¿Puedes evocar el olor a dulce y galletas o el sabor de la cena en nochebuena? ¿Puedes sentir la calidez de una taza de chocolate caliente cuando estás muriendo de frio?
Pues eso multiplicado por cien apenas y se acercaba a lo que sentía Fred cada vez que miraba a Robert.
Sin embargo, antes de que aquel sentimiento naciera hubo una larga historia de amistad. Y antes de que ellos se conocieran solo estaba Beth.
Beth y Fred se vieron por primera vez en la unidad de maternidad de la guardería “Arcoíris Brillante”. Ahí sus padres dejaban que otras personas les cuidaran mientras ellos intentaban lidiar con sus demandantes trabajos. Sin embargo, a pesar de que estuvieron juntos alrededor de cuatro años, ellos se hablaron hasta el primer grado de primaria, cuando Beth le pegó a unos niños que molestaban a Fred y le regaló su sándwich para que dejara de llorar.
Las constates intervenciones de Beth en pos de su salud y autoestima fueron suficientes para volverles amigos inseparables. Eran los dos contra el mundo hasta que llegaron a su primer año de secundaria.
Ahí conocieron a Marcus, un chico demasiado grande para tener doce y, la verdad sea dicha, nada agradable físicamente. El pobre no solo estaba pasado de peso, también tenía los primeros granos de acné asomándose en el rostro y una eterna expresión de enfado contra la humanidad.
Al principio ellos no estaban a gusto con Marcus, pues tenía una pinta demasiado peligrosa para dos niños que llevaban años lidiando con brabucones, sin embargo, se dieron cuenta rápidamente que solo era un bebé grande, demasiado infantil como para relacionarse con los chicos de su edad y por ello decidieron tomarlo bajo su tutela.
Marcus de acopló rápidamente a los otros dos y en su tercer año les presentó a su primo Robert, o Rob, para los amigos. Este era un muchachito malcriado y molesto que gustaba de aprovecharse de su primo para que hiciera sus tareas por él.
Beth y Fred no podían ver a Rob ni en pintura.
Esto cambió durante una fiesta de navidad en donde las familias de los tres se juntaron a celebrar, ahí se les unió Rob cuyos padres se fueron al Caribe dejándolo solo para las fiestas. En aquel ambiente aislado los cuatro funcionaron bien. Desde entonces dejaron de ser un trio para convertirse en un cuarteto.
Durante el verano Rob les convenció de que tomasen clases de tenis con él y para cuando ingresaron a la preparatoria Beth se había hecho un nuevo corte de pelo, llevaba un bolso de moda y solamente usaba faldas. Marcus se había vuelto inmenso, pero había dejado atrás su etapa de patito feo, era atlético y la confianza que ganó con su grupo de amigos se reflejaba en sus movimientos.
Fred perdió aquella consistencia de palillo que le caracterizaba y le cambió la voz. Sin embargo Rob permaneció casi intacto excepto porque unos treinta centímetros más que Fred. Lo que si se volvió diferente era los ojos con los que las chicas le miraban. De repente todas babeaban por él y a ninguna le importaba que no fuese la persona más simpática del mundo.
Luego de un par de meses todos les llamaban “Los cuatro fantásticos”.
A pesar de todo aquel no fue un año bonito y los dos años que siguieron a ese fueron peores. En la preparatoria tuvieron sus primeras peleas, reconciliaciones, decepciones amorosas, conocieron nuevas personas, hicieron nuevas amistades y todo se volvió turbio.
Las navidades de esos tres años también fueron realmente locas. Durante el primer año los padres de Beth se separaron y ella lloró toda la noche hasta que los chicos explotaron un pastel en un intento fallido por animarla.
En el segundo año se les sumó el novio en turno de Beth, quien se burló de Fred recordándole como todo el mundo ya sabía de su salida del closet. Marcus y Rob le echaron de la casa a patadas y a Beth terminó con él.
Para el tercer año Fred descubrió que le gustaba Marcus, quien a su vez lloriqueaba porque estaba enamorado de Beth y ella salía con un chico que la había invitado con su familia a pasar las fiestas en su casa.
La situación llevó a encerrarse en un cuarto a beber a escondidas de sus padres, mientras que Rob les acompañaba en la borrachera sin razón aparente. El veinticuatro de diciembre, a las tres de la mañana, Beth les llamó llorando para contarles que su novio intentó aprovecharse de ella por lo que estaba sola, sin dinero y en la calle de un sitio que no conocía.
Como valientes caballeros de brillante armadura, tomaron el auto de Rob (Cuyos padres celebraban en Londres) y fueron en su ayuda. Ese día miraron el amanecer desde la bahía del pueblo.
Cuando llegaron a sus casas los castigaron por un mes y los tíos de Rob le recogieron las llaves del auto. Una semana después ellos golpearon al ex novio de Beth y a los amigos de este, quienes esparcieron rumores desagradables sobre ella en la escuela. El director les suspendió y sus padres les castigaron otro mes, pero después de escuchar toda la historia completa le devolvieron las llaves del auto a Rob.
Entonces llegó la universidad.
El sitio donde tomaron caminos separados para seguir sus propios sueños. Sin embargo, el destino les unió dejándoles vivir en el mismo bloque de departamentos, el cual se encontraba cerca del distrito universitario.
Ese año Fred se enamoró completamente de Marcus, también fue el año en el cual este comenzó a salir con Beth y en el que Rob salió del closed, por lo que Fred no tuvo tiempo de sentir lastima de sí mismo y se tomó un trago a la salud de sus amigos. Durante la cena, los padres de Rob recibieron las noticias y le llamaron desde las Bahamas para demostrarle su apoyo.
Rob estaba realmente feliz.
Las siguientes navidades Fred comenzó a superar a Marcus y después de las fiestas salió con un par de chicos de los cuales ninguno logró llegar a Octubre.
Eso fue hasta que apareció Timothy. El tipo que tuvo a Fred enganchado durante los siguientes dos años y medio.
El chico en cuestión esperanzaba a Fred, salía con él durante algunos días y luego conseguía a alguien más con quien pasar la noche. A veces le decía que estaba yendo en serio para, acto seguido, engañarle, dejarle plantado en diversas ocasiones, gritarle y reclamarle hasta que conseguía que Fred se culpase de todo, le llorara, le rogara y le pidiese perdón.
Beth, Rob y Marcus odiaban a Timothe y por supuesto que odiaban a la persona en la que Fred se transformaba cuando estaba con él. Pero lo aguantaban porque cuando él no estaba cerca era como si nunca hubiese llegado a sus vidas.
Durante las primeras navidades con Timothe en la vida de Fred (Las cuales sucedieron en el segundo año de Universidad) todo fue perfecto, ellos intercambiaron regalos, se rieron, celebraron, Marcus y Beth cumplieron su primer año de novios y los padres de Rob le llamaron desde Suiza para desearle feliz navidad además de preguntarle si tenía algún chico con el cual pasar las fiestas. Rob les contestó que pasaría navidad “los chicos de siempre”.
Todo cambió a las doce cuando Timothe llamó y convenció a Fred para que se fuera con él a algún sitio del que ellos jamás habían escuchado, él acudió a su llamado de manera inmediata. Luego de eso la fiesta e apagó, la comida ya no les sabia igual y todos se fueron a dormir.
En la segunda navidad con el innombrable (Que es como habían apodado a Timothe) Marcus y Beth celebraban la graduación de ella y anunciaron que esta esperaba un bebé.
Fred estaba feliz por sus amigos, pero Timothe había peleado con el unas horas antes y no logró pasarse ni el pastel de nuez con fresas (su favorito) para finalmente terminar peleando con los chicos a causa de los mismo.
Rob acababa de conseguir un novio ese año por lo que cuando este le confrontó sobre su creciente codependencia Fred le echó en cara el hecho de estar llevando a la fiesta a un chico que apenas conocía y también de no saber de hablar sin conocer la situación.
Evidentemente Fred fue quien habló de más cuando llamó a Rob pretencioso, arrogante, superficial y aseguró que no duraría con Tristan más de un mes. Probablemente también actuó imprudentemente cuando le vacío la copa de vino encima y se largó arruinándole la fiesta a Beth y Marcus.
En su defensa estaba dolido, triste, solo y hundido en la autocompasión cuando Rob llego a importunarlo. Beth y Marcus siempre sabían cuando, como y donde tratar con él. Pero Rob no tenía la paciencia ni el tacto para hacerlo, por lo que terminaron peleando. En su contra estaba el evidente hecho de que sus amigos no tenían la culpa de sus peleas con Timothe.
La riña de ese año fue la peor y en Mayo cuando Fred cumplió años Rob no se presentó, por lo que este pasó el día con Beth y Marcus hasta que el bebé decidió que era el momento de nacer.
Aquella tarde llegó Ritani, dos meses antes de lo planeado, ella fue una revelación para todos, en especial para Fred la niña nació el mismo día que él. Pero se llevó un mal trago al ver a Rob llegar al hospital con Tristan colgando del brazo. Ellos no se dirigieron la palabra ese día ni el resto del año.
Las siguientes navidades fueron muy, Fred se distraía cuidando a Ritani pero todos sabían que estaba triste por haber cortado (o mejor dicho, haber sido cortado) definitivamente por Timothe, a quien siguió toda la noche a través de sus redes sociales.
No hubo peleas ni tampoco reconciliaciones.
Durante el siguiente año Rob y Fred se reconciliaron el cumpleaños de Ritani (Y del mismo Fred) pero no era lo mismo, pues al parecer Tristan odiaba a Fred porque Rob había pasado meses hablando pestes de él y luego se habían reconciliado como si nada. Además, el único antecedente que tenía Tristan de Fred eran aquellas navidades en las que este explotó y le aseguró una relación corta.
Finalmente Fred tuvo que marcharse temprano porque hubo un problema en su proyecto final y tenían que arreglarlo. Él se sintió un poco aliviado por ello y pasó el resto de la noche en un avión escuchando el más reciente remix de navidad interpretado por los cantantes de moda.
El siguiente año se graduó y a pesar de sus pocas expectativas consiguió un buen trabajo, por lo que, como todo buen novato en el empleo de sus sueños tuvo que tomar turnos extra y cubrir un par de días festivos, entre estos navidad, así que pasó las fiestas cantando villancicos con Maya, Alfred y Taylor, sus compañeros de universidad, de proyecto final y ahora de oficina. Incluso les tocó en el mismo departamento.
Esa noche pidieron comida china mientras que alguien metió una botella de licor gigante para que bebieran (presuntamente Taylor).
Actualmente habían vuelto a Fred un empleado permanente, de modo que decidió tener una linda navidad con sus amigos de toda la vida.
Sin embargo sus esperadas vacaciones terminaron convirtiéndose en un trabajo de niñera sin paga mientras sus amigos iban a las compras de último minuto.