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Power Love por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Genos y Saitama descibren mas de sus emociones reprimidas, un acontesimiento dara un giro en su relacion de solo alumno y maestro.

 

 

Saitama tuvo que excusar a su discípulo con Metal Bat, realmente no entendió que sucedió, y el resto de los presentes tampoco, Metal se quedo pensando que quizás se le paso la mano golpeando a Genos, pero sin respuestas lógicas al final todos se retiraron a sus casas con la duda ante la actitud del rubio.

 Saitama ya estaba muy confundido, por no decir que arto a un nivel infinito. Genos se había vuelto errático, jamás en esos más de dos meses viviendo juntos se comporto de tal modo, ni si quiera con las crisis por no querer salir de casa. Pensando en cómo encarar al rubio, Saitama regreso al departamento, encontrándose con que Genos estaba encerrado en el baño, se podía ver la ruta de sus andanzas ya que había sacado algunas cosas de su bolso personal y los zapatos deportivos quedaron en mitad del pasillo, dentro del baño, Genos estaba metido de cabeza en la tina con agua caliente, la experiencia de que alguien viera más de lo que debía ver lo desestabilizo,  y ahora tenía la terrible sensación de que un interrogatorio llegaría de parte de su sensei, estaba totalmente consciente que había estado actuando raro y Saitama seria sereno pero no tonto, en algún momento va a hacer preguntas que él no desea contestar nunca.

-¿Genos? – La voz del mayor sonó notablemente preocupada del otro lado de la puerta del baño – ¿Estás bien?

-Sí, no hay ningún problema… - mascullo hundiendo mas la cabeza en el agua – problemas…

-OK… - se dio media vuelta para alejarse del baño, pero se detuvo en sus pasos cuando una brillante teoría llego a su mente como una epifanía, creía tener la respuesta de los problemas de irritabilidad y rarezas con el rubio  – Genos.

-¿Si? – Sintió que Saitama iba a decirle algo, era tarde, debía pensar en una buena excusa para cuando terminara de bañarse, una realmente buena y que no dejara cabos sueltos –

-No debes sentir vergüenza por lo que sucede contigo…

-Eh… - de la impresión Genos se levanto de la tina aun lleno de jabón – No… no pudo adivinarlo.

-Bueno, no creo que seas el único con ese tipo de situaciones desagradables de vez en vez, el cuerpo humano es así – El calvo se recargo del marco de la puerta para seguir hablando en voz alta –

-¡EHHHH! – Ahora sí, Genos trastabillo buscando una toalla, debía detener a su sensei antes de que dijera una palabra más, morir de vergüenza no era parte de sus metas en esta vida –

-Así que, ya deja de ocultar el problema ¡yo te voy ayudar! – Sonrió bobamente al tiempo que sentía como Genos quitaba el seguro de la puerta y abría para encararlo –

-¡NOOOO! – sin mediar palabra alguna el rubio se le fue encima, ambos cayeron al suelo estrepitosamente, Genos estaba tan nervioso que no midió las consecuencias de sus actos –

-¡AAAAAHHH! – El mayor no tuvo tiempo de reaccionar, Genos actuó muy rápido, tan solo pudo verlo embistiéndolo contra la pared, el resultado, un buen golpe en la cabeza y un chico rubio medio desnudo y enjabonado sobre el –

Si antes moría de vergüenza con el discurso pro regla que aparentemente decía su sensei, ahora moriría lentamente al notarse como quedo la situación, estaba prácticamente recargado de las caderas de su superior, con una toalla mojada como única barrera entre su cuerpo desnudo y el calvo, por su parte, Saitama solo se acariciaba con tristeza el golpe que se dio, sin notar que Genos acabaría creando un nuevo tono de rojo vergüenza con su cara.

-¡Tanto alboroto de tu parte por querer hablar de estreñimiento! – Saitama gruño para finalmente prestar atención a la incómoda posición con Genos recargado sobre su estomago ¿el chico estaba desnudo?, no, cargaba una toalla muy escasa de tela, así que medio trasero del nombrado rubio quedaba al aire y con una excelente vista desde donde estaba el calvo sentado - ……

La situación distaba de un accidente cualquiera, Saitama no se movía ni un milímetro, y no es por no querer salir del aprieto, es que si lo hacía seguro que Genos lo mataba, estaba invadiendo su privacidad, su espacio personal, aunque… para comenzar, el que se le aventó encima fue Genos y no el. Por otra parte, Genos no terminaba de entender como todo lo que decía tan parsimoniosamente su sensei era sobre ¡estreñimiento! Ahora sí, morir de vergüenza podía se apuntado en sus metas de vida.

-Sa… Saitama sensei yo… - con mucho cuidado se trato de levantar, andando a gatas hacia atrás mientras sus manos intentaban infructuosamente de mantener la diminuta toalla en su sitio, creía que sería demasiado traumatizante si su sensei le veía desnudo y en la condición actual –

-Vístete – ladeo la mirada con un intenso tono carmín cubriendo en sus orejas, por primera vez en muchos años Saitama sintió algo que se removió bajo sus caderas, eso era excitación –

Para Genos fue provechoso el suceso del baño ya que su sensei no hablo más sobre estreñimientos por el resto del día, dejo a un lado las excusas sobre su escapada y la calma retorno otra vez al hogar, en apariencia, porque desde esa misma noche Saitama comenzó a tener un cierto efecto secundario que podría clasificarse como ´´trauma post Genos enjabonado y desnudo´´, si, así mismo, Saitama pasaba muchas de sus horas de sueño despierto viendo hacia el futon del jovencito, tratando de hacer amaino por no pensar nada indecoroso. Se consideraba un hombre con cierto desapego a lo carnal, ni sexo o mujeres le atraían como para ir tras una relación, con el pasar de los años y su dedicación a la policía y sus innumerables trabajos de medio tiempo tampoco le dieron la libertad de armarse una vida amorosa decente, y hasta ahora era que ese deseo quizás muerto, revivió con solo ver a un rubio y muy agradable chico, por eso pasaba muchas noches en vela, teniendo peleas internas sobre en qué momento perdió el rumbo de la vida normal, ¿cuando su balanza de deseos comenzó a inclinarse peligrosamente hacia el lado de lo prohibido? Si especificaba prohibido, era por razones no sexuales, en la actualidad las relaciones entre personas de su mismo sexo no levantaban tanto escozor como en tiempos pasados, había parejas que tenían hasta hijos juntos, hijos… a su cabeza vino el recuerdo de la foto de los padres de Genos, el chico venia de una familia muy peculiar, quizás no se enredaría mucho con una hipotética sensación de que ambos jugaban con fuego, y uno, o ambos, saldrían quemados más adelante.

-no no no no… - indignado por pensar en que quizás había una posibilidad se dio media vuelta por treceava vez en su futon, la incomodidad en su mente había decidido bajar hasta sus pantalones – No ahora…

Mascullo en medio de la oscuridad, sintiendo como la ropa le incomodaba como nunca, sus bóxer le asfixiaban una naciente erección, sorprendiéndolo en el proceso ya que no había tenido un pensamiento tan carnal, salvo el imaginar como Genos estaba otra vez sobre el medio desnudo, allí perdió la pelea interna, si tenía serios problemas y esto estaba pasando a un plano físico y con consecuencias muy reales. Molesto consigo mismo busco otra vez acomodarse, sintiendo que su extremidad ardía, era incomodo, y contar ovejas no iba a bajarle la lívido, la única solución era masturbarse, rápido, silencioso y sin pensar en nada, si, así resolvería el problema y dejaría de pensar en Genos.

-mmm… - se cubrió por completo con sus sabanas hasta la cabeza, buscando evitar fijar su vista en el chico rubio que dormía inocentemente a su lado, paso siguiente bajo el pantalón de su pijama hasta las rodillas y después el bóxer color gris claro, en ese instante noto que el grado de alteración era enorme, muy pocas veces su ardor interno estaba tan exaltado, por no decirle cachondo. –

Manos a la obra, cerro sus ojos y respiro profundo, con tanta excitación seguramente en unos minutos acababa todo y finalmente podría dormir como un bebe, craso error, apenas decidía mover sus manos, la mente lo llevaba donde el incidente con Genos, ese chiquillo sin ropa encima, su piel húmeda y fría, el cabello mojado y despeinado, la toalla que dejaba mas al descubierto que lo que tapaba, toda esa escena se repetía una y otra vez dentro de la cabeza de Saitama, a tal punto que mando al demonio la serenidad y procedió a masturbarse pensando descaradamente en Genos, con todas las fuerzas que tenia atragantadas entre pecho y espalda, jadeando quedito, moviendo sus dedos arriba y abajo mientras imaginaba que eran los dedos del rubio. Sin límite alguno destapo su cabeza y procedió a mirar al chico de sus fantasías reprimidas, el rubio dormida dándole la espalda, ajeno a tal manojo de represión sexual, Saitama trato de mantener el silencio cuando los movimientos de sus manos pasaron a ser mas rápidos, mas y mas rápidos, cerro sus ojos para concentrarse en el leve aroma que despedía Genos, estaba tan cerca y a la vez tan lejos, pero dios… como olía de bien, parecía que algo se impregnaba en su nariz, una fragancia que no sabía de dónde venía, si su piel, cabellos, o todo él, ya sabía que no era el jabón o el champú, ya que el mismo compraba todos los enseres de aseo personal. Este aroma era distinto y por primera vez lo notaba en Genos, no importaba, ya era tarde para frenarse, con agonía se movió un poco más cerca del rubio, aspiro con fuerza para dar las ultimas estocadas que culminaron con un orgasmo, todo termino, Saitama acabo por ponerse en pie y salir al baño, debía limpiar el desastre que el mismo provoco en su ropa.

A la mañana siguiente un ojeroso calvo se regañaba internamente, mas aun que en la madrugada, después de masturbarse pensando en Genos, ahora no podía sacárselo de la cabeza, la situación estaba peor que antes, preocupado por su equilibrio interno, decidió poner un poco de distancia, iría a dar una vuelta por la ciudad, necesitaba salir, escapar del chico que a esas horas estaba preparando el desayuno tan inocentemente, sin saber que la noche anterior él lo uso para desfogarse.

-¿Sensei? – Genos le miro preocupado ya que el calvo estaba con la cabeza clavada en la mesita de madera, parecía un muerto en vida – ¿No durmió bien anoche?

-Dormir… - susurro sin moverse de su posición – necesito es salir…

-¿Va a hacer las comprar de la semana? es martes de ofertas – saco un grupo de cupones del bolsillo de sus jean negros –

Genos sentía que el mayor estaba un poco apagado, quizás ofrecerle unos cupones que recorto del periódico local ayudaría, con mucho cariño tomo asiento frente al mayor colocando los mencionados cupones frente a sus manos.

-Podemos preparar algo bueno para la cena, aquí hay cupones con descuentos en carne y verduras…

-Tienes razón Genos, ¡debo ir a la tienda! – alzo su cabeza tomando los cupones, que mejor oportunidad para aclarar su mente que haciendo lo que amaba, ir de tiendas por ofertas –

Con prisa el calvo se coloco sus zapatos, reviso los cupones y procedió a salir, Genos se quedo sonriéndole amablemente hasta que la puerta se cerro, luego de ello, volvió en sus pasos para seguir cocinando. En su cabeza había quedado un vago recuerdo del suceso del baño, nada del otro mundo, salvo por notar que desde ese día en adelante su sensei no dormía bien, el sabia que daba muchas vueltas en el futon, dormía a su lado, debía notarlo, a veces lo escuchaba gruñendo o peleando consigo mismo, no entendía que sucedía, todo iba bien en su ritmo de vida, Saitama seguía ayudándolo con las clases en la azotea dirigidas por Metal bat, conversaban de todo y a la vez de nada, también había bajado a la calle por primera vez, eso sí, no salió del edificio, pero eso fue un gran avance que lo llenaba de orgullo.

En sus manos no quedaba mucho por hacer, tan solo los cupones y una rica cena quizás mejoraría las emociones de su querido sensei. Mientras seguía cocinando escucho como intentaban abrir la puerta, seguramente Saitama olvido sus llaves, este hecho había ocurrido varias veces en menos de una semana, con seguridad el mayor tenía la cabeza en otra parte. Genos se limpio las manos en el mandil rosa para después dirigirse donde se colocaban las llaves, en ese momento noto que el juego de llaves de Saitama no estaba, un escalofrió horripilante le sacudió el cuerpo entero, no tuvo tiempo de reaccionar cuando la puerta fue finalmente abierta de un solo y veloz movimiento, algo entro al departamento tan rápido que Genos no supo que era, su vista quedo petrificada cuando delante suyo hallo una filosa katana, ese tipo de armas ya no eran comunes de cargar, salvo si eras un matón o yakuza…

-Ni un ruido – la persona frente a Genos vestía toda de negro, con un traje realmente ajustado que no dejaba nada a la imaginación –

-Que… - trago grueso, el arma se veía demasiado filosa como para tomarla entre sus manos y quitársela, ese fue el primer pensamiento que tuvo recordando las lecciones de Metal bat –

-Serás un buen niño y vendrás conmigo – el hombre tras la máscara sonrió dantescamente –

-No lo hare – dio un par de pasos atrás, buscando el modo de salir de este lio, había aprendió muchas cosas con el ex pandillero Metal –

-Entonces será a las malas.

En un segundo Genos pateo la mesita de madera que estaba junto a él directamente contra el intruso de negro, este interpuso la katana haciendo un corte tosco con ella, la madera no se partió completamente haciendo que quedara incrustada en la hoja, esa era la perfecta oportunidad de Genos para escapar, sin embargo el terror se apodero de el cuándo pensó a donde debía salir, la calle seguía siendo un lugar aterrador, pero ahora, lo más aterrador estaba parado tras suyo peleando por deshacerse de la mesita en su arma, no había dudas, la calle estaría mejor, correr hasta conseguir a su sensei, seguro estaba a solo unas cuadras de distancia, recordaba perfectamente la dirección de los cupones que le dio, si, esa era la solución. Con prisas y sin si quiera pensarlo Genos empujo la puerta cuando salió, el tipo de negro  también emprendió la persecución dando algunas risas mal sanas, esto parecía un juego del gato y el ratón a su modo de ver.

La escapada de Genos no duro más que dos pisos escaleras abajo, en un instante sintió como el enmascarado se le lanzo encima causando que los dos cayeran al suelo rodando algunos escalones. El rubio dio una pelea digna, con sus manos intento lastimarle los ojos al desconocido que estaba ahora encima suyo tratando de inmovilizarlo, lanzo las manos una y otra vez rasguñándole el rostro y destapándoselo en el proceso, Genos descubrió que era un joven algo mayor que él, con cabellos negros y ojos azul intenso, sus mejillas llevaban dos marcas color violeta bajo sus ojos, pero lo más perturbador de todo era la sonrisa sádica que el tipo tenia mientras intentaba controlarlo. Gritar no serviría, tampoco patearlo ya que el hombre de negro sobre el estaba apretando sus caderas de modo demoniaco, dolía, si seguía así seguramente le partiría algo por dentro.

-Maldito niño quédate quieto, ¡tengo que llevarte con vida! – Se inclino más aun sobre Genos, llevando con mucha dificultad sus manos hasta el cuello del nombrado rubio, apretándole con firmeza, necesitaba desmayarlo para que no siguiera dando tanta pelea –

El aire comenzó a faltarle, sintiendo como le ardían los pulmones, sus manos se debilitaban, todo el cuerpo se sentía más pesado, adormecido, el hombre sobre el estaba ahorcándolo, pero midiendo estratégicamente su fuerza, hasta el punto en que Genos no resistió mas y la inconsciencia se apodero de él, cayendo bajo las garras de ese desconocido.

-Al fin… - dio un hondo suspiro mirando al chico bajo el – Maldito niñito rico, vio mi rostro.

Se levanto rápidamente para buscar el modo de cargar con el rubio, lo alzo sobre su hombro como si fuera un costal de papas, empezó a bajar las escaleras pero al salir por la puerta se tropezó con otra persona, este le miro de modo curioso y siguió sus pasos hasta dentro del edificio.

Mientras, Saitama estaba distrayendo su mente en medio de un alboroto de amas de casa tras las mismas ofertas que Genos con los cupones que amablemente le dio, entre el desenfreno y una cesta llena de víveres procedió a tomar su celular, este sonaba insistentemente, quizás Genos necesitaba algún otro ingrediente para la cena.

-¿Alo? – respondió mientras caminaba hasta una esquina de la tienda de víveres –

-Saitama – la voz sonaba algo insegura y nerviosa –

-¿King?

-Uff… Qué bien que respondiste, estaba preocupado por tu paradero - el hombre dio algunas vueltas por la habitación donde estaba –

-¿Por qué razón? Estoy haciendo las compras del día.

-Es que, estaba de camino a tu departamento, quería prestarte otro juego y me conseguí con que la puerta de tu casa estaba abierta, hay un desastre aquí, como si alguien intento robarte… - la llamada se corto dejando a King hablando solo – ¿Saitama? ¿Alo?

No pensó, tan solo dejo tirada la cesta de las compras y salió de la tienda como alma que lleva el diablo, necesitaba volver a casa rápido, algo sucedió con Genos, esto no podía estar pasándole, no ahora cuando el chico estaba mejorando. Saitama no tardo más de diez minutos en llegar al edifico, encontrándose con que estaba totalmente rodeado de autos negros y un grupo de hombres de negro en la entrada del mismo, el sabía quiénes eran, eso significaba que la situación estaba peor de lo esperado.

Subió las escaleras con desesperación encontrándose que en el piso de su departamento había mas hombres de negro, intento pasar pero fue enfrentado por el mismo tipo alto estilo samurái que vio cuando lo secuestraron llevándolo a casa de Genos.

-¡DEJENME PASAR! – Saitama se paro firme frente al hombre de la katana que lo veía despectivamente mientras mascaba un palillo de madera –

-¿Quién diablos eres? – el moreno ni si quiera se movió, no recordaba a Saitama para nada –

-Atomic, déjalo pasar… el estaba ayudando a Genos también – la voz de Bang aliviano la tensa calma que se hizo entre el calvo y el samurái –

-Pues no ayudo mucho que digamos – farfullo abriéndole paso a Saitama dentro del departamento –

El calvo finalmente pudo ver el desastre que medio le describió su amigo King por celular, que por cierto, estaba retenido en una esquina de la sala y siendo severamente intimidado por otro de los ayudantes de Bang.

-¡SAITAMA! – King se vio aliviado al ver al dueño del departamento llegar, el que solo paso a dejar un juego acabo como principal sospechoso de un secuestro –

-Suéltenlo, es mi amigo – Saitama se movió hasta donde Bang, este no apartaba la vista de todo el lugar, parecía tan molesto como el calvo –

-Señor Saitama, Genos fue secuestrado hace menos de una hora… - el viejo hablo fríamente –

-No comprendo como sucedió, el nunca es imprudente… - miro el lugar, la mesa destrozada, los zapatos de Genos en su sitio, sus llaves y el suéter que usaba siempre, evidentemente el chico no había salido de allí por voluntad propia – ¿Ya dieron parte a la policía? yo puedo ayudarlos en eso.

Un nudo extraño se le formo en la boca del estomago, era una sensación de rabia, indignación y frustración, el no deseaba para nada que Genos fuera lastimado otra vez, el chico aun se recuperaba de quien sabe que sucesos pasados que lo traumaron mucho, y ahora, el había sido secuestrado bajo sus propias narices.

-No, la policía no será de utilidad, pero tenemos algunas pistas de quien pudo hacerlo, mire… - Bang le mostro un video de seguridad en la pantalla de una tableta inteligente, en ella se veía la grabación desde un punto alto de la habitación, como fue que el hombre entro, y la pelea que Genos dio para evitarlo, la grabación quedo hasta donde el rubio escapaba escaleras abajo –

-¿Había cámaras en mi casa? – Recordó las últimas noches de desfogue mirando a Genos – eh…

-Señor Saitama lo importante ahora es saber quién era el secuestrador y hallar el lugar donde llevaron al amo Genos. – amplio la imagen del tipo enmascarado que perseguía a Genos – Lamentablemente su rostro estaba oculto.

-Disculpen… - King se atrevió a hablar después de escuchar toda la explicación sobre el secuestro de alguien que vivía con su amigo Saitama – Yo creo que puedo decirles como era, cuando llegue al edificio tropecé con un chico de negro que llevaba a alguien sobre sus brazos.

-¡HABLA KING! – Saitama salto a su lado para escucharle –

-Era delgado, cabello negro muy liso agarrado en un moño alto, su piel muy blanca y bajo sus ojos un par de líneas violetas, parecía reírse el solo mientras caminaba rápido fuera del edificio…

-Que buena memoria tienes King – el calvo le dio un par de palmaditas en el hombro

-Es que… el chico me recordó a un personaje de un video juego que tengo – sonrió como niño bueno

-¿líneas violetas bajo sus ojos? – Bang le extendió la tableta a King, en ella aparecía la imagen de un hombre que consiguió en la ret – ¿Como estas?

- ¡ASI MISMO ERAN! – señalo emocionado la imagen –

-¿Quién diablos es ese tipo? – Saitama le jalo la tableta para ver también –

-No es quien, es que… son una organización llamada los ninjas oscuros, trabajan en el bajo mundo, precisamente en el mercado negro, trafican con todo tipo de cosas, desde joyas, dinero, artes, órganos y personas… lo que sea que quieras lo consiguen para ti por un alto precio.

-Eso quiere decir que Genos fue mandando a secuestrar por alguien más, el tipo que se lo llevo solo es el intermediario.

-Tenemos algo de suerte, si ubicamos el lugar a donde lo llevaron antes del intercambio de dinero, lograrnos rescatarlo. – Bang alzo la mirada hacia el calvo – ¿Aun tiene contacto con el bajo mundo, señor Saitama?

-Puedo hacer un par de llamadas… - recordó a las personas indicadas con las cuales podría hablar sobre secuestros y robos en el mercado negro, sus años como policía le venían a beneficio en esos tensos minutos –

Y así Saitama salió del departamento nuevamente, esta vez se dirigiría a la zona roja, otra vez, en busca de una persona en especifico que podría darle las respuestas que necesitaban, él sabía que tenía el tiempo contado, la vida de Genos dependía de su búsqueda, y de que tan persuasivo podría ser con viejos enemigos, pero fuera cual fuera el precio, lo pagaría, Genos representaba más que un simple encargo que el destino le puso en medio, el chico representaba más que compañía, había caído en cuenta que ese chiquillo se le metió bajo la piel, había atrapado su desinteresado corazón y lo ponía a latir tan fuerte. Genos volvería con él, con ese firme propósito entraría a la boca del lobo una vez más.

Continuara…

 

 

Notas finales:

KIAAAA! Saitama se dio cuenta que le encanta Genos, pobrecillos, ellos tan cerca y a la vez tan lejos, los dos se tienen ganas pero ninguno da el primer paso a una relación, ahora, se han secuestrado a Genos, y ya adivinaron quien se lo llevo, ¿con que propósito? Quién sabe, pero de aquí en adelante Saitama pondrá a valer su fuerza y su astucia como viejo policía, el amor debe triunfar.

 

Próximo capítulo:

Rompiendo algunos huesos


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