"Ella puede contener ese impulso de huir, pero solo al sujetarla de la ropa empapada y con un ladrillo"
La sala era un desastre, miles de vidrios rotos en el suelo eran reflejados por los pequeños y suaves rayos del amanecer que se colaban por una ventana.
Ambos se encontraban agitados, el menor de ellos con una gran herida en la frente que manchaba de sangre la mitad de su rostro y parte de su ropa.
El mayor en cambio fumaba un cigarrillo mirando vagamente al menor, sabia que se desmayaría, habia perdido mucha sangre, su conciencia no duraría mucho.
-Hey, imbecil- hablo por primera vez logrando que el otro se encogiera en el hueco entre dos sillones donde se escontraba refugiado- espero que esto sea una lección.
-Volvere a escupirte la veces que te lo merezcas- contesto el menor con la voz seria pero con un temor enorme.
El mayor suspiro, dejo el cigarrillo en el cenícero que habia en la mesa frente a el. Camino con tranquilidad hasta donde se encontraba el otro.
-Anda, repitelo- su mirada se clavaba tan profundamente en la victima que esta queria salir huyendo.
-Volvere a escup-
No pudo continuar, el mayor introdujo una mano en el hueco entre los sillones, lo tomo bruscamente de los cabellos azules y lo elevo hasta que sus rostros estuvieron frente a frente.
-Mira hijo de puta, la proxima vez que pienses en hacer una mierda de esas no tendre piedad- su voz era horriblemente fria.
-¿Darme la cabeza contra un muro es piedad?-contestó al borde de las lagrimas.
-No sabes de lo que soy capaz-
-Creeme Murdoc, lo sé-
El azabache suspiro, lo arrastró hasta el sillon donde estaba antes, se sento y arrojo a peliazul aun lado.
-Cyborg, ve a ver como estan los prisioneros y luego conectate.
La robot no se habia movido de su sitió junto a la puerta, completamente inmóvil como parte del paisaje. Un sonido de engranajes sono dentro de su cabeza y realizando un saludo militar entro al ascensor y bajo.
Una vez la replica de la japonesa desapareciera. Murdoc volvio a tomar al menor por los cabellos hasta dejarlo aun lado suyo con la cabeza acostada sobre el asiento.
-Hijo de puta- soltó sin importarle ya lo que hicieran con el.
Murdoc le dio un golpe en la boca bastante fuerte, reventándole ambos labios.
-Cuida tu lengua 2D- dijo seriamente.
Stu elevo la vista los mas que pudo, se encontraba furioso, Murdoc no sólo lo habia secuestrado sino que ahora lo tenia en esa asquerosa isla de basura obligándolo a cantar canciones contra su voluntad. Y lo peor de todo era que el hijo de puta habia tenido la macabra idea de ponerle el rostro de Noodle a su verdugo personal robotico.
-Pudrete- escupio el menor.
-Tal vez con algo en la boca por fin te calles- comento.
2D no supo a que se referia hasta que comenzó a desabrocharse el cinturón. Un escalofrio lo recorrio por completo. Murdoc era malo y degenerado, pero solo un completo enfermo haría lo que estaba por hacer.
Con mucho dolor logro erguise y corrio hacia la puerta... O al menos eso intentó. El azabache lo sostenia de una pierna moviendo la cabeza de un lado a otro reprochándole su accion.
-¡¡Sueltame!! ¡Estas enfermo! ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Ayuda!
El mayor comenzo a reir a carcajada limpia. De la misma pierna de la que lo sostenia lo arrastro hasta que quedo frente a el. Lo tomo por el menton obligándolo a mirarlo a los ojos.
-¿Encerio crees que alguien vendra a ayudarte? Estamos sólos tu y yo, compañero. No veo a Russel ni a Noodle por ningun lado cubriendote el trasero, ¿sabes lo que eso significa? Estas completamente solo, a merced del demonio. -susurro aterrandolo por completo.
Un par de lagrimas comenzaron a descender por sus mejillas, Murdoc tenia razon, no habia nadie cerca. El mayor podia hacerle lo que quisiera y nadie vendría en su ayuda, sin importar que tanto gritase.
-Murdoc, por favor, te gustan las mujeres -rogo con la voz entrecortada.
-¿Tu vez mujeres por aqui? Ademas tu no eres muy masculino que digamos- sonrió.
Sin mas lo tiro al suelo y comenzo romper su camiseta con las manos mientras asaltaba su boca, el menor se resistia por completo de vez en cuando soltandose y gritando inútilmente por ayuda.
Murdoc intento colar su lengua en la boca ajena pero 2D le nego la entrada presionando los labios con fuerza lastimandose aun mas.
-Si no cooperas sera aun peor- susurro en su oido.
-No podria ser peor- contestó automáticamente.
Murdoc sonrio con malicia y con rapidez le quito los pantalones y la ropa interior. El peliazul intento darle una patada pero el mayor lo tomo por ambas piernas colocándoselas en los hombros.
-¡No! ¡Murdoc! ¡Cooperare! -suplicó.
Murdoc no le hizo caso, con rapidez se bajo el cierre del pantalon y de la ropa interior tomo su miembro completamente despierto.
-¡Murdoc¡ ¡No por favor!-los ojos se le llenaban de lagrimas, ya no podia hacer nada, era como rogarle a un muro, frio y sin alma.
El mayor ingreso en su interior desgarrandolo por completo. Un grito de dolor resono en todos los rincones de Plastic Beach. Las lagrimas corrían sin descanso por el rostro de Stu. Aquello era una agonia, deseaba perder el conocimiento y no volver a despertar nunca jamas. Murdoc lo estaba violando, en toda su vida jamas creyo que el mayor seria capas de hacer algo asi.
Murdoc comenzo a embestirlo sintiendo la sangre del contrario recorrerle las piernas, no le importo, tal vez no se sentaria en un mes, pero lo que a el de verdad le interesaba era su voz, esa gloriosa voz que a el se le fue negada y se la dieron a un estupido como ese pobre desafortunado que lloraba a lagrima viva mientras lo penetraba.
-Espero aprendas la leccion 2D-susurro muy cerca de su rostro.
Pronto los gritos se detuvieron.
-¿Lo mate?- se pregunto en voz alta.
Salio de su interior y comprobo los signos vitales, solo habia perdido el conocimiento. Lo dejo en el mismo lugar como si se tratase de un muñeco de trapo, encendió un nuevo cigarrillo y se sento en el suelo mirando su obra, estaba seguro que mañana su remordimiento no lo dejaria dormir por lo que le habia echo al menor, pero aun era el dia de hoy...
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