cafetería, el solo lo miro alejarse, su cabello era un poco más largo que el común pero aun así corto, sus caderas pequeñas y su espalda ancha, no había dudas un hombre lo había intrigado hasta el punto de permanecer casi 20min solo observando como bebía café.
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Paris se levantó rápidamente, hoy tenía un ramo bastante aburrido pero luego de eso podría ver de nuevo a él lindo castaño que había conquistado su atención 3 meses atrás, después de su primer encuentro en la cafetería no había averiguado mucho del ojos azules, lo que era mayormente por el prejuicio que el mismo tenia hacia los homosexuales, lo único que había notado es que siempre iba al mismo lugar de la cafetería, el mismo día y al mismo horario. Ese día la clase no fue interesante, además él estaba demasiado ansioso por ver a su castaño, ya sus amigos habían comenzado a molestarlo debido a que los viernes se arreglaba más de lo normal solo para ir a la universidad, es cierto que el de por si era bien parecido con un castaño oscuro, una bella mirada y un cuerpo bien conformado, lograba atraer la mirada de la mayoría de las mujeres con las que hablaba, pero no pasaba lo mismo con su castaño cuyo único contacto fue cuando le presto una servilleta, ni siquiera el sabia por que le inquietaba tanto, nunca había pensado en un hombre pero últimamente su mente estaba llena de preguntas como, ¿Cómo podría acercarme?, ¿Sera muy diferente a hacerlo con una mujer?,¿Cómo debería actuar? Y ese tipo de preguntas solo aumentaron con el tiempo; Sus compañeros comenzaron a guardar sus cuadernos, por estar distraído ni siquiera había notado que la clase había finalizado, se dirigió a la cafetería pidiendo un café acompañado de un muffin como la primera vez que vio al ojos azules que se convirtió en el dueño de sus pensamientos, se sentó en la misma silla de siempre, espero un rato hasta que al fin pudo divisar al castaño en la caja, vestía una chaqueta negra con jeans oscuros, se veía absolutamente apuesto, había hablado con un amigo de la infancia sobre el tema y su constante acoso al castaño, su amigo se preocupó por su lentitud para actuar, el mismo ya sabía que había dejado pasar demasiado tiempo, se había convertido en un acechador y a pesar de que ya podía notar la mayoría de gestos del castaño ni siquiera había podido escuchar su voz en más frases que un escuálido y casi susurrado ¨gracias¨, estaba cansado de la situación, hoy sería el día, daría el primer paso, hablaría con su castaño, encontraría algún punto en común con él y hablarían por horas, después de un tiempo lo invitaría a salir, averiguaría si este era heterosexual, pero aunque lo fuese realmente no importaba, el mismo jamás se había fijado en un hombre, le gustaban las mujeres pero con el castaño había sido diferente y aunque sonase increíble simplemente se había enamorado de el a primera vista. Paris se encontraba absorto admirando al castaño e imaginando las mil experiencias que vivirían desde ahora, ya fuese como pareja o simplemente amigos, el castaño miro hacia su dirección lo que lo sorprendió de sobremanera, una pequeña sonrisa se escapó de sus labios, ¿Por él? No, eso no era posible a pesar de sus planes aun eran simplemente desconocidos, miro al castaño cuando una rubia se lanzó sobre él, la rubia tomo la cabeza del ojos azules para unir sus labios, un beso eterno para el observador sentado con un café en la mano, ¿Él, tenía novia? Sintió como un dolor oprimía su pecho, su boca se secó y solo podía mirar la escena donde la mujer se daba todas las libertades del mundo al tocar al castaño, tomo su café lo tiro en la basura y salió del lugar… Esto no podía estar pasando, camino durante horas, tal vez sus ojos le habían mentido o al menos eso era lo que quería creer, el momento donde al fin podría tocar su inmaculada y perfecta piel sin pudores, el primer beso que compartirían ambos, la sensación de sus manos al tomarlas, como pasearían por los distintos sitios de la ciudad, su temperatura creciente al hacerle el amor, ¿nada de eso pasaría?, no quería resignarse, había observado al castaño durante mucho tiempo, y siempre se encontraba solo en aquella cafetería, tal vez ella era solo una amiga a la que le gustaba molestar al ojos azules, esa noche de sábado no pudo conciliar el sueño así mismo fue durante el resto de la semana estaba impaciente por que llegase el viernes, deseaba poder ver al castaño que robaba sus pensamientos, cuando al fin llego el día se dirigió a la cafetería, nuevamente ordeno un café y se sentó a esperar hasta que al fin pudo divisar al castaño que esta vez venia de la mano con la rubia que había visto antes, se sentaron frente a él, ambos hablaban amigablemente, era definitivo la rubia era su novia, sintió como el mundo se detenía, el dolor carcomía su conciencia y el instinto de huir se hacía presente, pero no pudo hacerlo, lo amaba, estúpida y locamente lo amaba, trato de llevarse el café a la boca pero estaba conmocionado su boca temblaba y el solo quería desaparecer, el café callo estrepitosamente haciendo que el castaño notara su presencia, le dio la servilleta que tenía en su mano, al tomarla existió un pequeño roce su corazón nuevamente dio un salto y su respiración se apresuró, un grito ahogado amenazo con aparecer, pero Paris solo agradeció el gesto con la poca entereza que aún le quedaba y salió de ahí.