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Power Love por RAMSIN

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Power love

Capitulo 10

Siguiendo tus pasos

 

La primera salida de Genos resulto todo un éxito, sin contar que Saitama pudo conseguir una muy buena declaración del ninja, ahora ya estaba libre de cargos, en apariencia ya no tendrían que saber más de ese caso así tuviesen que ocultar el hecho, Saitama comenzaba a tener ciertas dudas en que tan bueno era que los sucesos con el chico rubio quedaran impunes, desde que conoció a Genos ya lo había salvado de un accidente de auto y de un secuestro. En algún tiempo no muy lejano se atrevería a entablar esa conversación con Bang, el era el único que podría decirle lo que teme preguntarle al mismo Genos, el no deseaba traerle malos recuerdos al chico, bastaba con los miedos que llevaba a su espalda, el miedo a salir o el terror a los hospitales.

Una semana más se paso rápidamente entre la rutina, Genos continuo entrenando en las noches sobre la azotea, también ya se hacía una semana desde que estuvieron íntimamente juntos, después de ese encuentro en la azotea no se volvió a repetir ese acto, Saitama no quería obligar a Genos a hacer nada que no quisieran, pero cuando despiertas el lívido, a veces el solo tener ganas no basta, y esa noche la situación pasaba de ser tranquila. Luego del entrenamiento con Metal Bat, la pareja bajo al departamento, cenaron como de costumbre, Saitama se quedo recostado leyendo uno de sus amados mangas, o ese intentaba, porque desde la mañana se levanto con la sensación que hacía falta un poco de calor, recordando los besos de Genos, su cuerpo tibio, el aroma de su piel, todo eso estaba en su cabeza mientras alzaba la vista de vez en vez hacia el rubio que terminaba de recoger los platos y llevarlos al fregadero.

-Genos… - Saitama le siguió a la cocina cual perrito faldero, quedándose parado en el marco de la puerta, mirando atentamente los movimientos que ejecutaba el rubio mientras fregaba los platos –

-¿Sensei? – Genos volteo a verlo con rostro curioso, era raro que Saitama se parara allí solo a verlo como si estuviese en un trance – ¿Necesita algo?

-Ah… diría que sí – dio un leve suspiro al mismo tiempo que entraba a la diminuta cocina posándose tras Genos –

-Y necesit… - no pudo terminar de articular la frase ya que Saitama estaba pegado a sus caderas, con ambas manos apresándole la cintura de modo posesivo –

-Siento que hay que repetir lo de la azotea, ¿no crees? – Se aferro más aun al cuerpo del rubio mientras le susurraba aquella frase al oído –

-Yo – trago grueso al sentir una evidente dureza que se rozaba contra sus nalgas –

-Nosotros – deslizo sus manos por debajo del mandil rosado que aun cargaba puesto el rubio – Somos una pareja, las parejas se dan cariño de este y muchos otros modos más que podemos aprender.

-Aahh – gimió quedito al sentir como la mano derecha de su sensei frotaba su naciente erección sobre las ropas, provocándolo también, causando que fuera difícil, mejor dicho, imposible decir que no ante su comentario –

-Oh Genos… eres tan dulce y tan tierno – le hablo bajito al oído mientras seguía con su mano masajeando la ya evidente erección del rubio –

El menor no pudo articular palabra alguna, las piernas le temblaban mientras sentía aquel ataque llegándole a los huesos, las manos de su sensei tocándolo de ese modo, como sentía sus caderas restregándose de su trasero, el calor dentro de el también se encendía, no había duda que ellos podían llegar a límites insospechados cuando se lo proponían. El misterio de una segunda vez seria develado, Saitama estaba muy dispuesto a ello, entre sus movimientos volvió a tomar las caderas de Genos haciendo que se diera la vuelta quedando frente a frente, necesitaba verlo a los ojos y besarlo desesperadamente.

El calor de dos lenguas, sus bocas unidas en un frenesí de éxtasis, la sensación húmeda y sedosa de una carne intrusa, el calor, el choque de sus lenguas mientras las manos hacían otro baile en sus cuerpos, el calvo tomo el control desabrochando torpemente los jean de Genos, buscando bajarlos hasta sus rodillas, aun con el mandil puesto, tan solo rompió el beso para observar que tan excitante y lascivo se veía el chico rubio con el mandil rosa y sin ropa interior, era una poesía al erotismo, sus piernas temblando, con su miembro dolorosamente erecto manchando la tela rosa que lo cubría precariamente. Sin pedir permiso si quiera se arrodillo tomando entre sus manos las nalgas del rubio en un fuerte agarre para atraerlo más hacia él, Genos tan solo pudo mirar sonrojado como su sensei jalaba el mandil con la boca, lamiendo delicadamente la tela para apartarla de su meta.

-¡Saitama sensei! – gimió sin pudor alguno al ver como el nombrado engullía su miembro húmedo –

Una golosina, aquel miembro carnoso y caliente parecía una apetecible golosina, el premio para un niño que se porto bien toda la semana, y como no amar su premio, tanto lo deseaba que sin pena alguna lo hizo suyo, lamiéndolo desde la base hasta la punta rosada, bajando y subiendo al mismo tiempo que usaba sus manos para acariciar los muslos desnudos del rubio, moviendo sus dedos por toda esa carne, apretándole de vez en vez mientras jugaba a separar sus nalgas, profundizando las engullidas, con los dedos viajando más aun hasta sus bajos, haciendo un camino de caricias, rozando con delicadeza aquel pequeño espacio apretado, sintiendo como estaba tan húmedo, podía tocarlo a placer por todo su contorno, viendo como Genos reaccionaba a las caricias con leves gemidos, sonidos impúdicos que valían oro.

Su boca se desvivió por seguir las caricias, dejando el falo erecto un rato para posar su atención en otra golosina más apetecible aun, sin pena alguna tomo con su mano derecha la pierna izquierda de Genos alzándola un poco, quería tener libre acceso a su entrepierna. Entre movimientos torpes, Genos se reclino contra el fregadero, necesitaba sujetarse a algún lado ante lo que siguió, su sensei lamiendo más aun su vientre caliente, dejando un camino húmedo entre besos y mas besos y mordiscos amorosos, con una lengua juguetona que pronto consiguió la meta, sin pena alguna llevo sus dedos hasta sus muslos, deslizándolos en el mismo sitio donde se divertía su lengua, introduciendo primeramente un dedo, sintiendo como el rubio lo recibía entre temblores placenteros y jadeos descontrolados.

-¡aaahhhh sensei! – Gimió estruendosamente al sentir como el calvo comenzaba a mover aquel digito dentro y fuera, con suavidad y ternura, removiéndole por dentro hasta la fibra más recóndita de su cuerpo –

-Eres tan cálido y apretado… - el comentario subido de todo tan solo hizo que Genos se sonrojara más aun, tapándose la cara con las manos, moriría de vergüenza al ver el rostro que ponía su sensei cuando hablaba cosas sucias –

Para Saitama era como liberar su otro yo, el hombre con sentimientos y emociones que permanecieron dormidas por muchos años, Genos le devolvía la vida, lo hacía sentir de verdad, ser más humano de lo que jamás imagino ser, no solo por lo sexual, no era solo el hecho de tocarse, sentirse o besarse, Genos representaba una puerta nueva donde había decidido tocar, recibiendo como respuesta el amor más grande del mundo para él.

Y ese digito se volvió dos, tocando mas profundamente, ayudando ciertamente por las mismas caderas del rubio que se movían un poco como buscando que el contacto fuera mejor, los susurros seguían inundaron la pequeña cocina, todo tan placentero hasta que los dedos de Saitama dieron con el sitio correcto, empujando un poco mas hasta tocarlo, Genos sintió aquel tacto como un corrientaso de placer más fuerte que los demás, tan grande fue la sensación que se inclino hacia delante, ahogando un gemido que acabo muriendo en el hombro del calvo, su cuerpo entero tembló mientras se aferraba al mayor, sintiendo como se deshacía en un orgasmo monumental, y todo siendo causado por un simple toque de un par de dedos hábiles.

-Genos… - Saitama le miro asustado al sentir como el chico se derrumbo en sus brazos –

-Oh sensei… usted es mágico – susurro con vergüenza al oído del nombrado – fue magistral.

-je je je no es para tanto – rasco su cabeza con pena, ese alago no lo espero venir –

- Ser suyo es algo maravilloso – sus ojos color ámbar le miraron con admiración –

-No sigas diciendo esas cosas o me dará vergüenza seguir adelante.

-Lo lamento.

-No lamentes nada, hacemos lo que dos personas hacen cuando se quieren mucho ¡nada más!

-Entonces hágame suyo.

Saitama se quedo de piedra con la frase, fue como si su erección hubiese tomado un nivel insospechado de sensación, algo dentro suyo se revolvió mil veces más, la fogosidad del deseo fue combustible, y el catalizador, la frase de Genos. Con más emoción aun Saitama prácticamente tomo al rubio por la cintura terminando de sacarle los jean, paso siguiente le hizo girar quedando de espaldas, la vista fue demasiado apetecible, un redondo y blanco trasero enmarcado en las cintas rosadas del mandil, ya entendía porque los recién casados jugaban con esa prenda tan inocentemente exótica y provocativa. Sin esperar más se deshizo de sus pantalones también, finalmente dejando libre su necesitada erección.

-Me fascinas… - susurro al oído de Genos mientras se recargaba contra sus caderas, restregando un poco su miembro contra las nalgas del nombrado, como preparándose para lo siguiente en ese acto carnal –

-Usted también me fascina, sensei - se mordió los labios al sentir como Saitama finalmente se atrevió a penetrarlo, sintiendo aquella intromisión con una fuerza abrumadora, se notaba lo excitado que estaba y lo más seguro que se movía su sensei comparado a la vez anterior, ya no había tanto miedo a esa primera vez –

Desde ese momento ninguno dijo nada, salvo los gemidos mas obscenos y desinhibidos que podían dar, el calvo estiro sus manos apresando la cintura sudorosa del rubio, embistiendo poco a poco al principio, buscando que ambos se acostumbraran a los movimiento y la posición, para Genos fue un poco precario ya que se sujetaba del fregadero como único lugar, sintiendo aquellas embestidas, como con cada estocada se adentraba mas y mas en el, sintiendo aquel calor, las manos de su sensei moviéndose cual serpientes por su vientre, subiendo poco a poco hasta rozar sus pezones erectos, ambas caricias lo estaban volviendo loco otra vez, los suaves jadeos del calvo sobre su cuello, el roce de sus manos, todo era una orquesta tocando la sinfonía más sensual que supieran. Hasta Genos olvido que existía un peligro, su cabeza se nublo de tal modo que olvido de lo que es capaz, por un momento se dejo llevar, sin recordar nada, dejando que su sensei embistiera cada vez más rápido y con firmeza, sintiendo como estaba tocándolo por dentro, tan divinamente que tan solo se dejo llevar cual animal moribundo, arqueando su espalda de placer, sintiendo como Saitama bajaba sus manos ayudándolo a llegar al orgasmo junto con él, ambos deshaciéndose en un pozo de place, ni cuando el calvo acabo viniéndose dentro suyo lo pensó, tan solo lo dejo pasar, sintiendo el calor morboso de ser llenado completamente por quien amas.

Genos no sintió ni un grado de temor mientras duraron las sensaciones de placer y el eventual aturdimiento post orgasmo, todo parecía estar en calma hasta que entro a la tina para asearse mientras Saitama ordenaba los futones para irse a la cama, sin prisas se culmino de desnudar, tan solo le restaba la camisa y el bendito mandil rosa que sufrió todos los embates de dos enamorados, al quitárselo sonrió divertido, alzando la prenda que nunca volvería a ser vista como antes, mientras la doblaba sintió como algo se deslizaba por entre sus glúteos bajando hasta la cara interna de sus muslos.

-Que hice… - movió su mano tocando aquel liquido perlado que aun bajaba por entre sus piernas – Lo deje llegar, lo deje llegar.

Y ese fue el nuevo mantra de Genos mientras se daba un baño, repitiéndose mil veces la frase, regañándose internamente por ser un calenturiento emocionado y un infantil que se dejo llevar por las emociones. Pero que mas podía hacer, no tenia modo de explicarle a su sensei que no eyaculara dentro, le haría preguntas y después ¿cómo contestaría?, no podía simplemente decirle: sabe Saitama sensei, soy un chico que tiene útero, me viene el periodo cada mes y puedo quedar en estado.

-¡SOY UN TONTO! – gimió con fuerza mientras se hundía más aun en la tina -

A la mañana siguiente Genos despertó con el trauma de que la situación podía acabar como no deseaba, era una muy seria probabilidad, pero se escudo pensando en que seguramente aun no estaba hormonalmente bien, quizás su cuerpo todavía no estaba listo completamente, si, de esas escusas tontas que se dan las personas para hacer una negación aceptable. En fin, Genos decidió hacer algo que estaba fuera de su rutina, planeo fríamente salir del pequeño departamento cuando Saitama fuera a hacer las compras de la semana, no es que esa era su mejor idea, pero el temor a la calle estaba muy disipado y la necesidad de buscar una protección a su posible fertilidad lo hizo terminar de echar por la borda todo miedo a pisar la calle, esperaría a que su sensei saliera, pero antes se armo de todo un conjunto de información vital, busco las farmacias más alejadas de la ruta de su sensei, también busco en internet los métodos anticonceptivos más creativos posibles, porque no sería nada lindo ni normal que Genos le llegara de buenas a primera pidiéndole que se cuidaran, cuando supuestamente no había nada que cuidar entre dos hombres que no tienen relaciones ni intimidad con mas nadie salvo entre ellos.

-Genos ¿quieres que compre algo más? – Saitama alzo la lista de víveres que el rubio le dejo sobre la mesa –

-Eh… no sensei, ¡nada más! – saco la cabeza de su laptop para hablarle al mayor –

-Bien, nos vemos en un rato – sonrió inocentemente al tiempo que se ponía sus zapatos, tomaba sus llaves y salía del departamento con la lista de las comprar –

Genos mantuvo la calma lo más que pudo hasta que su sensei cerró la puerta, en ese instante dio un sonoro suspiro para después tomar su celular y hacer una llamada muy importante, si iba a comprar necesitaba dinero, cosa que hasta ahora no le había hecho falta, y que sinceramente tendría que inventarse una muy buena excusa para pedirlo a su custodio Bang.

-Buenos días Bang. – hablo algo nervioso al escuchar como la llamada entraba en el celular –

-Amo Genos, que bueno escucharlo. Primera vez que hace una llamada en vez de mandar mensajes, ¿sucedió algo importante?

-No, nada malo en absoluto Bang, no te preocupes… - miro la hora en el pequeño reloj despertador junto al tv, no tenía tiempo de conversaciones banales, debía salir de la casa ya – Quería pedirte un favor.

-¿Que necesita amo?

-Recuerdas la tarjeta de crédito que me entregaste cuando me mude aquí, quería saber si disponía de dinero en ella, necesito hacer unas comprar y…

-No hay ningún problema con eso, la tarjeta esta activa para cualquier necesidad que tenga amo Genos.

-Muchas gracias.

-Saldrá con el señor Saitama, me parece una extraordinaria noticia el que quiera salir.

-Sí, es la segunda vez que saldré, pero solo será para hacer unas compras, ya debo irme, mi sensei me espera.

Sin más palabras Genos colgó la llamada, rebusco entre sus pertenencias hasta conseguir la tarjeta de crédito, con eso estaba totalmente listo para su nueva aventura fuera de la seguridad de la casa, sin más preámbulos tomo su celular, se calzo sus zapatos deportivos y tomo sus llaves, cuando finalmente salió del departamento un frio extraño se le coló en el cuerpo, por primera vez en muchos años estaría solo en la calle, sin la protección de sus guardaespaldas o el cuidado de su sensei.

-Tú puedes Genos, no es más que unas cuadras lo que caminaras, compraras lo necesario y regresaras antes que Saitama vea que saliste ¡será fácil!

Hablando para sí empezó a bajar las escaleras rumbo a la calle, no le costó mucho traspasar las puertas del edificio, lo difícil fue empezar a caminar por las tranquilas calles de la ciudad sin sentir temor de que algo lo atacaría en cualquier esquina, caminaba rápidamente con las manos en los bolsillos de sus jean y con la cabeza gacha, sin hacer contacto visual con  nadie. La farmacia a donde se dirigía quedaba a unas cuatro cuadras del departamento, en sentido contrario de donde habitualmente hacia las comprar Saitama. Escogió ese lugar ya que le sería fácil el ir y venir, una dirección sencilla y con muchas personas por el lugar, evitaría los callejones, los sitios oscuros o solitarios, después de caminar como unos diez minutos se detuvo frente a una gran tienda, estuvo parado fuera de ella unos minutos, dándose valor para pasar y dirigirse al área de farmacia, no era fácil para el entablar comunicación con otras personas, menos aun el hacerlo para pedir lo que compraría.

-Ya paso media hora – dio un hondo suspiro mirando su reloj de pulsera, le quedaba media hora más antes de tener que regresar a la casa, tiempo suficiente, según él, para que llegara antes que su sensei –

Y entro a la tienda con la mirada alerta, viendo a todos lados para buscar lo que necesitaba. En un momento atravesó los incontables pasillos con variedad de artículos para el aseo personal, alimentos varios, maquillaje, y demás cosas, su meta estaba en el fondo del local, allí estaba la parte de farmacia, con paso firme se detuvo frente al farmaceuta de turno que era una chica bajita con lentes gruesos y un par de audífonos colgando de su cuello, su cara de fastidio era enorme hasta que Genos llego frente a ella, fue como si un ángel sexy hubiese entrado por las puertas del paraíso para hablarle a esa mortal.

-Disculpe se…

-¡Buenas tardes! – La chica casi que brincaba sobre el mostrador para quedar cerca del rubio – ¿En qué puedo servirte?

-Necesito comprar algo. – deslizo la mirada por todo el mostrador, lo que había en los anaqueles tras la chica y hasta en el techo miro, Genos definitivamente estaba incomodo con lo que haría –

-¿Que necesitas? – intensifico su mirada tras los gruesos lentes, casi que empañándolos mientras se comía con la vista al pobre Genos –

-Vera, su tienda estaba promocionando algo que necesito y pues… - se llevo la mano tras la nuca, era hora de hablar ahora o nunca – Tiene con… con…

-¿Con? – Estaba expectante ante la cara de su cliente, notando como el chico rubio se ponía rojo con el paso de los segundos – ¡YA SE!

-Eh… yo… - se quedo frio al ver como la chica corrió a la parte trasera de la tienda registrando entre unos anaqueles, para después regresar con sus manos llenas –

-No necesitas decir más nada, pareces un chico tímido – sin pena alguna soltó la carga sobre el mostrador – La tienda está haciendo una campaña para prevenir las enfermedades venéreas en adolecentes, ya lo recordé.

-Pues si – miro apenado las cajitas de varios colores –

-Tenemos una gran variedad, hay que ser creativos hoy en día para que los chicos quieran usarlos – sin pena alguna levanto una de las cajas mostrándosela a Genos – ¡Estos son de sabores!

-¡sabores!

-Sí, tienen sabor, hay de fresa, chocolate, uva… ¡y para los más atrevidos piña y naranja!

-¿Al sensei que fruta le gustara más? – Empezó a divagar para sí, estaba de lo más concentrado en lo de los sabores de los condones sin ver que tras suyo alguien también estaba esperando a ser atendido por la vendedora -

-¡Hola!

Genos volteo al sentir como alguien le tocaba el hombro, en ese instante deseo ser sepultado tres metros bajo tierra, y que encima hubiesen puesto una lamina de plomo con 20 centímetros de espesor, sin lapida, para que nadie supiera donde estaba enterrado el con su vergüenza.

-Eres… - miro inquisidoramente al chico de lentes tras el –

-Mumen, ¿no me recuerdas? Soy el amigo de Saitama san. – sonrió amablemente –

-Chico, ¿entonces de que sabores vas a llevarte los condones? – La chica alzo los condones con emoción – También tenemos unos texturizados que te vendrían de maravilla.

Genos acabo con la cara más roja aun, lo que menos deseaba era tener a un amigo de su sensei frente suyo viéndolo ¡comprar condones! De la impresión tomo tres cajas del mostrador y salió como alma que lleva el diablo a la caja para pagar, apenas y un escueto adiós le dio a Mumen que se quedo sorprendido, él ni si quiera estaba pendiente de lo que estaba comprando Genos, tan solo iba a preguntarle por Saitama.

El mundo es un minúsculo pañuelo, como imaginarse que se encontraría al chico ese, de tantos lugares que existen en ciudad Z venir a tener atrás suyo a quien podría hablarle del sensei. Pensando en las casualidades Genos regreso al departamento, entre sus manos logro comprar algunos condones que por lo que hablo la chica eran de sabores, al menos con esa escusa de jugar un poco suponía tapar la necesidad de protección, sin embargo eso tampoco sería una solución segura a largo plazo. En su cabeza quedo la seria duda de enfrentar a Saitama con la verdad o hablar seriamente con el doctor Strench para buscarle alternativas mas seguras, en ambos casos no era una conversación que deseara hacer, primeramente hablar con Saitama equivalía a contar su pasado doloroso, más todavía, aun no estaba preparado para ello, demasiada información, y la segunda opción le daría muchísima vergüenza, el doctor Strench era como su padre, siempre cuidándolo y protegiéndolo, y estaba seguro que no se tomaría muy bien la noticia de que el ya había tenido relación sin protección con alguien mayor a él.

-Que hacer… - se quedo viendo la bolsa con las cajitas de condones mientras permeancia sentado muy parsimonioso en la pequeña salita del departamento –

Mientras pensaba en las opciones que tenia tocaron a la puerta, rápidamente cogió la bolsita de condones guardándola entre sus cosas, mas tarde pensaría en como mostrárselos a su adorado sensei, paso siguiente se acero a la puerta para saber quien tocaba, al ver por la mirilla de la puerta noto que había un grupo de personas, entre ellos sobresalía una mujer voluptuosa vestida toda de negro.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Al fin lo termine!! Luego de unas semanas de sequedad creativa, se cómo va la trama y como será todo, pero a veces me tranco y tardo en caer otra vez en el tema, disculpen la demora, ahora tenemos un lio enorme con un Genos que dejo que le rellenaran completito, la suerte de las cartas están echadas, pobrecito queriendo salvase con condones de sabores, pero lo importante viene ahora, quien será la chica de negro que está tocando a la puerta…. Gracias por leer y seguirme con mis locuras, se me olvidaba, les tengo un regalito a las lectoras, tengo una fanpage donde subo mis trabajos y mi arte saigenos, que es bastante por ciento, allí verán mucho yaoi y mucho mpreg de esta bella pareja, hasta conocerán a los chibis que tendrán, búsquenme en face por el nombre de ilitiaforever

 

Próximo capítulo:

De metal


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