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El amor da frutos por NekoPame

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Notas del capitulo:

holiiis! Luego de mil años desaparecidas, estamos de vuelta! Disfruten del cap!

Sorpresa y alegría eran aquellas emociones que se podían ver plasmadas en los rostros de los jugadores al ver de nuevo a sus compañeros expulsados. Esto desencadenaría nuevas situaciones que harían más interesante la vida en el campamento.

Una de esas situaciones era el reencuentro de la famosa Golden Pair, lo cual le causaba un dolor de cabeza a Fuji. El tensai de Seigaku se encontraba un poco frustrado ya que durante la ausencia de Oishi, tuvo que cuidar a Eiji de Yuushi Oshitari, el cual se la pasaba detrás del pelirrojo.

Aunque Fuji aun no podía descifrar por qué el tensai de Hyotei había comenzado a interesarse en el jugador acrobático de Seigaku.

Lo único que esperaba era que SU Eiji siguiera pasando tiempo con él, de lo contrario habría unas  cuantas muertes.

Otra situación un tanto incómoda para Shiraishi y Akaya era el regreso de Reiji. Esto se debe a que actualmente el rubio y el azabache habían comenzado a ser novios.

Todo comenzó hace algunas semanas atrás, cuando uno de ellos dio el primer paso.

Así es. El As del Rikkai, harto de aquellos sentimientos que no lo dejaban pensar en paz, decidió encarar la situación.

#FLASHBACK#

Esa tarde luego de los entrenamientos, mientras todos se dirigían a sus habitaciones, el azabache, armado de valor, estaba dispuesto a confesarse. No fue una decisión que tomó a la ligera, pero eso que sentía por el rubio era exactamente igual a aquello que había sentido por Reiji.

-"Bueno, Akaya. Ya sabes cuál es el plan. Encuentras a Shiraishi-san, le dices lo que sientes por él y listo! Sabes que no te corresponderá pero al menos podrás concentrarte plenamente en el tenis, dejando atrás estos molestos sentimientos que no te dejan en paz."-

El azabache estaba tan sumido en sus pensamientos que no prestó atención al camino sino hasta que se chocó con una figura notablemente más alta que él.

-¡Ah! ¡Lo siento, Akaya, no te vi!- el rubio se disculpo rápidamente para poder seguir con su camino.

-No se disculpe, Shiraishi-san, la culpa fue mía.-

-De acuerdo. Entonces si no te molesta, debo irme.- dijo dispuesto a irse.

Akaya no era bueno para analizar a las personas pero no había que ser adivino para saber que el rubio estaba nervioso.

-¡Espere, Shiraishi-san! Necesito hablar con usted en privado.- hablo lo más serio que pudo.

Shiraishi miro un tanto confundido al azabache ya que este no solía hablar con ese tono. Pero sin más preámbulos aceptó.

A diferencia de Akaya, Shiraishi ya aceptaba sus sentimientos hacia el azabache, solo que prefería no confesarse por respeto al menor. El rubio pensaba que si se confesaba haría sentir incomodo al jugador del Rikkai y este terminaría por alejarse, cosa que quería evitar.

Por eso, había decidido ser amigo del azabache. De este modo, podría mantenerse cerca y conservar sus sentimientos.

Akaya había citado a Shiraishi cerca de un pequeño parque que se encontraba no tan lejos del edificio donde dormían.

En el cielo se podían observar unas cuantas nubes negras, acompañadas de una ligera brisa helada, dando la impresión de que pronto habría una tormenta.

El azabache estaba tan nervioso y ansioso que se había olvidado de la noción del tiempo, dándose cuenta que habían pasado diez minutos de la hora acordada.

Ahora se encontraba corriendo por los pasillos, esperando que Shiraishi siguiera en el parque.

Mientras tanto, el rubio miraba el nublado cielo pensando si capaz al azabache se le habría olvidado el compromiso.

Akaya podía divisar a Shiraishi a medida que se acercaba. Cuando estuvo a una distancia prudente, comenzó a hablar bajo la atenta mirada del rubio.

-Shiraishi-san, lamento la demora.- hizo una reverencia.- Lo que quería decirle era…-su voz se iba desvaneciendo poco a poco, siendo incapaz de continuar.

-¿Akaya, estas bien?.- el rubio podía notar el nerviosismo en la voz del menor pero no encontraba una explicación para ello.

- S-si, eso creo.- Yo…Shiraishi-san…-el carmín de sus mejillas se intensificaba a cada palabra dicha.-…Usted…- apretaba los puños inconscientemente. 

-Akaya, si no te sientes bien podemos hablar después…-aconsejaba el capitán del Shitenhoji.

-¡No, por favor! Esto es algo muy importante…¡Maldición! ¡Pensé que esto sería más fácil!

-Akaya, hoy fue un día muy agotador. Insisto, creo que sería mejor hablar mañana…-

-¡ME GUSTAS. SHIRAISHI-SAN!.-dijo con todas fuerzas mientras cerraba los ojos.

El rubio abrió los ojos sorprendido, la noticia lo había tomado desprevenido. Jamás hubiera imaginado que el azabache sentiría lo mismo.

Al instante de que se confesará, se largó la lluvia, empapando a ambos chicos. El sonido de las gotas impactándose contra el suelo se apodero de la escena.

Akaya podría jurar que su corazón latía tan fuerte que pronto explotaría. En ese momento, recordó lo que sentía por el rubio. Bueno, en realidad no estaba tan seguro. No sabía si lo que le había atraído era su atractivo físico, su agradable personalidad, su talento para el tenis o por qué él lo había ayudado a superar su modo “Devil Akaya”. Pero de algo estaba seguro: Shiraishi le gustaba.

Ante el silencio del capitán de Shitenhoji, el as del Rikkai dedujo que sus sentimientos no eran correspondidos. Claro que él ya se había hecho una idea de eso, pero aun así dolía, dolía mucho.

-Ja ja ja ja.-comenzó a reírse de forma despreocupada para quitarle la tensión al ambiente.- Bueno…Muchas gracias por escuchar lo que tenía que decirle. Por favor, olvide lo que le dije…-sentía cómo su voz se quebraba, la garganta le dolía y de sus ojos comenzaban a brotar lágrimas.-…Buenas noches…-dijo mientras comenzaba a caminar.

 A esta altura la lluvia los había empapado de pies a cabeza, como la vez que se encontraron en el parque, aquella noche que el corazón de Akaya se rompió por primera vez.

Antes de que el as del Rikkai diera un paso el rubio lo detuvo.

 -Akaya, yo…-

-Está bien. No tiene que preocuparse por no corresponderme. Yo puedo entenderlo…-dijo agachando la cabeza para que no viera las lágrimas traicioneras que comenzaban a deslizarse por su pálido rostro, quitando la mano que Shiraishi tenía sobre su brazo.

Al dar el primer paso, el menor se tropezó con un charco de agua que se había formado a causa de la lluvia. El rubio lo sostuvo de la cintura para que este no cayera al suelo.

Shiraishi ayudó al azabache a incorporarse, pero cuando el menor estuvo de pie lo atrajo hacia así mismo, haciendo que sus cuerpos se pegaran el uno al otro.

-Akaya, a mí también me gustas…Así que esto debería estar bien…-dijo limpiando las perladas gotas de agua que rodaban por el perfecto rostro del azabache con sus manos. Lentamente fue acortando la distancia de sus rostros hasta que sus labios se unieron en un cálido y tierno beso.

Aquella noche lluviosa, fue testigo de su primer beso, que sin saberlo aun, cambiaría sus vidas.

#Fin de Flashback#

Esa misma noche, Shiraishi le pidió que sea su novio, propuesta que el azabache, con el rostro levemente sonrojado, aceptó sellando aquel contrato con otro, pero no menos afectuoso, beso.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Luego del reencuentro con sus compañeros, jugaron algunos partidos de tenis a modo de celebración. Sin duda, en dobles no hubiera quienes pudieran ganarle a la Golden Pair que dejaba relucir a la perfección su sincronía.

-¡Oishi, ganamos otra vez nya!.- decía el pelirrojo mientras se lanzaba a los brazos del subcapitán de Seigaku.

Aquella escena era observada por Syuusuke que estaba rodeado por un aura negra, haciendo que los demás tomaran una distancia prudente del castaño.

Niou que pasaba por ahí, sentía que era hora de molestar a alguien y no se le ocurrió una mejor idea que molestar al castaño. El peliplata se paró al lado del castaño y comenzó a hablar.

-Esos dos son muy unidos.-comentaba mientras miraba a la Golden Pair.- De hecho, demasiado como para que sean simples amigos, ¿no te parece?. Me atrevería a apostar que son pareja, Puri.

Por supuesto estamos hablando de Syuusuke Fuji, el tensai de Seigaku, pero todos sabemos que los celos nos hacen dudar hasta de lo más cierto. Y aquellas incitadoras palabras de Niou hubieran funcionado de no haber sido porque el castaño confiaba plenamente en el pelirrojo.

Fuji se regaño mentalmente por haber llegado a pensar que el pelirrojo lo estaba engañando. Pero si alguien tenía la culpa de ello, sin duda era Niou y lo pagaría.

Lentamente fue girando su cabeza hasta estar cara a cara con el peliplata.

-¿Niou, dime que te parecería despertar rodeado de tarántulas? ¿O capaz preferirías escorpiones venenosos?.-preguntaba muy amablemente con aquella voz y sonrisa sádica que lo caracterizaban, dejando al descubierto sus intimidantes ojos azules.

Por un momento la cara de Masaharu se volvio tan blanca como una hoja de papel.

-Fuji-san, disculpe a Niou por favor. A veces no conoce los limites.- se disculpo Yagyuu.

Si no fuera por Yagyuu capaz nunca más hubiéramos vuelto a ver al peliplata.

El castaño hubiera seguido hablando pero al ver a Eiji retirarse de las canchas, decidió no perder más el tiempo.

Para suerte del castaño, el pelirrojo estaba solo. Al parecer el subcapitan había ido a comprar algunas bebidas. Fuji aprovecho esa oportunidad para acorralar a Eiji en las duchas y pasar un buen rato juntos.

-Ah! Fuji, ahora no nya...L-lo hicimos esta mañana...mmm.-el pelirrojo se encontraba totalmente desnudo dejando que su cuerpo fuera empapado por el agua que salía de la ducha.

Fuji también se saco la ropa dejando al descubierto su escultural cuerpo, embelesando la vista del pelirrojo que desviaba la mirada avergonzado. Eiji al principio era tan tímido como un tierno gatito pero a medida que se intensificaban las cosas iba perdiendo la vergüenza, siendo él que terminaba pidiendo por más.

-F-fujiko...más fuerte, por favor...mmm...rómpeme en dos...¡ahhh!- el pelirrojo sabía que al castaño le encantaba oír esas palabras.

- Ahh... Eiji...sigues tan estrecho como la primera vez...mmm... Ya casi termino...-

Luego de unas cuantas embestidas, ambos chicos sentían que pronto llegarían al tan ansiado clímax.

-¡AHHH!.- ambos se habían corrido al mismo tiempo.

Luego de ducharse, se cambiaron y fueron hacia las canchas.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

En otro lugar no muy lejano, un pelicereza había aprovechado la oportunidad para llevarse a Jirou mientras Atobe jugaba un partido con Hiyoshi.

Ahora ambos chicos se encontraban en la habitación que compartían juntos.

-Toma, pruébate este.-decía Marui mientras le entragaba al pelinaranja una bolsa.

-Pero  no me quedara bien, Marui-san. Además no creo que este bien que hagamos esto.-decía Jirou un poco apenado.

-Si te quedara bien. Hazlo por mí.- dijo mirándolo con cara de cachorrito.

La bella durmiente del Hyotei no pudo resistirse a la mirada de su idol y terminó aceptando el pedido. Entró al baño y comenzó a cambiarse. La bolsa tenía un diseño bastante peculiar con un extraño logo que decía: "Sex Shop". Saco el contenido de la bolsa y se lo puso.

-¿Ya estás listo?.- pregunto el auto-nombrado tensai.

Al no escuchar respuesta, Marui decidió abrir la puerta. Cuando lo hizo, vio a Jirou vestido con un corto vestido de maid que no dejaba lugar a la imaginación. El pelinaranja trataba de cubrirse con sus manos para que no lo vea.

Marui miraba deseoso a su admirador dormilón. Ese vestido resaltaba muy bien las curvas del pelinaranja. Sin dudarlo, paso su brazos por la fina cintura de Jirou y asaltó los labios del menor con un apasionante beso, tomándolo desprevenido.

Jirou se enocntraba en shock, solo pudiendo corresponder levemente el beso. A penas pudo reaccionar, alejo al mayor de sí.

-¿Jirou, crees que Atobe realmente te ama?

-¿Eh?

-Porque si realmente lo hiciese no estaría desconfiando de ti todo el tiempo, ¿no te parece?

-Es cierto...Atobe no confía en mí...-susurró triste.

-Muy a lo contrario de mí, que si te creo...-

-...Marui-san...-las engatusadoras palabras del jugador del Rikkai habían endulzado los odios del menor con su veneno.

El pelicereza notó como el pelinaranja había bajado los brazos que le impedían acercársele. ¡Bingo! Su plan había funcionado. Jirou se le estaba entregando en bandeja de oro.

Todo hubiera resultado perfecto si no fuera porque en ese momento escuchó aquella detestable voz.

-Kabaji, Ore-sama te ordena que derives esa puerta.- se escuchaba del otro lado de la puerta.

-Usu

En un instante, la puerta cayó al piso dejando ver aun muy enojado Atobe y a un inexpresivo Kabaji.

-Kabaji, lleva a Jirou a mi habitación.-dijo e inmediatamente Kabaji acató la orden. Una vez que Kabaji salió con Jirou en brazos, Atobe siguió hablando.- En cuanto a ti, déjame decirte que el único que puede tomar el cuerpo de Jirou es Ore-sama.- y sin más se retiró del lugar dejando a un frustrado Bunta que no se daría por vencido.

 

Continuará...

Notas finales:

Queridos lectores, no nos molesta que comenten.. :(

Pd: Pueden seguir proponiendo parejas que no interfieran con las parejas principales

Bye!


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