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Power Love por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Genos ha de lidiar con su actual realidad, esconderla de su sensei y luchar por salir del dolor del pasado.

Power love

Capitulo 5

Regresar al pasado

 

Sentado en las escaleras… ¿Cómo demonios había acabado sentado en las escaleras fuera de su propio departamento? Muriendo de hambre, sin cepillarse si quiera los dientes o lavarse la cara, sin contar con que estaba con unas ganas horrorosas de orinar. Prácticamente Saitama había sido sacado de su pequeño y hasta ese día, pacifico departamento. Suspiro pesadamente, rascando su calva cabeza como en una torpe expresión de duda, tratando de entender por enésima vez como lo levantaron de su calentito futon, tan de repente, fue despertado por los golpes a la puerta, entre dormido y despierto sintió que Genos estaba levantado desde hacía más de una hora, actuando de modo extraño así el estuviese intentando fingir demencia con la actitud del rubio, pero con tantos meses viviendo con Genos, ya sabía cuando este rompía sus patrones normales, y precisamente llevaba un par de días actuando así, regresando al tema de estar fuera del departamento, volvió a centrar el recuerdo de cómo Genos ni los buenos días le dio, tan solo abrió la puerta dejando que dos hombres vestidos de negro entraran en tropel, lo alzaran de los brazos sacándolo del lugar y después cerrándole la puerta en su propia nariz. Se quedo fuera al igual que los dos hombres trajeados de negro, estos parecían acatar órdenes de no dejarlo pasar hasta quien sabe cuándo, dentro, Genos tenía una incómoda conversación con su viejo médico de cabecera, el que conocía su condición desde antes que naciera ya que el había ayudado a traerlo al mundo, diría que las primeras manos que le dieron la bienvenida al mundo fueron las del doctor Strench.

-Ya el señor Saitama esta fuera, podemos hablar libremente – el hombrecillo sin mucho asombro tomo asiento en el suelo frente a la mesita de madera, observando el departamento donde vivía el rubio ahora – ¿Porque me llamaste con tanta angustia esta mañana?

- Gracias por venir tan rápido doctor… - mascullo tomando asiento también frente al galeno – En la madrugada de hoy sucedió algo.

-¿Algo cómo? – Frunció el seño al ver como el chico tomaba una actitud bastante avergonzada y tímida – ¿Ese hombre se propaso contigo?

-¡NO! - alzo la voz por un segundo - Saitama sensei no tiene nada que ver con lo que sucede, nada.

-¿Entonces?

-Doctor, regreso… - agacho la mirada con sus manos vueltas puños sobre sus rodillas – Mi… mi periodo regreso.

-Oh – no pudo contener la expresión de asombro en su rostro – ¿Estas totalmente seguro de eso?

-¿Despertarme como si hubiese dormido sobre la escena de un crimen no le parece más que seguro? – desvió la mirada hacia sus sabanas lavadas tendidas prolijamente en el balcón –

-Genos… - el mayor dio un hondo suspiro antes de disponerse a hablar de ese delicadísimo tema – Hace tiempo te comente que eso podía suceder.

-¡Usted me dijo que era difícil! – mascullo incomodo, esta situación lo tenía alterado

-Difícil, más no imposible – sonrió a medias – ¿Estas cómodo aquí?

-¿Qué tiene que ver esa pregunta con lo de mi periodo?

-Mucho.

Genos guardo silencio como analizando la respuesta, no se había tomado la molestia de pensar en que tanta comodidad podía tener dentro de ese pequeño departamento, tan solo se sentía feliz y aliviado de que alguien como su sensei estuviese cuidándolo, aunque, quien viera las rutinas diarias de ellos, dirían que Genos era quien cuidaba de Saitama y no al revés.

-Realmente, hacía mucho tiempo que no me sentía en tanta paz y seguridad – aliviano un poco lo tenso que estaba su cuerpo, el solo pensar en su sensei le llenaba de calma y buenas sensaciones

-Por eso volvió, tu estrés post traumático esta cediendo, ya tu cuerpo no está en tanta tensión, así que hormonalmente está regresando a la normalidad, como antes de…

-De la muerte de mis padres… eso lo sé. – Sintió que el médico tenía toda la razón – Recuerdo que en ese tiempo fue cuando no volvió a venirme.

-Genos, sufriste un episodio realmente fuerte, también para todos los que conocíamos y trabajábamos con tus padres – el galeno recordó algunos momentos importantes de la vida de Genos – Pero este hecho me da mucha alegría, significa que estas mejorando.

-Sin embargo, doctor Strench, no quiero que el sensei lo sepa, no estoy listo para contar este tipo de cosas tan privadas para mí – un leve sonrojo inundo sus mejillas – Ayúdeme.

-No te preocupes, me encargare de que en un rato te llegue todo lo necesario para lo que sucedió, pero si me gustaría hacerte un chequeo antes de irme, quiero que estemos tranquilos sobre este suceso.

-Vino preparado para cualquier cosa – Genos sonrió al darse cuenta que su médico siempre fue un hombre precavido bajo cualquier punto de vista –

El doctor Strench se ocupo de hacerle una revisión rápida al chico, realmente fueron algunas preguntas, una revisión de rutina, mas la ayuda pedida por Genos que llegaría por encomienda una hora después dentro de una caja herméticamente sellada, en ella había lo obviamente necesario para esa circunstancia, el doctor Strench sabía que el chico no pisaría la calle para comprar nada, así que el suministro enviado le rendiría como para más de seis meses, sin mencionar que dentro de la caja había analgésicos para el dolor abdominal y un par de bolsas térmicas muy útiles para los cólicos.

Luego de ese alboroto finalmente dejaron que el pobre de Saitama regresara dentro del departamento, y la situación pasó a tener una tensa calma, el calvo no pregunto absolutamente nada sobre porque la llegada de esos hombres y el viejito cabeza de escoba, o que el mismísimo Genos no explicara nada en absoluto, más bien, algo le decía que Genos no andaba de buenas pulgas y era mejor dejarlo tranquilo.

-Yo cocino hoy… - Saitama decidió hablarle por primera vez en varias horas, llegaba la hora del almuerzo y el rubio no se había movido del futon donde estaba enrollado viendo tv, no es que esperara a que Genos se ocupara de la casa, pero se había vuelto tal costumbre que verlo fuera de los quehaceres era raro –

-Sensei… - Genos abrió la boca sin pensar si quiera – Cocíneme algo dulce.

-¿Dulce? – Miro perplejo a Genos, el chico no era de comer cosas dulces, menos aun de pedir nada en especial –

-Yo… - ya era tarde para tragarse las palabras, sin notar que había hablado en voz alta y no para el – No me preste atención por favor – respondió secamente y sin más palabras se echo la cobija sobre la cabeza volviéndose un ovillo más aun –

Ahora sí, la situación estaba en un punto donde Saitama se sentía que era peligroso ¡hasta respirar delante de Genos! Sus actitudes le confundían, en apariencia Genos lucia como si gritara para que fueran a abrazarlo, pero después le respondía con una frialdad casi bajo cero. Tal cruce de información le llevo a desear salir corriendo, pero nada se soluciona huyendo, y Saitama no es de los que escapa de nada, así que, como imaginaran, quiso desdeñar la realidad.

Sin mediar palabras se deshizo del mandil rosa que tenia puesto mientras cocinaba, salió a paso firme hasta plantarse delante del tv, Genos lo miro por debajo de las cobijas, con sus brillantes ojos ámbar, la mirada del rubio parecía triste, y Saitama hizo algo que no estaba muy acostumbrado hacer, contacto físico, muy, pero muy cercano e intimo.

-Sen… - Genos fue súbitamente apresado en un abrazo, un par de brazos fuertes que lo rodearon con ternura, sintiendo su calor a pesar de estar bajo todas esas cobijas –

-ssshhh… - mantuvo el agarre con firmeza – Si quieres llorar, hazlo.

-Yo no quiero… usted no entiende lo que me sucede.

-Solo llora, Genos. – Desvió la mirada para darle algo de respeto al rubio – Yo no mirare.

-Usted es un tonto – mascullo con un nudo gigantesco en la garganta – ¡Yo no voy a llorar!

-…… - el mayor en respuesta lo abrazo un poco más fuerte, haciendo que el chico reclinara la cabeza en su hombro –

La verdad es que Genos si tenia muchísimas ganas aguantadas, deseos revueltos por los recuerdos de sus padres, el simple hecho del retorno de esos días color rojo le trajeron a colación el pasado, como había sido la primera vez que sucedió, el terror, vergüenza, pero a la vez, lo tiernos y comprensivos que eran sus padres, y sin poder evitarse, también recordó la noche trágica en que su vida cambio por completo…

ooooooooooooo

 

La calle estaba solitaria, pero igualmente no le causaba temor, tenía la firme convicción de ir a donde sus padres que siempre trabajaban hasta tarde. Genos de solo 14 años se había escapado de casa y de la vigilancia de su guardaespaldas personal, este creyó que el rubio estaba todavía en su habitación, pero no, escapo de la casa para llegar a donde sus padres. Ellos eran un par de hombres muy inteligentes pero también muy ocupados, en ese tiempo trabajaban en una reconocida empresa biotecnológica, siendo los precursores de muchos inventos que beneficiaban a las personas, como prótesis, nano robots, tecnología de punta que el chico admiraba con fascinación, con solo 14 años era un amante y apasionado del trabajo de sus padres, por ello esa noche quería mostrarles lo que había hecho el solo con uno de los regalos que le dio su madre en su último cumpleaños, había construido un pequeño localizador de energía, como una brújula para encontrar personas por medio de su energía física, Genos era muy inteligente ayudado siempre bajo la tutela de su padre, este era el científico en jefe de un proyecto ultra secreto, tan privado que ni Genos sabía a ciencia cierta que hacían hasta altas horas de la noche en la empresa biotecnológica.

-¡Buenas noches! – sin nada de pena paso por la enorme garita de seguridad, mostrando un pequeño carnet en apariencia transparente, en el estaban lo datos sobre su persona, uno de los tantos beneficios de ser hijo de un par de reconocidos hombres dentro de las instalaciones –

El vigilante en turno ya lo conocía, tan solo sonrió a medias y le abrió el paso hacia el interior del lugar, Genos se paseo con toda la calma del mundo hacia los ascensores, subió al mismo marcando el piso 10, allí estaban ubicadas las oficinas de sus padres, a esas horas de la noche era seguro que no estaban en los laboratorios, lo común era conseguirlos sentados tras un escritorio con una pila enorme de papeles, planos y prototipos varios, o con piezas desarmadas en otra enorme mesa de trabajo, esa parte le pertenecía a su mama, él era el genio tras la tecnología robótica, y su padre el hombre de las ideas sobre las ciencias puras como la física y la biología, complementándose siempre en su trabajo  como una pareja envidiable.

El rubio acelero el paso emocionado al estar a unos metros de la oficina, pero su andar se detuvo abruptamente cuando escucho el sonido de cosas cayendo al suelo, un ruido metálico casi ensordecedor seguido de gritos desgarradores. La angustia del chico creció por montones al llegar al lugar, delante de sus ojos se encontraba una de las escenas más dantesca que jamás imagino ver, el sitio estaba hecho un desastre, como si una pelea por sobrevivir se hubiese efectuado, papeles en el suelo, herramientas de trabajo, una mesa rota, las sillas tiradas, y allí fue que vio lo peor de todo, un enorme charco de sangre que se deslizaba poco a poco por el suelo de mármol negro hasta llegar casi a sus pies, sus ojos se desorbitaron al descubrir a quien pertenecía la sangre, brotaba de dos cuerpos tendidos uno sobre otro, eran sus padres, ambos cercenados de un modo horripilante, con las extremidades prácticamente desprendidas, sus brazos colgaban dantescamente como un par de muñecos descompuestos.

-Papa… mama – sus labios temblaron abruptamente, su rostro adquirió una palidez mortal, estaba por desmayarse cuando sintió como era bruscamente empujado contra la pared del pasillo contraria a él, sacándolo prácticamente despedido por los aires –

Aterrizo aparatosamente en el suelo, el bolso que llevaba a sus espaldas quedo tendido junto a él, medio abierto con el pequeño aparato que había creado, ahora destrozado. Genos quedo aturdido, perdiendo la audición por unos segundos, el golpe contra la pared había sido fuerte, tan solo tuvo fuerzas para tratar de enfocar la vista topándose con una masa metálica que se movía torpemente hacia él, parecía un enorme robot, algo tosco con sus brazos largos que terminaban en un par de pinzas manchadas de sangre, esa cosa había atacado a sus padres.

Genos intento ponerse en pie, pero aun estaba adolorido, aterrorizado y con el alma en la boca ya que aquella cosa de metal fue quien lo empujo contra la pared, el robot con aspecto algo humanoide giro su cara metálica hacia los cuerpos de sus padres, hizo algunos sonidos extraños para luego terminar acercándose a los cuerpos.

-Están muertos… - el chico se quedo derrumbado en el suelo, ya no tenía fuerzas para ponerse en pie, tan solo miro aterrado como esa cosa de metal se quedo quieta en medio del charco de sangre, parecía que se hubiese apagado de repente, pero lo que ocurrió después fue como el acto final, se autodestruyo causando una explosión en el piso 10, y Genos acabo siendo alcanzado por ella también –

El suceso término siendo clasificado como el grave error de dos científicos, las investigaciones policiales concluyeron que uno de los experimentos se descompuso causando aquella explosión, devastando todo, sin dejar rastros suficientes en la escena del crimen. Y Genos fue sacado milagrosamente vivo de la explosión, con quemaduras de segundo grado en parte de sus piernas y muslos, un brazo roto, fisura de cráneo y el alma perdida en algún lado. El chico quedo tan traumatizado que no hablo por más de dos meses. Nunca pudo dar una declaración a la policía sobre lo que vio, además, fue más conveniente dejar el suceso así, en esa época Bang era el jefe de seguridad de los padres de Genos, he intuyo que todo eso fue hecho con alevosía, y con el pasar del tiempo tuvo la razón, ya que las cosas comenzaron a tornarse oscuras para Genos desde ese día en adelante, los desastres lo acompañaban como si la misma muerte lo persiguiera buscando cobrar la vida que no se pudo llevar esa fatídica noche donde sus padres murieron.

 

oooooooooooooooooooooo

 

Como Genos no iba a desear llorar, su alma estaba destruida desde la muerte de sus padres, el siempre supo que alguien hizo eso, que ni su mama o su papa eran capaces de hacer un monstruo de ese calibre, el recordaba vívidamente aquel ser de metal con tenazas por manos, esa cosa no era obra de ellos, y limpiar el honor era una pequeña parte de lo que deseaba hacer Genos, ¿pero como salir al mundo a enfrentarlo con semejante trauma dentro? y rematando con los posteriores atentados, terminaron de causarle un terror inhumano a la calle, a salir, al contacto humano con otros que no fueran de su entorno seguro… Y Saitama, ahora él era parte primordial de su zona segura, sintiéndose tan bien a su lado, siendo llenado poco a poco de una extraña sensación de alivio, de calidez repentina. Eso representaba el mayor para Genos, era como si estaba reconstruyéndolo desde dentro. Saitama tenía el don de sacar todo el temor que el rubio contenía, todo su sufrimiento, dolor y rabia, por eso y mucho mas, dejo que las lagrimas se escaparan, derramando cientos de ellas, oculto sobre el hombro del calvo, aun envuelto entre sus mantas, agradeciendo que su sensei fuera tan respetuoso de no verlo mientras se deshacía en llantos como un crio pequeño.

-Sabes, no puedes pasarte toda la vida molesto con el mundo – susurro con delicadeza, aprovechando la pausa que había hecho Genos entre su llanto desbordado – Tan horrible no creo que sea.

-……….. – Se limpio con dificultad su rostro lleno de lagrimas y mucosidades – No… estoy molesto con el mundo.

-¿Entonces porque no sales?

-No quiero – mascullo sorbiéndose la nariz –

-je je je – Saitama sonrió divertido – ¿Qué edad dices que tienes? ¿10?

-¡19! – refuto con molestia, finalmente separándose del abrazo consolador que le daba el calvo –

-Creo que ahora te vez como de diez – sin pensarlo si quiera estiro su mano limpiando una lagrima que aun estaba sobre la mejilla del rubio – Ya no llores.

La tensión volvió a sentirse, Saitama quedo con la mano rozándole la mejilla a Genos, dándose cuenta muy tarde que lo estaba tocando más de lo normal, sin contar su abrazo potente y sin sentido para él, por su parte, Genos tenía el rostro teñido de rojo carmín, un calor demoniaco se le subió por la boca del estomago hasta llegarle a la cara, esos dedos, la cara de su sensei, esa sonrisa sincera, era demasiado para él, sentía como si una fuerza invisible estaba jalándolo a acercarse mas y mas al calvo, la distancia entre ambos se volvía menos a cada segundo, un poco mas y podrían rozar sus narices, pero toda la atmosfera se rompió cuando el olor a quemado saco al dúo de ese momento mágico que todos deseamos tener, cuando finalmente sabes que estás frente a la persona especial.

-¡LA COMIDA! – Saitama fue el primero que salió corriendo a la cocina, dejando a Genos con la sensación de que esto estaba tocando un punto donde los límites se perdían entre la admiración y el amor –

El almuerzo fue salvado sin pena ni gloria, el dueto comió silencioso, sin conversar sobre lo del abrazo o el obvio intento de beso que se trunco, pero ambos sabían que estaban jugando con fuego, el espacio entre ellos se perdía mas y mas, tanto que hasta el silencio podía tener algún significado, tan incomodo era que Saitama trato de desviar el tema con una pregunta un tanto inoportuna para Genos.

-Recibiste un paquete esta mañana, parecía delicado – el calvo recordó la forma en que venia embalado, todo lleno de cinta adhesiva de alta calidad –

-Pertenencias… eran cosas personales – mascullo con nervios, justo era el tema que menos quería tocar Genos en esos instantes –

-Y… ¿el doc?

-¿Qué sucede con el doctor Strench?

-Parece muy preocupado por ti, al despedirse me pidió que te tuviese paciencia y calma… sonó raro. – alzo la mirada directo a Genos – ¿Sucede algo?

-El solo vino a revisarme los golpes que recibí ayer, por eso le sacaron del departamento, estaba haciéndome una consulta médica a domicilio, yo se lo pedí… - listo, decir una media verdad sonaba mejor que una mentira completa –

-Lamento lo de los golpes.

-No fue culpa suya sensei, para poder aprender debo caer.

-¿Te crees en condiciones de recibir la clase de hoy? – Estaba seguro que Genos no desearía salir del futon por el resto del día –

-No me detendré por unos cuantos golpes… - bajo la mirada con molestia – debo aprender a ser fuerte si quiero evitar que pasen cosas malas otra vez.

Esa fue una de las varias decisiones a las que llego Genos en esas horas frente al tv, primeramente no se detendría por el temor, no pararía porque su cuerpo estaba comenzando a superar los traumas del pasado, eso sí, ahora tendría que ser el doble de precavido con su sensei mientras estuviese en esos días, por suerte Saitama no era curioso ni mucho menos de tocar sus pertenencias, con guardad los suministros que el doctor le dio entre sus cosas bastaba, pero otro cantar se daba cuando hablaba sobre su relación interpersonal con Saitama, la situación de hace un rato atrás no fue nada normal, y estaba totalmente convencido que el calvo también lo percibió, quizás mas adelante tendrían que tocar el tema sobre su limitado espacio personal.

Esa noche Metal Bat llego a la azotea como acordaron, pero no precisamente solo, atrás suyo un peligris con cara de fanfarrón lo perseguía, otra vez, cual gato callejero – ese era el sobrenombre que le daba Metal a Garou – imposible sacárselo de encima cuando el tipo solo le buscaba pleito. Era una guerra interna entre ellos que databa de algún tiempo atrás, Garou era el nuevo jefe de su antigua pandilla, por ello las rencillas que no solo se limitaban a darse madrazos de vez en vez, eso de buscar a tu enemigo estaba sobrepasando los límites normales entre dos hombres, otro par que reprimían emociones fingiendo que nada sucedía.

-¿Y… tu? ¿Estás esperando al niño bonito para darle una paliza? – Garou se sentó en la cornisa junto a Saitama –

-No – siguió leyendo su manga de turno, no estaba interesado en entablar conversación con pandilleros, lo único que lo mantuvo en calma fue confirmar que el peligris no tenía propósitos de lastimar a Genos, así que si se quedaba o no, le daba igual –

-mmmm… - Garou se cruzo de brazos viendo seriamente la pelea que tenían armada Metal y Genos, después miraba al calvo con detenimiento, tratando de comprender que había de especial para que estuviesen aquí arriba, él creía que Metal perdía su tiempo peleando con el rubio – ¿Tu novio?

-No… - Saitama mascullo bajando un poco el manga, su vista se centro en Garou un segundo - ¿Tu novio?

-¡ja ja ja! – Garou soltó una carcajada dantesca – No, pero ese imbécil a veces es apetecible…

Un repentino escalofrió desagradable se apodero de la baja espalda de Metal bat, esa pequeña distracción hizo que Genos aprovechara y le diera un buen golpe en la boca del estomago, devolviendo por primera vez uno de los tantos golpes que le había dado su maestro de turno en defensa personal callejera. Metal retrocedió tosiendo abruptamente, molesto por la indeseada sensación de que lo estaban viendo de modo muy desagradable, y esa mirada nacía del mal nacido de Garou, como deseaba lanzarlo de cabeza por esa cornisa, quizás si lanzaba su bate como si fuera un boomerang… no, eso sería asesinato y su hermanita no le perdonaría jamás el hecho de causarle la muerte a su nueva mascota, Garou era el consentido de Senko, aprovechándose de su ternura fatal y lo tonto que era el peli gris cuando había niños inmiscuidos.

-Buen golpe – el moreno se restregó el estomago un poco, había dolido en verdad ese golpe, estaba sorprendido en los avances que hacia el chico rubio –

-Sigamos – Genos tomo una posición de defensa, con sus puños bien cerrados y moviendo su cintura de medio lado, una pose ataque defensa muy buena que aprendió viendo videos por internet –

El rubio volvió a lanzarse sin pensarlo si quiera contra Metal bat, este le esquivo sin dificultad empujándolo por la cintura con el mango del bate, Genos trastabillo perdiendo el equilibrio cayendo de rodillas contra el suelo, en ese instante Metal Bat quedo totalmente confundido al ver algo fuera de lo normal en el pantalón del chico, una mancha rojo oscuro, la cara del moreno fue de sorpresa ligada con susto, y en seguida se lanzo al suelo para saber de Genos.

 

-¿Te golpee muy fuerte? – mascullo sujetando los brazos del rubio –

-No, estoy bien – arqueo una ceja confundido por la actitud repentina de su entrenador –

-Pero… tuve que lastimarte la pierna o el muslo, creo que estas sangran… - no pudo terminar la frase ya que Genos le tapo la boca en un segundo con su mano –

-No hables, estoy perfectamente bien ¡y la clase termino! – soltó a Metal rápido, pensando en que tuvo algún accidente indeseado que no tenia ánimos de explicar a nadie… ¡jamás! –

-¿Genos? – Saitama lo llamo al ver que el chico correr hacia las escaleras, despareciendo de la azotea ante la mirada atónita de todos –

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

Continuara…

Pobre Genos, ahora debe cuidarse de más de un detalle, pero ya saben de donde sucedió todo, como es que la visita del mes regreso luego de un trauma tan grande, nuestro rubio ha sido un chico muy sufrido desde que perdió a sus papis de ese modo tan feo, me imagino que se quedaron con las dudas de esas muertes, pero ya verán más adelante, todo se irá entendiendo mientras nuestro dueto aprende a comprender que se quieren. Gracias por leer, por seguirme y dejarme sus comentarios, sigamos adelante que esto se pone mejor aun de aquí en adelante.

 

Próximo capítulo:

¿Y si te encuentro?


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