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MidNight [SHINee- 2MIn] por LimonyMiel

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Notas del fanfic:

Esperemos que les guste nuestro primer 2min 

Notas del capitulo:

https://youtu.be/WpBBKZ2_4_EESPERAMOS LES GUSTE 

 

pov Minho escrito por : lucila 

POV taemin escrito por: Yotssanny

 

24/12/15

 

les recomendamos leer el capitulo con esta cancion: 

Minho

Más rápido, más fuerte, más potencia…

Salto, una, dos, tres veces y el cabello mojado no hace más que obstaculizar mi vista, pero no puedo perder más tiempo quitándolo de en medio, debo seguir.

– Más rápido, más fuerte, más potencia – Escucho la voz de mi entrenador gritando por detrás, yo solo aprieto la mandíbula y sigo impulsándome a seguir.

– ¡Mueve esas jodidas piernas Minho!, Así no llegaras a ningún lado ¡Joder! – Siento su saliva chocar contra mi cuerpo descubierto y solo cierro los ojos y sigo mandando señales desde mi cerebro a mi cuerpo para que se mueva.

– ¡Vamos! Una lagartija, un salto, una senadilla, vuelve. Eso... ¡Repítelo! – Mis pulmones arden, sé que a la noche me dolerá la cabeza como si estuviera a punto de estallar y mis piernas se sentirán como lava ardiendo; pero debo seguir. Tengo que hacerlo.

– ¡La ultima! – Mando por fin la ultima señal a mis músculos para contraerse y extenderse. Al terminar doy una respiración honda, aunque mi pecho no deje de subir y bajar por el esfuerzo realizado.

(…)

Estas son mis mañanas, donde trato de parecer alguien que no soy, donde con todas mis fuerzas intento mantenerme en forma para que mis fans me sigan adulando, para que la gente siga creyendo en mi, aunque se que si yo mismo no lo hago no lograre nada.

Al comenzar mi entrenamiento para convertirme en uno de los raperos más reconocidos en Corea no pensé que seria tan duro. Desde mi más tierna infancia me había esforzado por las cosas que me gustaban.

Cuando mamá no me quería, yo hacia lo que ella me pidiera para que me alabe, aunque nunca lo conseguía.

Cuando papá se enojaba conmigo por no ser el más sobresaliente de mi clase, me quedaba horas despierto repasando temas, escribiendo cuadros, analizando textos con tal de subir mis notas y cuando al fin alcanzaba el mejor promedio en clases el solo me respondía. “Es tu puta obligación, no te diré nada a cambio”.

Luego de luchar contra esas figuras tan imponentes en mi infancia decidí por un momento pensar en mí, en mí como ser humano independiente que posee sueños, deseos. Un futuro.

Nunca las cosas resultaron fáciles. En el colegio me adulaban por formar parte de una familia de renombre, me alababan en los deportes como el básquet que resaltaba mi gran altura o en el football porque mi agilidad era una de las mejores de la clase. Pero… Nadie iba a mis cumpleaños, nadie se sentaba conmigo en clases, nunca nadie me mandaba mensajes ni me invitaba a fiestas. Estaba solo.

Cuando apenas era un niño y solo tenia 5 años mi gran sueño era ser alguien de los que mis padres estuvieran orgullosos, que en las obras de teatro del colegio vayan con grandes cámaras, me tomen fotos y griten “¡…l es mi hijo!”. Pero supongo que eso solo pasaba en las películas, mi vida no era así.

Me preparaba por semanas para las presentaciones, luchaba por el papel principal, les recordaba todos los días a mis padres cuando era la presentación. Ensayaba mis líneas demasiadas veces y llegado el día… Ellos no iban. Nunca llegaban.

Pero siempre pensaba que se habían olvidado y volvía a intentarlo, una y otra vez. Hasta que me canse.

Entre en diferentes deportes y me convertía en el capitán del equipo, entrenaba todas las mañanas, sin falta, si llovía salía igual, si hacia calor de igual forma. Pero… Nunca era suficiente.

No asistían a ningún partido, nunca.

Era demasiado pequeño para entender algunas cosas, no entendía el porque mis padres no asistían, porque mis padres no me hablaban en la mesa. ¿Por qué me ocurrían estás cosas?.

Cuando llegue a la etapa de la adolescencia las cosas no hacían más que seguir igual. Pero yo me metía en problemas, después de todo… Ya se me habían acabado las opciones. No sabia que más hacer.

Las peleas fueron la primera opción, luego lo fueron las salidas de noche, pase hasta por las drogas y nada. Yo no existía.

Llego un momento, una noche precisa donde mire al cielo, un cielo estrellado que me mostraba la luna en cuarto creciente en lo mas alto del cielo, donde no había sonido más allá del murmullo de los insectos, cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo. Pare cinco minutos los murmullos de mi cabeza y me deje caer contra la pared de fondo y me arrastre hasta que mi cuerpo toco el suelo.

Y fue ahí donde la media noche me dijo que parase. Que nunca dejaría de estar solo, que mis esfuerzos eran en vano, nadie iría a verme, nadie me sonreiría con orgullo, nadie me amaría.

Fue cuando cumplí mis quince años que la realidad me golpeo como un balde de agua fría, tenia que parar, tenia que ver por mi, porque nadie lo haría si no era yo.

¿Qué es lo que quiero para mi vida?, ¿Por qué lucho por algo que no tiene resolución?, ¿Por qué me sacrifico?, ¿Qué intento probar?.

La luz de la luna me devolvía la imagen de alguien tirado en el suelo de un callejón en el medio de la nada, llorando desconsoladamente, perdido, sin nadie. Solo con sus pensamientos.

(…)

Nunca había pensando por mí, ni siquiera cuando ganaba los partidos, ni cuando en las obras la ovación se realizaba de pie. Nunca, siempre fue a partir de lo que otra persona podía hacer por mí.

Cuando me di cuenta que debía tomar una decisión por mí, todo se volvió confuso. ¿Qué es lo que me gusta?, ¿Qué voy a hacer?.

Las bandas de pandilleros de las que participaba a cambio de un ultimo trabajo me dejaron ir, mi adicción por la marihuana trasmuto al cigarro y ahora estaba listo para hacer …¿Para hacer que?. Lo que quisiera (Me repetía), pero…¿Qué quería?.

Me encontraba en una constante pelea conmigo mismo sobre que hacer con mi vida, como seguirían las cosas a partir de ahora. En una de las constantes charlas con mi cabeza empezamos a descartar que hacer… ¿Deporte?, ¿Actuación?, ¿abogacía?...

No estaba seguro, así que empezaron mis constantes caminatas a ninguna parte donde el mundo me regalaba ideas y opiniones.

Aún estaba en segundo de secundaria cuando una noche, caminando en la penumbra con el cielo queriéndose rajar en dos, mi futuro apareció dibujado en una pancarta de colores brillantes y letras exageradas al graffiti.

Sm Entreteniment:

Se están buscando nuevos talentos. Si tienes menos de dieciocho años, puedes participar del concurso de pre-selección el día 31 de Octubre.

¿Qué requisitos necesitas?:

–Poseer entre 14 y 18 años

–Foto tipo carnet (Dos)

–Certificado médico, que especifique que estas apto para realizar actividad física y vocal

–Autorización de los padres (En caso de poseer menos de 18 años)

|Se recomienda traer un video que muestre tus cualidades y saber al menos dos idiomas|.

Presentarse todos los interesados a horas 9:00 am en el establecimiento principal

Sin otro particular

Atte: Sm entertainment.

---

¿Qué podía perder por intentarlo?, aun faltaban seis meses para que octubre llegase y creía poseer por lo menos la tenacidad para lograr aquello que me proponga a pesar de que mi más grande deseo se vio aplacado.

Pero…

Esto lo iba a conseguir.

(…)

Abril

Hice un gran calendario que me mostraba cada cosa que debía hacer y cuantos días me quedaban con exactitud hasta Halloween.

Lo pegue en la puerta de mi cuarto para verlo cada mañana y que me recuerde que no debo desistir.

Acomode los horarios del colegio e incluí las horas de sueño necesarias para funcionar y solo quedaba esforzarme.

Mi rutina consistía en correr todas las mañanas cuarenta minutos y caminar los veinte minutos restantes. Llegaba a casa y me duchaba, me colocaba la ropa del colegio y solo desayunaba 100 calorías.

En el colegio todo el mundo seguía ignorándome, pero eso ya formaba parte de mi rutina, a si que solo me dedicaba a escribir letras de canciones que podía utilizar, aunque ninguna lograba convencerme.

En el horario del almuerzo solo compraba comidas que no superaban las 400 calorías con el fin de mantenerme en forma, no quería que mi peso subiera o que mi masa muscular se debilite por la grasa acumulada.

Al terminar la jornada educativa, nótese el sarcasmo, algunos chicos mayores se acercaban a mi solo para hablarme de mi padre y el suyo, de lo bien que se llevaban, de la fiesta que organizaba alguien importante, o una o dos chicas que pasaban por sus camas.

Siempre trababa de cerrar mis oídos y mantener mi mejor sonrisa a la vista, creo que era el único momento del día en donde mi rostro “mostraba” alguna emoción.

Dicen que los ojos son los portales al alma de alguien, pues los míos siempre estaban carentes de color, hay veces en que se me secaba la garganta por el simple hecho de no hablar en todo el día, otras en que me dolía la mandíbula de tanto apretarla mientras escuchaba a mis padres hablar entre si y no reparar en mi presencia.

Ya no quedaba nada en mi cuerpo. Mi único motor era entrar en esa empresa, cuando estuviese dentro buscaría otra excusa para seguir viviendo, pero ahora debía centrarme en algo para no desarmarme en el suelo de una luna en cuarto menguante que me sonreía desde lo alto burlona.

Mis noches no eran más entretenidas que mis días, la cena solo eran unas miserables 75 calorías que en su mayoría era una manzana mediana.

Los cigarros que se prendían uno tras otro suplían todos mis vacíos.

Un cigarro, por cada mirada que no me daban, otro por cada palabra no dirigida, dos más por el no preguntar sobre que tal fue mi día y uno más para evitar romper en llanto.

Mi pobre musa ¿Qué tienes esta mañana?,

Tus ojos hundidos están poblados de nocturnas visiones,

Y advierto en tu rostro reflejadas

La locura y el horror, fríos y taciturnos las huellas.

Quisiera que tu cuerpo, lleno de sentimientos

Exhalara pura salud

Y que tu sangre cristiana fluya en rítmicas mareas.

°[Charles Baudelaire]

(…)

Mayo

Las flores terminaron de florecer, el paisaje de mis mañanas se transformo de algo frío a algo que poseía color propio.

El rosa, el amarillo y el blanco adornaban con sus altos lapachos mi camino, mostrándome el crecimiento de la vegetación, mientras que el sol salía antes y mis ganas salían con el.

Cada día impulsaba a mis piernas a ir más lejos, más rápido. Mi estado físico cambio con el tiempo, que pasaba lentamente. Una hora caía tras otras acompañadas de un viento calido de primavera.

Aparecieron músculos donde antes no había nada, se tonificaron los existentes y mi cabello tomo mas brillo gracias al ejercicio físico.

Mi cabello negro grillaba al igual que mi frente gracias al sudor y los pelos que se soltaban de la pequeña cola de cabello que poseía se adherían a mi piel.

El cigarro comenzó a impedirme correr y de a poco el numero de cigarros se redujo a la mitad y de pasar a una necesidad, se convirtió en un placer.

Con cada rebote del buzo que llevaba puesto, se impulsaba con el aire que salía por mi boca; con cada flexión de rodilla del trote se impulsaba uno de mis brazos hacia adelante.

Con cada paso que daba, más cerca me encontraba de mi meta.

La primavera es una época del año en donde los niños se enamoran, se sonrojan, salen con sus madres a hacer ramos de flores y oler las múltiples fragancias. La primavera es una época para pasarla tomado de la mano con alguien, que tus mejillas duelan de tanto sonreír y tus labios se agrieten de tanto besar a una persona especial.

En mi caso, nada era así.

Mis manos solo tenían a su compañera para sostenerse, la única sonrisa que había en mi rostro era una ensayada con el único fin, de parecer. Mi corazón no le pertenecía a nadie más que a la luna nueva que habitaba el solitario cielo nocturno, donde el viento aun te trae recuerdos de un invierno que se perdió y una calida brisa que te recuerda que tiempos nuevos vienen.

La primavera no era amor, no eran fragancias ni eran sonrisas.

Mi primavera se sentía tan fría como cualquier invierno.

Y porque ella vive, pero lo que ella deplora

Y lo que la hace estremecer hasta las rodillas

Es que mañana tendrá que vivir aun.

¡Y pasado mañana y siempre con nosotros!

°[Charles Baudeliere]

(…)

Junio

Mis clases de canto empezaban desde temprano, pasaba horas repitiendo una y otra vez las mismas canciones. Debían ser perfectas.

Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si…. Al derecho y al revés.

Cambio de patrón, cambio de intensidad.

– Sostén la nota– Y yo no hacia más que sostenerla hasta que mis pulmones me pedían aire y mi cara se tornaba roja por el esfuerzo.

– Falsete– Quebraba mi voz hasta hacerla sonar lo mas agudo posible y no podía desafinar, si lo hacia…

– ¡Repite!, hasta que te salga, vamos…

Canciones populares, canciones de opera, canciones infantiles. Todas y cada uno de los géneros hasta que mi garganta me pedía parar.

Mi horario cada vez estaba más apretado, ejercicio físico a la mañana hasta antes de entrar al colegio, colegio, fingir sonrisas y buen humor, salir, hacer mis tareas, clases de canto hasta que el sol se escondía y solo ahí podía tomar unos momentos para cerrar mis ojos.

Pero debía escribir las letras de las canciones y tenia que dormir el tiempo suficiente, para comenzar la misma rutina al día siguiente.

Con cada una de mis letras,

Pretendo tocar aquella cueva,

Que con una oscuridad mayor a la noche,

Te consume sin ningún reproche,

Escúchame creatura gentil,

Eh venido a salvarte,

De ti mismo y todos aquellos salvajes,

Que carcomen tu cuerpo y destrozan tu alma.

°[Original]

Trato de encontrar sentido a cada una de las cosas que escribo pero ninguna sirve. Ni siquiera las letras de fantasía pueden ser felices.

No puedo creer que mi vida se haya convertido en un cuento que nadie quiere leer por lo patético que suena. Necesito escribir cosas más felices, sonreír más, aparentar aquellos sentimientos de los que nunca conocí y que solo escuche nombrar.

A partir de mañana, practicare más mi sonrisa, debe sentirse calida, genuina; mis ojos deberán tomar un color más vivo y mi postura cambiar a algo que parezca real.

Tachoneo el último párrafo de una canción que me tomo una hora escribir y lanzo el lápiz al suelo que cae junto a todas las bolas de papel de ideas sin realizar y que son más tristes cada una más que la anterior.

En una noche calurosa de junio donde el verano pretende hacer su aparición, yo me consumo con el calor y me pierdo con las gotas de sudor que caen por mi cuerpo en un sueño donde pretendo ser otra persona. Alguien que aman, alguien que existe.

Alguien real.

(…)

Julio

Hace calor, demasiado calor. Mi cuerpo se derrite lentamente mientras el aire golpea mi rostro en el ritmo del trote. Ya ningún cabello se suelta de mi coleta, porque agregue una pequeña bincha que sostiene mis cabellos traicioneros.

Mis músculos ya no arden porque se han acostumbrado a ser llevados al límite. Mis pulmones no gritan por aire, porque el que era quemado con cada cigarro ya no existe, todo en ellos es puro. Mis músculos resaltan a la vista por mi remera que fue quitada en mitad del camino y se mantiene atada en mi cadera y ellos a pesar de mi corta edad se remarcan. Desde los abdominales hasta los músculos de mis piernas y pantorrillas, desde los músculos de mis brazos hasta decender por mi espalda y hombros.

Mi voz tomo más potencia y soy de capaz llegar a notas donde antes desafinaba y mi manejo del aire es también mejor.

Las letras de las canciones cada vez fluyen con más soltura apenas poso el lápiz sobre el papel y mi sonrisa cada vez parece más genuina.

Aunque cada vez siento un mayor vacío dentro de mi pecho.

Ellos aun no me hablan, firmaron la certificación desde el primer mes, en aquel lejano abril y la última palabra que cruce con ellos fue el permiso de proveerme un profesor de canto.

No se si en el fondo estoy haciendo todo esto por mi, o aun espero escuchar de sus labios esas tan ansiadas palabras de felicitación y solo me obligo a mi mismo a esforzarme el máximo por eso.

Hay veces en que enserio creo eso, como cuando estamos sentados en la mesa “compartiendo” el almuerzo, pero cuando ni siquiera me dirigen la mirada; me doy cuenta que no, esto es por mi, esto es para que si no son ellos los que me feliciten sean otros.

Hace tiempo deje de llorar, deje de tenerme lastima, comencé a morder mi mejilla interna para que el dolor físico remplace al sentimental y que mi cabeza deje de maquinar ideas tristes y auto convalecientes, solo debo preocupe por aquellas cosas que tengo en frente, esas que deseo alcanzar.

Y así se fue otro mes, había llegado a la mitad de mi cuenta regresiva y ahora solo debía comenzar a pisar más fuerte, a ir más rápido y lograr aquello que me había impuesto.

Y todo aquello no vale el veneno que se destila

Desde tus ojos, desde tu verdes ojos,

Lagos donde mi alma se estremece y se ve invertida…

Mis sueños vienen como en un tropel

Para sosegarse en aquellos amargos abismos.

°[Charles Baudeliere]

(…)

Agosto

Apretaba mis labios intentando no hacer ruidos con mis sollozos, quizá tenía miedo que los vecinos pudieran oírme. Quizás el que haya cerrado las cortinas se debía a mi miedo de ser descubierto. Incluso si no terminaba de entender a que se debía aquel enorme dolor o quizás si lo sabía y no quería admitirlo. No importaba lo que fuera, me sentía a morir en ese instante.

La vida debía seguir sin cambios, después de todo no existía nada que pudiera alterarla. Me pare y me mire en el pobre reflejo de una ventana y acomodando mi ropa mientras esbozaba una sonrisa me dije a mi mismo que todo estaría bien, como tratando de convencerme de algo que sabia que jamás ocurriría.

Las lluvias de verano humedecían el ambiente haciéndolo cada vez más sofocante, logrando que de vez en cuando parara toda mi rutina para beber medio litro de agua que cada vez se escurría por mi cuerpo más deprisa.

Debajo de aquella lluvia fría me senté para hundir mi cabeza entre los brazos y forzarme a mi mismo a pensar en otra cosa. En algo que me traiga paz.

En mi cabeza se había instalado la idea de que no era lo suficientemente bueno para entrar en la empresa, que nunca seria lo que otras personas quieren, después de todo, me esforcé por años en tratar de ser un niño del que sus padres estén orgullosos y lo único que conseguía era que me siguieran ignorando de la misma manera que lo hacían desde un principio.

¿Qué me garantizaba que yo era lo que esos caza talentos estaban buscando?, ¿Era ese algo que otras personas querían?, ¿Y si fallaba?...

Agosto fue un mes de dudas y angustias constantes en mi cabeza, tal vez el hecho de que mis miedos intentaban gobernarme me estaba volviendo loco, necesitaba encontrar paz para seguir luchando con mis demonios, acallar esas voces constantes en mi cabeza que me decían y repetían que fallaría, que todo estaba perdido.

Fue una tarde donde con las hojas de mis letras salí de las paredes de mi casa a un parque donde encontré esa paz que tanto necesitaba.

El viento me recordaba que el cambio de clima estaba pronto, el tornasolado de las hojas de los árboles me anunciaba que el otoño estaba más cerca de lo que pensaba y que mi cabeza se enfriaría junto a las nubes trayendo a mi cabeza la quietud que quería alcanzar.

Sin cesar a mis lados se agita el demonio;

Nada a mí alrededor como un aire impalpable

Lo trago y siento que atrapa mi pulmón

Y lo llena de un deseo eterno y culpable.

Arroja en mis ojos llenos de confusión

Vestidos manchados, heridas abiertas,

Y el aparato sangrante de la destrucción.

°[Charles Baudeliere]

(…)

Septiembre

El mes de cambio conocido en mi vida como septiembre fue paz, no solo porque el colegio había finalizado y esas horas fueron remplazadas por horas de baile, sino porque mi época de fingir sonrisas termino por un corto periodo de tiempo.

Los almuerzos con mis padres se redujeron hasta parecer inexistentes y el profesionalismo de mis profesores redujeron las palabras que pronunciaba hasta parecer nulas.

Mi voz solo se escuchaba cuando cantaba alguna canción, cuando repetía las rimas mientras escribía para ver si poseían sentido o cuando repetía la frase de “Si señor”, a mis profesores cuando me hacían algún llamado de atención cuando un pie estaba mal colocado o cuando la nota que pronunciaba era la incorrecta.

Fue un mes genuino, ya que fue donde en la mayor parte podía ser yo mismo frente a las personas.

Al control médico me lo hice en ese mes, quería esperar a que mis músculos tomaran el volumen necesario, donde mis pulmones estuvieran completamente limpios de cualquier rastro de tabaco para que en el certificado no haya ningún tipo de observación que la gente de la empresa deban tener en cuenta para no tomarme.

Como lo esperaba no hubo problema alguno en mi historial médico, tras notar mi apellido, el medico no hizo más que agregar cosas buenas en mi curriculum, que lo único que hacia era impulsar mis ganas y mis probabilidades de entrar a esa empresa sin ningún tipo de problema.

Estaba a un paso más cerca de conseguir aquello por lo que venia luchando, más cerca de conseguir aquello que era…¿Para que era?.

Por momentos esa pregunta logro congelarme.

Pero, no…No debo regresar a mis ideas pesimistas, eso debe quedar en Agosto.

Esto era para mí, para que las personas me reconozcan, para sentirme importante….

¿Importante para quien Min Ho?

En esos momentos aun me mentía que me debía sentir importante para mi mismo, como si la remota idea de sentirme reconocido me ayudase en algo, como si tratara de tapar esa falta de niño, con el reconocimiento de ajenos a mi persona me haría bien, mejor… ¿Mejor que quien?.

Adjunte la certificación médico junto con el permiso de mis padres para formar parte de la empresa. A la foto me la sacaría luego de hacer el video con mis talentos, para que mi imagen coincida con mi apariencia en ese momento.

En mis jóvenes quince años, sentía que cargaba sobre mi espalda más peso que alguien que me triplicaba la edad.

Y tal vez fue así.

El sostener una imagen mayor de la que mostraba, se había llevado parte de mi inocencia infantil. El deber de ser mejor, lograba consumir y corroer mis huesos mientras impulsaba a mi mente a ser más, más que cualquier otro que se presente al concurso. Mejor a cualquier niño de mi edad que aspiraba a tomar mi “sueño” por propio.

No podía fallar. No debía fallar.

El otoño llego con su máximo esplendor, donde el tornasolado de las hojas término por hacerlas caer y perderse en un manto de hojas iguales a ellas.

Mis zapatillas de deporte sonaban al compás de las hojas siendo magulladas contra el asfalto, mientras ellas se destruían, mis miedos lo hacían con ellas.

El constante ir y venir por el mismo camino por las mañanas, logro que pudiera correr por el lugar con los ojos cerrados, sabía donde estaba cada pozo, cada bache. Las ramas sobresalidas de las hendiduras y cada banco de la plaza principal.

Mi buzo de deporte que compre en aquel lejano abril me quedaba más ajustado, notando el crecimiento de mis músculos y mientras este se ceñía a mi cuerpo, mis deseos se pegaban en mi alma con el.

Podía hacerlo. Iba a lograrlo.

Contémplalos, alma mía, son en verdad espantosos,

Semejantes a maniquíes, vagamente ridículos,

Terribles, singulares como sonámbulos;

Arrojan dardos no se sabe donde sus orbitas tenebrosas

De sus ojos, la divina pupila ha partido,

Como si miraran a lo lejos, elevados

Al cielo, y nunca se los vera hacia el suelo

Inclinar con ensueños su cabeza pesada.

Atraviesan así la negrura infinita,

Hermana del silencio eternal. ¡Oh, ciudad!

En torno a nosotros siempre cantas, ríes y clamas.

Insaciable de placer hasta la atrocidad,

¡Mira!, me arrastro también, ausente como ellos,

Y digo: ¿Qué buscan en el cielo todos aquellos ciegos?.

°[Charles Baudeliere]

(…)

Octubre

…ste era el mes, él mes donde todos mis esfuerzos tomarían impulso y se cumplirían. Todos los días del calendario que al principio de este reto había creado, fueron tachándose uno tras otro, donde ahora solo había 31 casillas libres y la última, estaba marcada con un círculo rojo y signos de admiración que me recordaban lo importante que era aquel día.

Mi rutina incremento en sus horas de trabajo y las horas de sueño fueron siendo cada vez menos. Era el ultimo aliento, las únicas posibles horas donde debía esforzarme.

Las horas que pasaba corriendo en la mañana se duplicaron, mis horas de canto lo hicieron con ellas y mis horas de baile terminaba cada vez más tarde. Al caer la noche, no solo escribía una canción, sino que hacia dos a tres, tratando de encontrar aquella indicada para cantar en la presentación modelo que haría en Cd, para adjuntar en los papeles necesarios para la inscripción.

Mi cuerpo ya no dolía, ya no protestaba, lo único que hacia, era exigirme a aprovechar el tiempo que me quedaba.

Mis padres me hablaron en aquel lejano octubre.

Me dijeron que se irían de viaje y regresarían para las fiestas de fin de año, donde harían una gran fiesta e iría muchísima gente.

No se en que remota parte de mi cerebro, esperaba que me hablen para desearme suerte, pero la decepción no hizo más que impulsarme a seguir intentando, a seguir con aquellos ideales que creía necesarios en mi vida.

Trate de restarle la importancia que en realidad para mi cabeza tenia, solo seguí explotándome en busca de eso que creía querer.

Solo faltaban dos semanas para el gran día, solo dos semanas para terminar aquello que había comenzado hace 6 meses atrás.

El día que debía hacer el video de presentación, me sentía lo suficientemente seguro para no fallar.

Fue el único día donde mi rutina paro, me coloque la ropa que había premeditado, mi profesor de baile trajo una de las mejores cámaras de video que había hasta el momento y montamos todo en un escenario idóneo.

La coreografía ya estaba más que aprendida, cada uno de los diferentes pasos y trucos, cada pasaje, cada expresión estaban listos. Nos tomo toda la mañana repasar cada toma y ángulo especifico, pero al final de esta, todo estuvo listo.

Luego del almuerzo, mi profesor de canto tomo el lugar del anterior y tras cambiarme la ropa y preparar de nuevo un escenario diferente, me dedique a cantar una de las canciones que escribí. Al ser escrita por mí, tanto el profesor como a todos aquellos del ámbito profesional al que había consultado, decía que mis probabilidades de quedar en la empresa eran mayores.

El sentimiento que despedía cada letra era genuino, hay veces en que hasta a mi me hacia colocar la piel de gallina y vi que el profesor hasta soltó una lagrima cuando termine el ultimo párrafo sosteniendo una nota demasiado aguda, que luego de practicarla millones de veces logre conseguir que me saliera natural.

Mandamos a editar el video que estaría hasta el final de la semana, a partir de ahí, mi rutina comenzó de nuevo, pero según los profesores, debía tratar de tomarlo con más calma, para no llegar al gran día completamente exhausto y destruido.

La última semana de ese octubre llegó, mi cuenta regresiva empezó a carcomerme los nervios. Cada día pasaba, yo solo sentía que me asfixiaba por la cercanía de ese viernes tan temido.

El día miércoles antes de la presentación termine de sacarme las fotos necesarias tipo carnet y termine de adjuntar todas las cosas que necesitaba para la inscripción. Y cuando llego el jueves en la noche prepare todo aquello que fuera necesario para el día que llegaba mañana.

Mañana se decidiría mi futuro.

Mañana demostraría por aquello que había peleado.

Mañana triunfaría.

Acaso tú conoces como yo el dolor sabroso,

Y te dices: ¡Oh, que hombre singular!

Iba a morir. Pero en mi alma amorosa

El deseo se mezclaba con el horror, en un mal único;

Angustia y viva esperanza sin ánimo rebelde.

°[Charles Baudeliere]

(…)

31 de Octubre

El reloj suena más temprano que de costumbre, mi cuerpo entero tiembla frente a la ansiedad y la anticipación.

Apago el constante sonido de la alarma y arrastro mi cuerpo hacia la ducha, donde el agua fría relaja cada uno de mis músculos como si fuera un bálsamo que me repite que todo estaría bien.

Cepillo mis dientes, afeito el casi inexistente vello facial y mientras se seca mi cabello, camino hacia mi habitación donde me pongo la ropa estratégicamente elegida para el día de hoy.

– Tu puedes Minho – Me repito en voz baja, tratando de convencerme a mi mismo que podré hacerlo, que debo confiar en mí, en todas aquellas horas que invertí en tratar de alcanzar este pequeño sueño que me impuse.

Esas palabras dichas desde mis labios, me traen tanto nostalgia como felicidad, después de todo, todo comenzó por mis incesantes ganas de escucharlas desde bocas que no son la mía. Escucharlas desde la voz de mis progenitores, que el día de hoy no están aquí, pero que a pesar de eso, yo estaré bien.

Ya no los necesito.

Al bajar a la cocina, tomo después de mucho tiempo, un desayuno completo que me ayude a tener todas las energías posibles para las cosas que debo enfrentar hoy.

Reviso mi celular luego de sentirlo vibrar en mi bolsillo y compruebo que es un mensaje de mi profesor deseándome suerte y que estará en las pruebas apoyándome.

Tal vez es por este tipo de cosas por las que me esfuerzo tanto, para que la gente que me rodea se preocupe un poco por mi, para que me reconozca.

Una sonrisa genuina pica en los bordes de mi boca, luego guardo el teléfono en mi bolsillo nuevamente para luego terminar mi desayuno e irme a tomar esa jodida prueba de una vez por todas.

Camino por calles conocidas, paso por cruces y luces de semáforos que me ceden el paso, cada vez estoy mas cerca de mi objetivo de lograr aquello por lo que luche, para demostrar de que soy capaz.

Un imponente edificio me saluda desde lo alto, donde la luz del sol se fragmenta y se proyecta en mi dirección, cegándome por momentos. La gente se arremolina alrededor de una puerta principal, donde, cada una de las personas poseen números en su pecho, indicando el turno que cada cual posee para pasar a dar la prueba.

Arrastro mis pies hasta la mesa de inscripción donde una mujer me saluda y me pide todos mis papeles. Entrego la carpeta completa y la chica que esta en frente mío comprueba que todo esté en orden y luego de hacer un asentimiento con la cabeza me tiende un número.

“13”.

Supongo que la ironía del mundo es genuina y no podía tocarme un número diferente que el trece, que acompaña melódicamente al 31 de octubre.

Mis profesores de canto y baile entran por las puertas del establecimiento y me saludan con la mano en alto, mientras se acercan a mí.

El profesor de baile me empieza a hacer estirar los diferentes músculos y a relajar partes de mi cuerpo para una mejor movilidad, mientras que el profesor de canto me hace descansar y calentar la garganta repasando la escala de Sol al derecho y al revés, repito trabalenguas para soltar mi voz y giro mis extremidades en diferentes direcciones para preparar mi cuerpo.

Estoy por entrar al campo de batalla a intentar ganar una guerra que no solo esta en mi cuerpo, sino también en mi mente.

– ¡Choi Minho, es su turno, el numero trece por favor entre al salón! – Es la misma chica de la entrada la que pronuncia mi nombre por los megáfonos anunciando que es mi momento de demostrar que todas aquellas gotas de sudor valieron la pena.

Este es mi momento.

Llego la hora.

Camino a paso firme hacia el lugar donde se decidiría todo, donde demostraría lo que era capaz. Este era el momento no solo de demostrarme a mi mismo que podía, sino que iba a demostrarle al mundo quien era yo.

(…)

Ese viernes 31 de octubre, donde mi número de participación era el 13 fue uno de los días más feliz de mi vida.

(…)

Uno de los requisitos que pedía la empresa a los miembros, era la convivencia y la interacción entre las partes, para eso habían dispuesto un departamento para los siete miembros que entramos a través de ese concurso. Yo era uno de ellos, había sacado la mejor puntuación y era uno de los más chicos en edad, pero aun así, según ellos había demostrados grandes cualidades.

Dispusieron de un nuevo horario de cosas a llevar a cabo que debíamos tener en cuenta a la hora de realizar las actividades, nos habían dado un plan alimentario específico que debíamos seguir al pie de la letra y diferentes actividades sociales que como traineer debíamos seguir.

Fui al que menos le costo acostumbrarse al nuevo horario, después de todo, yo me había impuesto horarios más sacrificados en mi entrenamiento para la prueba. Lo único que había cambiado era que, en los diferentes eventos sociales debíamos sonreír más de la cuenta, debía parecer, aparentar a un niño rico con sonrisa perfecta.

La parte visual de la empresa nos impuso un estilo a cada uno.

Yo debía ser el rapero, sonriente y bueno. Cosa que no podía alejarse más de los demonios que atormentaba mi mente.

Me vestían con musculosas grandes con logos raros y pantalones pegados al cuerpo que resaltaba mis músculos. Zapatillas con trenzas desatadas y gorras con la visera para atrás.

Mi cabello quedo largo, pero no tanto como lo tenía, lo recortaron solo hasta que me tape las orejas y cambiaron el negro azabache por un castaño oscuro.

Cada uno de las marcas propias de mi cuerpo iba desapareciendo gracias al prototipo impuesto.

Por momentos dejaba de ser yo y me convertía en el sonriente Min Ho, ese niño pequeño con grandes talentos que con sus quince años poseía el físico de uno de dieciocho y tan alto que parecía un poste, pero que con su sonrisa angelical y sus ojos marrones te demostraba la inocencia.

Y que equivocados estaban.

Mis padres no pusieron ninguna objeción al hecho de que yo debía irme de la casa, después de todo podían presumir a sus amigos que la gran empresa de entretenimiento que es reconocida a nivel mundial por sus traineers, me había seleccionado entre miles y que mi debut estaba pronto.

Creo que muy en el fondo me sentía feliz por que ellos dijeran eso, porque después de todo, mi antiguo motor era el reconocimiento de aquellos que eran mis progenitores, pero supongo que el momento en donde sus alabanzas llegaron yo ya estaba perdido.

Yo no los necesitaba.

Aquello por lo que de niño rogaba se había esfumado, mis ideales estaban puestos en otra cosa, eso era ahora en debutar y ser reconocido como rapero, aunque, muy en el fondo estaba convencido que en realidad quería ser reconocido como alguien diferente, como alguien único, por ser yo mismo.

La mascara y los disfraces que me colocaron para formar el prototipo me hacían perder. Y me perdí con aquella imagen.

Pero cuando llegaba la noche, me sacaba ese disfraz me daba cuenta de mi verdadera esencia y dormía pensando en mi antigua vida, aquella que una vez tuve. Y desee con todas mis fuerzas olvidarla, y jamás volver a recordarla.

Aunque sabía que eso nunca ocurriría.

(…)

Un día que parecía cualquier otro, pero que nunca lo seria, me llamaron las autoridades de la empresa. Me citaron en una sala de reuniones donde se encontraba la encargada de la parte visual, el encargado de marketing, los profesores de baile, canto, actuación, idiomas, un abogado y el dueño de la empresa.

Yo con mis dieciséis años, me sentía frente a las astas de un toro, que moviéndose centímetros podía despedazar mi cuerpo y convertirlo en carne putrefacta.

Tenía miedo, miedo a que me arrebaten mi sueño, que me arrebaten mi estabilidad. Pero no iba a suceder nada.

Me explicaron que tenían planeado, en dos años, mi debut como artista independiente, que habían encontrado en mí grandes potencialidades y que habían coordinado no solo con los profesores, sino con todos los presentes en hacerme la publicidad mayor posible para que mi imagen sea lo suficientemente convincente para el público.

Se establecería un club de fans que armarían las hijas de los aquí presentes, y me pondrían un seudónimo.

El club llevaría en el logo, aquellas cosas que caracterizaban mi imagen, que era, claramente la ropa de rapero que ellos me habían impuesto. Aunque muy en el fondo no me molestaba para nada aquel atuendo después de todo, era cómodo y la velocidad de palabra que poseía me ayudaba a soltar la lengua para que mis raps tengan el ritmo vertiginoso que se pretendía.

En dos años todo debía estar listo.

En dos años cumpliría mi sueño.

Y por segunda vez, en aquel lejano diciembre mi sonrisa fue genuina.

(…)

Me mude a un departamento costeado por mis padres donde convivía con mi sombra, en él, se encontraba un gimnasio especifico para mis entrenamientos. También había una sala recubierta con espejos y piso de madera que me servia como sala de practicas para la coreografía. Más allá de esas dos alas del departamento, lo único que había era mi cuarto, el baño, la cocina y un pequeño hall.

Aunque a las mayorías de las horas de mi existencia me las pasaba entrenando y preparándome para lo que se avecinaba.

En la cocina casi no entraba ya que había alguien de la empresa encargado específicamente de mis necesidades alimentarias y además todos los días me mandaban fotos por mail de la ropa que debía usar.

En aquellos tiempos mi rutina me recordaba a los días en los que me preparaba para la prueba.

Por la mañana ejercicio físico.

Por la siesta canto.

En las tardes baile.

En las noches cenas con autoridades.

En las madrugadas dormir.

Y todo se repetía sin cesar. Acabe acostumbrándome a dormir la mitad de las horas necesarias, acabe acostumbrándome a sonreír hasta en situaciones donde todo duele.

Acabe convirtiéndome en alguien con una doble mascara y grandes muros que no permitían a nadie, la entrada.

Había veces en las que las mañanas se usaban en sesiones de fotos y las tardes en eventos sociales en hospitales. El mundo me reconocía en la calle, me pedían autógrafos, comenzaba a ser alguien reconocido y famoso. Las chicas usaban fotos mías de fondos de pantalla y los chicos usaban el estilo de ropa que la empresa había impuesto para mí.

Las personas mayores me paraban en mis trotes de la mañana para agradecerme participar en eventos para la sociedad, a los comedores infantiles y en los hospitales, así como a los grupos de ayudas para mujeres golpeadas o a los centros que ayudan a los adolescentes adictos a dejar los vicios.

Y esa sonrisa fingida que practicaba todos los días frente al espejo, se quedo fijada en mi cara, ya no reconocía mi rostro frente al espejo, ya no era yo. Era la imagen que querían mostrar, la que vendía.

Pero si eso me hacia feliz, si daba fruto. Estaba bien.

(…)

Nunca tuve lo que se puede llamar un amigo, pero con los constantes roses con gente en los entrenamientos de la empresa hubo alguien que empezó a quedar conmigo.

Era alguien que así como ami, le habían puesto una fecha de debut y para abaratar costos habían hecho coincidir mis horarios de prácticas con los de él.

Lee Jin-ki.

Jinki fue mi único amigo, mi único mejor amigo.

Pasábamos las mañanas, las tardes y a veces las noches juntos en eventos o en entrenamientos. No hablábamos mucho, pero si lo suficiente como para conocernos.

…l conocía mi verdadera esencia y yo la de él, es por eso que era mi amigo. Había explorado por cada rincón de mi mente hasta denotar cada color de mis pensamientos y aun así seguía a mi lado.

Las charlas constantes no eran nada profundas, solo de cosas superficiales como las cosas del día a día, criticábamos a algún profesor o nos jactábamos de poder hacer algo que otros no podían.

No éramos crueles, solo demasiado niños, adolescentes que no entendían muchas cosas de la vida.

Pero así estaba bien, ahora también podía sonreír de verdad, podía reír de verdaderos chistes y mientras los almuerzos pasaban con pollo frito, me sentía más a gusto. Como si hubiera encontrado mi propio hogar.

(…)

La fecha del debut cada vez estaba mas cerca, mis nervios llegaban a carcomerme la mente en las noches donde la inseguridad me azotaba con fuerza hasta que salía el sol y aclaraba mis ideas logrando tranquilizarme.

Ya poseía diecisietes años, con ellos mi altura creció aun más, mi voz se hizo más grave y según mis fans más “sensual”. Mi psiquis también maduro, empezando a ver las cosas más claras, a entender la irresponsabilidad de mis padres y a ver que eso no podía seguir condicionando mi vida. Gracias a eso, pude dejar de lamentarme por su falta de interés. No los justificaba, para nada….aun me dolían todas aquellas no-acciones, que tuvieron conmigo, pero había podido superarlas.

El deseo por ser un cantante y bailarín importante también se estableció. Ya podía decir que este era verdaderamente mi sueño.

Esto era lo que quería.

Era más maduro, podía aceptar críticas sin romperme, podía sonreír sin ser completamente falso.

Y ya no estaba solo.

(…)

Las diferentes vuelta que da la vida a veces nos marean y nos hacen perder el rumbo, otras veces nos hacen encontrar un camino regado de flores pero, éste camino es dudoso ya que es tan lindo que llegas a desconfiar de él; el camino que la vida me había hecho tomar era con demasiados desvíos y vueltas confusas. Desde grandes montañas nevadas donde el frío calaba tu cuerpo demostrándote que las cosas no siempre son fáciles. Otras veces el camino tenia a su lado un lago tranquilo, donde podías descansar y te hacia tomar un respiro del ajetreado ejercicio de estar luchando con todo lo que te rodea. Pero siempre había que retomar el camino y seguir luchando.

Otras tantas veces el camino tenía carteles que te pedía que te detengas para observar como este se dividía, dabas con una intersección donde debías tomar una decisión de hacia donde dirigir tu paso.

Las vueltas que da la vida me habían detenido frente a una intersección, esta era la decisión de dar un paso hacia mi debut o la posibilidad de parar, de dejarlo todo y olvidarme que la vida es complicada y solo irme a estudiar cocina, vivir solo en algún pueblo perdido donde podía poner una panadería y olvidarme de lo duro que era el camino.

Pero no podía ir por el camino de flores, debía seguir el camino empinado. Di un último paso hacia el lugar que sabía que me traería más obstáculos, pero que en este también abrían lagunas que me darían paz, donde podría observar el mundo y saber que esto es lo mejor.

Mi debut estaba cerca, más cerca de lo que esperaba, en menos del tiempo que creía me encontraría en un escenario cantando, bailando, sonriendo y demostrando todo eso que había aprendido en mis dos años de entrenamiento.

Solo me quedaban dos meses pera el gran día. Se lanzaría un álbum donde en algunas canciones aparecía la voz de Jinki, siendo esto un impulso para su próxima carrera. Nos lanzarían al mundo espontáneamente y harían coincidir nuestras apariciones en la televisión en diferentes programas.

Tanto las fans de él como las mías habían hecho eso que llaman copules, y había millones de fanfics donde nos emparejaban, siendo yo algo llamado “seme” y él, el “uke”.

El mostrarnos a los dos juntos en el debut impulsaría aun mayor la publicidad, porque darían a las fans de que hablar.

La empresa nos había dicho que debido a eso, nosotros debíamos actuar algunas veces cariñosos, ya saben eso de abrazarse y hacer caras tiernas frente a las cámaras, que al hacer eso, nuestra popularidad subiría.

En esos dos últimos meses de preparación nos esforzamos al máximo, las canciones ya estaban grabadas, en mi departamento no pasaba más de tres o cuatro horas, donde solo me bañaba y dormía. La mayoría de mi tiempo me la pasaba en la empresa o con los diferentes profesores para terminar de ver los últimos retoques.

En esos sesenta días fue el lapsus de tiempo mayor donde estuve alejado de Jinki, y por ende, el lapsus de tiempo donde mi voz no se escuchaba con frecuencia, ya que solo sonaba para cantar alguna canción o algo parecido.

Había logrado entablar una amistad demasiado fuerte con el otro chico adicto al pollo, al no verlo tan seguido solo logro estragos en mí, porque me recordaba esos lejanos días de mi infancia donde me la pasaba solo y lamentando cada segundo de mi vida, el lograba darme la luz que enseñaba que camino tomar, que me recordaba que la vida a veces tenia cosas buenas y que a pesar de todas las mierdas de baches la cosa continua, que solo hay que poner un pie delante del otro para salir de un problema. Extrañaba sus chistes idiotas y sus muestras de afecto inútil que hasta él sabía que solo me alteraban, ya que no estaba acostumbrado para nada.

Pero así como el me dijo una tarde donde el sol nos demostraba su poderío y nos hacia derretirnos frente a sus rayos en forma de un calor abrazador, solo hay que poner un pie frente al otro y levantar la vista.

Y así que continúe, impulse a mis pies a seguir adelante y enfrentar mi debut, todos esos días previos. Y que luego del gran estreno nos volveríamos a encontrar y nuestras fans serian felices.

Porque después de todo, la pareja que hacíamos nosotros no era tan errada, sabia muy concientemente que si Jinki no estaba a mi lado me derrumbaría, seria otra vez ese niñato que llora en un callejón vacío en las noches pidiéndole a la luna que alguien lo ame.

Una semana antes del gran evento, una noche donde el aire acondicionado se esforzaba al máximo sobre mi cabeza, sonó mi teléfono celular mostrándome la imagen de una pata de bollo y sonreí frente a la pantalla antes de contestar el teléfono.

No había tenido noticias de él en los últimos días, solo sabia sobre su persona a través de lo que me comentaban nuestros profesores y sabia su itinerario gracias a sus fans locas.

Atendí el móvil diciéndole por su nombre artístico que sabia que en el fondo le molestaba.

– ¿A que debo el gran honor a que el uke Onew me llame? – Dije en tono de burla, mientras contenía la risa al escuchar un suspiro de irritación del otro lado del auricular.

– ¡No entiendo porque esas niñas me colocan de uke!, Vamos que soy yo el que domina, no veo la necesidad, es que deben estar ciegas, soy yo el que te consuela y esas huevadas. Minho debo decirle al líder que publique una foto de nosotros donde yo te este alzando como una princesa, ¡A si le demuestre a las niñatas quien es el que domina aquí! – Escuchaba su voz exasperada y sus comentarios sin sentido alguno y solo deje que mi risa salga.

Había extrañado su voz, nunca lo admitiría en voz alta ni tampoco lo demostraría, pero sabía que era cierto que era él, el que me sostenía y me mantenía en pie.

Ya no me encontraba solo, era él, el que hacia que el camino en que se había convertido mi vida no sea tan duro, que los obstáculos no cuesten tanto.

Ya no iba solo en ese camino, el me sostenía de la mano y hacia más ameno las cumbres y grandes pozos.

(…)

El gran día no se hizo esperar y llego con una agenda tan apretada que en el horario no quedaba lugar para dormir ni comer.

Primero en la mañana cuando se libero el MV el mundo comenzó a estallar en forma de reproducciones y comentarios tanto en mi pagina oficial como en el video.

Mi cambio de estilo de peinado debía ser en la mañana.

Mi cabello castaño paso a negro de nuevo y lo dejaron largo, haciéndome una pequeña cola atrás.

El cambio vino de la mano porque ese día aparecería en un programa de televisión y defunción donde debía decir lo agradecido que estaba de la empresa. Debía cantar el single más importante del álbum y hacer una coreografía más o menos elaborada, la cual había estado practicando el último mes.

El programa al ser en vivo permitían una línea telefónica para que hable con algunas de mis fans y diga cosas como, “por favor cuida de mi”, “apoya mi carrera por favor noona” o escuchar el constante apelativo de “Oppa” de mujeres que me doblaban la edad o de mujeres que eran mucho mayores que yo.

Debía sostener la sonrisa y la risa frente a los chistes de los productores, los conductores del programa y cuando por fin termino todo fuimos a un centro comercial a promocionar el lanzamiento.

Cuando salimos de ese lugar ya el manto de la noche había caído sobre el cielo de Seúl y una brisa se arremolinaba a mi alrededor mientras una cola extensa se mostraba al frente mío a la espera de un álbum autografiado.

Cuando mi muñeca dolía y mi maquillaje fue retocado por decimacuarta vez con el fin de tapar mis ojeras, me encontraba regresando a mi departamento a dormir.

Esa noche dormí como alguien diferente, como alguien completamente nuevo, como alguien que había cumplido su sueño.

Como el que había logrado su objetivo.

(…)

Cuando Jinki o más bien Onew salió a la luz, al mundo de la música y el entretenimiento todo se volvió más llevadero, parecía que nosotros éramos un grupo ya que siempre nos invitaban juntos a los programas, tanto en mis presentaciones él estaba como yo en las de él.

Para hacer el fanservice más de una vez habíamos estado demasiado cerca de besarnos o aparecíamos en ropa de “calle” yendo a comprar algo en el supermercado de la mano.

Las fans estaban más que seguras que nosotros manteníamos un amorío en secreto de la empresa y la cosa se hacia algunas veces cómicas, otras irritante por la constante insistencia o las publicaciones en los grupos de fans.

Llego un momento en donde mis fans y las de él se juntaron en las puertas de la empresa e hicieron una manifestación diciendo que nos dejen vivir nuestro amor.

Mientras nosotros con Jinki veíamos eso en la sala de prácticas nos reíamos, mientras nos mirábamos. Muchas veces él se había acostumbrado tanto al fanservice que lo hacia cuando estábamos solos y aunque demostraba lo contrario, a mi no me molestaba, después de todo era una muestra de afecto que en mi casa no tuve, además temía que si decía algo él se aleje de mi, no quería que eso ocurra. A si que yo también me termine acostumbrando, a interiorizar eso que comenzó como una actuación y convertirlo en nuestra forma de vida.

Las tarde que pasábamos juntos vivíamos tomados de la mano, en las noches donde las practicas terminaban demasiado tarde, me quedaba en su departamento al estar más cerca de las salas de practicas, las llamadas de teléfono se hacían eternas cuando pasábamos demasiado tiempo alejados uno del otro y cuando a mi me emparejaban con otro idol había veces que me hacia escenas de celos y luego cuando se daba cuenta de lo que hacia, culpaba a sus fans por llenarle la cabeza de tonteras.

La relación entre nosotros se hizo extraña, hasta el punto de creer que él realmente pensaba que teníamos algo, pero no iba a ser yo el que se aleje, después de todo, el año que llevaba como alguien del mundo del espectáculos mis padres no habían levantado el teléfono para preguntarme como estaba, sobre que era de mi vida o algo. A si que la única persona que realmente estaba conmigo, a pesar de todo era él y si él pretendía ser así, por mi no había problema. Yo le quería, pero como alguien puede querer a un amigo o a un hermano, como a alguien que es indispensable, pero no un amor de pareja o eso creía, después de todo nunca tuve una.

(…)

El segundo año como artista fue mucho mas tranquilo porque me la pasaba solo trabajando los meses antes del Comeback y en los eventos de fans, los demás días del año podía pensar por mí un poco y relajarme en casa.

A principios de este año, cuando cumplía mis diecinueve años me fui a vivir con Jinki, ya que me la pasaba de igual forma más tiempo en su departamento que en el mío, además irme de ese lugar, significaba por fin cortar todo lazo que me atase a mis padres de los cuales no tenia ninguna noticia.

Desde que debute o antes, que no nos veíamos, mi padre había dejado de ir a mi departamento a dejarme la renta y ya mandaba a alguien de la empresa, mi madre ya no cruzaba palabras ni en mi cumpleaños ni en los días festivos. Dejaron de invitarme a sus descomunalmente grande eventos de sociedad y yo al quedarme en ese lugar solo me recordaba que aun dependía en cierta manera de ellos, a si que cuando se me dio la posibilidad económica de irme, lo hice.

La empresa me había propuesto irme a vivir a alguno de los condominios que ellos arrendaban, pero preferí compartir los gastos con el señor pollo, además cuando se lo comente no hizo más que ponerse feliz y empezar a enumerar las cosas que haríamos juntos y las reglas que cada uno debía seguir.

Me conmovió de tal forma que logro convencerme de que esa era la opción correcta y al final, terminamos en una casa de tres cuartos, dos baños, un living demasiado grande para el poco uso que tenia, una cocina igual de inútil por las constantes llamadas a los servicios de comida a domicilio y un gimnasio donde por lo menos yo pasaba la mayor parte de mi tiempo libre.

Había comprendido con el tiempo en que llevaba de vida, que el ejercicio siempre fue una forma de liberación en mí, si no estaba corriendo, estaba bailando y si no era esto ultimo, estaba practicando algún deporte como el football o el básquet.

Entonces en el lugar donde yo estaba, no podía hacerle falta un par de pesas, una caminadora o un parque cerca.

La convivencia con Jinki fue una de las cosas más cómodas que tuve, no hacia falta decir nada porque con una simple mirada nos entendíamos cuando algo nos molestaba. La mayor parte del tiempo no nos cruzábamos ya que o el estaba haciendo actividades o lo estaba haciendo yo, pero cuando llegaba la hora donde las aguas se calmaban y el mundo se quedaba en silencio para darnos un respiro, nos comenzábamos a ver con mas frecuencia, la pasábamos viendo películas, durmiendo hasta horas demasiado altas para dos idols o leyendo los fanfics descabellados de nuestras fans.

Mi segundo año como alguien famoso fue pacifico donde pude finalizar heridas que estaban abiertas y así curarlas para que dejen de supurar.

(…)

La participación en diferentes eventos era la parte lógica y esperada de mi trabajo, a si que más de una vez fui a hospitales o a comedores infantiles con el fin de ayudar al otro, claro que esto no lo hacia por propia voluntad ya que era la empresa quien manejaba mi agenda, no es que yo no quiera hacer ese tipo de actividades, simplemente no era yo el que las ponía en mi horario.

Lo único que yo podía decidir era que deporte podía practicar con el fin de quemar las colarías necesarias para mantenerme en forma.

El tercer año de mi carrera hizo que cambie mi look de nuevo, del cual Jinki se estuvo burlando durante semanas.

Mi cabello había pasado de ser negro a un rubio claro, donde el largo de mi pelo desapareció y solo quedo una pequeña cresta de pelo que debía ser peinada cada dos por tres porque me estorbaba a la vista.

Según el señor del pollo había perdido parte de mi estilo de chico malo, que ahora gracias a que a él también le cambiaron el look por uno donde su pelo tenia una mezcla extraña entre marrón claro y rojo, dando por resultado algo así como el color de la arcilla y había cortado su cabello denotando pequeños rulos que hacían de flequillo, según él ahora seria él en las historias el que dominaría.

Sus burlas cesaron cuando las fans solo comentaban que su nuevo look lo hacía lucir más tierno, mientras que el mío me daba un aspecto de chico malo. Ahí las burlas fueron dirigidas hacia el.

Ese año lanzamos al aire más programas de los que puedo contar con ambas manos y dos álbumes completos y un mini-álbum navideño donde incluyeron una canción de “Onew”, donde me cantaba el feliz cumpleaños en diferentes idiomas.

Las fans terminaron con embolias cerebrales de la felicidad, Jinki feliz y yo con un año más encima.

(…)

Las giras de promoción apareció en mi cuarto año de carrera, donde era solicitado en otros países para conciertos y diferentes presentaciones, donde me pase varios meses fuera del país y alejados del sur de corea, practicando idiomas que desconocía.

Visite China, Francia, Inglaterra, Portugal, Brasil, Perú, México y algunos estados de estados unidos.

La gran variabilidad geográfica y cultural era sorprendente.

Podía encontrar montañas heladas, praderas de un pasto verde que se extendía al infinito o mares donde su arena era tan fina como la harina.

Las personas poseían colores de piel variados, diferentes rasgos y contexturas físicas. Diferentes colores de pelo, tatuajes y aritos por todo el cuerpo. Y así como todo cambiaba, lo hacia la forma de demostrar amor, las parejas en todas las partes del mundo eran diferentes; algunas iban de la mano, otras se comían en el banco de una plaza, otros simplemente iban caminando cerca el uno del otro.

Fue algo que me brindo un conocimiento de algo que desconocía y me permitió dejar de vivir en la burbuja que yo llamaba mi vida a algo ajeno que era el mundo.

Los días que no estaba fuera del país, me la pasaba con profesores de idiomas para saber que decir sobre el escenario o en eventos promocionales en el centro de Seúl.

Fue un año demasiado solitario, a pesar de que me pasaba gran parte de mi tiempo rodeado de gente, no podía contar con nadie con quien hablar.

Me llevaba bien con el equipo técnico, con la parte de estética que ya me conocían más que yo mismo, ya que confeccionaban mis ropas, me vestían antes de los conciertos y observaban mi cara por más tiempo que yo por las mañanas cuando me cepillaba los dientes. Pero no era lo mismo, las llamadas telefónicas con el señor de los pollos eran demasiado cortas por el cobro de la larga distancia o porque simplemente el horario no coincidían o no lo poseíamos.

Jinki se había quedado en Corea a promocionar su nuevo álbum y recién dos meses después partiría a su gira. Cuando yo estaba regresando al país, él estaba en la mitad de su recorrido.

Cuando las estaciones pasaron y regreso el frío propio de noviembre, las cosas se habían calmado un poco, mi compañero de piso regresaba pasando la fecha de mi cumpleaños, pero a pesar de que tanto él como yo lamentábamos que no iba a estar, estábamos contentos, ya que por lo menos las fiestas de fin de año las íbamos a festejar juntos con su familia.

Luego de cumplir mis veintiún años y considerarme frente al mundo alguien mayor de edad, la navidad, el frío y la arena del mar de Jeju nos despidió con juegos artificiales y olor a humedad.

(…)

Cinco años de carrera, cinco años de hacer esto todos los días, pero hacerlo con la conciencia de que es lo que amo.

El pararme y sentir esos nervios previos a una presentación. En los gritos de los fans que cantaban junto conmigo todas las letras de las canciones y los raps.

Ver que en Internet las coreografías hechas por ellas o ellos y hasta era gracioso ver como editaban diferentes fotos conmigo y Jinki.

En esto cinco años crecí tanto como persona y como artista, aunque mi temperamento y mi actitud seguía siendo la de ese chico con terror a que lo abandonen y se sientan decepcionados.

Seguía esforzándome con todas mis fuerzas para que todas las cosas que hiciera fueran bien recibidas y apreciadas.

Había ganado premios como el artista del año o la mejor canción a lo largo de mi carrera, era escuchado en varios países y a pesar de que mi gira del año pasado había sido hace poco, ya había pedidos en la empresa para que hiciera otro, aunque con los presupuestos eso aun no era posible, estaban planeando una para el año siguiente.

Mis entrenamientos eran igual de duros, aunque ahora con menos frecuencia ya que a las diferentes técnicas las tenia incorporadas, ya poseía un poco más de tiempo para mi mismo y mis cosas privadas.

Habíamos establecido dos días al mes con Jinki para ir al supermercado cerca de la casa para hacer las compras y que las fans puedan hacerse la cabeza cuando nos veían juntos o haciendo tonteras entre los pasillos del mercado.

Tenía diferentes propuestas de trabajo como películas o series televisivas, a si que desde el principio de mi quinto año de carrera mi curriculum tuvo un punto más que fue el de actor.

Participe en una serie que constaba de veinticuatro capítulos donde yo era el personaje principal junto con otra actriz, era un dorama basado en un anime, del genero semi-deportivo, donde la actriz principal se hacia pasar por hombre para entrar en el instituto y yo sabia de su identidad.

Fue divertido hacerlo, aunque tuve que escuchar las constates quejas del señor pollo por el beso dentro de la historia.

Cuando hubo terminado el rodaje de la serie, pasamos a la publicidad y a las diferentes sesiones de fotos y los fanfics vinieron de la mano con eso.

Aunque la mayoría seguía considerando a Onew mi “pareja oficial”.

El año paso entre premios y presentaciones, entre promociones de mi nuevo álbum y conciertos donde quedaba afónico por días de tanto gritar.

Y así las estaciones del año fueron cayendo una tras otra, los colores se fusionaban con otros hasta caer en el blanco inmaculado de la nieve.

Mi cumpleaños numero veintidós llego con ropas abrigadas, un Jinki celoso y una noticia que no me esperaba.

La gente de la empresa me hizo llamar para comentarme de otra actividad, cuando me acerque hacia las instalaciones de esta me recibió el encargado de mis horarios y el que era el que me comunicaba de todos mis eventos más importantes y aquellos de menor importancia.

Me hizo pasar a su oficina como era de costumbre y me extendió un cronograma totalmente diferente al que estaba acostumbrado, este tenia muchas más horas libres y eventos como, “parque de diversiones”, “reuniones con amigos”, “baile practica”, “clase de canto”, o cosas extrañas.

Levante la vista del papel y al comprender mi cara de interrogación el gerente dio un suspiro y se acomodo en la silla.

– Mira Min, una de las empresas de publicidad que se encarga de sacar los malos comentarios de la empresa o los falsos rumores, se acerco a la instalación presentando un proyecto, donde querían que uno de sus periodistas “conviva” durante un mes con uno de nuestros idols. Querían incluir en la revista un tipo de Pitágora donde el periodista cuente tu día a día, como idol, las cosas que haces, tu vida y esas cosas.

“En ese momento la empresa no pudo negarse ya que esa empresa de publicidad nos ha sacado de varios problemas gordos y rumores que podían destruir la imagen de algunos de tus compañeros, entonces nosotros nos pusimos en el papel de ver quien podía ser esa persona y tras un largo análisis salio tu nombre. Sabemos que vives con otra persona, con Jinki, pero eso es aun mejor, porque verán que posees una buena relación con tu ámbito del trabajo, también analizamos tus constantes visitas a los entes públicos y que tu grupo de fans son las más participativas, así que este trabajo podría impulsar aún más tu carrera. Aunque debes tener en cuenta que el chico o chica que se encargue de eso vivirá contigo y con Jinki, a si que deben ser comprensivos, ¿De acuerdo? “– Yo no podía hacer más que agrandar mis ojos ante esa información.

¿Alguien viviendo conmigo?, ¿Ese alguien se iba a inmiscuir en mi vida nada más ni nada menos que un mes completo?, ¿Cómo iba a hacer para que jinki no lo mate?.

¿Por qué las cosas no hacen más que complicarse?.

– Esto no puede ser verdad…–Susurre más para mi que para el, mientras tomaba mi cabeza y cerraba los ojos viendo lo que se venia por eso.

– Mucha suerte, eso era todo. Vamos a estar en contacto contigo cuando sepamos más de esto, pero el periodista vendrá este mes, no estamos seguros si será la semana que viene o fines de esta, a si que ve hablando con Jinki, aunque él pasara el menor tiempo posible con ustedes en el departamento, después de todo va a ver tu vida no la de ambos– Al decir lo ultimo no hago más que tomar con fuerza mi cabello, se suponía que después de semejante año iba a poder estar tranquilo y pasarla con el señor pollo, si me alejaban de él, no iba a poder ser bueno, me iba a desbordar.

– ¿No hay alguna posibilidad de que Jinki se quede? – Dije casi en un tono de suplica, sabia que nunca había negado nada, pero sabia que si la respuesta era negativa, diría que no, que se busquen a otro.

– Trate de fijarme Min, pero no prometo nada, no te preocupes. Eso era todo, ahora puedes irte – Estruje la hoja que tenia en mis manos y me pare del asiento con la cabeza llenas de ideas de cómo le comunicaría esto a Onew y así me fui a casa.

El camino se hacia más largo que de costumbre y las canciones no hacían más que molestar en mis oídos, pero aun así seguí caminando, al llegar a mi casa trague en grueso mientras llamaba a Onew desde la puerta.

(…)

Cronología:

-Minho entra a la empresa cuando tiene quince años, ese mismo año en diciembre cumple los dieciséis. (Min Ho cumple el nueve de diciembre)

-Esta preparándose para el debut dos años

-Debuta con dieciocho años, cumpliendo a fines de éste los diecinueve

-Su segundo año de carrera empieza con diecinueve y cumple los veinte al final del año

-Su tercer año es de veinte a veintiuno

-Cuarto año de veintiuno a veintidós.

-Quinto y ultimo hasta el momento, desde los veintidós hasta los veintitrés.

Notas finales:

¿LES GUSTO ? 


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