No voy abailar, muchas gracias.
No voy a bailar, ¿por qué debería?
No voy a bailar, ¿cómo podría?
2jae ^^
GOT7
El aburrimiento se apoderaba de él, sin hablar de que los dedos de sus pies y manos comenzaban a entumirse por el frío. No se quería mover, no quería pensar, no quería saber más de todo lo que lo rodeaba.
Sentado en medio de todo ese lujo todo le parecía superficial y falso. ¿Por qué su padre insistía en llevarlo a cenas como esas? ¿Aún no entendía que su único hijo no quería seguir sus pasos?
Youngjae sólo miraba todo, completamente aburrido. Él sólo esperaba que la comida llegara; quizá era lo único que había esperado durante la noche, para después irse, alegando que estaba cansado, ya estaba harto de todas esas "damas", como se hacían llamar, y de sus miradas llenas de algo que lo asqueaba, lo único que buscaban era una noche y nada más. ¿Por qué su padre no entendía, que él simplemente no encajaba en su mundo? No era capaz de admitir que su hijo no quería lo que él le ofrecía. Él quería algo real, auténtico y que lo hiciera sentir vivo; y claramente lo que tenía, lo hacía sentir muerto en vida.
Lo único que le agradaba de todo ese ambiente era el jazz, retumbando en cada rincón, combinándose con el ambiente de la fría noche, para después dejar una sensación de adormecimiento mientras las notas seguían flotando en el aire. Al chico le gustaba mirar a las parejas en la pista de baile, moviéndose al compás de la música, bailando hasta llegar a un punto donde parecía que sus pies no tocaban más el piso. Le gustaba mirar hasta perderse y hacer volar su mente.
-Buenas noches. Mi nombre es JB; he notado que miras hacia la pista de baile. ¿Te gustaría bailar?- un chico de cabello cobrizo sacó a Youngjae de su ensoñación.
-No voy a bailar, muchas gracias.- contestó el menor, sin modificar su impasible gesto.
El chico pareció convencido con su respuesta y se retiró con las manos dentro de los bolsillos de sus elegantes pantalones de color azul oscuro como la noche en el exterior.
Pero no era su último intento:
-Mi nombre es Jaebum, ¿te gustaría bailar?
En cada intento el chico parecía deshacerse de parte de su fachada de casanova, bien estudiada. A cada paso parecía mas auténtico, más real.
Youngjae lo miró con interés, pero sin intención de aceptar su invitación.
-No voy a bailar, ¿por qué debería?
El chico de cabello como el fuego, que hacía juego con su corbata color vino, volvió a alejarse y Youngjae pensó que esa había sido su última invitación.
-De verdad tengo interés en ti. ¿Quieres bailar?
Youngjae tenía que admitir que ese chico tenía cierto encanto que lo hacía irresistible, y que incluso a él, lo arrastraba hasta querer aceptar su invitación, pero aún así respondió:
-No voy a bailar, ¿cómo podría?
Porque el castaño sabía, que el baile siempre te arrastra al romance y esa noche no se quería enamorar.
A pesar de su negativa, JB permanecía con su mano estirada hacia él.
Youngjae aún no cedía; "Porque en tus brazos no podría sólo bailar." pensaba.
Algo en los ojos de Jaebum le decía que jamás se arrepentiría de tomar su mano. Esa noche no se quería enamorar porque el amor era algo peligroso, pero aún así tomó su mano tibia en contraste con su helada piel, sintiendo que al instante, un sentimiento de ternura, que jamás había sentido antes, lo embargaba. Se sentía lleno de vida.
Y quizá, esa noche no sólo bailaría. Quizá, esa noche, también se enamoraría, porque en sus brazos no podría sólo bailar.