Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último adiós. por Crishandra

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hey! Esta pareja siempre me ha gustado mucho así que lo escribí prácticamente sin pensarlo. Me gustó bastante escribirlo así que...
¡Espero que os guste!

 

Este fic lo tengo publicado en otra página, de la que ya no soy miembro. Espero que eso no suponga un problema. (?) 

- Luffy.

Mis ojos se abrieron lentamente, otra vez podía escuchar esa voz llamando mi nombre. No era la primera vez que ocurría, sabía que tampoco sería la última. - “Es sólo mi mente, él no está aquí.” - Me decía a mí mismo sin descanso alguno, mi imaginación intentaba hacerme malas pasadas.

- Luffy.

El sonido de aquella voz tan dolorosamente familiar pudo volver a escucharse, ahora parecía provenir de un lugar más cercano. Sin creer poder soportarlo más me levanté, tenía que encontrarlo. Mis pasos, antes sosegados, adquirieron mayor velocidad según iba avanzando. Mientras caminaba no podía evitar maldecirme a mí mismo, aún saber que él no regresaría una pequeña esperanza seguía viviendo en mí. - “¿Por qué?” - Esa pregunta torturaba mi mente, lo peor es que ni siquiera conocía su respuesta. Mis ojos presenciaron sus últimos momentos, mis oídos escucharon sus últimas palabras, mi mejilla sintió la calidez de su último aliento. No existía razón para seguir manteniendo esperanza, ningún motivo salvo simple estupidez.

- Luffy.

Me detuve en cuanto pude volver a escucharle. Mis piernas temblaron levemente; incapaces de seguir avanzando. No había duda, esta vez la voz provino de mis espaldas. Tragué saliva en un intento de normalizar los latidos de mi corazón, después me di la vuelta. Mis ojos no tardaron en agrandarse, mi mente no podía procesar lo que estaba sucediendo.

- Ace. - Murmuré con voz temblorosa.

La persona que se encontraba parada frente a mí era mi hermano, alguien quien había fallecido apenas dos años atrás. Su pelo antes totalmente oscuro ahora lucía levemente pálido, su mirada seguía desprendiendo aquella chispa que alguna vez le caracterizó. Me acaricié la mejilla al notar las húmedas lágrimas descender por ella, ah, ¿cuán cruel podía ser el destino? Cuando creí haberle olvidado...

- ¿Qué haces aquí? Tú estabas muerto. Yo vi como... Akainu te... - Paré de hablar, eran recuerdos demasiado dolorosos.

- Mi torpe hermanito... Nunca cambiarás, ¿cierto? Es por eso que me preocupo por ti. Si he venido es porque tú me has llamado.

- ¿Yo? ¿Cómo es eso posible? No entiendo nada. - La confusión que sentía era demasiado grande, sus explicaciones no me resultaban de mucha ayuda.

- Hay algo que debes, no, hay algo que quieres decirme. ¿No es así? Algo que aquel día no lograste decir. - Sus labios esbozaron una amable sonrisa, una sonrisa que anhelaba poder volver a ver.

- Eso no es cierto, no hay algo que quisiera decirte. Sólo deseaba poder volver a verte, hacerte sonreír de nuevo... Hay demasiadas cosas que quiero contarte, pero ahora es tarde. Porque tú no regresarás. Yo siempre quise que me vieras cumplir mi sueño, yo siempre quise decirte... - Fue entonces cuando le miré fijamente, él estaba en lo correcto. Aún no haberme dado cuenta siempre hubo algo que quise decirle, algo que no pude; el escaso tiempo me lo impidió. - Te amo. - Tan simples palabras y tan difíciles de pronunciar.

- Yo también. Aunque no puedas verme, ni oírme, siempre cumpliré mi promesa. Nuestros sentimientos siempre nos mantendrán unidos, cuando quieras verme sólo debes levantar la mirada hacia el cielo, allí estaré. Sé que lograrás cumplir tu sueño, porque tu eres mi preciado hermano. Infinitas aventuras aún están aguardando por ti, tus compañeros también te esperan. Sigue adelante, yo te daré el empujón que precisas, sigue luchando.

Las lágrimas no cesaban de caer, me preguntaba si algún día se detendrían. Y, como si él hubiese escuchado mis pensamientos, me besó. Sentir sus cálidos labios sobre los míos logró encender algo nuevo en mí, sentí como era liberado de un gran peso que hasta entonces me oprimía. Cuando ambos nos separamos ya no alcancé a verle, se había ido.

- No, eso es mentira, nunca te irás, ¿verdad? - Levanté la mirada y esbocé una sonrisa, parecía que ahora el Sol brillaba con más intensidad. - ¡Muy bien! ¡Vamos allá! Ha llegado el día, ¡el próximo Rey de los Piratas vuelve al mar! Sólo esperad chicos, nos veremos en Sabaody. - Las lágrimas habían dejado de descender, no volvería a llorar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).