Esto dolía, en verdad dolía. No entendía a aquel hombre del cual estaba locamente enamorado, me busca cuando me alejo, se aleja cuando lo busco. A veces pareciera que se olvida hasta de mi nombre, pero existen ocasiones en las cuales él no puede vivir sin mi aroma –sollozaba entre lágrimas, mi mente no podía formular otro pensamiento que no fuera él, mi cuarto tenía un espeso aire de soledad y llanto, pero, ¿Qué más puedo hacer si acabo de enterarme que el “amor de mi vida” estaba con alguien más?-
Flash Back----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Era diciembre, el más frío diciembre que pude haber vivido en toda mi existencia, estaba caminando por las calles de la ciudad, sentía el frio viento pasar por toda mi cara, y aun así trataba en vano de abrigarme con una bufanda para nada acogedora, había salido de improviso, un fuerte presentimiento ataco mi ser, obligándome a salir a pasear.
No encontraba la razón de mi presentimiento, seguí vagando varios minutos más cerca de un parque que estaba en el centro de esta gran ciudad renacida en una época ya desfalleciente, seguí caminando y mi mente empezó a recordar las más bellas memorias que he tenido en todo ese año. Y los recuerdos que más sobresalieron fueron los que pase con él, desde el día en que lo conocí, recuerdo que lo odie desde el primer instante en que lo vi, pero de alguna u otra manera llego a gustarme de una forma en que nadie lo había logrado antes. Empezamos a vivir juntos, todo era maravilloso, recuerdo que era feliz los primeros años junto a él. Hacíamos de todo, y las cosas hasta más pequeñas a su lado se convertían en cosas invaluables, hasta que, de un día para otro el comenzó a alejarse, pasaba todo el día trabajando en sus escritos, ya no me prestaba atención, no lo reprochaba pues sabía que estaba ocupado y lleno de trabajo, no quería causarle molestias, empezó a salir más seguido, supuestamente a la editorial, llegaba casi siempre a altas horas de la noche, ya no me buscaba como antes, ya no me tocaba, ya no me dedicaba esa hermosas sonrisa que hacia vibrar cada parte de mi cuerpo. Seguí caminando tratando de disipar esos tristes pensamientos de mi cabeza.
Me pare en seco, lo vi, lo vi caminando a lado de alguien más, parecía estar feliz, estaba sonriendo y haciendo bromas, y el otro chico, se notaba un poco más adulto que yo, tenía el cabello largo y recogido en una cola de caballo de color azul, sus ojos eran de color marrón y su estatura era casi igual a la mía. Pero hubo algo que me mato por dentro, caminaban tomados de las manos, sin importarles lo que los demás digan, caminaban juntos como si fuesen invencibles.
Hasta que Usagi san me vio, se puso pálido, abrió los ojos ligeramente y pude observar como su respiración se aceleró un poco, pero, supo disimular bien y siguió con bromas hacia ese nuevo personaje que acababa de conocer, paso a mi lado como si no me conociera, como si todos los recuerdos que formamos juntos nunca hubiesen existido.
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No se cómo hice para llegar al penthouse y tomar todas mis cosas e irme, lo único que recuerdo son las lágrimas que parecían interminables desde aquel día y que no he podido parar hasta ahora, recuerdo que con los ahorros que tenía guardado logre alquilar un pequeño departamento, y comprar un nuevo teléfono para que así él no pudiera localizarme.
No sé desde cuando se volvió tan frecuente llorar al llegar a casa, en los ratos libre y cuando estaba solo, me odiaba por haber bajado mis defensas ante el cruel toque del amor. Quería matar todo lo que sentía por él, quería levantarme un día por la mañana con una gran sonrisa y darme cuenta de que por fin este infierno lo había superado yo solo.
Obviamente que cuando ni chan llegaba a visitarme o me llamaba para saber cómo estaba, fingía estar muy feliz viviendo lo que era mi “libertad”, reía de una forma tan vacía que llegaba a parecer real, o al menos él siempre creía que estaba perfecto. Hubo muchas veces que ni chan me dijo que Usagi san deseaba verme, que notaba a su amigo muy mal desde que me fui y él no sabía cómo animarlo, dijo que solo yo podría levantarlo. Prometí falsamente ir a visitar al escritor para calmar las ansias de mi hermano pero a cambio le pedía que no le proporcionase mi número de teléfono ni dirección de mi hogar. Está de más decir que nunca fui a buscarlo, no quería verlo, no quería volver a sentir su aroma cerca de mí, no quería que me abrazara o me diga algo, puse sé que me volvería débil de nuevo y caería una vez más en sus engaños. He trabajado mucho para ser más firme en mis decisiones, no pienso dar marcha atrás al nuevo orgullo que he construido, ya no soy el Misaki que él podía traicionar fácilmente, ya no el niño con miedo a estar solo, me he convertido en una persona completamente diferente a la que era cuando estaba a su lado, cuando era feliz…
Pasaba todos mis días en soledad, mi vida se convirtió en una triste monotonía, llegaba de la Universidad y cocinaba o miraba televisión. Sentía que alguien tocaba la puerta y cuando me acercaba para girar la perilla de la puerta y saber quién estaba del otro lado, me daba media vuelta y volvía a mis tareas. Pero hubo un día en que los llamados a la puerta se hicieron más fuertes, así que me decidí y abrí la puerta.
Lo mire ahí, después de tantos meses sin querer dirigirme a él, y aquí estaba, frente a mí, con la mirada cansada y los ojos llenos de ojeras, parecía más delgado, simplemente parecía un muerto en vida. Me abrazo repentinamente y pude sentir como toda su alma rota pedía a gritos mi amor y salvación, no sabía qué hacer, mi corazón quería corresponder aquel abrazo, pero mi mente dictaba que me forzara a soltarlo. Pero tan solo me quede estático sin corresponder, solo sintiendo varios sollozos de su parte y preguntándome - “¿Por qué te fuiste?”-
-Ven, entra ¿Quieres café?- dije sin una pizca de delicadeza entrando yo primero, para luego ir a la cocina y preparar café
-Misaki, respóndeme primero- dijo mientras me colocaba contra una pared sin dejarme manera alguna de escapar de esto.
-No te basta con engañarme, también me pides explicaciones- dije con una sonrisa sarcástica, en verdad he cambiado mucho.
-Nunca te engañe, Misaki déjame explicarte. Mi padre hace mucho tiempo estaba tratando de separarnos, y lo sabes, así que él me obligo a tener una cita con un conocido de su parte, y a cambio nos dejaría en paz. Pero si no cumplía lo que hacia tu vida se vería en riesgo. Todas las veces que salía era para hablar con mi padre acerca de esto…Solo quería salvarte! No podría haber dejado que el amor de mi vida estuviera en peligro. Nunca traicionaría a la persona que más amo en este vida, Misaki te amo demasiado, y estos meses han sido una tortura al no poder tenerte a mi lado, no podía tocarte, ni siquiera verte, pase todos los días recordando cuando éramos felices, tus hermosos ojos, los miraba hasta en sueños. Extrañaba tus berrinches, tus celos, tus sonrisas e ideas locas, te extraño Misaki…
Me quede de piedra al oír eso, no sabía que responder, todo esto había sido un completo malentendido, él se sacrificó para mantenerme a salvo, y yo sin pedir ni dar explicaciones me fui. Me siento una horrible persona por sacar conclusiones de manera precipitada, las lágrimas empezaron a hacerse presentes trate de cubrir mi cara con mis manos pero Usagi me lo impidió al tomarme de las muñecas sin dejarme escapatoria alguna.
-Misaki, lo siento tanto. También fue mi culpa al no decirte nada de lo que estábamos pasando pero no quería preocuparte- Mire sus ojos lilas, esos que me atraparon desde la primera vez que lo vi, sabía que me decía la verdad, y yo solo podía sentirme cada vez más miserable.
-Lo siento, me fui sin pedir explicaciones, es que en verdad me sentí dolido al verte…- No pude acabar de dar la explicación porque fui interrumpido con un beso, ese tipo de besos que son curativos, ese tipo de besos que reconstruyen todo tu ser.
-Misaki, sé que es difícil estar conmigo, pero por favor no te vayas, no te vayas nunca de mi lado, te amo demasiado- Y volvió a besarme como si nunca lo hubiera hecho.
De poco a poco me deje llevar ante este sentimiento que nunca se podrá acabar, los besos se volvían más largos y pasionales. –Nghh Usagi san, aquí no- dije tratando de zafarme, pero me era imposible porque tanto el como yo deseábamos volver a unirnos en cuerpo y en alma.
-Misaki no sabes cuánto extrañe tenerte así- Dijo mientras posaba sus frías manos por debajo de mi suéter, mientras se acercaba de poco a poco a mi cuello para empezar a besarlo y chuparlo, dejando pequeñas marcas en el.
-Aghh Usagi san nngh- no podía formular palabras coherentes en verdad lo necesitaba.
Relato en 3ra persona
Cada rose era muy suave y lleno de cariño, como si esto fuera la primera vez de ambos personajes, el mayor quería guardar en su cerebro cada parte y momento juntos su querido oji verde. Lentamente fue quitando el suéter del menor y pudo apreciar su hermosa y nívea piel, beso y lamio todo a su gusto hasta llegar a los rosados pezones del menor. Un pezón del castaño lo llevo a su boca mientras que el otro empezó masajearlo y pellizcarlo de manera suave pero que estaba seguro enviaría grandes corrientes eléctricas por el cuerpo del menor.-Usagi san ahhg nghh más…nghh por favor- dijo el pequeño castaño gimiendo (NA: gime como perra en celo xD)
Esas palabras enloquecieron al mayor el cual lo poso sobre la mesa de la cocina y empezó a crear un camino con su saliva, desde el pezón del menor hasta su pantalón, se notaba a leguas que el menor estaba más que excitado y su amiguito lo confirmaba, el cual el mayor empezó a masajear encima de la ropa que aun llevaba puesto. Desabrocho lentamente el pantalón que su castaño tenia, lamio el palpitante miembro por encima del bóxer y eso volvió loco al oji verde que no paraba de gemir mientras se mordía los labios para no gritar tan fuerte.
-Usagi san nghh ya por favor aghh si sigues así nghh no…podre controlarme aghhh- el menor sentía como todo su cuerpo estaba quemando de placer, y pronto se consumiría por completo.
-Eso es lo que quiero Misaki, no quiero que te controles- dijo dejando al descubierto el miembro del menor y empezar a chuparlo (NA: oye si 7u7)
-Nghh Usagi san, no ahh no aguantare mucho nngh- al oír esas palabras el mayor empezó a lamer el pene más rápido, hasta que se vino con un sonoro gemido que retumbo en las cuatro paredes en las que se encontraban.
Rápidamente el mayor dio la vuelta a su menor y bajo sus piernas hacia el suelo-Misaki necesito que eleves un poco tus caderas- el menor lo hizo y entonces el mayor empezó a prepararlo, puso sus dedos frente a Misaki el cual capto la indirecta y empezó a lamerlos, cuando estuvieron lo suficientemente lubricados, metió un dedo a la entrada del menor. –Nghhh Usagi san duele aghh ah-
-Lose Misaki pero pronto te va a gustar- Dijo metiendo un segundo dedo a la cavidad del menor, el cual gemía entre una mezcla de dolor y placer, empezó con movimientos circulares y después con un movimiento de tijeras hasta que lo sintió completamente dilatado.
Se posiciono entre las piernas del menor y rozo la punta de su pene con la entrada del menor el cual movió sus caderas en un ademan de quererlo tener rápido, el ojilila no se hizo esperar y lo penetro de una sola estocada, su interior era realmente suave y acogedor, empezó con embestidas lentas y profundas, disfrutando del momento junto a su ojiverde, pero su cuerpo pedía cada vez más así que las embestidas se volvieron más brutales y rápidas, llegando a dar en el “punto” especial del castañito quien gemía cada vez más fuerte,
-Usagi san, yo nghh no podre aguantar más nghh- dijo el menor recibiendo las fuertes estocadas de su amante, hasta que en un grito se vino, manchando la mesa, y el mayor se vino después llenando por completo al castaño. Lo abrazo fuertemente y lo llevo al sofá para después acostarse en este.
-Misaki, te amo…- dijo el mayor al oído del ojiverde –Yo también…te amo..- expreso el castañito en un leve susurro-Es mejor que iniciemos desde cero, Usagi san-
-Si con eso puedo volver a estar a tu lado mi Misaki, haré lo que sea- expreso el mayor mientras besaba al menor para finalmente quedar dormidos.
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