El oráculo del imperio Kou, caminaba pesadamente a su habitación, la había pasado mal con los jevetes esos de Al Thamen…siempre… no importaba cuanto se esforzara…ellos le castigaban…comenzaba a pensar que lo hacían por gusto, y esta vez no era la excepción, Judal no había querido practicar el día de hoy, después de todo, siempre se encargaban de agotarlo, y ¿para que? No lo mandaban a hacer nada…pero no había sido buena idea, había recibido su castigo, le dolía cada parte de su cuerpo, tenia ganas de llorar, pero ni loco se exponía a que alguien lo viera en semejante escena…se sentía solo y desprotegido…como un pequeño niño al que nadie quería…
Sentía que caería en cualquier momento…en verdad se sentía mal…de pronto escucho el sonido de una lanza…si…la única persona que alumbraba su triste y oscura existencia…esa persona a la que miles de veces había tratado de convencer para que fuera su candidato a rey…
Se paro en el umbral de la puerta, un poco para observarlo…y otro poco porque en verdad sentía que caería al piso de no hacerlo…el cuarto príncipe le miro…
-¿Qué quieres?
-¿No puedo ver como entrenas?
-Sabes que me desagrada tu presencia-esas palabras fueron como un puñal en el pecho del mayor-
-Yo no tengo la culpa de que tengas problemas con la vieja y su organización
-Eso no es asunto tuyo.
-¡Claro que si!¿Hasta cuando vas a hacerme caso? Te he insistido un millón de veces en que conquistes un calabozo con mi ayuda.
-No me interesa, podría buscar otro magi.
-Pero yo solo quiero que tú seas mi rey.
-¡Pero yo no!
El ojiceleste estaba furioso, que fastidioso le era el solo mirar a Judal, y este siempre le insistía en la misma tontería.
-Quiero que me dejes solo.
-No voy a hacerlo…¿Por qué eres tan terco? Podría ayudarte a matar a esa bruja…¡Lo haría todo, lo que fuera solo por ti!
El magi oscuro había dicho todo eso de corazón, desnudando su alma, el solo quería que el mas joven lo aceptara, que fuera suyo…pero el otro no pensaba lo mismo…no podía dejar de pensar que era una molestia…
-Pues tus palabras me parecen basura, no seria el único, tienes a Hakuei, Kougyoku, Koumei, Koen y Kouha como tus candidatos, así que deja de molestarme…
El menor tenia razón, ellos eran sus candidatos, pero el solo los había ayudado por ordenes de Al Thamen…solo había alguien que el quería…
-Eso fue culpa de…
-¿Y me vas a decir que fue la organización? Eres una simple marioneta movida entre sus manos, parece que no tuvieras voluntad propia, por eso no confió en ti…¿Quién me asegura que no es uno de sus planes para hacer que me una a ellos y me utilicen también?
Esas palabras en verdad dolieron, el jamás haría algo para ponerlo en peligro, es mas si Al Thamen no le había puesto un dedo a Hakuryuu en todos esos años es porque el magi oscuro le cuidaba desde las sombras recibiendo una cantidad de castigos innumerables debido a ello, pero eso era algo que el príncipe no sabia…
-Ahora si me disculpas…
El príncipe de retiraba, pasando a un lado de el en la puerta…el magi oscuro lo detuvo del brazo, no quería que se fuera, lo necesitaba mas que nunca, el menor se soltó de su agarre, y solo lo miro con desprecio para después irse del lugar…
El magi tenia ganas de llorar, en verdad se sentía mal en todo sentido, comenzaba a ver todo borroso…y de pronto…cayo al piso inconsciente…sin que nadie supiera lo que le pasaba…completamente solo…